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12 - PARTE DOCE

AÑO 2028 - PUEBLO KAIRASAYURI.

Sana había recuperado la comunicación con Jihyo.

Ya había pasado un año exactamente de los acontecimientos donde Sana empezó a odiar a su padre, así que ni siquiera le dirigía la mirada, solo lo ignoraba e incluso daba preguntas como '¿Quién eres?', cada que su padre quería acercarse.

Hinata estaba obviamente herido sentimentalmente, y a Sana le agradaba eso, porque él daña de más de una manera a Jihyo cada que inyecta algo más en su cuerpo.

Para Sana fue todo un caos, pues hubo un tiempo en que los Park empezaron a preocuparse porque Jihyo ya no contestaba, así que se dieron cuenta que su hija no trabajaba en ningún restaurante. Aunque la reportaron como desaparecida, el enigma era que el dinero seguía llegando y no podían rastrear o hacer algo, simplemente el dinero iba cada semana pero toda la familia Park estaba desesperada por encontrar a la menor.

Las autoridades realmente no hacían nada, Hinata se encargó de eso.

Para Sana fue terrible ver a Chaeyoung destrozada porque no sabía dónde estaba su hermana. Ver los carteles de Jihyo la hizo sentirse totalmente mal.

Las miradas de lastima de las demás eran porque pensaban que había perdido a su mejor amiga, pero en realidad Sana se veía ojerosa y vacía porque en cualquier momento Jihyo podría morir.

Los primeros días que Sana visitó a Jihyo, pudo mirar orgullosa el escándalo que había causado; un montón de pacientes defensivos y desafiantes que ya despreciaban al personal, porque eso se merecían todos, desprecio.

Claro que Jihyo se había alterado mucho al verla, al punto de casi romper en sollozos, pero Sana le explicó todo y terminaron riendo divertidas cuando Sana contó sobre la agresividad que había tomado hacia su Hinata cuando Jihyo estaba inconsciente a solo un metro.

Jihyo ese día supo la verdad en la que se había metido, lloró y el único consuelo que tuvo fue Sana tratando de animarla, ¿pero cómo se anima a alguien que sabe que podría morir en cualquier momento?

Sana todo el tiempo le daba noticias sobre su familia, pero la que sorprendió a Jihyo fue que sus padres consiguieron un buen trabajo en la cuidad y se mudaron hacia allá, claro, aún la buscaban, pero sus vidas seguían.

Sana le informó que Chaeyoung seguía viviendo en el pueblo, yendo de casa en casa de sus amigos porque no tenía una propia. Jihyo incluso se preocupó mucho, así que Sana decidió ir un día a con Chaeyoung y decirle que viviera en su casa.

Chaeyoung al principio no aceptó, pero Sana manipuladora lo logró.

Hinata no pudo negarle eso de mantener a alguien más, así que solo apoyó un poco y ignoró. Estaba sintiéndose culpable, pero no arrepentido, él tenía un trabajo y estaba dispuesto a lograrlo.

Jihyo era su salvación.

Jihyo, la misma que apenas se podía parar sin que tuviera sus piernas temblando o desplomándose contra el suelo con cansancio.

Claro, Sana estaba ahí para ayudarle en cada caída. Solo se distanciaban cuando Sana iba a clases, pero lo demás todo era Jihyo, Jihyo y Jihyo.

— Y luego la idiota de Soojin dijo a la directora sobre mí, le dijo que yo había puesto esa lagartija en su cabello — Sana contaba con gestos y todo — Me ofendió, era cierto, pero me ofendió, no tenía pruebas, así que, ¿por qué?

Jihyo rió un poco, ronca por la debilidad del habla.

— ¿Tal vez porque eres la que haces todo lo posible para que se enfrente a animales? — Jihyo alzó ambas cejas, mirando a Sana sonreír culpable.

— ... Pero no tenía pruebas — Sana señaló — Es una perra, pudo ser cualquiera — se encogió de hombros.

— Estamos hablando de la Soojin de tercer grado, ¿no? — Jihyo preguntó queriendo asegurarse de algo.

Estaba teniendo problemas con su memoria, o eso creía, así que intentaría negarlo o confirmarlo un poco.

— ¿Ah? No — Sana negó — La de primero, la de mi grado.

— Perdón, solo las confundo — excusó sin querer que Sana sospeche sobre sus problemas de memoria, la preocuparía mucho así que se lo guardó como tantas cosas que su cuerpo experimentaba.

Sana empezó a explicarle cómo siempre lo hacía para que entendiese todo lo que vivía en la preparatoria.

— La de primero es una idiota que tiene miedo a los animales y que me hace bromas pesadas. Vino a vivir al pueblo creo porque sus padres la castigaron por malcriada. ¿Puedes creerlo? Le pusieron de castigo que viniera a vivir al pueblo, ¡cuando la cuidad es la peste del planeta!

Sana estaba ofendida.

O sea, el pueblo no era el sueño de muchos pero tampoco es una pesadilla. A Sana le parecía un buen lugar donde vivir.

— Es otra Hyunmin admiradora de la cuidad — Jihyo rió recordando un poco.

— Sí, y las dos son idiotas — Sana dijo, con todo el afán de despreciar.

— Gracias a Dios Hyunmin ya no está — sí se había ido a la cuidad cuando se graduó.

— Y la Soojin de tercero es la que me intimida — Sana le contó — Pero de buena forma, o sea, me mira y quiero correr porque siento que en cualquier momento me va a tirar mil conjuros del diablo — exageró un poco y Jihyo rió divertida — Su mirada me dice que va aparecer cuando yo esté durmiendo y me va a quitar la comida, o sea, ¡la comida! Y de paso, la vida — su suspiro hizo que Jihyo la mirase de forma curiosa.

— Es dos años más grande como para que te enamores — interpretó ese suspiro de otra forma.

Sana abrío los ojos y sonrió de lado.

— No te preocupes, Hyo, yo ya estoy enamorada de ti — le guiño un ojo, con esa media sonrisa que hizo a Jihyo sentirse alterada.

— ... Tonta — solo pudo murmurar eso y Sana decidió cambiar de tema.

— Te traje tu chocolate favorito, ese amargo que parecía volverte loca — buscó en la bolsa de sándwiches, donde había echado algunas barras de chocolate para su amiga.

— Gracias, aunque no sé si me haga daño — Jihyo hizo una mueca y Sana le copió.

— Ya le pregunté a Hinata, dijo que estaba bien dártelo — le tendió el chocolate con una sonrisa.

Jihyo notó de nuevo el cómo Sana se refiere a su progenitor, pero como siempre, no comentó nada sobre eso. Sabía un poco de la relación destruida.

— Que bueno — abrió el paquete para empezar a deleitarse con el chocolate — ¿Tú ya haz comido?

— Oh, cierto — Sana cayó en cuenta, sacando los sándwiches — Traje sándwiches de atún — sus favoritos — Había traído cinco porque tenía mucha hambre, pero la hija de los Son, Tzuyu, me vió con ellos y le di uno, ahora tengo cuatro — informó distraída.

— ¿No haz hecho amigos? — Jihyo preguntó al no verse informada de alguna amistad de Sana.

— No — Sana negó de inmediato — La preparatoria es igual a la secundaria, pero con más tareas y más hormonales — sonrió sin gracia.

— Lo que imaginamos — Jihyo rió un poco.

— Exactamente como los imaginamos.

Lo que imaginaron antes de que todo se destruyera.

Un ruido de la puerta las hizo voltear y cambiar el humor que solo tenían entre ellas, y algunas veces con Yoo, así que volvieron un poco a la felicidad cuando Yoo entró con una libreta.

Ella era quien había ayudado a Sana a pasar cuando Hinata al principio no quería que se relacionara más con Jihyo, "perdiendo" su tarjeta y Sana encontrandola, como la primera vez.

— Vengo a informar sobre tu avance — Yoo se adentró con su vista en una libreta.

— ¿De qué? — Jihyo soltó confundida, nunca le habían dicho algo sobre 'avances' en ella, solo mejoras de salud cuando casi moría.

Yoo la observó por un momento, con esa mirada que causaba desconfianza en Jihyo.

— Oficialmente eres considerada el experimento, del proyecto ParkZaki30, dirigido por Hinata Minatozaki — leyó un poco y le pasó la libreta, que Jihyo tomó dudosa.

— ¿A qué te refieres con 'Oficialmente'? — Sana preguntó con el ceño fruncido.

— Pues que antes no lo era — Yoo se encogió de hombros — Era solo sujeto de prueba para ver si sobrevivía — luego se dirigió a Jihyo — Ahora estás viva y sigues fuerte, o sea, es probable que todo funcione como te prometieron y vuelvas a la normalidad — Jihyo alzó la vista.

— ¿En serio? — ambas amigas soltaron a la vez.

— Solo es probabilidad, como de un 60%, también hay un 40% de que salga mal — algo bueno, es que Yoo era muy directa y no tenía la necesidad de mentirles.

— ¿Cómo era que se llamaba? — Sana preguntó hostil.

— Proyecto ParkZaki30, ya está en todos los documentos oficiales — le quitó la libreta a Jihyo y se la mostró a Sana.

— ¿Zaki? — Sana soltó con disgusto.

— Minatozaki Hinata — Yoo pareció burlarse de ella.

— Yo también soy Minatozaki — con puro lamento lo dijo.

— Pues tendrás que soportar que alguien de tu sangre y apellido es el líder de esto — Yoo se encogió de hombros y volvió su vista a la libreta.

Era obvio todo lo que Sana sentía, la culpa, el disgusto, el arrepentimiento. Cosas que debería sentir Hinata, ella las sentía en todo su esplendor cegador.

— ¿Yo y cuántos más lo seremos? — Jihyo preguntó con curiosidad.

— Solo tú — Yoo dijo simplemente, haciendo que ambas fruncieran el ceño en confusión.

— ¿Por qué? — Jihyo preguntó.

Yoo pareció dudosa en contestarle pero luego regresó a su semblante neutral.

— ... Eres la única que sobrevivió.

— ¿Ah? — ambas menores soltaron inconscientemente, no procesando la información que recibían. No eran cercanas a los demás pacientes, pero claramente habían hablado con algunos, más Jihyo porque no le gustaba estar sola cuando Sana se iba a clases.

— Bueno, nadie más tuvo un cuerpo que resistiera las inyecciones, así que colapsaron hasta morir. Las demás habitaciones ahora están vacías, bueno, en la de al lado están todavía investigando el cadaver de Jung Hoseok — Yoo no tenía complicaciones en decirlo.

— ¿Solo yo? — Jihyo quiso asegurar.

— Solo tú, por algo Hinata se esforzó en convencerte, él sabía que en ti conseguiría algo.

— ¿Qué es exactamente lo que tratan de hacer? — Sana aprovechó que estaban haciendo preguntas, así quería sacar un poco de información.

Yoo notó eso, pero se las daría de igual manera.

— Este país siempre ha estado en guerra con el norte, así que necesitan mejores soldados — las miró con ojos entrecerrados — Una vez que funcione contigo, lo revertirán o eso intentarán, pero ya tendrán la idea de cómo hacerlo con algún soldado del gobierno, así con muchos más — ese era el plan principal.

— ¿Y si no funciona? — Sana se animó a preguntar.

— La única manera en que no funcione es cuando mueras — ambas menores se miraron — O se salga de las manos — Yoo ladeó la cabeza.

— ¿A qué te refieres con eso? — Jihyo cuestionó abrumada.

Yoo soltó un suspiro y la observó por un tiempo más detenido, viendo todos los cambios que habían en la chica.

— Mirate, tu piel es totalmente pálida, tus venas se notan muy azules como si estuvieran por arriba de tu piel en igual que de abajo, tus ojos ahora son grises, tus uñas crecen más cada vez y tienen que cortarlas cada día... Es muy probable que todo se descontrole — sus palabras parecían confusas, porque lo eran un poco para Sana y Jihyo.

— ¿Descontrolar? — Jihyo trató de que le explicara.

— Que te conviertas en un peligro — ambas menores se miraron, pareciendo hablar entre ellas, pero era nada menos que una técnica para ver si la otra entendió.

Ninguna entendió.

— No te entiendo — Jihyo comentó un poco avergonzada.

— ¿Haz escuchado del proyecto Abigail? — Yoo les preguntó casi exasperada de que no entendiesen.

— Ammh, no — ambas adolecentes negaron.

— Es más como un creepypasta de internet sobre el área 51 — Yoo bufó — Abigail era la hija de un científico y estuvo en una situación parecida o igual a la tuya, todo se salió de control porque creció mucho, tenía mucha hambre, su físico era sorprendentemente fuerte, y estaba llena de odio.

— ¿Eso sería descontrolar? ¿No sería lo que buscan, eso de fuerza? — Jihyo frunció el ceño confusa.

— Sorprendentemente fuerte pero para mal, no podían revertir todo y Abigail era un monstruo que quería matar — Jihyo se heló — ... Eso sería que un experimento se descontrole — Yoo ladeó la cabeza con casi burla — ¿Crees convertirte en eso, Jihyo? — quiso asustar un poco.

— No... — Jihyo negó débilmente.

— No puedes saberlo, Abigail no lo sabía — Yoo se encogió de hombros y salió de allí lo más rápido que pudo.

Sana la observó irse, con el ceño fruncido y luego volvió su vista hacia Jihyo, quien tenía un semblante preocupado y muy pensativo.

— No te ataques tanto, Jihyo — Sana acercó su mano para tomar la mano de su amiga — Yoo siempre dice cosas de más — no era tan cierto, pero consolaba.

— Pero nunca miente — Jihyo comentó pensativa.

— Sé que no me harías nada, por eso sé que miente — Sana obvió y rió felizmente, contagiando a Jihyo de su humor.

— ¿Me veo mal? — Jihyo preguntó, recordando el cómo Yoo la había descrito físicamente

— Yo sigo viendo a el amor de mi vida.

— Cállate.

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