Capítulo 17
-¿Seguro que quieres dormir aquí?- preguntó ella mirándolo con cierta duda
-Estoy seguro, no me hagas repetirlo unas 50 veces de nuevo- exageró con un tono divertido girándose sobre el sillón para encontrar a la pelinegra detrás de él
-¿Y si tienes pesadillas?- preguntó torciendo los labios
-No te preocupes por ello, no las tendré- aseguró con una sonrisa
-¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? No controlas tu mente- le recordó alzando una ceja en un gesto incrédulo
-Solo ve a descansar, yo estaré bien, en serio- insistió saltando por encima de su lugar para ir a empujar a Karai hacia las escaleras
-Está bien, está bien- empezó a subir unos cuantos escalones- Pero háblame si me necesitas- se giró para mirarlo esperando su respuesta
-Tenlo por seguro, linda- amplió su sonrisa en un intento por verse coqueto
Aunque ante la pelinegra solo se veía como un niñito.
-Eres adorable- dijo con una sonrisa juguetona- Tonto pero adorable- le guiñó el ojo y siguió subiendo su camino
-¿Eh?- un leve sonrojo apareció en su rostro- ¿Tú crees que yo...?- dejó su pregunta suspendida para pestañear un par de veces- Ah...- carraspeó un poco- Descansa- se despidió antes de que la chica desapareciera de su vista
El mutante liberó un suspiro, apagó la luz y volvió hasta el sillón para sentarse.
-No debes dormirte, no debes dormirte- se repitió a sí mismo para dejarlo bien en claro
Se golpearía si era necesario pero la acumulación del cansancio y el tiempo como un gran enemigo lo dejó en una posición nada favorable.
Los minutos e incluso las horas transcurrieron y todo su cuerpo empezó a jugarle en contra para ceder al sueño.
Había dado vueltas por todo el lugar, se dio la cabeza contra el sillón, rodó en el suelo y jugó con sus Katanas y desató para volver a atar laz vendas de sus muñecas al menos unas 20 veces, pero nada de esto le ayudó a distraerse, al contrario todo contrarrestó sus pocas fuerzas.
-Noooo- en cierto punto de la noche, cuando la soñoliencia ya impregnaba todo su actuar, hizo un último intento e inmovilizó sus párpados con los dedos
De todas formas no pudo evitar caer dormido y sentirse como un pequeño niño que necesitaba urgentemente un descanso para no perder la cabeza.
Sin embargo, él no podía tener ese bien merecido descanso.
Porque cuando sus ojos se cerraban, la oscuridad empezaba a consumirlo.
......
-¿En dónde estoy?- se preguntó cubriendo sus ojos con su antebrazo por la potente iluminación que lo cegaba.
-¿En dónde más estaríamos?- escuchó una voz familiar frente a él
Apartó su brazo al instante y abrió los ojos con sorpresa al encontrarse a una mujer rubia que estaba arrodillada del otro lado de la pequeña mesita que los separaba.
-Señorita O'Neil...- le costó hablar
-¿Te encuentras bien, X? No habrás estado soñando despierto otra vez ¿O si?- preguntó con una sonrisa en sus labios
No pudo volver a abrir la boca para responder, su mandíbula se tensó y a su acción la acompañaron unas cuantas lágrimas.
-Oh cariño...- pronunció ella con dolor- ¿Tuviste un día difícil?
Leonardo se negó a volver a reprimir sus impulsos y apartó de golpe la mesa frente a él para lanzarse y envolver a la rubia en sus brazos.
Ella correspondió casi en el momento acariciando su espalda.
-Te extrañé tanto- dijo el mutante con voz temblante apretando ligeramente el abrazo
-No debes preocuparte por mí, vive tú vida y busca tu futuro, yo estaré contigo, pero ahora debes proteger a esa chica y llegar al corazón de tus hermanos- dijo ella con un tono suave
-¿Hermanos?- preguntó bastante aturdido
-Te amo, mi pequeño- dijo en el momento que unas bruscas manos la tomaron por los brazos
Otro par de manos también tomaron los brazos de Leonardo y lo apartaron de la mujer.
-¡Déjenme!- exclamó él tratando de liberarse- ¡Señorita O'Neil!- gritó alterado al ver como se la llevaban
Una figura bloqueó su campo de visión y Leonardo levantó la mirada para saber de quién se trataba.
-No volverás verla, y puedo asegurarte que esto sucederá con todas las personas que puedan importarte, estarás solo X y así morirás- dijo cierto peliblanco terminando un una risa de malicia
-¡NO!- bramó frunciendo el ceño y poniendo toda su fuerza para liberarse y llegar hasta Draco con la intención de acabarlo
Pero uno de los soldados Kraang a su lado sacó una barita y con esta le dio una descarga eléctrica que lo debilitó dejándolo en el suelo.
-¡AHHHH! ¡BASTA! DÉJENME EN PAZ!- gritaba desesperado moviendo sus brazos para defenderse- ¡DÉJEME!
......
Eran las 4am y alguna forma había terminado en el suelo, frente al sillón, su cuerpo aún no se acostumbraba a una superficie suave.
Hiperventilaba por el miedo y sus párpados permanecían tan apretados como sus puños.
Despertó de golpe agarrándose el pecho y mirando al piso a la vez que trataba de controlar su respiración y procesar todo entendiendo que solo se había tratado de una pesadilla.
Las luces se encendieron en ese momento y quedó cegado por unos instantes hasta que su visión se aclaró y pudo ver la figura de cierta chica al pie de las escaleras.
-Karai yo...- apenas pudo articular las palabras al verla
La mencionada se mantuvo en silencio, se encaminó hasta él y al llegar tomó su mano y lo estiró para levantarlo.
Leo se sorprendió y por un momento creyó haberla hecho enojar, temía al pensar a donde su contraria podría llevarlo ¿Era capaz de sacarlo de la casa? Era consciente de que ella estaba en todo su derecho de hacerlo.
Se limitó a mirarla esperando su palabra.
Pero la susodicha subió -nuevamente- las escaleras con él y caminó por el pasillo hasta su habitación, acción que lo dejó algo confundido.
Al estar a un lado de la cama, Karai se giró quedando frente a él. Leonardo enderezó la espalda como acto de reflejo mirándola con cierta sorpresa mientras que ella mantenía una expresión serena que rozaba la seriedad.
Quedó aún más perplejo cuando ella acarició su mano con el pulgar y subió su pierna derecha a la cama para estirarlo conforme se adentraba.
No le quitó la mirada de encima y para cuando se dieron cuenta, ambos estaban sobre la cama arrodillados. Karai prosiguió a soltar su mano -cosa que a él no le gustó- pero luego hizo que sus suaves y finos dedos subieran por el brazo del mutante hasta su pecho.
Lo empujó lentamente hasta que la espalda de este tocó el colchón, y en ese momento su cuerpo se relajó. La cama era tan cómoda y suave como todos habían dicho.
Luego Karai se recostó a su lado sin apartar la mirada de esos potentes y hermosos ojos azules que solían brillar pero ahora se mostraban cansados.
-Karai...- volvió a hablar
-Shhh- emitió ella dirigiendo una mano hacia el rostro de la tortuga para acariciarlo
Leo por primera vez se sintió protegido y sentía tanta calma como para poder dormir incluso luego de esas pesadillas.
-Descansa- dijo ella en un hilo de voz poco audible
Leo formó una pequeña sonrisa y colocó una mano sobre la cintura de ella para sentirla aún más cerca, luego cerró los ojos y pocos segundos después, ambos pudieron conciliar el sueño.
Y pudieron asegurar que jamás habían descansado tan bien como en ese momento.
🍃
Las tres tortugas habían caminado por un largo tiempo, y ya sentían como sus pies les ardían y pedían a gritos un poco de descanso.
-No puedo más- se quejó el menor tirándose al suelo para rodar en vez de caminar
-Yo creo que deberíamos de parar un poco- sugirió el científico mirando al mayor- Estamos cerca de la ciudad, sabes que los humanos no...
-¡No me interesa que los humanos nos vean!- lo interrumpió el mayor- ¡Que no se crucen un nuestros caminos y nada les pasará! Pero debemos llegar a Tokio cuanto antes- se mantuvo firme
-Z (Raphael)... Querido hermano- se acercó a su lado para abrazarlo por el hombro- Piensa por un instante, estamos varados aquí, cansados, con hambre y sueño y..- respiró hondo- ¿¡TÚ QUIERES QUE NOS ENFRENTEMOS A LOS HUMANOS!?- le gritó en el oído
-¡Ay! ¡Quítate!- lo empujó para después tallarse el oído- Está bien, no es el mejor plan ¿¡Y qué!? Ni que tuvieras uno mejor
El pecoso miró desde el piso al científico sonriendo como un genio orgullo y luego dirigió su vista al mayor para ver su reacción.
Z (Raphael) al no obtener ninguna respuesta y percatarse del silencio que le siguieron a sus palabras, decidió levantar la mirada encontrándose con la molesta sonrisa de su hermano.
-Maldición...- el mayor soltó un suspiro irritado- ¿¡Ahora que idiotez se te ocurrió!?- preguntó cruzando los brazos dispuesto a escuchar las propuestas de su contrario
🍃
Al día siguiente, la rutina amenazó con repetirse pero tratándose de Leo y Karai, ningún día podría ser igual al anterior.
-Ay...- Karai pestañeó un par de veces al despertarse y encontrarse con el brazo de su amigo sobre su cara- Oye, te mueves bastante cuando estás dormido- comento entre una risa retirado el brazo de Leo par dejarlo sobre el pecho de este
La pelinegra se reincorporó sobre la cama y permaneció por un par de minutos observando a su contrario, quien aún no había despertado.
-Leo- llamó inclinándose para acariciar la mejilla de este- Vamos, arriba, ya es de día bello durmiente- le palmeó el caparazón un par de veces
Pero no hubo respuesta por parte de mutante.
-Oye Leo, no sabía que tenías el sueño pasado- lo movió un poco para que despertara- Leo- llamó un poco irritada
Empezó a molestarse como reacción a la inquietud.
-Leonardo, despierta ya, no me hagas bromas- lo movió un poco más brusco agarrándolo del brazo
Pero aún no obtuvo respuesta.
-¡Esto no es gracioso! ¡No me hagas estas bromas Leonardo!- lo empujo para dejarlo boca arriba- ¡Leo no me hagas esto!- su semblante empezó a cambiar por uno de angustia total- ¡No por favor! ¡Reacciona!- puso dos dedos en el cuello del mutante buscando el pulso
Para su suerte, lo encontró, él aún estaba vivo.
Dejó que su cabeza descansara sobre el pecho de su contrario, al menos para tomarse unos segundos y respirar, ya estaba más aliviada.
Perdió toda noción del tiempo después de aquello, por un momento sintió que le saldría el corazón, aún no podía recuperarse del escalofrío que le había puesto la piel de gallina y solo podía maldecir internamente.
No supo si pasaron diez minutos o una hora entera hasta que sintió los dedos de alguien más recorriendo su cabello en una caricia suave que la regresó al mundo.
-¿Ya es de día?- la voz acompañada por una ligera tos la hizo levantar la mirada y voltear
Leonardo se reincorporó un poco pero al hacerlo tosió un tanto más fuerte.
-¿Estás bien?- preguntó con cierta angustia que el mutante no notó en un principio
-Si, no es nada- respondió luego de aclararse la garganta- De hecho, estoy excelente ¡Pude dormir de maravilla!- se le veía bastante alegre y energético- Esta cosa...
-Cama- lo corrigió
-Si, eso- agarró una almohada- Es totalmente increíble- soltó un suspiro que acabó en una sonrisa
Karai se limitó a mirarlo por unos instantes.
-¿Estás bien?- preguntó él al mirarla y notar el ligero toque de tristeza en su semblante
-¿Mm?- pestañeó un par de veces para poder reaccionar- Sí, estoy bien, tuve un problema con mi ropa pero es insignificante- aseguró tratando de ser lo suficientemente convincente, y pudo lograrlo- ¿Vamos a desayunar?- cambió de tema para olvidar lo sucedido
Pero aquella había sido una experiencia horrible que le dejó una espantosa sensación y un mal sabor de boca. Pero lo peor del caso es que aún no tenía una explicación y no podría estar muy tranquila sin una.
-Claro, no me vendría nada mal- respondió él saliendo de la cama después de la chica
Ambos bajaron y mientras Karai se disponía a preparar el té, Leonardo se encargó de acomodar detalladamente las galletas en un plato.
-¿Qué haces?- preguntó ella al ver la forma de flor que hacia su amigo con el alimento
-Estoy... Decorando- respondió pero su afirmación había sonado más como una pregunta insegura
Karai esbozó una sonrisa a la vez que negaba con la cabeza.
-Tú estás haciendo el té, yo quería hacer algo importante también- se defendió con una sonrisa y seguidamente agarró el plato- Te quedarás sin galletas por no saber apreciar mi arte- le sacó la lengua para después encaminarse hacia el sillón
-Leonardo... Si te atreves a comer en el sillón, te haré puré- amenazó con un saquito de té en su mano
-¡La vez pasada comimos galletas en el sillón!- replicó haciendo un gesto fingido pareciendo ofendido
-Si pero todo fue bajo mi consentimiento- refutó alzando el mentón para que su amplia sonrisa fuese más clara
Leo sonrió con malicia y se acercó más al sillón con tal de provocar a su amiga.
-Leonardo, te lo advierto
El mencionado siguió caminando y al estar frente al mueble se dejó caer tomando asiento.
-Estás firmando tu sentencia de muerte- dijo ella mirándolo como si pudiera fulminarlo con los ojos
El susodicho agarró una galleta y amenazó con morderla restándole importancia e interés a lo que la pelinegra decía detrás de él.
-Ya verás- rodeó la mesada para dirigirse hacia él- Abriré un restaurante y venderé el Suppon nabe que haré conti....- la gota que rebasó la paciencia de Karsi fue cuando Leo amplió su sonrisa y mordió la galleta- ¡Estás muerto!- dijo al correr hacia él
-¡Hey! ¡No! ¡Espera! ¡Espera!
~~~~~~~~~~~~~~
Continuará...
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