VI
Mientras tanto con Harold y Kevin.
—Harold, no entiendo aún como carajos, se te ocurre a ti hacer tremenda estupidez, es decir, ¿cómo vas a engañar a Keyla de esa forma? —Kevin lo miraba mientras lo sacudía un poco de los hombros al ver que su contrario no le daba la cara terminando por tomarlo de las dos mejillas notando como tenía sus ojos rojos.
—Te juro que lo hice por ella... Yo la amo, jamás la cambiaría por nadie... —responde con un hilo de voz mientras se soltaba del agarre antes de tomar una nueva botella de whisky de la despensa y le daba un trago largo; en poco tiempo ya llevaba una acabada.
—A ver, hablemos mejor, así que deja esa botella ahogadora de penas de lado y me dirás que paso con puntos y detalles —comenta el moreno mientras le quitaba la antes mencionada, la cual iba menos de la mitad devolviéndola en la mesa mientras lo conducía al sillón del estudio sentándose a su lado.
—Ella, esa perra me amenazó en matar a mi hija y a mi esposa, iba a llamar a Franco... No podía permitir que le hicieran algo a mis mujeres... Solo me engaño y ahora... Ahora perdí a Keyla... —lo mira notando el rostro de confusión de su amigo, mientras que este contenía las lágrimas que estaban a punto de salir nuevamente.
—Harold, en verdad te engaño y jugo con tu cabeza, porque Franco está actualmente preso, lo atraparon ayer —este lo mira para acariciar el hombro de su amigo— Tiffany se pasó demasiado con su juego.
—No sé por qué hace esto... Pero Kevin, hermano... Ayúdame a recuperar a Keyla, yo... Yo sin esa mujer no soy nada —le coloca sus dos manos en los hombros a su amigo mientras por sus mejillas se deslizaba aquellas lágrimas. Ver a Harold así hacía sentir mal al moreno.
—Joder Contreras, jamás te había visto tan mal por una mujer...
—Keyla... Keyla es el único motivo por el que vivo y aguanto toda esta mierda... Ella junto a Cloe son las mujeres que me alegran la vida Kevin; verás, yo siempre miraba a las chicas como un objeto que poseer, pero mi esposa me hizo cambiar de perspectiva ante la vida... Yo sin ella no soy nada —suspira un poco para ponerse en pie tocando su cabeza, va en busca de la botella dándole otro sorbo por lo que termina por empezar un leve forcejeo con Kevin quien se la intenta quitar y la botella termina contra el suelo dejando que se haga en mil pedazos.
—Es mejor ir a dormir Harold, te ves muy mal, mañana hablaremos y pensaremos como recuperar a Keyla —dice con voz de mando el moreno para ayudarlo a caminar e ir subiendo lentamente a la segunda planta donde quedaba la habitación.
—Hermano, prométeme que me ayudaras... Ella no me quiso escuchar... Dime que me crees... —dice con tal peculiar olor de licor en su aliento, así como con su caminar torpe demostraba que estaba destruido su corazón.
—Te creo todo Harold, por qué solo mírate, se ve que no lastimarías a Keyla así como así y conociendo a Tiffany no me sorprende —responde mientras tira en la cama a su contrario, quien lo miro algo confundido por lo último dicho.
—¿Cómo que conoces a Tiffany? Si ella muy poco estuvo con vosotros —Harold, al sentir la cama se empezó a acomodar sacando su camiseta con torpeza.
—Más que tu hermano, más que tú —Kevin lo ayudaba a acomodarse para que no se cayera, aunque este se negaba un poco a dormir.
—No quiero dormir sin Keyla a mi lado —solloza abrazando la almohada del espacio de Keyla— aún tiene su olor...
—Si no te duermes no te ayudaré a que vuelva —hablo el moreno mirándolo serio, sonriendo al notar como este negaba y se acomodaba a dormir— descansa amigo, estaré en la otra habitación.
Ahora bien, ¿cómo que Kevin conoce a Tiffany? Bueno, déjenme decirles que sí. Mucho antes que este se juntara con mi mejor amiga, fue novio de Tiffany, pero su noviazgo fue a escondidas, puesto que entre ellos había una promesa de que si alguno conseguía novia y terminaban ninguno de los otros dos podría andar con ella; una promesa de hermandad que Kevin en la juventud rompió.
Mi querido amigo después de que Harold acabara con Tiffany por primera vez se emprendió en una aventura con ella, pero él se arrepintió demasiado, en verdad esa chica era una psicópata total, relación que no duro ni una semana por qué la estúpida aún seguía detrás de mi esposo y lo utilizaba, claro, Kevin no podría brindarle el prestigio ni la estabilidad económica que tenía la familia Contreras, además, que no podía portar un título no correspondido, porque su aventura solo fue sexo y nada más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro