"Escribes solo cosas tristes"

Eso fue lo que me dijeron
Realmente no lo tomé con malicia ni ofensa
Es algo cierto, todos lo supieron
La tristeza me inspira, de ahí viene mi imprenta.
Si quieres saber de donde viene tanta melancolía
Te invito cordialmente a leer esta poesía.

Desde que era un niño, fui obligado a competir y vencer
En la escuela, las mejores calificaciones debía tener
Con mis hermanos, por la atención de mis padres solíamos contender.
Diariamente, conmigo mismo competía... ¡Y cómo odiaba perder!.

Lo que comenzó como "¿Obtuviste la nota máxima? ¡Felicidades!"
Pronto se convirtió en un "¿Medio punto menos que antes? Deberías avergonzarte".

No me castigaban, no me golpeaban, pero decían "esperaba más de ti"
Y mis compañeros se burlaban, porque el nerd caía al fin.
Hubiera elegido el bullying o un castigo físico
Pero el ego, golpeaban mi ego, y sentía odio prolifero

Yo no sabía lo que quería
Pero odiaba que me juzgaran por fallar.
Sin importar la situación, yo pretendía...
siempre ser mejor que los demás.

Me obsesioné con la victoria, pero más allá de eso, de a mis rivales aplastar.
Me consumía el ego y la sed de gloria, sin importar a quién deba pisotear.

¿De qué me sirvió eso? De nada, me quedé solo.
Los otros niños no querían jugar conmigo.
No hacía nada al respecto, vivía en un protocolo:
"Yo puedo, yo siempre puedo, no necesito ni un amigo".

Fui excluido de cumpleaños, carnavales y festivales.
Mis padres decían que esos eran pecados desagradables
Los adultos pensaban que era muy racional para mi edad
En el fondo, sólo quería tener una linda Navidad.

Nadie nunca me cantó ni deseó un "cumpleaños feliz"
Y al volver a casa, pensaba "Abandonad la esperanza, aquel que entre aquí".
Pese a todo, trataba de vivir con algo de alegría.
Entregando mi vida a Dios, rezando para que me libre de mi agonía.

Nunca escuchó mis plegarias, siempre quise saber por qué.
Los Padres me dijeron que era mi culpa, por ser pecador.
Oré y pedí una familia, y eso jamás a mi vida llegó.
Desistí de ser un seguidor del señor, me había quedado sin Fe.

Nadie nunca preguntó los motivos
Me veían y señalaban con desdén.
"Ahí va un traidor blasfemo y altivo
Peor que la serpiente del Edén"

Los que creía que eran mis amigos se fueron
Los méritos que hice como buen hijo, quedaron en "0".
Aquellos que alguna vez aseguraron que mi futuro sería fenomenal.
Ahora, decían que tendría suerte, si pudiera vivir sin caer en la calamidad.

Vagué sin rumbo por un tiempo, no sabía quién o qué yo era
Siempre fui lo que otros querían, no tuve identidad verdadera.
Era una oveja que vagaba perdida en la pradera
O peor, una oveja ciega que seguía a esa oveja.

Cansado suplicar la muerte y cada día despertar vivo
Me harté de mi debilidad, y construí mi propio camino
Creé una vida para mí, dolorosa pero sincera.
Amé, reí, soñé, creé y destruí. Todo hecho a mi manera.

La gente suele creer que vivo con pesar
Piensan que soy solo puro ego, con sueños sin lograr
Si supieran cómo vivía antes, atorado en mi tempestad.
Sabrían el porqué, y para qué, de mi forma de actuar.

No soy alguien que vive de penas y dolores
Tampoco una persona de odios y rencores
Soy más de abrazos, besos y amores
Soy el que llora viendo el cielo, y le encantan los colores.

Máscaras, tengo miles, cientos de millones
Capas sin fines, que cubren mis razones.
Oculto lo que soy, detrás de lo que debo ser
El ego reprime el amor, y la sonrisa ha de vencer.

No soy tan insensible, lloro de vez en cuando
No temo tocar a otros, temo lastimarlos con mi mano
Amo escuchar las risas de los demás, y oir chistes malos
Me encanta la música, y beber con mis hermanos.

Esos momentos valen oro, fugaces y preciosos
En mí los atesoro, y los guardo con decoro
Me muestran donde estoy, me llenan de vida
Me hacen ver quién soy, recargan mi energía.

Pero no escribo de ello, me gusta que sea así
Instantes y parpadeos, que viven sólo en mí
El ser humano ama con prisa, cual hoja que lleva la brisa
Pero sufre con lentitud, admira su abismo desde la cornisa.

Escribo cuando estoy triste, me ayuda a liberarme
Y es que si lo hago feliz, me pierdo de ese instante
Prefiero conservar mi alegría y vivirla en el momento
Luego, estando a solas, llorar en versos mis lamentos

La pena me hace crecer, me hace aprender
La alegría es recordar, recapitular lo que ya sé.
No es que solo escriba cosas tristes
Es que la felicidad es fugaz, no persiste

Si de niño tuve que vivir reprimiendo mis emociones...
¡Al menos déjenme hoy liberar estas sensaciones!
Mis cicatrices aún duelen a veces, todavía cargo con cosas del pasado.
Si no las sufrí en su momento, hoy las escribo con agrado.

Si un día comienzo a sentirme solamente triste, volveré al alcoholismo
Si por otro lado estoy solo feliz, será por negligencia conmigo mismo.
Mientras siga siendo sensible, este poeta seguirá escribiendo.
Y si un día me siento muerto, leeré lo que he escrito, para recordar, por qué sigo viviendo.

—Kevinicio JH. (Poesía o no, escribir calma mi alma)