Capítulo 3
La pizza había llegado, el irresistible aroma llegó hasta X pero este solo miraba con curiosidad, ya que lo único que sabía, gracias a Casey, era que aquello se trataba de algo comestible.
El chico pelinegro dejó la caja sobre la mesa de la cocina y abrió la tapa dejando aún más confuso al mutante, quien presenciaba algo que era totalmente nuevo y extraño. No negaba que olía delicioso pero le daba miedo probar.
Entonces el joven agarró un pedazo y empezó a comerlo para darle seguridad.
-Mmm.. Esto es pizza- dijo con la boca llena- Vamos, pruébala- lo animó
El mutante estaba un poco inseguro pero finalmente agarró un trozo y luego de mirarlo por unos instantes con cierta rareza, lo llevó a su boca y le dio un mordisco.
Al instante sintió cosquilleos en su paladar y una explosión de sabores en su boca que le rogaba por más después de haber tragado. No aguantó y comió aquel pedazo de un solo bocado para después agarrar otro.
-¡Esto es la cosa más rica que he probado en mi vida!- exclamó X luego de tragar- Es fantástico- se le veía fascinado, cosa que Casey no pasó por alto
-Oye ¿Qué eres exactamente X?- el pelinegro se atrevió a preguntar por curiosidad
-Soy una tortuga- dijo con un tono de obviedad
-Lo sé- se dio un palmazo en la frente- Bueno, eso pareces pero lo que quiero decir es, que las tortugas que conozco no miden más de 8cm y son muy lentas- hizo énfasis en "muy" para dejar en claro el hecho
-Es porque no soy una tortuga común, soy un mutante- explicó y siguió comiendo pizza
-Fuiste mutado por esos... ¿Kran?- alzó una ceja,
Claramente tenía muchas preguntas por hacer.
-Kraag- corrigió
-Como sea- dijo sin importancia rodando los ojos- Contesta la pregunta
-Me siento en un interrogatorio- comentó entrecerrando los ojos
Casey soltó un largo suspiro. Era cierto, estaba haciendo pregunta tras pregunta, cosa que tal vez incomodaba al mutante pero para poder confiar en él necesitaba saber más.
-Eres un total extraño de apariencia rara y te dejaré quedarte el tiempo que necesites, solo te advierto que voy a la escuela todos los días por la mañana- avisó y el mutante solo asintió con la cabeza- Pero como condición necesito saber más de ti y de esos... Tipos extraterrestres- dijo para evitar equivocarse en el nombre de nuevo
El oji-azul lo pensó un poco. El trato no estaba nada mal, era poco lo que debía aportar y, al fin y al cabo, sentía que debía saldar una deuda con el chico por haberlo ayudado.
-Bien, me parece justo pero yo también quiero hacerte una pregunta- propuso el mutante
-Ok, pero primero yo- se apresuró el pelinegro- ¿Ellos te crearon?- empezó
-Si. Experimentaron conmigo hasta convertirme en lo que soy ahora- terminó su oración al mirar sus manos
-Cool- lo examinó con la mirada- ¿Y por qué te buscan?- se levantó agarrando la caja vacía de pizza para ir a tirarla
-Porque me resistí a seguir con los experimentos, me enfrenté a ellos y escapé- dijo con simpleza, ya que prefería evitar los detalles
-¿Qué sabes de ellos?- inquirió volviendo a su lugar
-Son una especie de entidad secreta; a mi parecer son robots extraterrestres pero no sé exactamente a lo que se dedican, lo único que sabía era que experimentaban conmigo y con otros más que jamás vi o conocí, después de todo yo no podía salir de mi habitación a menos que fuera para empezar con experimentos o entrenamiento- giró su brazo dejando ver una marca de quemadura en el ante brazo-. Era toda una rutina
Casey hizo un gesto de dolor para luego mirarlo con cierta lástima.
-Lamento eso, es bueno que pudieras escapar- dijo sonriendo un poco y en respuesta X se encogió de hombros en un gesto despreocupado- ¿Querías hacer una pregunta entonces?
-Si ¿Por qué tienes así los dientes?- volvió a mirarlo y arrugó el ceño en el proceso
El pelinegro entrecerró los ojos al instante, absolutamente todos se lo recordaban.
-Solo diré que el Hockey me apasiona y no es un deporte para personas muy...- trató de buscar la palabra más apropiada para decirlo- delicadas, ya sabes, hay que ser rudo
Fue turno el mutante para hacer un gesto de dolor imaginandose lo duros que debieron ser los golpes como para haberle dejado una dentadura muy difícil —imposible— de envidiar.
-Bueno, X- soltó un gran bostezo-, tengo que irme a dormir para despertarme temprano mañana- se puso de pie estirando sus brazos-, ponte cómodo, el sofá no es tan malo. Descansa- seguidamente se dio media vuelta y entró a su habitación
El mencionado miró hacia el sofá con rareza, estaba acostumbrado a dormir en el suelo aunque sabía que todos dormían en aquella cosa esponjada con aquel nombre que siempre olvidaba — cama —. Nunca había tenido una o siquiera un sofá, por lo cual se le hacía extraño imaginar como alguien podría dormir en algo así. Finalmente optó por sentarse en una esquina del lugar para dormir.
Todo parecía ir excelente, incluso pudo dormir bastante agusto pero algo en él seguía dañado y le provocaba unas horribles pesadillas que despertaban sus mayores temores.
Eran las 4am cuando los gritos de X se escucharon por todo el lugar despertando con ellos a Casey, quien alarmado llegó corriendo con un palo de hockey en su mano para enfrentarse a cualquier cosa pero cuando sus ojos se amoldaron al cambio de lugar logró divisar a su huésped en una esquina gritando a todo pulmón como si lo estuvieran atacando. Al instante se acercó a él.
-Hey, X- lo llamó y trató de moverlo pero el mencionado movía sus manos con brusquedad tratando de defenderse- ¡X! ¡Soy Casey! ¡Mírame!- alcanzó a agarrarlo de los hombros para zarandearlo, cosa que logró hacerlo reaccionar
-Casey...- mencionó tratando de controlar su respiración
-¿Estás bien?- preguntó soltándolo
-S-si...- llevó una mano a su cabeza- Si, estoy bien- reafirmó
Casey torció un poco los labios y fue a su habitación con una idea en mente. Pocos minutos después, regresó y trajo consigo una pequeña caja, se sentó frente a X y la abrió dejando ver que allí guardaba algunas chucherías y cosas inutiles.
-Mira esto- sacó una banda negra- ¿Te gusta? Puedes usarla como máscara- opinó poniéndosela a sí mismo en la cara como demostración
X sonrió de lado, cosa que alegró a Casey ya que su idea era animarlo un poco. Luego el mutante dirigió su mirada a la caja divisando una banda azul, le gustaba aquel color, era muy profundo, era el color que veía en el agua y el cielo, dos cosas del mundo que estaban en total libertad y que también representaban la calma, cosa que buscaba con ansias. Así que tomo aquella entre sus manos.
-Me gusta esta- dijo limitándose a mirarla
Casey la agarró para luego cortarle un par de agujeros con las tijeras que irían en la parte de los ojos, y al terminar volvió a entregársela. X la agarró y la puso en su rostro para luego atar los sobrantes con un nudo en la parte trasera de modo que aquello tomó la función de antifaz y le quedaba como anillo al dedo.
-Perfecto, aunque lo feo no se te quita aunque quieras- dijo burlón el pelinegro tomando su caja y poniéndose de pie
-Al menos no me veo como tú, Jones- dijo del mismo modo sonriendo al tiempo que negaba con la cabeza
-Descansa amigo, si me necesitas, llámame- volvió a su habitación para retomar el sueño
La tortuga, por otra parte, decidió quedarse frente a la ventana para tomar un poco de aire. Allí soltó un largo y pesado suspiro a la vez que cerraba los ojos un momento para sacar esas horribles imágenes de su cabeza. Estaba de más decir qie luego de todo eso no podría volver a conciliar el sueño.
(...)
Al día siguiente se veía a Casey bastante apurado. Se había despertado tarde pero tenía la suerte de haber dormido con la ropa que usaría para la escuela, por lo que no debía preocuparse por vestirse pero sí por el calzado y sus utiles escolares que estaban regados por el departamento.
-¿No vas a desayunar?- preguntó el de azul comiendo una manzana que encontró por allí mientras observaba al pelinegro
-No, ya se me hace tarde y... ¿Quién demonios desayuna en estos años?- preguntó atando sus cordones rápidamente
-Yo y...- se detuvo al percatarse de que no tenía razón para explicar tal cosa- Es la comida más importante del día- comentó dándole otro mordisco a la fruta
Casey rodó los ojos y se levantó para empezar a correr de un lado para otro guardando todo en su mochila.
-¿A qué te vas a dedicar cuando termines tus estudios?- preguntó con curiosidad el mutante siguiendo a su amigo con la mirada
-Quiero ser jugador profesional de... ¡AH!- gritó al acabar en el suelo en consecuencia de haber pisado uno de sus cordones mal atados- Hockey...- concluyó
Sin querer, X soltó una gran carcajada pero desvió la mirada al instan y siguió comiendo con una sonrisa cuando Casey se giró a mirarlo con mala cara.
-Yo quiero ser un ninja- comentó el oji-azul
El pelinegro infló las mejillas al instante aguantando la risa pero finalmente la soltó siendo su turno de carcajear mientras guardaba todo de nuevo y volvía a atarse los cordones.
-¿Una tortuga ninja?- dijo entre risas- Mejor deberías ser comediante
X entornó los ojos con un semblante más serio.
-Oye estoy seguro de que podré serlo si me esfuerzo- atinó a decir con seguridad- supongo que todo es posible ¿No?
Casey se levantó aún riendo y se dirigió al mutante colocando una mano sobre su hombro.
-Soñar es gratis amigo, así que sigue haciéndolo- le dio unas palmaditas y X rodó los ojos- Tengo que irme, no hagas desastres- cargó la mochila en sus hombros y salió rápidamente del departamento
El oji-azul bufó y apoyó uno de sus codos en la mesa y dejó descansar su cabeza sobre sus manos mientras miraba con detenimiento el lugar. Era un desastre, parecía que una camada de osos vivían allí, había un calcetín sobre la televisión, un plato de fideos en descomposición dentro del microondas, ropa interior en la cocina y demás prendas; libros, envoltorios de comida regados por todo el lugar y ni hablar del mal olor.
El mutante hizo un gesto de asco pero se puso manos a la obra para empezar a ordenar todo con el fin de ganar satisfacción personal y más tiempo de sobrevivir a ese departamento.
Era casi mediodía cuando acabó y, luego de darse una buena ducha se acercó a la ventana admirando a todos los niños y jóvenes que salían de un largo día en sus escuelas. Pero solo una persona llamó su atención y no estaba entre aquellos que salían de cpsu jornada escolar, sino que se encontraba en la propiedad frente a él.
Era una chica pelinegra que también miraba desde su ventana a los chicos que pasaban por allí. X solo podía mirar su oscuro cabello corto pero presentía que la joven tenía la edad suficiente para seguir asistiendo a una institución escolar y, en su lugar, ella estaba en aquella tienda de armas mirando desde el segundo piso a los demás.
Se inclinó un poco para poder ver su rostro pero entró en pánico y se cayó hacia atrás con la silla cuando la chica levantó la cabeza en dirección hacia él.
En ese momento Casey entró y arqueó una ceja al verlo en el suelo.
-Pff ¿Te caíste?- Preguntó el chico
-Noo, fíjate que vi al piso muy triste y fui a darle un beso- respondió sarcástico levantándose para luego sacudirse un poco
Volvió a mirar hacia la ventana pero la pelinegra ya no estaba.
-¡AH!- el grito de espanto por parte de su amigo llamó su atención al instante- ¡Te dije que no hicieras desastre!- exclamó llevando sus manos a su cabeza al ver todo a su alrededor
-No hice desastre, ordené todo- se defendió mirándolo con rareza
-¿¡En dónde está Fuchi!?- preguntó alarmado
-¿Fuchi?- alzó una ceja confundido
-¡La pelusa!- exclamó y casi se le veía una vena saltar en su frente
-¿El montón de pelusa que estaba bajo el sofá?
-¡Ese mismo!
X apuntó hacia el bote de basura, Casey soltó otro grito y corrió hacia el lugar indicado, abrió la tapa y encontró la pelusa entre papeles y restos de comida.
-Ayyy mi pelusa de la suerte- dijo entre una forzada voz de pena- Ya has pasado a una mejor vida- hizo el signo de bendición sobre su pecho y para terminar besó su sus dedos- Te vengaré Fuchi
El de azul lo miraba haciendo un gesto de total asco para pasar a rodar los ojos al escuchar lo último.
Casey se levantó de nuevo y de su mochila sacó una gabardina y un sombrero.
-Mira asesino, me fue pésimo en matemáticas como siempre- comentó-, odio esa materia, debería desaparecer- masculló entre muecas de disgusto
X estaba por decir algo pero el pelinegro continuó.
-Y lo peor es que llego ¡Y resulta que mataste a Fuchi!- reclamó- Pero a pesar de todo, traje esto- le entregó el traje
-Una... ¿Gabardina?- preguntó tomándola y mirando el sombrero
-Noo, un vestido- dijo con sarcasmo para después sacarle la lengua
-¿Y para qué?- preguntó entornando los ojos
-Dijiste que querías ir a visitar la tienda de armas, ponte eso o descubrirán que sí estás bien feo
Aquello tomó por sorpresa al mutante, quien ignoró lo último, puesto que estaba más concentrado en la idea de que esa sería su oportunidad para pasar desapercibido entre las personas.
Una enorme y amplia sonrisa apareció se dibujó en su rostro siendo incapaz de evitarlo.
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Continuará...
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