Capítulo 7: "Un desagradable descubrimiento"
4 meses pasaron desde que Gokú y Milk se hicieron novios, ellos eran muy felices juntos a pesar de los problemas diarios que encontraban en su familias cada vez que volvían a sus casas el tiempo que pasaban juntos en el gimnasio o en cualquier otro lugar así solo sea por unos minutos les bastaba para ser completamente felices.
Restaurante:
Un joven de cabello alborotado y una rubia platicaban.
¡Gracias por venir¡ pensé que no lo harías, no te imaginas lo difícil que me fue obtener tu número del celular de Milk, decía la rubia.
Bueno aquí me tienes ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme?, respondió Gokú sonriendo.
No sé si ya lo sepas pero el cumpleaños de Milk ya está por llegar, dijo la rubia.
¿Su cumpleaños?, no lo sabía, se me olvido preguntarle la fecha de su cumpleaños, pronunció Gokú sonriendo llevando una mano tras su cabeza.
Me lo imagine, dijo la rubia, guiñándole un ojo al tiempo que agregaba: Es este fin de semana, si le piensas hacer algo solo dímelo para ayudarte a sacarla de la casa sin que su padre o alguien se dé cuenta.
Claro que le haré algo ¡gracias por decírmelo¡ respondió Gokú emocionado.
Horas después: "Mansión Son"
Un joven cabello de flama hablaba con un joven de cabello alborotado.
¡Quieres las llaves de mi departamento privado! decía Vegueta alarmado.
No seas mal pensado, quiero organizarle algo a Milk por su cumpleaños y ya sabes que últimamente no he podido ir a lugares públicos con ella ya que de seguro mi madre anda investigando sobre ella, respondió Gokú con nostalgia.
Si te comprendo, está bien te lo prestare, pero también estoy invitado a la fiesta ¿verdad?, dijo Vegueta sonriendo.
Por supuesto, pronunció Gokú.
Despacho:
¿Qué has averiguado cuñado?, decía Gine al padre de Vegueta.
Pues hasta ahora nada los detectives dicen que siempre ven a tu hijo solo, decía el hombre cuando su celular timbro. ¡Disculpa Gine¡ es una llamada de los detectives, agregó el hombre contestando la misma.
Minutos después:
Gine miraba expectante a su cuñado.
Tengo novedades, hace unas horas vieron a tú hijo con una rubia en un restaurante, tal vez sea ella, pero lo más curioso es que solo platicaba con esa chica, de igual forma pedía que me enviarán una foto de ella, dijo el padre de Vegueta.
Luego de algunos minutos la foto llegó al celular al verla el hombre la miro intrigado y la mostró a Gine mientras le dijo: ¿Dónde hemos visto a esta niña?, su rostro se me hace conocido.
Mi hijo no puede estar saliendo con nadie que se relacione con esa familia, pronunció Gine alarmada.
¿A qué te refieres?, es una niña muy bella y si tiene dinero como tu hijo dice no le veo el problema, dijo el hombre.
Es la hijastra de Ox, pronunció Gine buscando entre unas revista una foto de la familia de la rubia y dándosela a su cuñado.
Vaya que chico es el mundo, Ox está en la ciudad, él debe ser el que ha estado detrás de todo el boicot que le estaban haciendo a nuestros negocios, dijo el hombre mientras pensó: Si él está acá ella también mientras una sonrisa maléfica se formaba en su rostro.
¿Y si es una trampa de Ox para que esa niña le saque información a mi hijo?, decía furiosa Gine.
No lo creo, pero si él está en la ciudad, ahora tengo que averiguar si aún está viva la niña, pronunció el hombre.
Sí no podemos permitir que el patrimonio de mi hijo se ponga en riesgo por una bastarda, dijo Gine furiosa.
No te preocupes, Gokú no perderá nada, si esa niña sigue viva yo me encargaré de ella, respondió el hombre riendo con maldad.
Fin de semana:
Una bella jovencita pelinegra despertaba en su pequeña habitación, se sentó al borde de su cama y miró la cadenita que Gokú le dio, la tomo en sus manos y fue a ducharse.
Minutos después:
La jovencita ya vestida salió de su habitación se coloco la cadenita y justo cuando salía por la puerta un mensaje de texto de su amado la hizo volver dentro para leerlo.
¡Feliz cumpleaños princesa¡ en cuanto nos veamos te doy tu obsequió.
No olvides que ¡Te amo¡ y eres lo más valioso para mí.
Con amor.
Gokú Son.
La pelinegra sonrió al terminar de leer el mensaje, apago su celular por unos minutos y salió de su habitación.
Minutos después:
La pelinegra llegó al comedor donde su padre, madrastra y hermanastros se encontraban desayunando.
La rubia al ver llegar a la pelinegra se paró de la mesa para abrazarla y le dijo: ¡Feliz cumpleaños¡ tu regalo te lo doy luego dijo despacio.
¡Gracias¡ pero no es necesario el regalo, con que te hayas acordado es suficiente, respondió la pelinegra sentándose a la mesa.
¡Feliz cumpleaños¡ dijo su madrastra.
¡Gracias señora¡ pronunció Milk.
¡Feliz cumpleaños hermanita¡ dijo irónico Diecisiete parándose a abrazarla mientras le daba u beso en la mejilla cerca a la oreja y agregaba despacio: Más tarde te doy tu obsequió.
¡Feliz cumpleaños¡ pronunció con indiferencia su padre.
¡Gracias papá¡ dijo la pelinegra con tristeza.
Horas después:
Milk llegaba a un discreto parque y tomaba asiento en una de las bancas.
¡Hola¡ escucho girando su rostro y encontrándose con un joven cabello de flama.
¡Vegueta! dijo intrigada la pelinegra.
Sí ¡Feliz cumpleaños ante todo¡ Gokú me pidió de favor que pasará por ti, agregó el joven cabello de flama.
¡Gracias¡ ¿pero él dónde está?, dijo la pelinegra.
En el lugar dónde te dará tu sorpresa, contestó Vegueta indicándole que le siguiera a su auto.
Luego de algunos minutos Vegueta ingresaba a un edificio muy lujoso y estacionaba su auto.
¿Aquí está Gokú?, dijo la pelinegra intrigada.
Así es linda, ven acompáñame, pronunció Vegueta subiendo al ascensor con la pelinegra.
Al poco tiempo el ascensor se abrió y ambos bajaron dentro de una bella sala decorada con globos y fueron recibidos con papelitos de colores.
La pelinegra se emociono tanto que unas lágrimas empezaron a rodar por su bello rostro.
En medio de sus amigos del gimnasio, Dieciocho y Bulma estaba el hombre que ella amaba con un ramo de rosas rojas.
Gokú se acerco lentamente a su amada y la recibió con un dulce beso frente a sus amigos, luego le entrego sus rosas y le dijo: ¿Te gusto la sorpresa?
Sí, ¡Me encantó! respondió Milk sonriendo.
Los jóvenes compartieron un delicioso almuerzo, platicaron y bailaron por algunas horas.
Gokú se despidió de su amada con un apasionado beso, luego ella volvió con Dieciocho a su casa.
Gokú es un gran muchacho, dijo la rubia.
Si, ya verás que pronto conocerás a tu príncipe azul también, respondió la pelinegra sin notar que ambas eran fotografiadas por unos detectives cuando subían a un taxi.
Creo que ya lo conocí, es uno de tus amigos, me cayó súper bien, dijo la rubia.
¿Cuál de ellos?, contestó la pelinegra.
Krilin, dijo la rubia.
Es un buen muchacho, hiciste una buena elección, respondió la pelinegra.
Minutos después: "Mansión Ox"
Al fin llegan, decía Diecisiete con molestia.
Ya no empieces, respondió la rubia caminando junto a la pelinegra a sus habitaciones.
Tú espera, dijo Diecisiete tomando la mano de la pelinegra.
¿Qué quieres?, pronunció Milk.
Darte tu regalo, dijo el joven jalando desprevenida a la pelinegra hacia él y besándola a la fuerza, mientras la rubia los miraba sorprendida.
La pelinegra logro empujar al joven y romper el beso robado y luego le dijo: No lo vuelvas a intentar nunca más porque no me importará que seas hermano de mi mejor amiga para romperte la cara.
Luego de ello lo empujo haciéndolo tambalear y hecho a correr.
¿Por qué lo hiciste?, dijo la rubia furiosa.
Quería demostrarle que yo sé besar mejor que el estúpido con el que anda, respondió el joven furioso.
Hermano, ella lo ama, al igual que él a ella, es un gran muchacho, no crees que ella ya sufre bastante con la indiferencia de su padre como para que tú quieras darle un problema más, dijo la rubia antes de subir a su habitación dejando pensativo a Diecisiete.
Mansión Son: "Despacho"
Aquí tiene las fotos y el informe señor, decía un hombre delgado alto de lentes.
Buen trabajo, respondió un hombre maduro de cabello de flama mirando las fotos mientras sonreía.
¿Algo más que se le ofrezca señor?, dijo otro de los hombres que estaban en el despacho.
Por ahora, no, tomen este es su pago, si los necesito más adelante me pongo en contacto con ustedes, respondió el padre de Vegueta.
Cómo usted diga señor, dijo uno de los hombres recibiendo el sobre con dinero y saliendo junto a sus otros dos compañeros del despacho.
El padre de Vegueta miraba la foto en donde aparecían dos jóvenes una rubia y una pelinegra, el hombre pasó sus dedos por el rostro de la jovencita pelinegra mientras pensaba: Eres más bella que tu madre, esta vez no pienso perderte, tú serás para mí pensó el hombre mientras una sonrisa maquiavélica se plasmaba en su rostro.
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