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XVI

"No tengo miedo de un ejército de leones dirigido por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas dirigido por un león"
—Alejandro Magno—

Capítulo 16: Un rey no es nada sin un ejército

Equipos como A o B se disolvieron ante el primer estallido de guerra. Los países querían los recursos naturales y no les importó arriesgar a su débil ejército para conseguirlo. Sin agua limpia ni buena comida, los humanos se estaban extinguiendo y lo único que podría detener su muerte debía ser conseguido mediante peleas y batallas.

Sus pasos resonaron en el largo pasillo del sector B al A. Vincent estaba a su lado como su mano derecha. Nadie más sabía de los planes que tenían para con los proyectos, una vez finalizado todo. Su objetivo era hacerse de todo el poder, tanto natural como de guerra. Ion sonrió hacia su hermano mayor, un hombre sin nada de luz en su mirada y que parecía ser un proyecto fallido más. Sin embargo, era el más valioso dentro de todo aquel hospital.

Vincent se separó de los dos hermanos en cuanto estos empezaron a hablar, Mientras tanto, su mirada estaba fija en la pantalla de su celular, un objeto que solo él poseía y cuya función principal se evaporó. Solo era un retenedor de video y su batería debía cargarse cuidadosamente al sol. Pocas veces la llevaba encima, pero le servía para mantener vigilado el lugar cuando su líder estaba ocupado.

Vincent no quiso escuchar la conversación entre los dos hermanos. Sabía que en esos momentos era mejor permanecer en la ignorancia. Por ello volvió en sus pasos hasta el sector A, donde el luto seguía presente incluso cuando ya habían pasado cerca de cinco meses desde la muerte de London. Marley tuvo un gran cambio desde ese momento, aunque creía que todo empezó desde que sus manos se mancharon de sangre inocente.

El pelirrojo se convirtió justo en lo que Ion quería, un arma de guerra, sin piedad. Marley había dejado su ser juguetón e infantil para solo ser un asesino de masas. Su reciente personalidad lo separó de la antigua amistad que mantenía con Kaled. Algo que a Ion le favoreció pues era mejor tener a un Marley bajo control.

Kaled por su lado se perdía todas las tardes. Nadie lo encontraba y Vincent creía saber lo que hacía. En realidad tenía una sospecha, pero entre donde y cuando, era más probable que cambie de tiempo para así evitar las cámaras de seguridad. Cada noche veía un poco de alegría en los ojos de 09. Controlar el tiempo era algo que envidiaba, pero se conformaba con ser el único humano normal en el lugar.

Con los recursos naturales restablecidos en la mayor parte del mundo. Poco a poco la sociedad volvía a ser lo que fue antes. Las fábricas no tardaron en empezar a trabajar, aunque se centraban más en la producción de armas, que era lo que más se vendía en el mundo. Para ello Ion les prestó un proyecto con la capacidad de recrear cualquier metal.

Vincent se detuvo frente al sector A, pudo ver a Marley en el salón de prácticas. El lugar se había vuelto desolado después de completar la fase tres, por eso era extraño encontrarlo en ese lugar. Sin embargo, gracias al espectáculo del pelirrojo, Vincent vio el peligro que conllevaba el menor. El fuego que empezó a dominar era más fuerte, el metal del lugar parecía estar a punto de derretirse, mientras Marley estaba intacto en el centro.

Esa fue suficiente razón para llevar a cabo un pequeño paso para llegar a la fase cuatro. Los proyectos fuera del hospital ya habían sido sometidos a ese paso y al no mostrar consecuencias. Ion planeaba extender lo mismo a todos los proyectos bajo su poder.

Antes de entrar a la sala de entrenamiento una mano lo detuvo. 23-55 era otro problema que se desencadenó con la muerte de London. Marco podía manipular la mente a su gusto por lo que su inestabilidad provocó un gran desastre en todo el lugar. Con él murieron cerca de diez proyectos. Incluso con toda la sangre en sus manos Marco no lucía ni un poco perturbado. Su enojo para con el hospital lo hizo incontrolable.

Marco fue uno de los primeros voluntarios en inscribirse al proyecto ODAH. Su razón era nada más y nada menos que su hermanastro London. Al crecer juntos en el mismo orfanato 55 lo siguió hasta ese hospital donde sin pensarlo más decidió ser parte de todo si es que el permitían seguir a lado de London. Si una razón de ser,  Marco estaba a nada de traicionarlos.

Vincent guardaba todo los secretos del hospital.

Marco no presentó mayor problema en alzar a Vincent y azotarlo en la pared.

—Ion y tú son la misma escoria —reclamó Marco, sus duras facciones mostraban el cansancio—. Quieren obligarnos a pelear una batalla que no nos pertenece ni nos favorece.

—Mira quien habla —se burló Vincent sacudiéndose del agarre en un segundo—. Tus manos llenas de sangre inocente no deberían opinar en esto.

—Todos los que estamos en este proyecto hemos cometido algún delito merecedor de la muerte. Aquí nadie es inocente.

Antes de seguir discutiendo la alarma de seguridad sonó por todo el lugar. El fuego se extendió por el pasillo y penetró otras habitaciones. Marco y Vincent se alejaron al ver a Marley fuera de control. Las olas de fuego que salían de sus manos lo envolvían por completo y ráfagas encendidas golpeteaban en todas direcciones destruyendo muros al debilitarlos casi al instantes.

A ese paso el sector A desaparecería en minutos.

Kaled llegó justo en el momento  indicado, como si hubiese esperado por ello en un lugar oculto. Con un chasquido de dedos las llamas se extinguieron y el lugar volvió a como estaba minutos antes. Kaled había estado practicando arduamente a escondidas. Su manejo del tiempo se desarrolló hasta el punto en el que pudo volver en el tiempo y ver a la persona que tanto extrañaba. Sin embargo, cada que quería advertirle a London de su muerte, su fuerza se iba y volvía a donde estaba,

Marco sonrió y soltó a Vincent, había llegado a donde quería y lo demás solo caería por su peso.

Cuando Ion llegó al lugar no pudo sentirse más orgulloso de los proyectos. Ese nivel de fuerza los hacía invencibles. En sus manos estaban las cartas de petición para la ayuda en las batallas. Como siempre el que ofreció más dinero fue China por lo que decidió mandar a sus proyectos a ese ejército. Por otro lado estaba un país en latinoamerica que buscaba protección. Ion mandaría los más débiles para ellos.

—Vincent los guiará a la sala de operaciones. Vamos a hacerles un último ajuste antes de seguir a la siguiente fase —Ion ajustó sus guantes de cuero e hizo que los líderes le prestaran atención.

Algo que ODAH quería evitar a toda costa, era una competencia. Cuando un proyecto moría lo quemaban por completo, no dejaban ni un rastro suyo, ni historial médico. La memoria era su mejor aliado. Sin embargo, cuando la guerra diera inicio, no podrían estar al pendiente de los muertos. Entonces querían evitar que el cadáver de cualquier proyecto caiga a manos enemigas.

En solo minutos un pequeño dispositivo explosivo fue insertado en los proyectos. El mismo controlaba el ritmo cardiaco de los portadores y si este disminuía hasta detenerse, el detonador explotaría destruyendo todo a seis cuadras a la redonda, el proyecto incluido. De esa forma evitarían copias.

Los trabajos que Ion y London hicieron por tantos años nadie los robaría. Con ello ya listo podían enviar a sus proyectos a morir en cualquier guerra.

Los líderes de cada sector se posaron frente a Ion en una línea recta, listos para recibir instrucciones. Las primeras fases terminaron, lo que les dejaba lugar a lo que habían esperado, por lo que entrenaron a los proyectos incansablemente. Todo estaba preparado para enviarlos a morir para así ganar el suficiente dinero y poder con la tierra. En un año o pocos meses serían los mayores gobernadores del ser humano. Porque un rey se hacía con el ejército a su disposición.

Los proyectos fueron puestos en diferentes transportes aéreos y terrestres. Viajar los hacía menos vulnerables ante ataques enemigos que querían apoderarse del conocimiento que resguardaba el hospital. Ion tenía en cuenta varias amenazas por lo que en los siguientes días se volvió más cuidadoso. Nadie podía entrar a su oficina, solo aquel hermano que nadie sabía que tenía y cuyo rostro siempre estaba cubierto.

Los proyectos estuvieron inconscientes alrededor de días hasta llegar a su nuevo hogar. Con ayuda de aquellos que dominaban la forma del agua y tierra hicieron un refugio que nadie podría hundir. Las instalaciones eran lujosas gracias a las diferentes habilidades que tenían a su disposición.

Sin embargo, dos habitaciones estaban completamente prohibidas. La primera era la oficina de Ion y la segunda aquel cuarto que estaba a su lado. Ni siquiera el metal de Marley podía derretir la puerta que resguardaba el mayor secreto de Ion. Kaled ni siquiera intentó probar su fuerza ante ella porque simplemente no le interesaba. En sus planes solo estaba el de retroceder tan lejos como pueda hasta lograr salvar a London de lo que el futuro le deparaba.

En uno de sus tantos intentos llegó a cuando él estaba en entrenamiento, cuando ni siquiera sabía su potencial. Se vio a sí mismo en la camilla de aquel hospital, con Marley quien en ese entonces sonreía y se esforzaba solo para que London se fijara en él. Sintió el ambiente caliente y encontró el recuerdo en sus memorias. Salió de habitación y caminó con rapidez hasta el doctor de bata blanca y solo lo abrazó. En aquel pasado estaba vivo.

—¿Cómo saliste de tu habitación? —La voz usual y tosca de London le hizo sonreír— ¿Tal vez ya encontraste tu habilidad?

Kaled negó. Usualmente cuando pensaba en decirle a London su forma de morir, solo volvía a su presente y debía volver a empezar lo que significaba reunir tanta energía.

—¿Quién eres? —London tenía los ojos entrecerrados mientras sujetaba su rostro con fuerza, observándolo— ¿Transformación tal vez? ¿sustitución? Quien seas deja de usar el cuerpo de Kaled y di a lo que vienes.

Kaled negó y antes de que London se apartara lo sujetó del cuello y al pensar que el tiempo se acababa lo atrajo a él con sutileza hasta juntar sus labios como muchas veces había querido. Le sorprendió que no haya sido empujado al otro lado o no recibir la amenaza de un castigo, aunque tampoco le importaba mucho. Tenía a London frente a él y no pensaba perder la oportunidad.

—No me creerías si te lo dijera —susurró Kaled mientras se separaba con suavidad del doctor.

Segundos después su cuerpo se desvaneció y volvió a su presente.

Marley le esperaba con el ceño fruncido y con un leve conocimiento de lo que hizo. El contraste de ver a su amigo en ese estado después de recordar la felicidad que lo caracterizaba solo picó en su culpa. Marley perdió su vida cuando London murió.

Marley se volvió más agresivo, prueba de ello era que este lo sujetó del cuello y lo estampó contra la pared.

—¿Qué tratas de hacer? —El pelirrojo ya estaba encendiendo sus llamas para quemarlo— No trates de traer a London de vuelta, está mejor muerto.

—No seas egoísta —reclamó Kaled.

—¿Yo soy el egoísta? —Marley quemó toda la pared a su lado— London está descansando ahora. Ion ya no juega con él y no debe obedecer a nadie más. Está mejor muerto, déjalo descansar.

—También puedo llevarte al pasado —Ante lo dicho por Kaled, Marley lo soltó de golpe y retrocedió. En sus ojos estaba un poco de esperanza—. Puedes volver a verlo.

—Ion formó un equipo de diez proyectos —Marley le dio la espalda y empezó a caminar hacia la puerta—. Nos iremos esta tarde. La primera guerra ha iniciado.

China tenía todos los recursos naturales para abastecerse por años, sin embargo, quería apropiarse del de los demás países para volver a ser la misma potencia. Para mala suerte carecía de soldados y el tiempo se les acortaba porque las otrora potencias tenían el mismo plan. Aunque Estados Unidos no tenía ejército ni recursos creían tener las suficientes armas para destruir un país completo. Lo complejo es que si destruía la tierra no tendrían aquello por lo que estaba luchando.

La opción menos dañina era pelea frente a frente como en los viejos tiempos. Humano contra humano, pero China había solicitado ayuda a ODAH y en solo días tuvo a su disposición humanos perfeccionados para ganar cualquier batalla que se le pusiera en frente. Cada uno de los proyectos tenía la fuerza y poder para acabar con un centenar de soldados en segundos. China se sintió confiado.

Marley estaba adelante.  Frente a él varios cañones apuntando directo a su cabeza. La tierra bajo sus pies destrozada completamente y los humanos muertos tirados a su alrededor. Ion envió a proyectos con distintas lenguas para evitar su alianza y por siguiente escape. Marley no entendía ni una palabra de lo que los demás proyectos decían, pero se cubrían la espalda cada cierto tiempo.

Uno de ellos tenía la suficiente fuerza como para provocar un terremoto con una patada al suelo. Él fue el primero en atacar y con la confusión del ejército contrario los soldados chinos avanzaron. Otro de ellos era protección pura, podía crear una muralla poco visible y ningún arma humana ni las llamas de Marley podrían destruirla. Con ella protegía a los aliados y así avanzaban para ganar territorio.

Era el primer día de batalla y ya estaba agotado.

Los humanos eran testarudos y aquellos mandados parecían estar desesperados por comer. Marley se detuvo unos segundos frente a uno de ellos que le pedía piedad para dejarlo vivir. Este confesó que le prometieron alimento, tanto para su familia como para él si asistía a la batalla. Marley vio desde arriba al humano derrotado y de sus manos salieron llamas azules de fuego que terminaron con aquella vida en segundos. No había expresión en su rostro, ni un rastro de culpa.

—Tengo una idea —Marley se acercó a sus compañeros. Sin importar el no entenderse, quería terminar con ello de inmediato—. Haz que se levante la tierra —señaló el suelo e hizo un puño para golpearlo con suavidad.

El sujeto de gran fuerza entendió y retrocedió para tomar impulso. En cuanto corrió Marley señaló al de la barrera y le indicó que en cuanto termine cree una en el suelo para el ejército aliado, claro que con señas hasta hacerse entender. Ante su asentimiento supo que todo ya estaba listo para terminar con aquella batalla.

La tierra tembló ante el golpe y a varios metros más se produjo una ola en el suelo que logró que este se desprendiera y se levantara unos cuantos centímetros. Marley aprovechó aquello y bajó la tierra extendió sus olas de fuego que parecieron imitar infierno mismo. El calor quemó el suelo hasta hacerlo intocable. Todos los soldados gritaron ante el ardor de la tierra y de inmediato el proyecto indicado puso una barrera solo para su ejército.

Durante el resto de la tarde el ejército contrario gritó de dolor ante las quemaduras que el propio suelo producía. Con ello la primera batalla terminó. Marley sacudió sus manos entre sí y solo se dio la vuelta para ir a descansar. Mañana tendría otro plan en mente.

—¿No te pareció cruel? —El rubio de la fuerza incontenible lo observaba apoyado en el elevamiento de tierra que servía como trinchera— quemarlos hasta morir.

—Pensé que no hablabas mi idioma —indicó Marley ignorándolo e intentando dormir.

—En vida era traductor en un sitio turístico. Sé varios idiomas.

—Solo duerme, mañana seguiremos en esto.

—Tu novio murió en mis manos ¿sabes? —No parecía tener sueño o intenciones de callarse— siendo mi armadura innecesaria.

—¿A qué te refieres? —Marley se sentó para observarlo, aunque la noche no le daba mucho que ver.

—Mi cuerpo mejoró en aspectos diferentes, uno de ellos es mi fuerza —El rubio tomó la cuchilla que solía estar frente a un arma y se cortó la mano con ella. En segundos esta se curó— y otra es mi capacidad de curarme instantáneamente. Incluso con una caída de esa altura no moriría.

—¿Entonces?

—Eres igual de inteligente que yo, sé que ya te diste cuenta.

—Ion lo planeó todo —infirió

—London estaba siendo demasiado rebelde. Ya no obedecía sus órdenes, pero Ion sabía que si lo mataba ustedes se alzarían contra él. Así que armó todo eso. ¿No te parece extraño que no haya llevado un proyecto sanador a esa primera excursión donde había más posibilidades de bajas?

Marley sonrió y bufó por su ingenuidad. Golpeó su cabeza con la mano y pensó en lo idiota que estaba siendo en ese momento. Se rio de su propia desgracia.

—Igual está mejor muerto —Marley quiso olvidar lo demás y por eso volvió a acostarse para dormir.

_¿En serio? —El rubio soltó una gran carcajada— ¿crees que Ion dejaría ir así de simple a alguien tan inteligente y útil como London? Era su mejor carta. Sin él no podría controlar a varios proyectos.

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