Epílogo
No me imaginé que un tercero tuviera que intervenir en la historia para cambiar el rumbo que yo asumí.
Una semana más tarde, cuando ya entregamos el vídeo final del reality y el informe, mi mamá me notificó que la profesora llamó para que fuera a buscar las notas junto a la retroalimentación, además de que ella quería hablar conmigo con seriedad. Oh no, ¿Lars incluyó mi consumo de cocaína en la cinta? Hay muchas horas de yo drogado tocando guitarra, ¿qué tanto salió en el producto final? Que jodido miedo. Mi madre no salió involucrada, en todo caso, eso me da a entender que tal vez no sea por ello, demás hubieran llamado a los servicios sociales. Los adultos ponen el límite en la marihuana incluso, si me pillan inhalando algo fuerte estoy cagado de por vida.
Para mi buena suerte, tuvimos calificación máxima.
— Felicidades, Kirk —Fue lo que me dijo, entregándome una carpeta con la retroalimentación, nuestro informe y la cinta VCR del documental—. Hicieron un trabajo fenomenal.
— Gracias —Suspiré, recibiendo el cúmulo de objetos.
— Decidí llamarlo solamente a usted y no al resto de sus compañeros, como puede ver, porque hay un par de detalles que me gustaría conversar.
Mi corazón casi se para del susto. ¡Era el momento de la verdad!
— Primero que todo, con la escuela decidimos involucrarte en un programa de ayuda profesional contra la ansiedad a partir del próximo semestre para que puedas expresar mejor tus emociones.
Suspiré, sí, era obvio.
— No queremos invadir su privacidad, pero como parte del cuerpo docente y maestra de psicología, me preocupa la frecuencia en que sufriste de colapsos nerviosos durante un viaje que prometía ser divertido y queremos lo mejor para ti.
— Tiene sentido —Hice una mueca—. Fue duro.
— Está bien llorar de vez en cuando y contarle a tus amigos que no te sientes bien, en el programa vas a aprender a expresarte mejor.
— Gracias, supongo —No tengo mayor opción y sé que es por mi bien, mejor no luchar contra ello.
— Por eso decidí que no vamos a mostrar los documentales de vuelta de vacaciones, al menos no el de tus amigos por respeto a ti.
— Entiendo... —Ahhh, ¡que se acabe esto luego!
— Por cierto, ¿cómo ha estado tu amistad con Lars?
¡Mierda!
— No he sabido nada de él desde el viaje de regreso, me he sentido enfermo sin ganas de nada —No mentía del todo.
— ¿No le confesaste tus sentimientos?
Casi me hice caca ahí mismo. Mi expresión facial expresó el horror absoluto de escuchar aquello. No hay forma de que yo haya malinterpretado esta situación. Tengo la boca tan abierta que podrían entrar las moscas.
— Todo lo que hemos conversado no saldrá de acá, Kirk —Mencionó en un tono de voz mucho más cálido. Sigo sin saber cómo reaccionar—. Y perdón si fue una pregunta demasiado personal, Lars parecía herido por tu frialdad el último día de expedición.
Él me llamó 'cariño', agregó que me extrañaba aparte. Esperen... Tragué saliva antes de hablar.
— ¿Usted quiere insinuar que...?
— No he insinuado, observé que hay cierta tensión entre ustedes y pienso que deberían conversar para solucionar lo que los tiene distanciados.
Sabe tan bien utilizar el lenguaje a su ventaja que no hay forma en que pueda reclamar algo.
— Tiene razón.
— Ustedes siempre han tenido una conexión 'especial' —Empleó un tono distinto e hizo énfasis en esa última palabra—. Sería muy feo para ambos y para el grupo de amigos que estén distanciados por cosas sin conversar.
— ¿Y James?
Mi corazón va a reventar. Me arriesgué mucho tirando la piedra de ese modo, ya no puedo ocultar el brazo.
— James los quiere mucho y por más 'frío' que parezca, es el que más se sintió herido por lo que encontró en tu chaqueta, créeme, él va a entenderlo todo, sin importar qué tan incómodo sea el tema para ti de comunicar.
Eso me hizo reflexionar. El rubio que conozco me hubiera partido la madre por pillarme por segunda vez inhalando, prefirió resignarse y dejarme a solas. Se controló. No tengo de qué preocuparme referente a mis amigos, estoy bien apoyado.
— ¿Y si Lars...? Bueno, ya sabe usted... Si él 'piensa' distinto que yo.
— Te lo prometo, sólo vas a salir herido si no lo hablan.
No hay escapatoria.
La conversación continuó por un rato más, eso último fue lo esencial. Acepté que me inscribieran en ese programa, mi único trabajo ahora es dejar de ser un inútil cobarde. En casa, cogí el teléfono de mi habitación y marqué al pequeño castaño.
— ¿Kirky? —Su voz sonaba sorprendida— ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
— ... —Mi voz no salía, balbuceé mierda hasta que me aclaré— Q-quiero hablar contigo...
— Dime, por favor...
— En persona, mi casa, te... te espero.
— ¡Me baño y voy corriendo!
Cortó la llamada. Wow. Aproveché de ordenar un poco mi cuarto, siento que vomitaré de los nervios... Alrededor de una hora más tarde, él tocó el timbre. Advertí a mi madre que yo iría. Tengo que afrontar y ponerle fin a esto. Abrí la puerta y él casi me ahorcó de un abrazo de oso.
— Te extrañé tanto... —Sonó tan dolido.
— Y yo a ti... —Susurré en su oído, acariciando su cabello con suavidad. Exhalé con fuerza tras separarme del gesto— Vamos a mi cuarto.
— Está bien.
Aquella caminata se me hizo eterna. Tomamos asiento en mi cama, mirándonos las caras, bien incómodos.
— ¿Qué era... eso que querías decirme?
— Sí, eso... Lo siento mucho —Desvié la mirada.
— ¿Eh? ¿Por qué? —Lucía atontado.
— Por ignorarte todo este tiempo, fui un idiota contigo...
— No —Interrumpió—. ¿Qué dices? Estabas enfermo, lindo, no debes disculparte —Tomó mi mano, firme—. Estabas en tu derecho a guardar espacio. Yo... Yo fui un idiota al entrometerme cuando claramente necesitabas tiempo a solas para ordenar tu cabeza.
Ay, no, él está tomando la culpa de mis malas decisiones, no, no...
— ¡Lars! —Alcé el volumen de mi voz, me contempló sorprendido— Ahora, yo ahora me doy cuenta de que... tú, eh, todo este tiempo... —No sé cómo llegar al punto.
— ¿Sí?
— Yo siempre asumí que siempre seré sólo... Un amigo para ti —Ugh, es tan difícil—, es que... ¡Me gustas! —Escupí de una vez, él se mostró sorprendido— Y como me tratas así y el otro día me besaste, pensé que... Ah... Me utilizaste y...
— ¡No era mi intención que pensaras eso! ¡Tú también me gustas! —Ahí yo me quedé sacado de onda.
— ¿Por qué dijiste que sólo éramos amigos?
— ¡Preguntaste por nuestro estado actual, que siempre ha sido amistad! ¡No preguntaste por lo que esperabas que nos volviéramos después de eso!
O sea... que hice todo un escándalo autodestructivo por días sólo porque no supe formular una jodida pregunta.
— ¡Tuve mucho miedo de perderte desde ese día! —Confesó— Por eso te invité al cine y no quisiste acompañarme...
— Argh, ¡lo siento! ¡Pensé que no sentías lo mismo y quise tener mi propio espacio!
— Está bien, son cosas que pasan... —Forzó una risita— Debí confesarme tras el beso, mas, tuve miedo y quise dejarlo como que no pasó porque tú actuaste así.
— Yo también quise confesarme tras el beso y no pude... —Gruñí— Puto documental y putas cámaras.
— Bueno, ya no las hay —Guiñó.
— Verdad.
— Ahora, ¿podemos...?
Estiró la trompa y me sonrojé. ¿Qué más puedo hacer? Lo besé como deseé por siempre. Me agarró de la cintura y yo lo hice de la nuca, su cuerpo estaba tan calentito, no quiero volver a soltarlo...
Tras estas semanas de descontrol e incertidumbre, por fin me siento en plena paz conmigo mismo, pues tuve el valor de confesar mis sentimientos y sé que de ahora en adelante tendré que solucionar mis problemas de raíz en vez de patear la pelota hasta que ocurra lo peor.
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