Mientras tanto con los chicos.

—Tranquilo Harold, ya Jennie debe venir en camino, no te desesperes y mejor dúchate —lo mira y ve como este seguía negando desde la cama sin siquiera probar bocado alguno. Ya estaba cansado de intentar acercarle ese café que estaba frío.

—No creo que ella me quiera ayudar, es amiga de Keyla, no creo que quiera que me acerque a mi esposa —abrazaba la almohada de Keyla y hundía su rostro en ella— yo la amo mucho... Me hace falta...

—Tranquilo Harold, en verdad jamás te había visto así por una mujer, vas a ver que Jennie te ayudara, te ves fatal —toca su hombro en compasión por cómo se veía su amigo.

—Jamás me había enamorado de una mujer, así como lo hice con ella —lo mira para sentarse en la cama mientras apretaba la almohada y sus ojos se volvían a cristalizar—. Keyla, esa mujer, ha sido el ángel que necesitaba en mi vida, ángel que perdí por culpa de Tiffany.

—Te comprendo, pero verás que todo se arreglara, no llevan ni uno, ni dos años de matrimonio, llevan ya varios y podrán solventar esto —le sonríe para escuchar como sonaba el timbre— tu salvación ha llegado, iré por Jennie.

—Está bien Kev... —suspira algo indeciso, no pensaba que Jennie en verdad le ayudaría, es amiga de Keyla y la respaldaría más a ella.

—Kevin baja a la sala principal recibiendo a su esposa con un corto beso, sentía que lo necesitaba después de la desastrosa noche que tuvo— que bueno que llegaste amor, no sabía qué hacer y sentía que me iba a enloquecer con él.

—Tenía que venir y saber qué es lo que está pasando, Keyla está muy mal —suspira un poco mirando al chico para extenderle la mochila— aquí te traje lo que me pediste bom bom.

—Gracias, amor, pero ella no es la única, Harold está echado a morir en esa habitación, está también mal —deja escapar un suspiro de cansancio.

—¿Tan mal está? —arquea su ceja un tanto incrédula, porque ver a Harold Contreras mal por una mujer era extraño.

—Compruébalo por ti misma, ven —la abraza de los hombros para subir con ella mirando a Harold en la cama.

—Dios mío Harold Contreras, ¿este eres tú? Qué mal te ves y eso que solo ha pasado un día —boquea de impresión al verlo tan destruido consigo mismo.

—el joven cubre su rostro para que no lo vea a la cara— por favor, ayúdame a recuperar a mi esposa...

—Está bien Harold, lo haré, pero ves a ducharte antes, no creo que quieras que Keyla te vea en ese estado —se cruza de brazos mientras ve como el contrario levanta rápidamente su rostro a ella.

—Keyla no está conmigo, no me va a querer ver y todo por Tiffany, es una ¡ah! La odio... —hace su cabello atrás de un tirón, sintiendo como si fuese a llorar de nuevo, puesto que sus ojos se llenaban de nuevo de esas lágrimas por la ira de solo recordar lo acontecido.

—Harold, tranquilo, te llevaré con ella y verás que podrán hablar tranquilamente, debes estar presentable y hablarle con la verdad —se acerca sentándose a su lado para acariciar su espalda— por qué te está saliendo competencia.

—¿Qu... Qué? ¿Cómo qué competencia? —la mira ahora él confundido tomándola de la mano— dime... ¿Cómo qué competencia?

—Antes de venir para aquí a Keyla le llego un ramo de tulipanes muy hermoso, de hecho pensamos que era de parte tuya, pero resultó ser de un desconocido. La enviaron sin firma, así que eso significa que tienes competencia, alguien se debió enterar de lo ocurrido, porque es extraño de que llegara a mi casa si fuese un admirador del común.

—Nadie sabe que Harold y Keyla han peleado, eso es muy raro amor, entonces, ¿no saben de quién se trata?

—Para nada cariño, Keyla, como está distraída por todo esto, creo que no lo entendió, pero de camino aquí me puse a pensar y algo está pasando, porque estos acontecimientos no son una mera casualidad —los mira cruzando su pierna derecha sobre la izquierda sintiendo la mirada de ambos chicos.

—Seguramente la persona que le envió las flores a Keyla, puede ser el culpable de que mi relación se acabara... ¿No creen? —levanta su mirada mientras rascaba su cabello tratando de acomodar sus ideas.

—¿En verdad piensas eso? No dudo que pueda ser, pero, ¿qué más paso? Es decir, para entender por qué lo dices.

—Verás Jen, no hemos dado ninguna declaración de nuestro rompimiento ni nada, Tiffany, llegó de la nada enviada por un hombre que no se sabe quién es en reemplazo de mi secretaria y a mi esposa le llegaron sus flores favoritas, cuando pocos somos los que sabemos que son los tulipanes... ¿No tiene sentido?

—Bueno hermano, la verdad es que los hechos si se entrelazan raramente, tenemos que investigar y saber quién está detrás de esto —lo mira y mira a su esposa— amor, Keyla, ¿qué te dijo a ti?

—Qué le llegó el video que ya sabemos todos, es que lo que paso fue que como Harold estaba raro con ella desde hace días por eso no lo dejo hablar —lo mira para darle una fuerte palmada en su hombro— debiste ser sincero con ella desde un principio de que tenías a Tiffany de secretaria, que le advirtieran horas antes en la empresa y que luego le llegara ese video no te colaboraría en nada frente a que ella te escuchara.

—Lo siento, pero le diré todo... Si es que me escucha... —suspira un poco— vuelvo y repito, sin Keyla no soy nada...