Era una tarde tranquila en el bosque. El cielo estaba lleno de nubes y el viento soplaba con algo de fuerza, anunciando que pronto llovería. El ambiente era muy amigable, bastante tranquilo. El bosque tenía un sendero amplio y aves que, con su canto, hacían más placentero el viaje a través de éste.

Aquí, se encontraban 2 muchachos caminando. Dos hermanos de 12 y 9 años de edad, quienes, dejándose llevar por su imaginación, fantaseaban con que eran 2 exploradores de excursión en la selva, luego, pasaban ser ninjas que se movían entre los árboles con mucha cautela, indios que estaban de cacería o un par de científicos en busca de algún tesoro. Su imaginación los llevaba a donde ellos quisieran.

Después de un largo rato de risas y juegos, uno de los niños se cansó de tanto caminar.

—Ronny, yo pienso que deberíamos volver a casa, llevamos horas caminando. —decía el hermano menor.

—Deja de quejarte Anthony.  Sólo ha pasado una hora... creo. ¿Ya te vas a rendir?

—¡¿1 hora?! —Replicó Anthony—. Mamá siempre dice eso cuando viajamos para hacerme creer que pronto llegaremos. ¡Esa mentira no funciona conmigo!

Ronny sujetó a su hermano por los hombros.

—Confía en mí. El lugar que encontré es genial. Tiene árboles enormes, está cerca de un río y no hay animales peligrosos. Es perfecto. Sólo tenemos que desviarnos un poco del sendero.

—No sé si sea buena idea, sabes... —Dijo Anthony mirando hacia lo profundo del bosque—. Dicen que hay un hombre viviendo en el bosque y todo aquel que se desvíe del sendero está condenado a ser atrapado por él.

—Anthony, eso es una mentira. —Le respondió Ronny, burlándose— Yo siempre me salgo del sendero y jamás me ha pasado nada, no creas lo que dicen en la escuela.

Anthony no apartaba su vista del bosque, volteó a ver a Ronny, y, con mucha tristeza, le hizo una pregunta.

—El vendrá de nuevo. ¿Crees que esta vez pueda escapar?

—¿Q-Qué dijiste? ¿De qué hablas? —Replicó Ronny muy confundido.

—Yo no dije nada ¿Tú de qué hablas?

Ronny no le tomó importancia a eso. Le dio la espalda a su hermano y le dijo que se apresuren, pues, pronto llovería.

De repente el ambiente se volvió tenso. Del bosque ya no salían cantos de aves, el cielo cada vez se oscurecía más y más, inclusive, comenzaban a escucharse truenos... pero ninguno de los 2 hermanos hizo la propuesta de retirarse. Ni siquiera se hablaron, ya no jugaron a nada y sólo seguían caminando, acompañados de un silencio tan abrumador que daba la sensación de que el tiempo se había congelado.

De pronto, el camino se dividió en dos. Ronny se detuvo y, señaló el lado derecho del sendero.

—Es por aquí.

—No sé si debamos desviarnos... —Dijo Anthony con miedo—. No se ve muy seguro. Volvamos antes de que empiece a llover.

—Tú confía en mí, Anthony. Este sitio te va a encantar.

—Pues ya qué. Sólo no me dejes atrás de nuevo, por favor.

Ronny y Anthony se separaron del camino principal y entraron en el bosque. Al principio no era tan difícil guiarse, pero, poco a poco, el follaje hacía que Ronny se sintiera confundido sobre hacia donde debían ir.

—Me gustaría que ese día hayas elegido volver a casa. —Dijo Anthony.

Ronny se estaba enfadando. Era la segunda vez que su hermano decía algo así, y, si antes no fue divertido, ahora era estresante.
Pero antes de que Ronny pudiera decirle algo a su hermano, comenzó a llover. La lluvia se volvió intensa en unos pocos instantes. Ronny tomó la mano de Anthony y comenzaron a correr de regreso, pero... algo estaba mal. No sabía por cómo volver. ¡Estaban perdidos!

Ronny trató de calmarse. Buscó algo que se le hiciera familiar. Miró a todos lados en tratando de localizar algún tipo de escape, mientras, la lluvia se volvía más intensa y los truenos lo hacían entrar en pánico.

Anthony abrazó a su hermano, no dejaba de llorar.

—Tengo miedo, Ronny.

—Cálmate Anthony. Solo son truenos y lluvia, como mucho nos dará un resfriado, jaja. —Dijo Ronny entre risas falsas para ocultar su propio nerviosismo.

—No es por eso... Él ya está aquí. —Dijo Anthony.

—¿Otra vez con eso? —Esta vez Ronny se enfadó—. Anthony deja de decir cosas así, son molestas y...

Ronny vio por el rabillo de su ojo algo. Giró su cabeza y, entre los árboles se situaba una presencia que lo dejó atónito, una sombra. Era la figura de un hombre que estaba parado a unos metros de distancia y sostenía en sus manos un hacha llena de sangre.

En cuanto lo vio, Ronny sujetó a su hermano de la mano y comenzaron a correr. Ya no importaba hacia donde iban, ¡tenían que huir! Quizás así encontrarían el camino de regreso.

Ronny volteó a ver atrás y notó que el hombre no se movía, pero, por más que corriera, no dejaba de sentir su presencia. Era como como si estuviera a punto de alcanzarlos. Tras unos minutos encontraron el camino de regreso. Ronny y Anthony huían lo más rápido que podían tratando de no caerse por el lodo.

La lluvia y los truenos no hacían más que aumentar el pánico de Ronny, su hermano se veía muy tranquilo, aunque también corría con todas sus fuerzas, su rostro mostraba una mirada de resignación.

—¡No podré huir Ronny! —Dijo Anthony—. ¡Él siempre me va a atrapar!

— ¡Ya te dije que no digas esas cosas! —Respondió Anthony agitado y aterrado—. Sólo hay que salir de aquí. ¡Podemos hacerlo! No falta mucho, por favor, ¡Sigue corriendo! ¡No vayas a soltar mi mano!

Ronny regresó la mirada a su hermano y trató de alentarlo con una sonrisa, pero se dio cuenta que el hombre ahora sí los perseguía. Estaba a lejos y se acercaba muy rápido mientras movía su hacha de lado a lado.

¡Nos va a atrapar! —Gritó Antohny.

—¡Claro que no! ¡Sólo sigamos corriendo! —le dijo Ronny a su hermano mientras apretaba su mano.

—¡Está muy cerca Ronny! ¡Me va a alcanzar! Siempre será así... él me atrapará y tú podrás huir. Suelta mi mano y vete.

—No lo haré. Eres mi hermano y tengo que protegert... —Ronny miró a lo lejos un poco de esperanza —¡MIRA ANTHONY! ¡LA SALIDA DEL BOSQUE! Ahí no podrá hacernos nada. Rápido. ¡Tenemos que salir de aquí!

Estando a unos pocos metros de la salida Anthony cayó al suelo. Una de sus piernas fue cortada. El hombre que los perseguía le arrojó su hacha, cercenando su extremidad inferior.

—¡AAAAAAAH! —Gritó Ronny, a ver la pierna de su hermano completamente cercenada—. ¡ANTHONY, NO! ¡TU PIERNA! ¡TRANQUILO! TE CARGARÉ! ¡FALTA POCO! ¡VAMOS! —Ronny tomó a Anthony por los brazos pero ambos se salieron de su cuerpo.

Ronny gritó de nuevo, soltando el cuerpo de Anthony. Al ver el hombre estaba muy cerca, conteniendo el asco y las ganas de vomitar, recogió los brazos y la pierna que le amputaron a Anthony,. Luego, sujetó a su hermano por debajo de las axilas y arrastró el cuerpo hasta la salida del bosque.

Anthony no decía nada, no gritaba pero tampoco estaba muerto. Estando a unos pocos pasos para escapar de su pesadilla, Ronny arrojó los brazos y piernas de su hermano fuera del bosque. En cuanto sujetó el tronco de Anthony y quiso lazarlo también, su cabeza cayó al suelo. Y sus intestinos se salieron de su abdomen.

Ronny estaba asqueado, atónito y completamente aterrado. Pero, por alguna razón, siguió sacando a su hermano del bosque... aunque fuera en partes.

El asesino se aproximaba. Ya estaba demasiado cerca.

Ronny arrojó lo último que quedaba de su hermano fuera del bosque: el torso con una pierna.  Notó que aún faltaba algo. Tomó entre sus manos las vísceras y comenzó a lanzarlas una por una. Al final, cubierto de sangre hasta los codos, tomó la cabeza de su hermano y se dispuso a salir. Al hacerlo hacerlo, vio al asesino recogiendo su hacha. Este lamió la sangre que estaba en ella, y luego se lanzó hacia Ronny. Él logro esquivar un hachazo, y se dio cuenta que el asesino atoró su hacha en un árbol. No podía sacarla. ¡Era el momento de irse! Comenzó a correr de nuevo. Ya no faltaba nada, solo unos pasos y sería libre. Estaba sonriendo por pensar que lo había logrado. Lloraba y deseaba que la pesadilla se termine, pensaba ingenuamente que en la noche todo estaría bien... cuando, de pronto... el hacha, de un solo corte, le cercenó ambas piernas.

Ronny cayó al suelo gritando del dolor. Y la cabeza de su hermano, Anthony, cayó justo frente a él.

El asesino pasó frente a Ronny, lo ignoró y comenzó a meter todas las partes de Anthony y un costal. La cabeza decapitada de Anthony habló con su hermano una última vez:

—Creo que... hoy tampoco lo logramos... Ronny, debes dejarme ir. No fue tu cupa...

El hombre tomó la cabeza de Anthony y la metió en el costal.

Luego de eso, sujetó Ronny por el cuello de su camiseta y lo llevó a rastras hacia la profundidad del bosque. Abmas figuras se perdieron entre la lluvia y la densa niebla.

—¡AAAAAAAAAAH! ¡NO! ¡NO! ¡POR FAVOR NO! —Gritaba un joven con desesperación.

Quizás tendría unos 25 años. Quizás. Estaba en una habitación acolchonada, retenido por camisas de fuerza. No tenía piernas así que no podía hacer nada más que retorcerse de un lado al otro.

Fuera de la habitación, dos personas se encontraban hablando.

—Aún no hay mejoras.

—La terapia no lo había ayudado y los sedantes ya casi no son efectivos. Está completamente loco.

—Pobre joven. ¿Qué le habrá sucedido?

—Según el expediente: fue encontrado en la cueva de un oso, en el bosque. Sus piernas fueron devoradas. Logró salir con vida. Lamentablemente, su hermano menor no corrió con la misma suerte... Solo encontraron sus restos.

—¿El oso no lo asesinó en seguida?

—Tenemos la teoría de que estaba conservándolo para hibernar. Fue un milagro que no muriera desangrado ni devorado.

—Más que un milagro... parece un castigo.

—Bueno, debido a su estado, mañana le aplicaremos la eutanasia.

—¿No cree que podamos salvarlo?

—La muerte será su salvación.

Así es, lo único que le quedó a Ronny, desde aquel día, fue repetir en su mente, su frágil y destruida mente, lo que lo volvió loco. Una y otra vez, todos los días.

Quizás en algún momento él y Anthony logren escapar, pero, según parece, no le queda nada más que vivir un bucle infinito.

Anthony se lamenta por haber provocado la muerte de su hermano, pero, no necesitará morir para ser castigado en las profundidades del averno, pues, ya vive un infierno. Todo el día, todos los días, en todas partes y todo el tiempo.