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Capítulo 6

Dentro de un pequeño local se podían distinguir dos personas: Una chica, que con unas cuantas herramientas viejas y algo oxidadas intentaba arreglar el desnivel de su mostrador. Y un chico bajo un enorme traje que le daba orden a un par de sables después de haberlos admirardo con detenimiento por el tiempo suficiente.

-He notado que tienes una especie de amorío con las Katanas- comentó la pelinegra con un tono divertido al notar como el chico se detenía repentinamente para observar los alfanjes

Este al instante se giró a mirarla y soltó una pequeña risa ante lo que había escuchado.

-Oye, no tengo la culpa de que la Katana de Miyamoto Musashi me haya hecho ojitos- dijo divertido señalando tal Katana

Fue el turno de Karai para soltar una risa.

-Bien, no te culpo, es incluso la favorita de mi padre, ni siquiera me deja tocarla- dijo mientras seguía con los arreglos

-Espera... ¿Tu padre es dueño del lugar?- preguntó curioso acercándose a donde estaba la joven

-Es Oroku Saki, dueño de todo lo que termine en Oroku- respondió con un tono de humor pasando a fastidio- Tiene toda clase de negocios

-Debes estar cansada de escuchar tu apellido ¿Cierto?- sonrió de lado alzando una ceja

-Ni que lo digas- giró los ojos- Y gracias a que soy hija única debo de trabajar duro porque algún día heredaré todo esto- recorrió el lugar con la mirada

Karai amaba su trabajo, le encantaba pasear entre los artefactos de combate pero sobre todo, le encantaba ver la expresión de aquellas personas que encontraban algo que llamara su atención, cosa que no pudo ver en X por ese molesto sombrero.

-Pero...- el de azul estuvo a punto de soltar una pregunta pero prefirió cambiarla por otra- Espera, ¿Cuántos años tienes?

-17- torció ligeramente los labios al decirlo

Aquello dejó muy sorprendido al mutante, nunca habría pasado que su padre le daría tal responsabilidad y la haría trabajar sola desde tan joven.

-Pero eres...

-¿Muy joven para trabajar?- lo interrumpió y él solo asintió con la cabeza- Lo sé, pero no tengo opción, y al estar tan próxima al puesto de jefa quedo a cargo cada que mi padre sale por viajes de negocios

-Pero deberías estar estudiando- opinó y le pasó un destornillador cuando ella se lo pidió con una seña

-Desearía poder hacerlo pero mi padre prefiere que no me relacione demasiado- se encogió de hombros en un gesto despreocupado- Aunque a estas alturas ya no me interesa buscar amiguitos para jugar a las escondidas- masculló siguiendo con su trabajo

X frunció ligeramente el ceño, estaba lleno de impotencia, sabía bien lo importante que era la educación para una persona.

"Por medio de la educación adquirimos los valores y conocimientos, además es importante para todo niño como tú, ya que se necesita educación para volver este mundo un lugar mejor"

Recordó aquella frase de aquella dulce mujer que por mucho tiempo estuvo a su lado cuidándolo y ahora solo permanecía en sus memorias.

Ella jamás se mostró asustada, siempre llevaba una bella sonrisa que él jamás podría olvidar al igual que aquel nombre que hacía eco día con día en su mente.

"O'Neil"

-No me parece justo- musitó X mientras parecía examinar el piso

Karai detuvo su trabajo para mirarlo y sonrió un poco ladeando la cabeza.

-La vida no es justa ¿O si?- dijo ella con un tono suave

Él volvió a mirarla y mantuvo sus ojos sobre los de ella unos instantes pensando en lo que había escuchado. Aquello le recordaba lo que habían pasado todas esas personas capturadas por el Kraang. Definitivamente era cierto, la vida no era justa y no podía negarlo. Como forma de afirmación volvió mirar el suelo.

Aquello también le había generado una duda que lo dejó con muchas preguntas que giraban en torno a su vida misma y su origen, haciéndolo cuestionar internamente a la vida por su sufrimiento.

-Qué más da- habló Karai para tratar de aligerar el ambiente al ercatarse de lo serio que se tornaba-, realmente me gusta mucho lo que hago, no me quejo- se encogió sobre sí despreocupada- Pero, hey, hablame de ti- cambió el tema-, ¿Eres de la ciudad?

-Si, bueno...- desvió la mirada en otra dirección, no podía dar una respuesta concreta- Crecí aquí ¿Tú?- la miró

-También aunque nací en Japón- Leo sonrió al escucharla. La pelinegra tenía rasgos japoneses que hacían obvio ese hecho, pero le seguía pareciendo genial saber que había nacido en el "País de los ninjas"- ¿Tú que edad tienes?

Karai se veía bastante interesada en aquel chico, quería saber más a fondo de quien era, tal vez solo así podría saber si lo que vio no fue parte de su imaginación.

-Amm...- por primera vez se daba cuenta que no sabía su propia edad- Creo que 26... No, 16- dijo tratando de recordar lo que había visto en el monitor del Kraag en una ocasión

-¿Crees?- preguntó confundida arqueando una ceja

-No, digo... Tengo 16- afirmó rascando su nuca con un nerviosismo latente que lo carcomía

Suspiró despacio.

-Ok- Karai frunció los labios y giró su cabeza en otra dirección pero sin dejar de mirarlo- ¿Vives con tus padres entonces?

-No, ellos... Viven en otra ciudad

-¿Vives solo con 16 años?- ladeó la cabeza

-No, en realidad estoy viviendo con...- cerró la boca al no saber que decir pero volvió a abrirla cuando una idea se instaló en su mente- Mi... Primo- esperó que eso sonara convincente

La pelinegra lo miraba con sospecha por aquel tono de inseguridad, no sabía por qué alguien mentiría con eso pero quería creer que era cierto y que aquel solo era un joven muy peculiar y tímido.

-Casey Jones- añadió

-¿¡Jones!?- al instante abrió los ojos en gran manera

-¿Lo conoces?- arrugó el ceño en un gesto de confusión

-No, la verdad es que no conozco a ningún Jones pero mi padre vive quejándose de su familia, dice que ellos son la peor de las pestes en esta ciudad- comentó con cierta preocupación, esperaba que el chico no se ofendiera

-¿En serio?- preguntó sorprendido

Ni por un segundo podía imaginar a Casey con esa descripción, sabía que el pelinegro podía ser irritante e irresponsable pero eso no lo hacía una mala persona, además, no podía pensar así de la única persona que lo había ayudado y el único hasta el momento, que no se fue corriendo al verlo o lo trató como basura.

-Bueno, mi primo es bastante vago- ambos compartieron una pequeña risa- Pero es de buen corazón- sonrió un poco

-Te creo, es tu familia, y aunque fuese cierto lo que mi padre dice... Yo seguiría pensando que para ser un Jones, no pareces ser mala persona- sonrió de forma ladina

A X le alegró saber que ella que pensaba así de él, por lo cual ensanchó su sonrisa y estuvo por responder pero Karai se adelantó.

-De hecho, pareces ser interesante y más que nada por este traje que traes siempre, es raro ver a alguien vestido de tal manera...- lo examinó con la mirada de pies a cabeza tratando de encontrar alguna prueba de lo que había visto antes

Ella se vio tentada a preguntar sobre aquel traje pero el mutante empezó a ponerse muy nervioso al notarla mirándolo con tanta curiosidad, dirigiendo una atención especial hacia su sombrerontonces carraspeó para desviar la atención de la pelinegra.

-Bien.. amm... ¿Necesitas que te ayude con algo más para la remodelación?- preguntó el oji-azul retrocediendo dos pasos

-Ah.. no, de hecho, ya he terminado- dejó el destornillador aún lado y desvió la mirada por un par de segundos- Oye.. amm..- abrió la boca pero pronto la cerró al no saber como sonaría aquello entonces solo miró el mostrador

-Lo sé...- se adelantó- No eres buena para decir gracias- dijo con un tono tan suave como su sonrisa

Ella volvió a mirarlo y sonrió de la misma forma como agradecimiento.

-Nos vemos, Karai- alzó un poco las mano despidiéndose desde su lugar

Se dio media vuelta y se encaminó a la salida pero se detuvo antes de llegar a la puerta cuando escuchó su nombre a sus espaldas.

-Mañana recibiré un cargamento de armas y tal cez necesite ayuda- sonrió divertida sentándose sobre el mostrador esperando que aquello bastara para hacerle entender que había buscado una excusa para volcer a verlo

-Cuenta conmigo, linda- dijo manteniendo aún su sonrisa, si ella pudiera verlo quizá le hubiera guiñado el ojo

Seguidamente salió por donde había llegado y volvió al departamento. Esta vez entró en silencio, ya que todo estaba oscuro y tuvo cuidado al pisar por las dudas, quería evitar otro estúpido intento de venganza.

De la nada las luces se encendieron asustandolo y cegándolo por unos momentos hasta que, después de una serie de parpadeos, sus ojos se amoldaron a la iluminación distinguiendo la figura que había estado observándolo desde la oscuridad, lo cual le provocó un segundo susto. Soltó un suspiro de alivio al percatarse de que solo se trataba de su amigo.

-Casey..

-¿Qué horas son estás de llegar jovencito?- lo interrumpió el pelinegro de brazos cruzados con una mirada que parecía querer desintegrarlo

X al instante alzó la mirada en dirección al reloj de pared y al ver la hora tragó duro, no había duda de que había perdido la noción del tiempo, no cualquiera llega a la 1:30am a su hogar.

-Amm... Es que yo..- trató de explicar

-¡Yo nada!- exclamó- Me parto el lomo manteniéndote tortuga de metro y medio, y así me agradeces- colocó el dorso de su mano en su frente haciéndose la víctima al estilo "mamá regañona"

El mutante solo rodó los ojos.

-Eres un tarado, te puse condiciones- dejó las bromas de lado y volvió a cruzar los brazos recuperando la posición

-Bien, perdón, me entretuve un poco, es todo- dijo con simpleza deshaciendose de la gabardina y el sombrero para dejarlos a un lado

-Yo solo espero no ver mini tortuguitas en 9 meses- dijo burlón y rápidamente se fue a su habitación

-Ja.. claro- negó con la cabeza pero quedó estático con un gran rubor en su rostro al procesar bien las palabras del pelinegro- ¡ESTAS LOCO!

~~~~~~~~~~~~~~
Continuará...

Detalle: Cuando se nombra a "O'Neil" en el capítulo no se refiere a Abril sino a su madre

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