(Últimos capítulos)

Todo eso fue un invento mío, te mentí, mentí a todos, decía el hombre riendo como loco mientras la pelinegra lo miraba asustada y desconcertada a la vez por la revelación.

¿Qué es lo que dice?, pronunció Milk impactada.

La verdad, solo la verdad. Yo conocí a tu madre antes que tu padre por derecho ella me pertenecía a mí, pero Bardock en vez de apoyarme a mí lo apoyó a él, decía con rabia el hombre.

Si es así, porque mi padre y la madre de Gokú piensan que fueron amantes, agregó Milk con rabia.

Porque yo les hice creer eso, de esa manera me vengue de los dos, de tu madre por despreciarme y de Bardock por no apoyarme nunca, acotó el hombre con maldad.

Mire sea como sea, yo no soy mi madre, yo soy otra persona, dijo Milk para tratar de tranquilizar al enloquecido hombre.

No eres ella, pero eres igual a ella, aunque tengo que reconocer que eres mucho más bella que tu madre por eso tu serás para mí, no sabes cuan alegre me sentí cuando una de las mentiras que invente hace años hoy me valió para alejarte del idiota de mi sobrino, respondió el hombre riendo con maldad.

Es un desgraciado, pero sabe sus mentiras no fueron efectivas porque los dos a pesar de todo lo que nos quiso hacer creer nos seguimos amando y nuestro amor a dado fruto, dijo Milk con firmeza, sin darse cuenta del error que acababa de cometer.

Mansión Ox:

Señor Ox, un par de jóvenes quieren hablar con usted, decía una empleada.

¡Qué pasen! contestó dubitativo el hombre que se encontraba con su esposa e hijastros.

Gokú y Vegueta entraron a la sala, el gigantesco hombre quedo impactado con el parecido de ambos jóvenes con sus padres y sintió la sangre arder al ver frente a él la viva imagen del hombre que supuestamente le arrebato a su esposa.

¿Qué quieren?, dijo el hombre con molestia.

¡Buenas noches¡ respondieron ambos jóvenes.

Venimos de la delegación policial de dar informes sobre las propiedades de mi padre, pero aquí mi primo quiso venir a hablar con usted, mientras nos informan del paradero de Milk, dijo Vegueta.

Señor ¡por favor¡ le ruego me escuche, pronunció Gokú con nostalgia.

Está bien acompáñame a mi despacho, dijo el padre de la pelinegra.

Departamento:
Que diablos dices, un hijo, gritaba enfurecido el hombre.

Si un hijo fruto de nuestro amor y no sabe cuán feliz soy de saber que no es pecado lo que hicimos porque nos amamos y un amor tan fuerte como el nuestro no podía ser amor de hermanos, respondió Milk.

Estúpido chiquillo, lo matare como a su padre, dijo el hombre.

¿Qué dice?, pronunció Milk horrorizada ante tal confesión.

Sí al él lo mate por traidor, pero a tu madre la mate por no querer ser mi mujer y si tú no quieres te pasara lo mismo, dijo el hombre riendo con maldad mientras se acercaba a una impactada pelinegra.

Mi madre murió en un accidente cuando supuestamente huía con su amante, eso me dijo mi padre hace poco, pronunció la pelinegra sollozando mientras retrocedía para que el hombre no la tomara a la fuerza.

Pues no fue así, yo cite a tu madre en un lugar donde supuestamente Bardock iría pues tenía algo importante que decirle, ella fue y entonces aproveche a secuestrarla, ese mismo día mande arreglar el auto de Bardock para que el falleciera y todo pareciera un accidente, ya que él iba a cerrar un negocio a otra ciudad, pero tu madre cuando despertó y se vio en un lugar extraño no quiso por la buena estar conmigo, entonces yo empecé a forcejear con ella y en uno de esos forcejeos ella se golpeo la cabeza y murió instantáneamente entonces para mi fortuna, mis secuaces me informaron del accidente de Bardock que se había producido simultáneamente con la muerte de tu madre, nunca tuve tanta suerte, entonces con ayuda de mis secuaces llegamos al lugar del accidente antes que cualquier ayuda y colocamos a Milka junto a Bardock tomados de la mano, para que todo pareciera que eran pareja, luego prendimos el auto y nos ocultamos a esperar que la ayudada llegara, esta llego minutos después sacaron ambos cuerpos con algunas quemaduras y dijeron que murieron por el accidente, nadie investigo más, dijo el hombre con toda la frialdad del mundo.

Usted, es un asesino, pronunció Milk sollozando arrodillándose en el piso.

Mansión Ox:

Le pido perdón por todo el daño que le causo mi padre, pero usted no fue el único que sufrió, también lo hizo mi madre, no se imagina como fue mi vida escuchando las peleas de papá y mamá por culpa de la infidelidad...., decía Gokú.

El joven de cabello alborotado le comento al padre de Milk lo que él paso cuando era niño y aun su sufrimiento conforme crecía era mayor, también le hablo de como conoció a Milk, de como se enamoraron y de lo mucho que la amaba a pesar del lazo que supuestamente los unía.

Pero algo así, no está permitido, pronunciaba el padre de la pelinegra.

Quiero empezar con ella una vida nueva en donde nadie sepa lo que vivimos, llevamos diferentes apellidos, nadie tiene porque saber nuestro pasado, decía Gokú.

No lo sé déjame pensarlo un poco, respondió el gigantesco hombre al tiempo que su celular empezó a timbrar, Ox tomo la llamada, tras algunos segundos agrego, mirando al joven de cabello alborotado:  Disculpa, es la policía.

Luego de algunos minutos:

¿Qué dicen?, dijo Gokú.

Solo falta intervenir una propiedad la que está a la salida de la ciudad, respondió el gigantesco hombre.

¡Vamos para allá¡ pronunció Gokú.

¡Vamos¡ dijo el padre de la pelinegra.

Departamento:
Cálmate hermosa, a ti no pienso matarte eres mi joya, decía el hombre acariciando el cabello de la pelinegra que lo miraba horrorizada.

Sabes a ese bebé lo tendrás pero llevará mi apellido, solo espero que no se parezca al estúpido de Gokú, porque eso si no lo soportaría, en cuanto podamos nos iremos de aquí, pronunciaba el hombre.

¿No le importa su esposa, sus hijos?, dijo Milk sollozando.

Mi esposa, a ella me acerque con interés, hasta en eso me molesto Bardock, hubiera querido a Gine como esposa pues con ella tal vez hubiese olvidado a tu madre, pero no, Bardock se la quedo y yo tuve que conformarme con la hermana, esa mujer es tan ambiciosa como yo, eso es lo único que tenemos en común, claro a parte de mis dos inútiles hijos, creo que se les pega la idiotez de Gokú de tanto juntarse con él, sobre todo a Vegueta, por eso nuestro hijo será un verdadero Ouji, respondió el hombre.

La pelinegra decidió no contradecirlo más pues lo que menos quería era que él hombre pudiera hacerle algún daño a su bebé.

A fueras del departamento:

Gokú, Vegueta, el padre de Milk y la policía habían rodeado la última propiedad.

Entraremos, dijeron la policía.

Yo voy con ustedes, pronunció Gokú.

No joven puede ser peligroso,  respondió un hombre.

No se preocupe, yo sé defenderme, dijo Gokú.

Está bien póngase esto, contesto el policía entregándole un chaleco antibalas.

Yo también voy, dijo Vegueta.

Otro policía le dio también al joven cabello de flama otro chaleco.

La policía entraba sigilosamente con la orden que llevaban dentro del lujoso edificio, pidieron informes al único vigilante que había que atemorizado, dio el número de habitación y piso donde se encontraba el hombre.

No puedo creer que mi padre este detrás del secuestro de Milk, pero ¿por qué?, decía Vegueta intrigado

Yo sabía que me odiaba, pero nunca lo imagine capaz de algo así, pronunció el padre de la pelinegra.

¿A tanto puede llegar el odio por los negocios?, dijo Gokú.

Departamento:
Toc toc toc

¿Quién puede ser?, se supone que no hay nadie en el edificio y además ya estamos de madrugada, dijo el hombre dejando a la pelinegra en la habitación, mientras la encerraba con llave.

Toc toc toc

Ya voy, agregó el hombre con molestia mirando primero por el intercomunicador el rostro de quienes estaban en el pasadizo.

Al abrir la puerta se encontró con Vegueta y Gokú frente a él.

¿Ustedes que hacen aquí a estas horas?, dijo el hombre con molestia.

Surgió un problema con uno de los negocios y te estuve buscando para decírtelo ya que no contestas el celular y se me ocurrió empezar a buscarte por el lugar más distante, respondió Vegueta con seriedad.

Vine a descansar no a que me molesten, ya lárguense, mañana soluciono lo que sea, dijo el hombre tratando de cerrar la puerta cuando fue detenido por varios policías que aparecieron tras de los jóvenes.

Arriba las manos, pronunció un policía.

¿Dónde está la chica?, dijo otro policía, mientras sus compañeros y Gokú entraban dentro.

Yo no tengo a nadie, contesto el hombre maduro cabello de flama, al tiempo que posaba su mirada furiosa en su hijo para agregar: Nunca creí que fueras un traidor.

Milk al escuchar el alboroto empezó a gritar.

Auxilio, auxilio, decía la jovencita dando goles a la puerta.

Milk, dijo Gokú corriendo hacia el lugar de donde provenía la voz y derribando de una patada la puerta.

Gokú, pronunció la pelinegra sollozando abalanzándose a los brazos del joven.

Princesa, ¿estás bien?, respondió Gokú.

Ahora estoy bien, porque nuevamente estoy junto a ti, dijo la pelinegra tomando el rostro del joven con sus manos y besándolo dulcemente.

Gokú al sentir los labios de su amada la tomo de la cintura rodeándola con sus fuertes brazos, mientras se besaban con mayor pasión.

Cof cof cof

Escucharon ambos separándose inmediatamente.

Milk, dijo su padre mirando a ambos jóvenes desconcertado.

¡Qué haces Kakaroto! agregó  Vegueta igual de desconcertado.

Milk, sonrió y dijo dejando sorprendidos a los presentes: He descubierto muchas cosas gracias a este secuestro, como que Gokú y yo no somos hermanos, que mi madre nunca te engaño y otras cosas más que ya les contaré.