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Capítulo 36.

—Parece que encontramos a todo el grupo —mencionó Javier riendo.

Pablo se quedó congelado sin saber que hacer, si intentaba algo con su débil arma, seria baleado por Amber, o peor, podrían matar a Paola quien se encontraba en el suelo.

—A ver chicos, para hacer las cosas mas rápido, hagan fila para ponerles su vacuna —dijo Amber sonriendo. —No se amontonen, no les dolerá.

—¡No puede ser! —exclamó Alexa asustada. —¡Todo es tu culpa, Pablo!

Pablo intentaba idear rápidamente un plan que pudiera ayudarlo, pero algo tenía claro, no intentaría hacer nada, a menos que Paola no se encontrara en peligro.

—Lo siento.

—¿Para qué es eso? —Luis se puso su camisa rápidamente, y se acercó a Pablo.

—¿Las jeringas o las tijeras para podar?

—La jeringa tiene un sedante, los quiero con vida a todos, pero si se resisten, no tendré mas remedio que matarlos —Amber sonrió y caminó a Luis, quien retrocedió rápidamente.

—¡Auch, ¿Qué haces? —Luis tomó fuertemente a Alexa de los hombros, posicionándola frente a él.

—¡Pónsela a ella!

—¿Qué te pasa, idiota? —preguntó Alexa tratando de zafarse de las manos de Luis.

—¡Por favor Amber! ¡Mátalos a ellos, déjame vivir!

—¡Eres un maldito cobarde, Luis!

Luis, intentaba con todas sus fuerzas mantener a Alexa frente a él, la chica débilmente intentaba zafarse del agarré, pero le era inútil.

Javier se acercó desde la puerta principal, él también tenia un arma en sus manos, y poco a poco la fue levantando para demostrar autoridad.

—¿Necesitas ayuda?

Amber asintió y señaló a Luis, quien lanzó a Alexa al suelo.

—Cambio mi vida por la de ella —gritó él chico asustado.

—Muy tarde para arrepentirse, Luis, eres el siguiente —dijo Javier apuntándole a Luis con el arma.

Luis tan solo se quedó quieto, pues era imposible poder salir libre. Amber puso la jeringa en el cuello del chico, él caminó un poco hacia atrás, cayendo inconsciente en el sofá.

—¿Nos llevarás con él? —Alexa preguntó desde el suelo.

—Si, y él los matará.

Alexa comenzó a negar cuando la mano de Amber estaba acercándose a ella, La chica de un manotazo golpeó la jeringa, esta callo al suelo y Alexa comenzó a correr a la puerta principal, topándose con Javier, quien al instante que intentó empujarlo para salir, él la noqueo de un golpe con el arma.

—¡Déjanos en paz, maldito asesino! —la voz de Pablo resonó nuevamente en la casa, este corrió hasta Javier, quien apenas intentaba levantar el arma para dispararle, pero fue demasiado lento, pues las tijeras de podar que Pablo llevaba consigo, se incrustaron en su estómago.

—¡Amber! —Javier comenzó a escupir sangre, y cayó al suelo soltando el arma, la cual fue a caer hasta los pies de Pablo.

—No te atrevas a mover un puto dedo —Amber miró desafiante al chico. —Si tocas la maldita pistola, tu hermana se irá al infierno.

Pablo levantó las manos asustado, mientras observaba a Javier.

—Oh mierda, lo maté, lo maté.

—Un gran trabajo Pablo, este idiota ya me tenía harta con sus preguntas estúpidas.

—Yo no quería hacerlo, no quería matarlo, en verdad no quería hacerlo, lo siento.

—Ay cosita, estas teniendo un ataque de pánico, tranquilo, este sedante te ayudará.

El liquido entró en Pablo, quien seguía susurrando que no quiso matarlo.

—No quise hacerlo...

Amber suspiró tranquila, pensando en que la libertad estaba a punto de llegar, solo tenia que llevar a los chicos al sótano y todo estaría bien para ella.

—Por favor, Amber, ayúdame, llévame a un hospital, ya o me voy a desangrar, no siento tanto dolor y eso es malo, es malo, me voy a morir, me voy a morir, ayúdame, carajo.

—Esto te pasa por estúpido.

Amber tomó otra jeringa y la puso en el cuello de Alexa que se encontraba tirada en el suelo, con una gran herida en su cabeza.

—Amber, él me dijo que yo iba a vivir, no me dejes morir, por favor Amber, ayúdame.

—Nos vemos Javier.

—¡Amber, por favor no te vaya sin mí! Ayúdame.

—No empieces Javier, tu solito buscaste tu muerte.

—No estoy listo para irme, por favor ayúdame, por favor Amber, piensa en mí, por favor no me dejes, no quiero morir.

—Lo siento, Javier —Amber jaló el gatillo, disparándole en la cabeza al chico en el suelo.

Grupo: Curso de inglés.

Camila: Tengo una pequeña sospecha.

Camila: ¿Hay alguien?

Camila: Ya se quién es el asesino, él me lo dijo hace tiempo, apenas ahora lo recuerdo.

Camila: ¡Chicos, por favor alguien responda!

Camila: ¡Ayuda!

Camila: ¡Amber está en mi casa, por favor ayúdenme!

Camila: Se los diré, por si muero, quiero que se pudra en la cárcel, el psicópata es...

Camila, última vez hace 1 minuto.


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