Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XX

Las más grandes y más poderosas revoluciones comienzan a menudo muy silenciosamente, ocultas en las sombras.
Richelle Mead—

Capítulo 20: Sin tiempo

—Solo es cansancio —afirmó Kaled volviendo a avanzar y tomando a London del brazo para llevárselo—. Agoté bastante de mis habilidades cuando traje de nuevo a London.

—Eso fue mi culpa —Ion confirmó—. Al momento de tomar prestada una habilidad la sustraigo casi por completo del huésped.

—Fue lo mejor —London se detuvo—. Lo que dice Ion es cierto. Estuve trabajando en ello durante varios días.

—Íbamos a escapar —reclamó Kaled—, el tiempo era nuestra mejor arma.

—Ion te la quitó, ahora es suya, si ambos tenían ese poder, la pelea nunca terminaría.

—Pero ahora le pertenece a Ion.

—No es permanente. Solo la toma hasta que su cuerpo y mente olvida manejarla. Dura cerca de tres semanas a un mes. Si tú seguías manejando el tiempo, Ion también tendría la posibilidad de hacerlo. Es mejor quitarlo por completo.

—¡London!

—Fue lo mejor.

Esa misma tarde Ion se aseguró de descubrir y capturar a todos los aliados de London. Marley y Kaled en la lista de más de veinte nombres. Todos ellos fueron puestos en una prisión, muchos metros bajo el agua, con el oxígeno exacto. Los pocos que seguían siendo leales al proyecto vigilaban y se ocupaban de seguir con la siguiente fase. Ion estaba a nada de tener el poder del mundo en sus manos.

Las guerras eran cada vez más devastadoras. Lo poco que ODAH revitalizó, se redujo a la mitad. China tenía su territorio por completo en incendios provocados por misiles o algún arma nuclear que un rival del calibre de Estados Unidos podía crear. La potencia americana había tomado varios sectores poblados de vegetación para alimentar a sus soldados y así hacerlos más fuertes para el campo de batalla.

Por otro lado, China, envidioso de sus riquezas naturales, evitó que alguien más que los poderosos ministros y presidentes se acercaran al área. Sus soldados eran débiles, pero entre ellos estaban las armas de ODAH. Proyectos por demás letales. Si bien el fuego ya no estaba de su lado. El hielo, fuerza y otras habilidades los hacían casi invencibles. En dos semanas de batallas ninguno de los proyectos fue derrotado y mucho menos muerto. Eso se debía a la pequeña arma que London preparó desde el principio. Una proyecto con la capacidad de curar heridas casi al borde de mortales.

Sin embargo, Estados Unidos conocía de estos y quería hacerse con ellos lo más antes posible. Claro que de una manera diferente. No planeaba pagar el exhorbitante precio que ODAH pedía por los servicios de aquellos soldados perfectos. Estados Unidos realizó distintas tácticas de sustracción y captura para así tener al menos un proyecto. Tenía la creencia que con uno podía hacer que su equipo de ciencia recreara el proyecto y hasta pueda mejorarlo.

La primera noche de la segunda batalla se realizó la sustracción. Mientras los soldados se lanzaban al frente, listos para morir. Cinco militares de alto rango por su buena capacidad de pelea se infiltraron en el territorio enemigo. Ahí, observaron a los cinco proyectos que sin mucha ayuda derrotaron todo un ejército. El de apariencia más débil era un rubio, 94-03 estaba bordado en su uniforme blanco de hospital. El mismo solo estaba sucio en las muñecas y los botapies.

Los cinco hombres se acercaron con sigilo. Las armas en sus manos era de baja calidad, pero era lo último que tenían. Estados Unidos estaba en lo último de armas y capturar y replicar un proyecto era lo que los salvaría y llevaría a la victoria. De lo contrario bastarían otros dos días para que el armamento desapareciera por completo y ellos pierdan la guerra y por ende todas sus tierras.

Esa noche el hermano de Ion se llevó a London con él a la guerra. Conocía muy bien lo que significaba aquel hombre y lo consideraba una amenaza para todo el proyecto que habían armado. El hombre se notaba frágil como si una simple brisa pudiera derribarlo en un instante. London por su lado observaba todo con sumo detalle con una pequeña calma en su rostro, al saber que ningún proyecto parecía estar herido.

London también notó la presencia extraña de los cinco hombres que vigilaban desde cerca. Su cuerpo por completo se volvió en un estado líquido que se filtró entre la tierra, perdiendo de vista al hombre que lo había llevado. Se hizo camino entre las piedras y basura hasta llegar a los cinco hombres que retrocedieron en cuanto vieron el cuerpo del doctor materializarse frente a ellos.

Como defensa, uno de los hombres sujetó su cuchilla e intentó enterrarla en el pecho de London. En segundos, el cuerpo del doctor se volvió metal sólido evitando cualquier herida. Después de volver una vez más a la vida, aprendió algunos trucos.

Los cinco hombres asintieron y entre todos sujetaron a London. No era a quien habían estado vigilando, pero parecía ser lo suficiente para llevar al laboratorio de su país. Sin embargo, ante el agarre London se escapó de las manos de sus captores como agua.

—Ustedes quieren crear sus propios súper humanos y yo quiero libertad, para mí y algunos más —explicó London, con tranquilidad, las espalda erguida, mostrando la elegancia que lo caracterizaba.

—No estás en posición de negociar —indicó uno de los humanos, con una arma de fuego en la mano.

—Intenta hacerlo, no va a funcionar. El ruido alertará a los demás y en segundos tendrán a mis compañeros abriendo sus cabezas de un solo golpe.

—¿Qué propones? —Uno de los cinco sujetos, el que lucía más confiable entre todos ellos extendió la mano deteniendo a uno de sus compañeros y así acercándose a London.

—Vi que querían capturar a 94-03 —London alzó la cabeza esperando que nadie esté cerca—. Muy mal negocio para ustedes. Con un solo chasquido ustedes morirán aplastados. Su fuerza no es un juego. Si quieren a alguien, el que estaba a mi lado es débil, pero es el que llevó todo ODAH a flote, él tiene el secreto para crear súper humanos.

Los cinco hombres observaron con cuidado su entorno, y en efecto, Logan, el hermano de Ion era débil o se notaba de ese modo. London conocía que incluso viviendo tantos años en salud, el cuerpo no era eterno. Logan estaba débil al ser el más anciano entre todos ellos. Conocía que si le quitaba esa pieza a Ion, podría ser más fácil escapar.

Esperaron hasta que el sueño haya vencido a todos y cuando Logan sujetó a London para llevarlo una vez más al hospital, los cinco hombres los interceptaron. El más fuerte de los humanos sujetó a Logan de los hombros e hizo que perdiera contacto con la movilidad. Los demás proyectos de inmediato se acercaron, pero antes de actuar solo bajaron la cabeza ante London y retrocedieron. Se mantuvieron al margen mientras los soldados americanos se llevaban a uno de los primeros proyectos con ellos.

London caminó con tranquilidad hasta llegar a uno de los suyos. 94-03 poseía una fuerza sobre humana. Lo que significaba que si lanzaba una piedra esta se volvería un proyectil fijo. Tenía buena puntería, London se aseguró de ello con minuciosidad. Por eso, de entre su ropa, London sacó un pequeño trozo de metal que hizo de su propio cuerpo, el material no se rompería incluso si es que 94 pusiera toda su fuerza.

94-03 tomó la orden con una sutil sonrisa y retrocedió algunos pasos. Elevó el pie delantero para tomar impulso y cuando la gravedad hizo lo suyo, el proyectil cortó el aire y produjo un corto zumbido hasta llegar al corazón de Logan. El proyecto tuvo algunos segundos de sufrimiento antes de morir, en ese lapso observó a London y abrió los ojos por la sorpresa de una traición que debía haber esperado.

—Rick, es tu turno —London volteó a ver a uno de sus proyectos, este tenía la habilidad de construir poderosas barreras que ni un misil podría derribar.

Muros casi transparentes y de un tono celeste se alzaron frente a ellos y cubrieron a los cinco proyectos que estaban bajo el mando de London y que Ion no pudo capturar porque estaban en batalla. Listos para lo que vendría a continuación.

La principal preocupación para Ion era que algún país robara sus proyectos o los duplicara. Por eso hizo todo lo posible para evitar filtraciones y una amenaza eran los proyectos muertos. Si un cadáver era capturado entonces era un indicio para lo que Ion temía. Esa preocupación le hizo instalar pequeños chips en el cuello de los proyectos, los mismos medían el ritmo cardiaco y si este se detenía entonces estallaría en una poderosa bomba que acabaría con el proyecto por completo y con todo lo que estuviera a su alrededor.

El brillo hizo que la noche se iluminara como un día, por unos segundos antes de que el zumbido después de una fuerte explosión se escuchara en sus oídos. Los humanos a su alrededor también murieron. London mató dos problemas de un solo golpe, a la pieza principal de Ion y a aquellos que estaban listos para capturarlos cuando ellos lograran por fin escapar.

No tenía planeado escapar de un hospital para entrar a otro.

Respiró con tranquilidad cuando los restos de la explosión fueron llevados por el viento. La barrera a su alrededor se desvaneció y London caminó rumbo al automóvil que estaba a varios metros de ellos. Los demás proyectos lo siguieron.

El camino se abrió paso para ellos, los soldados que peleaban a su lado ni siquiera los molestaron y se hicieron a un lado, con temor pues habían visto lo ocurrido hace poco. Con ello, también eliminaron sus deseos de hacerse con un proyecto. Cuando subieron al móvil, de inmediato partieron al hospital.

London tenía entre sus manos otro proyectil que él mismo creó. Lo movía entre sus dedos una y otra vez mientras su mirada estaba perdida en lo que aquella guerra le hizo a la tierra.

—¿Qué haces?

Rick era el mayor entre todos ellos, las canas en su regordeta cabeza lo delataban al igual que la sabiduría en sus ojos.

—Esperar —London no quitaba la vista de la ventana y se puso rígido cuando pasaron por el lugar de la explosión de hace segundos.

—¿Qué esperas?

—Que el tiempo vuelva.

London confirmó sus sospechas cuando llegaron al hospital. El rostro de Ion se mostró molesto y sus puños se cerraron con fuerza cuando, con descaro, London le contó que su hermano estaba muerto. Le explicó con sumo detalle cada acontecimiento y esperó una vez más. Se apoyó en una pared y observó con cautela. Quería comprobar algo.

Conocía que Ion y Logan compartían una relación familiar muy estrecha, desde el inicio de ODAH, ambos trabajaron mano a mano. Uno sin el otro no hubiesen llegado tan lejos. London sabía que si fuera por Ion, retrocedería el tiempo para traer de vuelta al único hermano que le quedaba, pero no lo hizo. De hecho, London se percató de que no podía hacerlo. El tiempo ya estaba fuera de la batalla.

En el momento en el que Ian quiso acercarse para atrapar a London y a los proyectos rebeldes, el piso se movió y las aguas que los rodeaban se mecieron con fuerza. El golpe de 94-03, podía crear tal efecto. Con la sorpresa fue suficiente para que Rick alzara dos grandes barreras.

Antes de iniciar con todo ello, London se aseguró de estar de lado de los controles, debía evitar que Ion llegara al salón porque un solo mandato de este y todos los chips en sus cuellos explotarían. Antes de irse debían destruir aquellos.

Ion podía copiar cualquier poder, su habilidad lo hacía invencible hasta cierto punto. Con solo uno de sus puños quebró la barrera que evitaba su avance. London ya esperaba aquello y Rick solo alzó otras cinco iguales para detenerlo un poco más.

London bajó de inmediato, otros proyectos lo acompañaron. Si los golpes seguían les quedaba poco menos de quince minutos antes de tener la furia de Ion en ellos y pelear sin ayuda sería su derrota. Por eso es que a lo largo de los años reclutó a aquellos que estaban a su lado, peleando para buscar su libertad.

De entre las sombras salieron dos personajes más. La mujer con cicatrices en el rostro solo puso su mano en la pared para que la luz se extinguiera por completo. A su lado un joven delgado encendió sus manos en fuego para avanzar por el pasillo. London los saludó con un gesto cuando se cruzaron. Los dos subieron a pelear con Ion, mientras el doctor bajaba hasta las celdas.

Aquellos dos se unieron a él incluso antes de que atacaran el laboratorio años antes, después del primer enfrentamiento entre proyectos para verificar el poder de todos ellos.

Habían pasado cerca de dos semanas desde que fueron encerrados. Kaled cada mañana se levantaba, fruncía el ceño y elevaba las manos esperando que el poder volviera a él. Y todos los días fracasaba. Lo que lo hacía especial se había ido al igual que la presencia de London, desde hace una semana que él no iba a visitarlo y creía tener una razón para ello.

Marley a su lado no lucía mucho mejor. Las ojeras bajo sus ojos se hacían mucho más grandes. El fuego pronto empezaría a consumirlo a él por las emociones tan disparejas que sufría. Por un lado la culpa de tener las manos llenas de sangre y por otro la felicidad de tener a London a su lado una vez más. Quizás el doctor tampoco fue a visitarlo, pero a veces, en las noches escuchaba su voz rondando el lugar y hablando con algunos de los prisioneros.

Las cadenas ataban sus manos a la espalda, lo que evitaba que siquiera pensara en usar el fuego o se quemaría. Tampoco quiso intentarlo. La pelea interna consumía toda su energía por lo que no le quedaba nada por lo que pelear.

Ambos estaban en la misma celda. Ion creía que así sería más fácil matarlos, conocía la inestabilidad del fuego. Si se salía de control moriría y con ello la explosión terminaría también con Kaled.

Ambos guardaron silencio cuando varios pisos arriba se escucharon peleas. Los arrestados a su lado también se notaron inquietos y hasta golpearon las rejas, desesperados por salir. Todos conocían que aquella situación era London quien enfrentaba a Ion.

Las luces se apagaron y de entre algunas celdas la luz se hizo presente como habilidades particulares. Con ello reconocieron el rostro de London quien, junto a 94-03 corrieron a las celdas y empezaron a derribar los barrotes que los detenían. Como fieles a su plan, todos ellos esperaron a sus demás compañeros antes de subir hasta el piso principal y ayudar con la pelea.

Cuando London llegó a la celda principal y más resguardada se le fue el aire. La situación de Kaled y Marley era deplorable. Sus cuerpos estaban esqueléticos y las ojeras bajo sus ojos contrarrestaban su pálida piel. Sus manos temblaron antes de señalar los barrotes y después de que estos sean derribados por el proyecto a su lado.
Con presura, corrió hacia ellos y se inclinó para verlos. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Qué está ocurriendo? —Kaled fue el primero en hablar, no tenía las manos encadenadas lo que le hizo más sencillo tomar a London de los hombros y hacer que lo observe.

—Ion perdió el tiempo.

—¿Cómo estás tú? —Kaled llevó su mano hasta la nuca de London y acercó el rostro de este hacia el suyo, hasta juntar ambas frentes. Cerró los ojos disfrutando el tacto.

Marley observó de lejos lo que ocurría, una sutil sonrisa se formó en sus labios. Comprendía el amor que Kaled sentía por London, lo vio siempre desde lejos. Kaled retó a la muerte para traer una vez más a London y este a su vez dejó de lado su armadura de hielo para abrir su corazón a él. Algo que Marley no consiguió ninguna vez. Cuando los vio a ambos así cerca el uno del otro en un acto tan simple, pero íntimo, supo que London nunca fue para él.

—¿Qué ocurre afuera? —Marley preguntó cuando 94-03 rompió las cadenas de sus manos.

—Ya es hora —London se levantó con una sonrisa y determinación—. Vamos a salir de este hospital para siempre.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro