Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día 2

A nadie le sorprende, ni a mí, que yo despertara mucho más temprano que Lars. Fui tan vago que dormí con las mismas pilchas que usé en el viaje en coche. Era temprano, más o menos las siete según el reloj despertador a un costado de la cama. No logré dormir más porque los ronquidos de este tonto y sus espasmos a mitad de sueño me tienen en estado de alerta constante. Suspiré admirando su pálida piel y la baba que se le caía, recorriendo la almohada. En vez de sentir asco, suspiré porque es imposible enojarse con esa carita adorable.

Me levanté y de puntillas salí de la habitación, aunque creo que puede caer un misil cubano ahora mismo y él ni se inmutaría. Cerré la puerta. Mi nuevo foco de atención era el desastre que hacía James en la cocina; el rubio movía las perillas de la cocina a gas y apestaba bien feo. Al verme, se corrió para un lado, sabiendo que podía dejarme a mí esa tarea.

— Un poco más e iniciabas un incendio —Dije de broma, pero si quieren, no es una broma. Encendí correctamente la cocinilla.

— No sé, esas cosas de chicas... —Excusó encogiéndose de hombros, no parecía verle el problema a este hedor.

— ¿Querías... hacer el desayuno para todos? —Contemplé que había una bandeja de huevos y mucho tocino para que lo consumiera nada más él.

— No le digas a nadie. ¿Ok?

— Yo te ayudo, abre las ventanas mientras.

La incomodidad en su cara se notaba. Mejor no molestarlo. Preparé la mezcla de huevos con tocino y en un sartén aparte hice uno de huevo sólo para mí porque no consumo carne. Olía bastante bien para ser un aceite de quién sabe cuánto lleva acá. Al parecer, Cliff anoche hizo las compras en una tienda de conveniencia porque el refrigerador estaba lleno de alimentos procesados y cerveza. Las prioridades.

— Pondré la mesa —Advirtió Hetfield.

— Dale, yo avisaré a que vengan.

Toqué la puerta del cuarto de Cliff primero, es más fácil y duele menos lidear con él que con mi 'amado'. Entré, y me percaté de que él ya estaba despierto.

— Ya está listo el desayuno.

— Uhh, gracias, Kirk, yo pretendía levantarme a eso en un rato —Sonrió mostrando los dientes.

— Agradécele a James —Guiñé antes de salir.

Aclaré mi garganta y golpeé la puerta de nuestro dormitorio contra la pared, me coloqué al lado de la cama antes de brindar la bofetada más fuerte que pude dar en mi jodida vida.

— ¡Despierta, Lars! —No se crean. Con suerte rezongó— ¡Lars, p-por favor! —Odio actuar pesado y más quebrarme en este papel que me inventé recién de rudeza.

— ¿Mmmm...? —Abrió un ojo, levantó la ceja y su voz se calmó al identificar mi cara— Buenos días, Kirky —Abrió el otro ojo y estiró sus brazos, similar a los gatitos.

— Vamos a desayunar —Invité señalando el comedor—. Te espero allá...

Me retiré sin esperar una respuesta, tomé asiento en la mesa mientras mis dos compañeros acomodaban las cámaras justo para cuando el enano llegó, todavía en ropa interior y calcetines, y se acomodó al lado mío. Planté la vista en mi taza de café.

— ¿Café y huevos? —Destacó Ulrich— Te vas a cagar encima.

— Aquí huele como si tú te hubieras cagado encima —Contestó Clifford—. ¿Qué es eso? ¿Gas licuado?

James y yo asentimos.

— Larga historia —El rubio alto tosió y continuó comiendo—... ¿Por qué empezamos a grabar ahora?

— ¿Qué más cotidiano que un desayuno? —James y Lars asintieron antes las palabras de Cliff.

— Gracias, Cliff, por comprar comida —Comentó Ulrich a su vez que comía.

— ¿Cómo supiste que fue Cliff?

— No sé, James, tú y Kirk se fueron a dormir re temprano —Se encogió de hombros.

— Mañana hay que ir a la feria —Acordó Burton sin tomarle mucha importancia a la discusión. Yo asentí—. No podemos vivir de abarrotes.

— ¿Ah? ¿No?

No evité sonreír. Lars es taaan tonto a veces, que me hace sonrojar.

— Kirk me apoya —Abrí los ojos como platos. Arghhh... Todos voltearon a verme.

— Lars, sólo te quejas porque no quieres levantarte temprano.

— Es que soy un ser de la noche, Cliff —Guiñó y posterior a eso, me dedicó una sonrisa. Tragué mi comida, apresurado. Espero que mi cabello tape mi rostro ansioso.

Ellos continuaron conversando y 'peleando' por estupideces mientras yo seguí callado, supongo que no quisieron darle más importancia a mi presencia calmada, cosa que agradezco, quizás.

Tiempo más tarde, cuando era ese período pre-almuerzo, consideré que era buena idea estudiar para el ensayo final. Quiero distraerme y que este jodido proyecto acabe luego, sin importar si eso implique enfermar. En nuestro cuarto, me recosté de mi lado de la cama junto al libro de Psicología, a un metro de distancia, Lars sentado a los pies del catre, viendo el fútbol y grabando sus reacciones.

Llevaba una camiseta sin mangas, sus bíceps lucían increíbles, hipnotizaba cómo se contraían cada vez que movía los brazos en emoción y luego daba un golpe al aire porque el jugador no echó un gol. Suspiré, que hombre... Alcé la vista un poco más. ¡Mierda! ¡La cámara!

Gruñí.

— ¿Puedes hacer menos ruido? —Hablé en el tono más irritante posible— Trato de estudiar.

— Owww, ¡pensé que no te molestaba! —Me miró con un puchero adorable y luego me inspeccionó de pies a cabeza— ¿Por qué estudias? Pensé que estabas leyendo por gusto.

No respondí.

— Tenemos tiempo para el ensayo, Kirk, además lo haremos juntos.

— Verdad.

— Jugaré en la Nintendo, prometo no molestar —Sonrió tan dulce.

— ¿S-seguro?

— Sí, no quiero molestarte, ya andas más delicadito de lo normal. Tonto —Sacó la lengua y yo rodé los ojos.

— Bien... —Suspiré y le devolví el gesto, quiero que sepa que no lo odio, sólo... no quiero ser tan obvio. Él me vuelve loco.

Se tiró al piso a jugar a un volumen moderado, es como un niño en ocasiones por su torpeza e inocencia. De vez en cuando actúa como un ángel, como ahora, y otras es un auténtico demonio. Seguí leyendo. La cámara no miente. Parece ser el más motivado en querer mostrar su vida en el reality. A ser sincero, la lectura no me entraba a la cabeza, las palabras las repito en mi mente y carecen de sentido. Pretendo que él no está en este cuarto mientras fantaseo con que me rodea de la cintura con esos brazos tan... tan...

Exhalé. El bochorno se puede hasta oler.

Quisiera que él se suba a la cama y siga picándome en las costillas como anoche, y yo me aguante las ganas de explotar de amor, agarrarlo de la nuca y robarle el beso más apasionado de la vida.

Salté de la cama por un horrible estruendo que parecía provenir de la habitación de al lado. Me estiré y Lars también se asustó, no lo dejé hablar porque me ocupé de yo mismo hacer el trabajo. Corrí al cuarto y chillé:

— ¡Cliff!

Otro estruendo. Es su jodido bajo con el pedal al volumen que hacía retumbar la casa entera. Si fuera sordo, tal vez pensaría que sufrimos de un terremoto.

— ¡Burton! —Pegué unos golpes a la puerta.

— ¡Qué! —Gritó desinteresado.

— ¡Estoy estudiando!

Siguió a lo suyo. Ingresé al dormitorio.

— Por favor.

— Estás rojo y tenso —Destacó entretanto apagaba el amplificador y siguió improvisando con el sonido de las cuerdas—. No te conviene estudiar —Su vista iba plantada en su instrumento.

— E-e-estoy...

— Pareces al borde del colapso.

— Pues...

— No quieres hablar, ¿verdad? —Callé y asentí—. Échate un rato o pídele a Lars que te haga un espectáculo, este es mi horario de estudio sagrado. Después te ayudo a estudiar, vamos a estar los dos más calmados.

— ¿Tú también...?

— No todos nacimos para ser estrellas como otro, ¿verdad? —Reí por lo bajo.

— Tienes razón, Cliff.

— Y conversaremos —Volví a darle la razón.

— Gracias. En serio.

— Bien —Prendió el amplificador de nuevo y las vibraciones me helaron la sangre—. Nos vemos más rato.

Apreté mis labios, impotente, y regresé donde Lars.

— ¿De verdad pensaste que podrías convencer a Clifford de dejar de estudiar bajo por tu libro?

— No estoy de humor... —Le di la espalda, acostado— Voy a ver qué hago hasta que Cliff se digne a soltar su instrumento, vamos a estudiar después de eso, por si quieres unirte.

— ¿Quieres verme jugar y luego vamos a comprar pizzas sin queso para el almuerzo? —Cogió la cámara y paró la grabación— Seguro James y yo bebamos algo después de almorzar, no quiero ponerme nerd tan pronto.

— Eres un desastre —Suspiré enamorado.

Él se acurrucó en mi hombro de repente y prosiguió su partida en la consola portátil. Posicioné mi barbilla sobre su cabeza, tan sedoso su cabello, y olía tan bien... Nos mantuvimos en esa posición, mi estómago se revolvía con violencia. Quiero tenerlo aquí, por siempre.

Horas más tarde salimos a dar una vuelta hasta encontrar la dichosa pizzería. Este pueblo no es tan urbano como pensábamos. Hacía un frío horrible. Compramos varias pizzas. Somos glotones y seguro a la noche nadie querrá cocinar algo sabiendo que ellos van a beber. El almuerzo se grabó son normalidad, seguí callado.

Cliff llegó a mi cuarto con cerveza en mano luego de comer.

— ¡Pensé que estudiaríamos! —Él me ofreció una lata y acepté, la abrí ofendido.

— No son mutuamente excluyentes... —Dio un largo sorbo a su lata— Antes que nada, sé honesto: Lars es quien te tiene así, ¿me equivoco?

— Es obvio...

— Pudiste pedir el cambio de habitaciones.

— No quiero ser obvio con James ni herir a Lars.

— Son demasiado brutos para sospechar de tus 'preferencias', creo yo —Encogió los hombros— Cuídate, Kirk, cuando te pones así de nervioso haces cosas peligrosas.

— Lo sé...

— Sabes que estaré para escucharte y ser lo más objetivo posible.

— Eres un sol, Cliff.

...

La maldita televisión. Ahora era un partido de tenis. Es de noche, James y Cliff beben en el patio, fumándose unos bastardos, yo me ahogo en mi desdicha.

— ¡Fanden! —Exclamó Ulrich a la tele— ¡Eres una mierda, sopenco!

No sé qué pasó, pero le gritaba como si lo escucharan.

— Kirk, ¿no quieres ver el partido conmigo?

— No quiero estresarme como tú —Bromee, leyendo un libro de Stephen King.

— Ah, sí, no te creo.

— Estoy ocupado ahorita —Menos mal la cámara estaba apagada.

— Pasemos tiempo juntos, quiero enseñarte de mi deporte favorito, ¡por favor! —Sus ojos de esmeralda, brillando, Dios...

— Mmmm...

— Te apuesto que ni siquiera estás al tanto de lo que lees, conozco tu cara, estás muy estresado, ¡ven! —Hizo señas.

Se colocó encima de mí y puso su mano sobre mi frente. Decidí ser honesto y solté el libro, sin preocuparme de colocar un marcapáginas puesto que estaba en lo correcto: no hilé ninguna idea en este rato de lectura.

— Me duele la cabeza...

— Sí, tienes fiebre... ¿Migraña? —Asentí— Te traeré algo, Kirky.

Me tapé hasta el cuello y él regresó con una compresa helada, la colocó en mi frente, y de repente, el calor se mudó a mis mejillas pues me dio un beso ligero ahí.

— Cuídate mucho, Kirky, no me gusta verte así... —Musitó preocupado.

Cuando es así, me derrito por mil años.

— Tal vez mañana en la feria encuentras algo bonito y te lo compro.

— Pensé que no querías ir...

— Mira, nunca sabes qué mierda puedes pillar —Reí—. Igual y encontramos cerveza más barata —me chocó el brazo con su codo y solté una carcajada— Cualquier mierda con tal de que estés mejor, Kirky, vamos, ¡veamos el partido!

— Si tú me explicas todo lo que ocurre...

— Seré el mejor comentador, ¡lo prometo!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro