C i n c u e n t a
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En mi inocente cabeza pensaba que no sacaría nada bueno de estar al lado de Jungkook cuando este trabajaba en sus casos criminales, ya que estos solo me daban asco y mareos cuando hablaban de una muerte tan despiadada como lo fueron en todo este tiempo; pero ahora que me encuentro delante de Yoongi, logro rescatar algo que he podido percibir en varias situaciones: los seres humanos somos como los animales con respecto al miedo.
En los animales es un sistema de defensa quedarse quietos sin mostrar miedo a su depredador para poder salir ilesos del ataque, en el mundo humano era casi igual. El lenguaje corporal le podía decir mucho a la otra persona con la que estamos, un movimiento de nosotros le puede decir hasta qué es lo que pensamos en ese instante. Ahora Yoongi era mi depredador y yo su indefensa presa, pero hasta el momento no le daba indicios de que estaba aterrada por su presencia en mi casa, simplemente me dejé llevar por lo que él mismo quería de mí; si me abrazaba, yo debía de hacer lo mismo.
Lo invité a pasar a mi casa para que se sentara en uno de mis muebles. Él aceptó y soltó un suspiro cansado mientras echaba su cabeza hacia atrás.
—Todo este tiempo ha sido una tortura sin ti —me dice y yo no puedo evitar pensar en la tortura que he tenido que vivir por su culpa—. Te he extrañado tanto.
—Me lo imagino —sonrío de lado antes de sentarme en el sillón individual de la sala—. ¿Cuándo llegaste a Seúl?
Esa pregunta fue lo primero que se me vino a la mente cuando me decidí por saber más de Yoongi, o de la personalidad que estuviese manipulándolo en estos momentos.
—Es confuso para mí, ¿sabes? —dice casi riéndose—. Yo recuerdo haber estado en Daejeon, pero hoy en la madrugada amanecí en mi casa. No entendía porqué estaba en el ático, pero luego mi hermano me dijo que me había pasado algo en Daejeon y tuvieron que trasladarme aquí, además, mi cuarto lo estaban remodelando y pues no lo podía usar. Luego miré mi celular y me di cuenta que tenía algunas llamadas perdidas tuyas.
Aquel pequeño dato se queda grabado en mi cabeza como una pista que me ha dado sin querer; pero antes de juzgar, seguí con la conversación.
—Entonces no recuerdas mucho cuándo llegaste —Yoongi vuelve a negar para pegarse más a mí y recostar su cabeza en mi hombro—. ¿Y qué hiciste todo este tiempo allá?
—Ayudé a mi tía a vender fruta en el mercado. También iba con mis primos a los campos para descansar un poco —responde de manera segura.
Yoongi no dejaba de ponerse más cerca de mí para abrazarme o simplemente acariciar mi brazo como lo hacía antes. Cuando todo estaba bien y prácticamente "normal" entre nosotros. Ahora solo me daba tanto asco que me tocara y actuara de manera tan dulce conmigo; pero seguí resistiendo con mi actuación. Lo seguiría haciendo hasta cierto punto.
Seguí preguntándole más cosas sobre Daejeon y sobre sí mismo. Algunas partes podía notarse ese vacío de continuidad en su vida, era como si esta personalidad con los que estoy hablando no ha estado tan presente en los recuerdos, ya que siempre me recalcaba que en sus vacaciones había estado más tranquilo sin pensar tanto en la muerte de Sunhee; pero si estuviese hablando con el mismo Yoongi que me abandonó aquel día, sabrá que él se fue para huir de la investigación en la que estaba metido.
Llegué a un punto de nuestra conversación en donde no sabía siquiera como llamarlo, por eso fue que empecé a decirle por los motes cariñosos que usaba cuando éramos novios.
—Me alegra de oír que te divertirte mucho en Daejeon, gatito. —Mi mano pasa por su mejilla y la acaricio.
Yoongi sonríe feliz y cierra sus ojos mientras restriega un poco más su mejilla contra mi palma.
—Ahora cuéntame de ti. Ya te he dicho mucho —intenta bromear, pero no logra sacarme una sonrisa—. ¿Cómo has estado?
Y se supone que ahora me tocaba hablar de mi vida en estos largos meses que han pasado. ¿Cómo lo haré sin saber cuánto tiempo cree él que ha pasado, o sí lo sabrá?
—Yo... Bueno, han pasado muchas cosas que la noche parece muy corta para contarte todo —paso mi mano por detrás de mi oreja y me rasco—. Fui a la semana de la moda, no sé si te habrás enterado de aquello. Hace poco acabé otro ciclo de mi carrera.
«Y cómo olvidar la vez en la que tu amigo y cómplice casi me mata por órdenes tuyas» —pensé en mi cabeza. Esto realmente me estaba matando.
—¿Y qué pasó con el caso de Sun-hee? —Finalmente es él el que toma iniciativa de hablar sobre ese tema—. ¿Quién la mató?
—Los policía encontraron pruebas que culpaban a Juheon de haberla matado —le digo con cautela y volviendo a tomar mi distancia con él—. Ahora están buscando a su cómplice, ya que no actuó solo.
—¿En serio? —De repente, la voz animada de Yoongi se esfumó y habló con una más seria y grave—. ¿Y tú sabes quién es? —niego inmediatamente—. ¿Cómo supiste que era Juheon?
—Luego de que te fuiste, Jaesang y yo nos hemos vuelto más cercanos —le explico intentando que esta mentira le sea creíble—. Él sabía más del asunto de Sunhee por haber sido su novio y me lo contó. Eso es todo.
Terminando de hablar, Yoongi no me preguntó nada más y se limitó a mirar lo que había en la sala. Algunas cosas debían de ser nuevas para él mientras que otras eran ya conocidas.
Me fijo en su mirada y esta también había cambiado con el gesto de sus labios. Ya no estaba esa tranquilidad en él, la cual me había asustado en un inicio, ahora sus párpados estaban un poco caídos y sus labios estaban rectos. No se movían para nada. Aquello le daba un aura de tensión al ambiente.
Esto no estaba yendo bien.
—Mi amor, espérame aquí, ¿sí? —Yoongi me sigue con la mirada sin cambiar nada en ella—. Iré al baño.
Él asiente y me ve irme de la sala hasta el pasillo de mi casa. Entro rápidamente a mi cuarto y cierro la puerta con seguro. Busco entre las sábanas de mi cama mi teléfono hasta que lo encuentro. Jungkook me había escrito hace una media hora.
No pierdo más mi tiempo y le marco con desesperación. Tenía el presentimiento de que lo iba a necesitar.
La llamada suena unas tres veces hasta que finalmente contesta. Cuando pude escuchar su voz preguntándome si todo estaba bien, no le especifiqué nada concreto, pero seguro él debió de acercarse un poco a lo que estaba por decirle.
Y antes de que pudiera hacer algo más al respecto, fuertes ruidos vinieron desde la cocina. Me apresuré en colgar la llamada y abrir la puerta de mi habitación.
—¿Todo está bien, amor? —Alzo un poco mi voz para que él me escuche mientras voy buscando algo con lo que defenderme si esto se iba de las manos.
No recibo respuesta de Yoongi, pero al menos encontré mi lima de uñas de metal. Este tenía un filo punteagudo. Con suerte lograba rasguñarlo.
Salí de mi habitación y caminé otra vez a la sala. Yoongi salió de mi cocina con un vaso de agua. No obstante, sabía que lo que había escuchado era más el rebuscar de mis utensilios que de buscar un vaso para beber agua.
Yoongi volvió a sentarse en el sillón de antes y lo palmeó para que yo me sentara a su lado. Con un poco de miedo me fui acercando hasta llegar a él mientras que en mí mente pedía a gritos que Jungkook llegara rápido.
—Sígueme contando qué tan cercanos son tú y Jaesang —me dice.
—Solo somos amigos —aclaro.
—¿Y qué pasó con ese policía? —Se estaba refiriendo de Jungkook. Lo sabía, pero es mejor hacerme la desentendida.
—¿Qué policía? —Frunzo el ceño y me ahorro esa risa nerviosa que quiero soltar.
—El que estaba a cargo del caso de Sunhee —me dice—. ¿Sabes algo de él? —niego.
—Hace mucho que no lo veo.
Si tan solo Yoongi supiese que ahora ese mismo policía al que se refiere es mi novio y vendrá dentro de poco para llevárselo.
Yoongi curvea sus labios hacia un lado y niega repetidas veces mientras que una risa se va escuchando de a pocos. Esta me estaba dando muchos escalofríos.
—¿Me crees imbécil? —Suelta así de repente—. Blake, dejémonos de cuentos. Sé lo que tienes con ese imbécil.
La sangre se me heló por completo. Estaba casi segura de que mi rostro había perdido color y ahora me encontraba tartamudeando por no saber qué responderle. Creo que yo misma me había delatado con mi táctica de ir supuestamente al baño. De seguro Yoongi me siguió y me escuchó hablando con Jungkook.
Suelto un suspiro frustrada y me levanto del mueble para estar lo más lejos de Yoongi. Si esta pelea que se aproximaba se acalorada más es mejor que vaya tomando mi distancia antes de que sea tarde.
Yoongi no deja de mirarme con los párpados caídos y sus ojos más oscuros de lo normal. Aquello me sorprendió, porque era algo de lo que recién notaba, pero no tanto como para distraerme.
—Si tanto quieres que hablemos con honestidad entonces empieza tú por decirme tu nombre —la personalidad de Yoongi me mira confundido. Si Jungkook estuviera aquí sabía que vería algo más que confusión, tal vez pánico—. ¿Con quién estoy hablando?
—¿Te has vuelto loca? —Resopla—. ¡Soy Yoongi!
—¡Tú no eres Yoongi! —espeto a nada de llorar por el miedo. Mis manos me temblaban, pero aun así intenté calmarme—. Yoongi no sabe porqué se fue lejos de Seúl. En cambio tú, dime quién coño eres y si de verdad mataste a Sunhee con Juheon.
Esa persona con la que hablaba se quedó en silencio antes de levantarme del sillón y caminar hacia donde yo estaba. Por cada paso que daba, yo retrocedía dos.
—Soy Augustus —gruñe por lo bajo—. ¿Quién mierda te contó sobre mí? ¿Fue ese policía?
—¿Te importa en algo, maldito? —respondo—. ¿Por qué destruyes a Yoongi, o así no se llama?
—Somos tres personalidades los que controlamos a Yoongi —dice Augustus, tornando su voz cada vez más grave—. Al que conoces es a Yoongi; luego está Suga, él un niño, nunca lo has conocido, solo aparece con el hermano de Yoongi; Min Lil, es la personalidad depresiva de Yoongi, una vez lo conociste; y luego estoy yo.
—Tú debes ser el sádico y asesino en serie —Augustus asiente mientras se tomaba los dedos de sus manos—. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué lo dañas?
—Yo me enamoré de Sunhee, él de ti. Todo estaba bien. Pero Sunhee era una maldita zorra que le abrió sus piernas al amigo de tu novio —empieza a decirme—. Luego llegó el entrenador pensando que era Yoongi y me propuso hacer ese plan que Samuel tenía en mente. Para no dañar a Yoongi, le conté al entrenador yo no era él. Nos caímos bien y él comenzó a dañar a Yoongi, a Lil, a Suga y a mí.
—No te entiendo.
—¡Yoongi puede ser una persona normal, todos podemos ser personas normales! —Vocifera como si yo tuviese la culpa del daño que sufrieron—. ¡Pero sin nuestras pastillas todo se descontrola! ¡Nadie sabe el infierno que se vive teniendo a tantas personas queriendo controlar un cuerpo!
Entonces recordé algo de lo que ocurrió en el centro psiquiátrico que visité con Jungkook antes que Yi-seul muriera: Sheldon no tomaba pastillas a menos de que se tratara de su personalidad que sufría de esquizofrenia, pero luego todo eran terapias. O eso fue lo que leí en su expediente mientras que Jungkook lo interrogaba.
Quien haya iniciado con la invención de tomarse pastillas en todo este asunto está claro que solo lo hizo con la intención de matar al cuerpo de Yoongi. Intoxicándolo con pastillas de quién sabe qué cosa.
—Ustedes no necesitan pastillas —musito mirando hacia el suelo—. Las personalidades múltiples no necesitan pastillas.
—¡Claro que las necesitamos! —vuelve a gritar Augustus—. ¡De otro modo perdemos el control!
—Son drogas, ¿verdad? —digo sin pensarlo tanto—. Las pastillas son sus drogas.
Entonces Han-sung no era que estaba descuidando a Yoongi, lo estaba salvando de Augustus y las otras personalidades. Las supuestas pastillas no tenían nada que ver en este caso, Augustus participó del crímen porque quiso vengarse de Sunhee.
Mientras que fui procesando toda la información, Augustus comenzó a transpirar de manera errática hasta que tropezó con la mesa de centro y cayó al suelo. Soltó un grito desgarrador y comenzó a llorar.
—¡¡Por favor, ayúdame!! —miré los ojos tornarse de color a uno miel, ya no eran oscuros. Este no era Augustus o Yoongi—. ¡¡Soy Lil Min, tengo 19 años, a los 7, mi hermano y yo fuimos abusado por nuestro abuelo y tío!! ¡Tienes que llamar a la policía y a una ambulancia!
No supe cómo reaccionar en ese instante. ¿Qué era lo que estaba pasando en realidad?
—¡Tienes que ayudarme, ellos me están matando!
Mi corazón se acelera. No puedo pensar con claridad, pero aun así me acerco a Lil y me arrodillo a un lado de él, lo giro y veo que en su espalda se había hecho un corte con un cuchillo. Augustus había puesto ese cuchillo para atacarme.
—¿Quién de todas las personalidades eres?
—Soy el verdadero poseedor de este cuerpo. Nací de Ryu Daenni, mi padre es Min Jung-ho —dice mientras sigue llorando—. Tú eres Blake, ¿verdad? Tú me salvaste de morir una vez, ¿lo recuerdas?
Cuando recién estaba conociendo a Yoongi, recuerdo que una vez me lo encontré sentado en el puente de Mapo mirando hacia lo que estaba debajo de su pies. Pensé que se mataría y por eso fui a socorrerlo, sin imaginar que en realidad había salvado a alguien más.
—Yo... Lo recuerdo...
Lil otra vez volvió a gemir de dolor y a respirar de manera acelerada mientras que yo me quedaba como espectadora de la situación. Lil se llevó una mano atrás y se quitó de una sola el cuchillo.
Esto no estaba bien desde que los jadeos se volvieron más toscos. Como si fuese un animal el que estuviese jadeando.
—Sabes mucho de nosotros, Blake —era Augustus—. Tú debiste de haber muerto el día de la masacre, pero el inútil de Juheon no pudo contigo. Ahora que estoy de vuelta, vengaré a Yoongi.
—¡¡Me vale una mierda todos ustedes!! —Grito enojada antes de correr lejos de Augustus—. ¡Solo dañan a Lil!
—¡Lil es solo un maricón depresivo que no puede solo! —Augustus alza más su voz mientras que va detrás de mí—. ¡Yo lo salvé de los brabucones, yo maté a su tío y a su abuelo cuando quisieron abusar de él en conjunto! ¡El sadismo era lo suyo, así que solo se los devolví! ¡A Yoongi le debe de agradecer por ser esa máscara de persona normal! ¡Y a Suga le debe las gracias por ser ese niño inocente que siempre quiso ser, pero al que arruinaron con los gustos enfermizos de sus parientes!
—¡Lil solo está pidiendo ayuda y ustedes lo callan! —grito antes de meterme a la cocina y buscar un cuchillo más con el qué defenderme.
Augustus también entra a la cocina y me tumba con facilidad sobre las encimeras de la cocina. Me toma por el cuello y sonríe con satisfacción antes de levantar la mano en la que tiene el cuchillo y apuñalarme al costado de mi cintura.
Empiezo a sangrar, pero mi atención está en la persona que ha llegado para desviar su apuñalada. Jungkook estaba detrás de Augustus ahorcándolo mientras que yo buscaba el arma para incrustársela en el abdomen y acabar con esto de una vez por todas. Sin embargo, más policías llegan y me sacan rápido de mi departamento para socorrerme y curarme.
Me preocupo mucho por Jungkook, él estaba batallando solo con Augustus y no quería que otra vez saliera lastimado por tipos como ellos.
Inmediatamente un grupo de policías entran a mi casa con arma en manos para defender a Jungkook y minutos después sacar a Augustus de mi casa.
Jungkook sale después del lugar y corre hacia mí para ver cómo estaba. Notó que Augustus sí había logrado dañarme, pero con un corte no tan profundo y no tan grave. Al menos han logrado detener la hemorragia.
—Perdóname por no haber llegado antes —Jungkook deposita varios besos en mis labios antes de abrazarme. Podía escuchar a su corazón palpitar muy fuerte—. Te prometo que te pondrás bien. Te cuidaré esa herida. Lo siento.
Miro por unos segundos a Jungkook y veo que este está a nada de llorar. Sé que la culpa lo está invadiendo, así que trato de consolarlo con mi sonrisa, a pesar de que esta se vuelva una mueca de dolor.
Más tarde me llevaron a la enfermería del departamento de homicidios, ya que Jungkook no quería estar lejos de mí mientras que notificaba la captura de Augustus a la recepción. Estaba sola con una enfermera policial que se estaba encargando de colocarme tres puntos a la herida.
De pronto tocaron la puerta y le di permiso para que la abriera porque supuse que se trataba de Jungkook. En realidad, el que había entrado era el señor Jeon para ver cómo estaba. Inspecciona la herida desde lejos antes de que le pida a la enfermera que me deje a solas con él.
La última vez que estuve con el señor Jeon fue hace unos pocos meses para darle una lección de paternidad. Me pregunto si ahora que soy la novia de su hijo habrá algún tipo de informalidad entre los dos o seguirá siendo ese hombre gélido y demandante.
—Hola, Blake —me dice mientras coge una silla que estaba a una esquina para sentarse a mi lado—. ¿Cómo estás?
—Me duele mucho la cintura —respondo con una voz casi débil—. Pero luego de eso, estoy bien. Gracias por preguntar.
El señor Jeon sonríe de lado. Era extraño que notara cierta calidez y sinceridad en ella.
—El que te agredió era...
—Augustus —completo por él—. Antes de Jungkook tuve un novio llamado Min Yoongi. Padece de personalidad múltiple y una de sus personalidades se llama Augustus. —El señor Jeon asiente y mira hacia el suelo, supongo que para imaginarse bien la escena—. Él fue el culpable de la muerte de Son Sunhee con Han Juheon.
El lugar se queda en silencio por unos minutos. El señor Jeon sigue mirando mi herida recién curada y me muestra su mano.
—¿Podrías darme tu mano? —Con cierta desconfianza, puse mi mano sobre la suya.
El señor Jeon y Jungkook comparten esa misma calidez y delicadeza del contacto. Sus toques eran suaves y se sentía tan reconfortante; sin embargo, aún no logro entender con qué fin lo estaba haciendo.
—Estoy muy feliz de saber que hayas podido salir viva de esto —empieza—. Estoy seguro de que si te hubiese pasado algo, Jungkook no se lo perdonaría porque ahora eres parte importante de él. Lograste entenderlo mejor que yo —el señor Jeon otra vez vuelve a sonreír, pero esta vez con pena y melancolía en sus ojos—. Te pido una disculpa si antes fui grosero contigo. Estaba más preocupado de que Jungkook tomara mi lugar cuando me jubile, que lo único que quería era que se centrara en el trabajo y nada más. Blake, tú le has hecho un gran bien a mi hijo que no sé cómo agradecértelo.
Extrañamente me sentí bien escuchando las palabras del señor Jeon. En ellas se notaba el arrepentimiento de lo que hizo con Jungkook.
Ahora comprendo que el señor Jeon no era el villano en la vida de Jungkook, solo estaba preparando a su hijo para ser mejor; pero se equivocó en la forma de tratarlo y aquello provocó una ruptura en su relación. Por eso ahora Jungkook no quiere estar cerca de él y el señor Jeon solo quiere enmendar el daño causado.
Me pregunto si mi deber es intentar convencer a Jungkook para que tenga una conversación con su padre, porque, a pesar de que las palabras del hombre mayor me conmovieron, yo no soy la persona indicada para escucharlas. Este era un problema de padre e hijo nada más, yo sobraba en esta situación.
Mi mano aprieta un poco más la mano del señor Jeon y le sonrió con amabilidad sin mostrar los dientes.
—Me alegra mucho oír esto de usted, señor Jeon. Pero, ¿no cree que esas mismas palabras se las debe de decir a Jungkook también? —el señor Jeon asiente y suelta un largo suspiro—. Yo sé que Jungkook en el fondo lo quiere, solo está resentido con usted.
—La muerte de su hermano y de su madre cambiaron al niño que era antes. Tuvo que madurar rápido, solo, sin mí. Ojalá pueda perdonarme.
—Sean sinceros con ustedes.
El señor Jeon siguió hablándome de Jungkook con una gran admiración que nunca había visto en él. La personalidad que aparentaba el padre de Jungkook cuando lo conocí por primera vez es tan distinta a esta que ahora veo, solo era algo superficial aquello de ser gélido y demandante. Era como Jungkook, también aparentaba ser alguien sin sentimientos y que no podía querer a nadie; Jungkook es todo lo contrario a lo que finge ser.
«Las apariencias engañan, Blake» —dijo mi subconsciente. Este día ha sido de aprender esta lección de vida.
Más tarde, el señor Jeon tuvo que irse para seguir trabajando en su oficina, y también para no cruzarse con Jungkook si es que venía a verme. Minutos después, las suposiciones del señor Jeon fueron ciertas, Jungkook llegó para cuidarme y saber cómo estaba.
También había llegado con otro policía para que tomara mi testimonio en contra de Augustus, que en el caso de Jungkook se refería a él como Min Yoongi. Les conté absolutamente todo a ellos, sin dejar detalle alguno fuera de mi narración. Tuve que contarles todo lo que me confesó Augustus y Lil, les expliqué quiénes eran las otras personalidades 6 cuál de todas era la verdadera.
—Tengo la teoría de que Augustus se droga y droga a las otras personalidades para matarlas con él —confieso con temor—. Sé que Samuel les dijo que el entrenador, Han-sung, había descuidado el estado mental de Yoongi; pero en realidad lo estaba cuidando. Tal vez él sabe qué tipo de pastillas ingería para controlar supuestamente su enfermedad. Las personas con trastorno de personalidad disociativa solo necesitan de terapia y ya.
Miro a Jungkook y él sonríe de lado mientras que su otro compañero se despide de los dos y se va. Jungkook no espera más y se va acercando a mí para darme un beso en los labios. Yo le correspondo y tomo entre mis manos su rostro para que no se separe de mí.
Poco después, cuando la emoción se va, vuelvo a escuchar los lamentos de Jungkook por sentirse culpable de mi herida. Otra vez le vuelvo a decir que no fue su culpa, en realidad no fue culpa de nadie, ni de Yoongi. Solo fue Augustus.
—Hiciste un buen trabajo, bebé —me dice Jungkook mientras toma de mi mano—. Poco a poco te estoy convirtiendo en una detective.
—¡Qué pesadilla, por Dios! —Bromeo, le saco una sonrisa a Jungkook que me termina contagiando—. Necesitamos unas vacaciones luego de esto.
—Las tendremos —dice de manera muy segura—. Vayamos a acampar por mi cumpleaños. Todavía quiero esa cita contigo para ver las estrellas.
—Pensé que lo habías olvidado —respondo cansada—. Pero está bien. Vayamos a acampar, quiero alejarme por un tiempo de la ciudad.
Jungkook no se mueve de donde está, se mantiene al pendiente de mí hasta que la enfermera que me atendió junto al policía de antes nos dijeron que ya podía regresar a casa.
Esta vez, Jungkook no se va a su casa y se queda a dormir en la mía para seguir cuidándome de cualquier otra cosa que pueda pasarme esta noche.
Sin embargo, demoro unas horas en conciliar el sueño; y no es precisamente porque esté en estado postraumático, sino porque no podía de dejar de pensar en lo que me dijo Lil Min y todo lo que tenido que pasar por sus otras personalidades.
¿Cómo se sentirá no tener voz y ser callado por alguien más que vive dentro de ti? Lil Min ha vivido mucho tiempo en las sombras por culpa de Augustus. Si hubiese un modo de matar a Augustus sin dañar a Lil, no me importaría ensuciarme con un poco de sangre.
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Bueno, las canciones del inicio son sugerencias para las distintas partes que tiene este capítulo. Pueden escucharlas en el orden que ustedes quieran ;)
¿Qué tal les pareció este capítulo? Háganmelo saber 👀❣️
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