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🎶 Psicofonía 3 🎶

Jimin y Yoongi encontraron una pequeña posada en el pueblo cercano a esa colina. El pueblo se veía bastante desolado, las casas eran pequeñas y estaban en muy mal estado. Sólo había un par de negocios, una posada y un bar.

—No sé si me da más miedo la mansión, o este lugar. ¿Viste que no hay más gente? Se supone que estamos en una especie de hotel, debería haber gente que lo frecuente.

—Yoonie, deja de quejarte por todo. Es una suerte que encontráramos esta posada. Además, la viejita de la recepción fue muy amable.

Yoongi bufó incrédulo. A él no le pareció amable decir que no bajaran para nada si escuchaban ruidos extraños.

—Y sobre la gente, es obvio que no habrá muchos turistas, prácticamente este lugar está olvidado— continuó su explicación mientras tomaba sus cosas para asearse en el baño que se encontraba al fondo del pasillo.

—Creo que tienes razón. Aún así, este lugar me da escalofríos y una muy mala sensación— se estremeció al imaginarse cosas de más.

—Aww, en este momento pareces un gatito asustado— se acercó a remover los cabellos de un Yoongi que bufó ofendido por la comparación.

—¿Vas a salir? — preguntó espantado al notar recién que su novio tenía su maletita de limpieza en la mano.

—Obvio, iré a asearme, luego puedes ir tú— tomó el pomo de la puerta, riendo internamente por lo miedoso que su novio resultó ser.

—No vayas. La señora dijo que no debíamos salir— Yoongi prácticamente voló de la cama hasta la puerta para detener a Jimin.

—Ella dijo que no bajáramos, no dijo que no podíamos salir. ¿Quieres que me quede todo sucio? — volteó a ver a Yoongi con un claro gesto de reprobación.

—Sí, si eso te deja conmigo.

—Ay, no seas puerco, Yoongi. Me voy, alista tus cosas para que vayas luego a asearte, ni creas que dejaré que este apestoso gatito duerma conmigo— salió sin darle opción a responder.

Yoongi ya ni se tomó el tiempo de sentirse ofendido por la nueva alusión de que era un gato, y uno que apestaba. Su mente había viajado lejos al escuchar algo que no lo dejó ni procesar las palabras del menor.

La ventana del pequeño y rústico cuarto se abrió de golpe, dejando pasar un helado viento que golpeó el cuerpo de Yoongi, dejándolo inmóvil.

«Lentamente, lentamente»

—¿Pero qué? — Yoongi quedó petrificado al escuchar con más claridad el murmullo de antes.

«Mi corazón se desploma»

«Como flores marchitadas»

—Es… es… ¿una canción? — tartamudeó. Su cuerpo entero tiritaba de frío.

Un frío que esa brisa le había calado hasta lo más profundo de sus huesos. La melodía de un piano se escuchaba tenue en el aire. Una melancolía inmensa llenó su corazón.

No se percató de cuánto tiempo había pasado, ni de su estado actual, hasta que sintió cómo algo lo zarandeaba con energía.

—¡Yoonie! ¡¿Qué tienes?! ¡Vuelve, vuelve conmigo! — Jimin, que había llegado del cuarto de baño, corrió hasta la ventana al ver a su novio tiritando y siendo un mar de lágrimas.

—¿Minnie? — logró balbucear al regresar en sí.

—¡Yoonie! ¡Tonto, me asustaste! — abrazó al mayor con lágrimas en los ojos.

Yoongi aún estaba mareado, pero correspondió el abrazo desesperado del menor.

—Discúlpame— acarició la espalda del menor, tratando de calmarse él mismo con ese acto, pues su corazón aún temblaba acongojado por la sensación que ese pedazo de canción había provocado en él.

—¿Qué pasó? ¿Por qué estabas llorando y temblando? — preguntó al separarse del abrazo.

—Creo que… lo escuché. Minnie, escuché la psicofonía.

Jimin lo vio tan sorprendido que parecía que sus ojos se saldrían de sus cuencas.

—Sé que dijiste que un oído humano no puede escuchar la frecuencia a la cual se transmiten las psicofonías, pero lo escuché, en serio…

—Te creo— interrumpió a su novio — aunque lo que dicen los estudios es verdad. Como te dije antes, existen personas con más sensibilidad que otras. Ésta, por ejemplo, es una gran muestra de ello. Tú la puedes escuchar, pero yo no. Tu oído está más desarrollado.

Yoongi asintió y giró la cabeza en dirección de la pequeña ventana. Ya no se sentía el viento frío, tampoco podía escuchar nada. Aunque la sensación de soledad no se iba aún de su sistema.

—¿Qué fue lo que escuchaste?

—Una canción.

—¿La psicofonía de amor? ¿Esa que generó la leyenda urbana?

—No parecía ser de amor, más sonaba a un desamor. La melodía era tan triste que me hizo doler el pecho y eso que no escuché mucho— se encogió de hombros.

—Wow, es sorprendente. Ten por seguro que mañana la escucharás completa. Las grabadoras debieron haber captado todo con claridad— sonrió emocionado y comenzó a aplaudir.

—Seguro— se limitó a responder Yoongi.

No estaba seguro de si quería escuchar toda la canción, o de querer saber más sobre lo que había pasado en el lugar. Algo muy dentro de él le decía que se alejara de allí lo más rápido posible. Por otro lado, su curiosidad aumentaba. Su mente era un desastre de contradicciones en ese instante.


Al día siguiente, muy temprano, Jimin y Yoongi dejaron la posada, uno más emocionado por lo ocurrido la noche anterior y el otro más temeroso que antes por los mismos acontecimientos del día anterior.

—¿Alguna vez escuchaste el dicho: “No debes molestar a los muertos, si no quieres terminar igual”?  — preguntó Yoongi después de un largo silencio dentro del auto.

—Nop, nunca lo he escuchado— negó rápidamente y Yoongi bufó como respuesta.

—¿No te lo estás inventado? — acusó Jimin con la mirada juguetona. Al parecer su novio seguía espantado.

Yoongi negó moviendo la cabeza, sin emitir una sola palabra.

—Creí que eras un fanático de lo paranormal como yo, pero parece como si no quisieras hacer esto— habló nuevamente Jimin, pero sin ningún indicio de burla esta vez.

—Lo soy, normalmente no le tengo miedo a estas cosas. No mentiré, me emociona descubrir algo nuevo y lograr escribir alguna canción o quizás un libro de esto— se encogió de hombros, sin apartar la vista del camino —, pero, por alguna razón siento que nada es como nos contaron y que hay algo malo, muy malo, que se esconde en esa mansión, y no creo estar preparado para enfrentarlo. ¿Qué tal si descubrimos un crimen horrible, que nos cambie la vida para siempre? O peor aún, ¿qué tal si quedamos malditos por la eternidad al interferir en algo que no debíamos?

—Woa, se nota que en serio pensaste mucho en ello. Si lo dices así, hasta a mí me da miedo. Sin embargo, dijimos que queríamos algo nuevo ¿verdad? Si no estamos dispuestos a seguir adelante, ¿cómo vamos a saber si esto era esa cosa nueva que buscábamos? Mi amor, está bien tener miedo, eso nos hace precavidos. Pero no dejemos que eso nos limite, vamos a estar bien. ¿Sabes por qué? — Jimin acarició la cabeza de su novio mientras este respondía una negativa — Vamos a estar bien, porque nos tenemos el uno al otro. Somos un gran equipo y nos protegemos mutuamente, es nuestra arma secreta. Tú con tu sensibilidad hacia los espíritus y yo con mi gran inteligencia para crear objetos y resolver problemas.

—Vaya, pero qué humilde de tu parte— dijo el mayor sarcásticamente.

Ambos estallaron en risas y Yoongi agradeció a su pareja por distraerlo, por sacar ese temor de su sistema.

Sin duda eran un gran equipo, nada podía salir mal.

—¡Estoy muy emocionado! — gritó Jimin al correr por los polvorientos pasillos de la mansión.

—No corras así, levantas mucho polvo— se quejó Yoongi, siguiendo a su alocado novio hasta llegar al salón donde habían dejado una de sus grabadoras.

—No seas tan gruñón— le sacó la lengua, cual chiquillo pequeño.

Yoongi rodó los ojos apartando la vista, esbozando una pequeña sonrisa. Amaba tener a su novio con esos ánimos, le ayudaba a controlar sus malos presentimientos y miedos que en ese momento querían salir a flote.

—Acá está mi preciada grabadora— Jimin casi ronroneó al encontrar su aparato, inclinándose para prenderlo.

—Momento, ¿vas a escucharlo acá?

—Claro que sí, ¿por qué? — preguntó Jimin.

—¿Y si quien sea que vive acá se enoja porque estamos perturbando su… hogar?

—Yoonie, creí que había quedado claro que no debemos dejarnos dominar por el miedo. Ahora relájate, iré por la otra grabadora y escucharemos todo— Se levantó y fue a la puerta del sótano donde había dejado su segundo aparato.

Afortunadamente seguía allí, por lo visto no le había pasado nada. Con esa ventisca que los espantó el día anterior, creyó que sus grabadoras podrían estar destrozadas o algo por el estilo.

—Espero que el tiempo que le puse de grabación haya sido suficiente, porque me moriré si se apagó antes de grabar la psicofonía que escuchaste.

—No digas esas cosas— reprochó Yoongi con el ceño fruncido. No le gustaba que jugara con esa frase como si no fuera algo importante.

—Sabes que es una broma, no te tomes todo en serio— se defendió acercando ambos aparatos hasta la mesita de la sala, cerca de una gran chimenea.

—Como digas— siguió a Jimin quien colocó las grabadoras sobre la mesita.

—¿Listo? — preguntó Jimin emocionando.

—Listo— respondió Yoongi no tan convencido.

Jimin no le tomó importancia a la respuesta titubeante de Yoongi. Rápidamente prendió el aparato para reproducir la grabación.

Se escuchó la fuerte estática y un claro grito enfurecido “¡Largo de aquí!”

Ambos se miraron espantados. Al parecer Yoongi tenía razón y el día anterior, lo que sea que vivía allí, los había expulsado de la mansión.

—Te lo dije.

—Si, pero… lo bueno es que hoy no hay ningún viento salvaje. Quizás está dormido, o finalmente nos aceptó.

—Sigo pensando que es una mala idea escuchar la grabación acá, deberíamos salir— Yoongi miró a todos lados, como si estuviera buscando algo.

—No puedo esperar hasta llegar a algún otro lado, quiero escucharlo ahora— se quejó el menor batiendo sus pies y sus manos, signo claro de su pequeño berrinche.

—Bien, bien. Sólo date prisa— respondió derrotado, Jimin era muy difícil de persuadir.

—En sí, no es como que pueda adelantar la grabación. No me quiero perder nada, si la adelanto, podría estar obviando algo necesario.

Yoongi suspiró cansado. No le hacía gracia alguna estar tantas horas en ese polvoriento y sombrío lugar que tenía olor a humedad.

—Mejor tomemos asiento— Jimin retiró uno de los manteles blancos que tapaba un enorme sofá.

—No toques cosas que no son tuyas— lo regañó el mayor nuevamente.

—No pasa nada, relájate— soltó una risita al ver a su novio haciendo una mueca de disgusto

A regañadientes, tomó asiento al lado de su novio. Ambos escuchando atentamente lo que parecía ser horas y horas de estática.

Otro día más.

¿Cuánto llevo acá?

Ya perdí la cuenta.

Momento, escucho ruidos abajo.

¡¿Pero qué?!

¡Creí que ayer los había espantado para siempre de nuestra casa!


Ahora me van a conocer, ni siquiera querrán salir de sus casas después de esto.

🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶

Holis 😍 al fin pude volver! Cómo recompensa por mi desaparición, les traigo una mini maratón 🥰

¡Espero les guste!

¿Volvemos a las preguntas? Yo digo que si.

¿Cómo les va?
A mí me pasó de todo este mes, todo referido a enfermarme hasta de lo que nunca lo había hecho jajaja 🙈

Lxs amo 💜 no olviden cuidarse mucho que no es bonito enfermar.

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