
• one •
¿Kang Taehyun celoso? pff, eso sonaba totalmente ridículo y difícil de creer.
—Fuera de mi habitación, Choi.
—Pero, cariño-
—¡Dije que te largaras! —tomó del suelo una de sus pantuflas de conejito y la lanzó hacia la puerta, haciendo que el pobre Soobin todo asustado cerrara la puerta justo a tiempo antes de que la pantufla le diera directo en el rostro. —¡A la próxima no le apuntaré a tu cara si te vuelves a aparecer por acá! —gritó, haciendo notar la molestia en su voz.
Bueno... todo el mundo decía eso hasta hace unas semanas. Antes de que el staff le regalara aquella consola a Soobin al terminar un capítulo de To Do.
Ya era costumbre ver al pelimorado en ocasiones ser un tanto agresivo con sus amigos y compañeros de casa; varios videos en la red lo hacen imposible de negar. Pero en estas últimas semanas, esa agresividad se había intensificado y se había mezclado con un mal humor tremendo que incluso llegaba a dar miedo.
¿Y quién era el causante de todo ese caos?
Choi Soobin, y su queridísima PlayStation 5.
En cuanto la consola fue instalada en la sala principal de la casa, los cinco miembros la recibieron de la forma más cálida posible, osea, jugando con ella durante una semana entera. Poco les importó tener pendientes al día siguiente; ellos duraron jugando todo el santo día, por siete días seguidos.
Claro, Yeonjun, Taehyun y Hueningkai se tomaban algunos recesos para comer algo, revisar sus teléfonos o simplemente ir al baño.
Pero los dos Choi restantes apenas y se podían despegar, pues al ser los más aficionados a los videojuegos, todo quedaba completamente en segundo plano cuando se trataba de la PS5.
Cada vez que intentaban obligarlos a tomar un descanso, lo único que decían era: "danos solo dos minutos más, ya estamos por ganar".
Aunque al pasar dos semanas más con la misma rutina, los cuatro miembros llegaron a su punto límite; simple y sencillamente se habían aburrido. Si, incluso Beomgyu, quien prefirió dormir como koala y comer hasta reventar por las semanas que les dieron. ¡Eran vacaciones de invierno, por dios! para eso se hicieron, para relajarse al extremo.
Pero, ¿adivinen quién no pensaba lo mismo?
—¡Choi Soobin!
El pelinegro dio un pequeño salto en su lugar, volteando hacia la persona que había pegado el grito, totalmente asustado.
—Tyunie, casi me da un paro cardíaco —cerró sus ojos y masajeó levemente su pecho, haciendo un pequeño puchero. Pocos minutos después, agarró nuevamente el control de la consola y se dispuso a retomar la partida mientras seguía hablando con su novio; podía hacer las dos cosas a la vez, claro que si—. ¿Qué pasa, cariño?
—Quiero que dejes de jugar ahorita mismo, al menos por un rato. Estaba pensando en que tal vez podríamos ver una película en la sala de cine, y comprar helado y papitas para acompañar —una linda sonrisa apareció en el rostro del más bajito al imaginarlos a ambos dándose besitos y mimos durante la película, cobijaditos y acurrucados para entrar en calor. Hacia tiempo que no pasaba tiempo con su bonito conejito, ya lo extrañaba.
—¡Claro! solo dame cinco minutos, ya casi gano.
Automáticamente la sonrisa de Taehyun desapareció, como si nunca hubiera estado ahí.
Y... la bomba explotó.
—Maldita sea, Choi, dije a la de ya.
Soobin quedó desconcertado cuando la televisión repentinamente se volvió negra. Miró hacia un lado y vio el cable desconectado de la consola en manos de su pareja.
—¿No te vas a levantar de ese sofá? ok, tendré que darte un buen golpe hasta reiniciarte como tus jueguitos esos —la mirada fulminante del menor le causó un escalofrío por todo el cuerpo al otro chico.
Con eso no tuvo que pensársela dos veces antes de salir corriendo hacia su habitación, siendo perseguido por un molesto pelimorado.
Eran las dos de la mañana. Todos se habían ido a dormir al rededor de las once de la noche pero, ¿qué hacía Soobin despierto todavía?
Si pensaron en su preciada PlayStation 5, no se equivocaron ni un poco.
El pelinegro caminaba a pasitos silenciosos por los pasillos de la enorme casa, hasta llegar finalmente a la sala principal, donde casi se le escapa un chillido de emoción al ver la consola a poca distancia.
Habían pasado unos largos días desde la última vez que tuvo ese control de un brillante blanco en sus manos, pues Taehyun se había encargado de mantenerlo retirado para tomarse un descanso con él y aprovechar sus vacaciones de invierno al máximo, aunque Soobin tampoco es como si estuviera molesto con ello. Pudo pasar mucho tiempo con su pequeño; vieron películas en la sala de cine en casa, tuvieron sesiones de besos y caricias, volvieron a reunirse todos en la mesa para comer las tres comidas juntos, tuvieron una pijamada súper divertida, etc.
Ahora que las vacaciones habían terminado, debían seguir con sus actividades diarias; pero Soobin planeó jugar sólo media hora durante una madrugada para evitar ser regañado por su manager o su pareja, así se pondría al día con su compañera favorita de juegos antes de que amaneciera. Igual, nadie se daría cuenta, ¿cierto?
Encendió la televisión, no sin antes haber comprobado que el volumen estaba en lo más bajo, y se dirigió hacia la PS5. Estuvo a punto de conectar el glorioso cable, pero pegó un respingo al escuchar un fuerte grito.
—¡Choi Soobin, te juro que le voy a pasar el auto encima a esa cosa si no te despegas ahora mismo!
Soltó un suave sollozo, era un idiota. ¿Cómo pudo pensar que Taehyun no se daría cuenta de su ausencia si esa noche se habían ido a dormir en la misma cama?
—¡Amor, podemos negociarlo! —corrió en dirección a la habitación del pelimorado, rezando mentalmente para que su relación no terminara esa noche.
Los demás miembros, los cuales se encontraban asomados desde sus respectivas puertas, sólo se observaban entre sí u observaban la escena con sus caritas demostrando el enorme agotamiento que sentían; tanto grito terminó por despertarlos, pero no entendían ni que pasaba, ni sabían quienes eran o cuál era la razón de su existencia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro