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Sunoo salió al receso emocionado. Ya no aguantaba las ganas de ver a Heeseung, no hablaron en toda la mañana y no se vieron en todo el fin de semana, en verdad lo extrañaba.

Sus amigos salieron junto a él, hablando de cualquier boludez que se les ocurría, riendo escandalosos como siempre. Pero a penas llegaron a la cantina de separaron. Seongmin fue a comprar algo de comer, Seeun fue a guardar su lugar de siempre en el patio y Sunoo fue a buscar a su novio.

No tardó en encontrarlo sentado con sus dos amigos en una de las mesas en el interior. Los tres sostenían sus teléfonos y presionaban la pantalla constantemente, se veían muy concentrados en lo que hacían; probablemente jugar algún videojuego que no conocía.

—¡Buenos días, hyung bonito!— se paró a su lado y lo saludó. —¡Hola chicos!— sonrió alegre y sacudió una mano para saludar a sus dos amigos.

—¡Sun, hola!— Yunjin levantó la mirada para saludarlo. Jake solo le dio un asentimiento de cabeza.

—Hola, bebé.— habló Heeseung, dejando su teléfono y estirando su brazo para que Sunoo se acerque. El rubio no lo pensó dos segundos y se tiró a los brazos de su novio.

—¿Estabas jugando algo importante?— le preguntó mientras acomodaba su cabeza en su hombro.

—Nop, solo estábamos jugando minecraft con los chicos.— contestó peinando los cabellos de su novio.

—Ohh. Bueno, te traje algo.— dijo separándose un poco y metiendo su mano en su bolsillo, sacando algo en su puño cerrado. —¡Es una florcita de papel!— dijo emocionado, dejándola en la palma de Heeseung.

—Que linda, ¿la hiciste vos solito?— preguntó, admirando la pequeña rosa rosada.

—Nop, mi amigo Niki me enseñó a hacerla hoy en clases. Había encontrado unas en mi mesa y me dijo que el las sabía hacer y me mostró.— explicó alegre.

—Oh, con que Niki.— murmuró, alejándose un poco del abrazo y dejando la flor sobre la mesa.

—¿Ese no es el pibe con el que saliste la vez pasada?— se metió Jake, mirando a Heeseung con los ojos entrecerrados cómo señalandole que preste atención.

—Ajá, comenzamos a ser amigos hace poquito. Es muy amable y me cae bien.— contestó algo incómodo, sentía una extraña tensión en el ambiente y la mirada sospechosa del australiano no ayudaba.

—Bueno, gracias por el regalo, ahora podés ir con tu amiguito, nosotros vamos a seguir jugando.— dijo Heeseung, apartando su cuerpo totalmente del de Sunoo y volviendo a tomar su celular.

—Oh, okay.— Sunoo lo miró con pena y se levantó. —¡Nos vemos!— intentó sonar animado antes de irse.

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heeseung no lo merece😔