XVI
—¡Sorpresa! Vine por mi chico. ¿Dónde está Harold? Qué no está en su casa.
—¿Qué te importa dónde está? O más bien, ¿cómo llegaste a aquí? —la mire cruzándome de brazos con mi semblante totalmente lleno de seriedad.
—Oh, ¿estás enojada por qué te quité a tu querido esposo, no? —deja escapar una carcajada mientras se ponía las manos en la cintura.
—¿Yo? Puf, para nada, si Harold está en mi cama ahora mismo, ¿acaso crees que si lo arruinaste todo zorra? —ahora era yo la que reía al ver su rostro de impresión.
—¿¡Qué!? Eso no puede ser, quítate —se hace paso por la puerta para entrar rápidamente en la sala dónde se encontraban todos, sabía que estaba en la boca del lobo, por eso debía llevarse a Harold rápidamente de ese lugar.
—¿Tiffany? ¿Qué haces aquí? —Harold la mira serio al levantarse en el sillón—. ¿Cómo llegaste aquí? En este lugar no eres bienvenida.
—La verdadera pregunta es, ¿tú que haces aquí? Debemos irnos tú y yo, a ella la debes dejar en paz con su engendro —lo mira para tomarle del brazo.
—¿Estás demente verdad? Lárgate de aquí ahora mismo, si no quieres que llame a la policía, yo amo mucho a Keyla como para dejarla por una mujer como tú —menciona totalmente enojado soltándose del agarre.
—¡Vámonos! Ahora eres mío —bufa para sí, para jalonearlo levemente a la puerta.
—Déjeme en paz Tiffany —su semblante de enojo se reflejó en su rostro inmediatamente que con un tirón la derribo hasta el punto de hacerla caer notando como se quejaba agarrando su vientre, eso hizo que el joven frunciera el entrecejo.
—Solo ven conmigo y te diré por qué hago esto —esta rechina desde el suelo entre dientes mientras se ponía en pie, a lo que todos la vieron.
—Es mejor que vayas Harold, tampoco deseo que esté esta zorra en mi casa mucho tiempo —responde Jennie mientras miraba a una Tiffany temerosa, la cual solo arrastraba al hombre hasta sacarlo de la casa.
—Harold caminaba molesto, no podía disimular su semblante, pero debía aprovechar que esta hablaría para poder acabar con esto. Ambos subieron al auto que previamente Tiffany reviso para que no hubiera ninguna persona o algún micrófono escondido, al acomodarse en el asiento empezó la marcha y la conversación.
—Harold, necesito que me escuches atentamente y créeme que no te voy a mentir.
—Solo habla, Tiffany, me puedes hacer el favor de decirme que cojones pasa, ¿por qué estás haciendo esto?
—Me tienen amenazada con matar a mi familia Harold, un hombre ha de apetecer a Keyla y que ella este a su lado, por eso me obligo a mí para que los separe y dañara todo su matrimonio... Yo la verdad lo siento, pero lo tuve que hacer... El sujeto se ve que es peligroso.
—¿Por qué no me dijiste nada, Tiffany? Yo te fuera ayudado, estás arruinando mi matrimonio, mi relación con Keyla.
—Tenía miedo y no sabía cómo actuar, estoy embarazada de un chico que él mató, no quiero perder a mi bebé como lo hice con su padre. Él me golpeó intentando que abortara cuando me negué, mi pareja se interpuso y falleció, ¿qué esperas que haga? Es un psicópata, tuve que aceptar y hacer como si en verdad quisiera algo contigo para evitar más sangre... —suspira un poco mientras se detiene en un semáforo.
—Entiendo y lo lamento Tiffany, pero debemos detener esto, ese sujeto no se puede salir con la suya —suspira para tomarla de la mano libre— yo te ayudaré a escapar de él.
—Gracias Harold, en verdad, lo siento mucho... El hombre quiere que te separes de Keyla, haciéndolo, aunque no sea real, puede que nos deje en paz, yo la verdad me iré por qué me ofrecieron trabajo, pero no puedo irme tranquila si ese tipo no se convence de que están separados.
—Eso creo que si no lo pueda hacer, no me parece correcto, es mi matrimonio el que está en juego Tiffany, ¿acaso no lo entiendes? —escucha las bocinas al ver que el semáforo cambio, a lo que esta pensó unos momentos mientras seguía la marcha, eso en verdad lo hizo quedar como un tonto.
—¿Te importa más que muera mi hijo? ¿Qué mueras o que muera Keyla con su hija? ¿Eso te importa por no arriesgar un poco tu matrimonio? Si Keyla te ama, te entenderá, si las amas debes hacerlo para salvarnos a todos, no debes ser egoísta —dice algo sería mientras lo ve de reojo— si fueran las cosas distintas no estaría aquí rogándote por la vida de mi niño.
—Tiffany, lo siento en verdad, pero el que está viviendo esta situación soy yo, tendría que hablar con mi esposa para ver lo que piensa.
—No puedo creer que prefieras que los siga molestando o en su defecto que ese hombre te gane a Keyla —dice irónica al detenerse frente a la casa del contrario.
—¿Perdón? Él no me ganará a mi esposa ni la tendrá, Keyla me ama mucho y somos un matrimonio estable a pesar de los inconvenientes —refuta empezando a molestarse, aunque mantenía sus humos en línea.
—Harold, deja de ser cabeza dura y reacciona, ustedes son personas importantes, por ello si la gente se llega a enterar de que tu ex pareja te acosa y te hace separar de tu esposa, ¿qué crees que digan? La sociedad presiona mucho, piensa tanto en Keyla como en Cloe, no pienses en algo que podrán arreglar con el tiempo como lo es una unión matrimonial con una nueva boda. Acepta mi propuesta, solo serán unos cuantos días.
—¿Por qué no me dices mejor quién es? Así pudiera acabar con todo esto, ya —responde hastiado.
—No puedo, por qué yo tampoco le conozco su rostro o su nombre, siempre se comunicaba conmigo desde un teléfono público o con sus peones.
—Bien, hablaré con Keyla, pero no te prometo nada.
—Gracias, te prometo que mañana mismo me iré de su vida conforme anuncien su rompimiento para que ese idiota me deje en libertad... —sonríe un poco quedándose en su asiento.
—Como digas, después te hablo Tiffany, anda con cuidado y cuida de ese bebé que llevas dentro —responde este para bajarse sin más del vehículo para entrar en la casa, tenía mucho que razonar antes de poder hablar con su esposa.
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