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VII

La guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos.

Jean Le Rond

Capítulo 7: Es mejor la muerte a la derrota

Un fuerte estallido mandó a volar parte de aquella sala.

Estaban bajo ataque.

La segunda explosión se escuchó demasiado cerca. Las luces rojas alumbraron todo el lugar y el ambiente se tiñó de humo. De inmediato el caos se expandió y todos los demás salieron corriendo por sus respectivas puertas. Incluso la enorme pantalla sobre ellos perdió señal. Los retazos de concreto cayeron sobre el lugar.

London corrió de inmediato.

A varios pasillos más adelante se encontraba una persona desconocida. Una capucha extremadamente gruesa cubría su rostro y ser. El gran saco púrpura oscuro le llegaba hasta los talones y detrás de ellos estaban unos botines militares. Sus manos, escasamente, se veían entre su gran saco y de ellas nacían chispas azules que saltaban en todas las direcciones.

Más allá, a unos pasos detrás, otra persona con la misma vestimenta, iba dejando fuego donde sus pisadas tocaban y, de estas, grandes explosiones se creaban.

Todos los experimentos de London fueron a sus respectivas habitaciones, incluso Kaled que estaban tan aliviado de haber escapado de una batalla un tanto esperada. 55 Era mucho más fuerte, estaba seguro que habría muerto en aquella circunstancia.

El lugar por completo se tiñó de rojo, y las alarmas de las diferentes habitaciones impedían que estas se cierren. En ese momento lo mejor era mantener a todos lo proyectos en la mira, si solo uno de ellos lograba escapar o caía en las manos equivocadas entonces el sistema caería y ODAH se vería obligada a abandonar el país y destruir cualquier signo de avance, incluido los doctores y experimentos.

-Estamos bajo ataque -La voz en las bocinas eran del mismo director del proyecto, eso mostraba lo demasiado peligroso que era la situación-. Cada sector debe reunirse en una sala segura. Los encargados de cada sector deben asegurarse de que cada proyecto esté a su lado.

London chasqueó la lengua y corrió hasta la sala de controles, debía encontrar a ese sujeto antes de que deje el edifico. El hombre que había dado inicio a todo eso tenía en su mano el siguiente paso de la humanidad. London quería encontrarle porque necesitaba decirle la situación. Lo peligroso que era Kaled. Que no debía pelear.

Solo que al entrar en la sala de controles, encontró a todos los guardias muertos, con el cuerpo expulsando un vaho apestoso a carne quemada. Los que habían llegado a invadir su hospital parecían ser demasiado hostiles. London debía poner a todos sus proyectos a salvo.
Con el tiempo jugándole en contra, el doctor de ojos dorados tomó el micrófono a su lado y solo dijo:

-02, 12, 25, 68 y 71 -enumeró claramente, esperando que todos lo escuchen- reúnanse en el pasillo en unos segundos. 68-09 trae a 71-99 contigo.

London dejó todo como estaba y salió del lugar. Podía escuchar los gritos llenos de desesperación de cada uno de los muchachos en el sector de a lado. Incluso pudo sentir la desesperación y miedo en ellos. En varios. En los que estuvieron a su cargo solo veía la indiferencia, ellos creían que después de todo el sufrimiento que Meyer les hizo pasar, el infierno era solo un día soleado. Debía felicitarse por eso.

Todo empeoró cuando las luces en todos los pasillos se apagaron. London pudo ver un atisbo de luz en los demás sectores, lo percibía por la leve abertura de las puertas a medio cerrarse, eso le hizo llegar a una sola conclusión. Tal vez solo estaban tras su sector. Debía apresurarse.

-Ponte atrás de mí, yo voy a protegerte -Con solo aquella oración London ya había reconocido de quién se trataba. Le alegraba saber que Marley estaba a salvo.

-¿Qué vas a hacer? ¿Incendiarnos? Mira cómo tiemblo de miedo -La tanda de los 12 siempre se ha caracterizado por su astucia y boca mordaz. Eran sinceros. Ellos eran los primeros en sufrir, todo lo que London experimentó en ellos se asemejaba a la misma agonía. Por eso eran tan altaneros y crueles-, intenta prender tu mechero y yo voy a licuar tu cerebro hasta que lo escupas por la boca.

-Me alegra saber que no tienes miedo 12-01 -London quiso sonreír, pero los pasos acercándose solo le ponían los pelos de punta.

-El miedo es para cobardes. -12-01 tenía entre sus manos un pequeño pedazo de vidrio que había rescatado de las explosiones- usted me ha dado armas suficientes para acabar con todo el mundo.

Marley bufó y se alejó de Kaled para hacerle frente al sujeto altanero que estaba molestándole desde hace poco. Y que tenía tan buena relación con London. A Marley no le agradaba en absoluto aquella cercanía entre esos dos.

Cualquier acción por parte de todos se detuvo cuando tres figuras desconocidas se posaron frente a ellos. La luz había vuelto e incluso con ella no podían verle los rostros por la negra capucha que cubría sus cabezas y la sombra que esta producía y protegía sus identidades. A pesar de ello varios alejaron el miedo. No eran simples humanos. En absoluto.

La figura de adelante elevó la cabeza y mostró sus ojos violeta. Su rostro tenía marcas de sufrimiento, cicatrices tan profundas que se entremezclaban con quemaduras. Su largo cabello negro estaba atado en una coleta alta e incluso con la desventaja de tres contra más de cincuenta, ella sonrió de lado y volteó hacia sus compañeros. Ella pronto extendió las palmas de sus manos y de ellas miles de chispas destellaron por el lugar hasta evaporar las luces una vez más.

-Marley -London susurró, tranquilo, sintiéndose seguro- necesito luz.

99 escuchó con atención y de inmediato sus brazos se encendieron en poderosas llamas que iluminaron el lugar por completo.

Solo que había un problema: Los tres desconocidos ya no estaban donde los habían visto.

-¡Lo vi! -12-01 gritó en cuanto sintió el calor de una próxima explosión a su alrededor. Él convirtió el vidrio entre sus manos en una filosa aguja que hizo recorrer por el lugar. Su silbido y el posterior grito hicieron que las luces se encendieran.

La muchacha encapuchada volvió a la entrada y se inclinó hasta tocar el suelo con ambas manos. Un campo eléctrico los rodeó y empezó a achicarse para apresarlos. Su tiempo empezó a acabarse cuando ella desapareció, pero el campo a su alrededor no lo hizo. Si querían acabar con aquella trampa debían apuntar a la fuente aunque esta no parecía estar. Sin embargo, los pasos de ella se escuchaban con un gran estruendo y cerca de un joven de cabellera rubia que dejaba fuego a su paso.

-Kaled -susurró London, viendo cuidadosamente los pasos del joven rubio-, si esto no funciona necesito que te concentres en sacar a los demás de acá.

-¿Qué vas a hacer? -Marley sujetó el brazo de Meyer, sin importarle quemar su blanca bata- No voy a dejarte en riesgo, estoy seguro que los de seguridad van a venir pronto, solo debemos esperar.

-Es la primera vez que te veo asustado -London se burló y se separó del agarre, él sabía que nadie vendría a por ellos, había visto a todos los guardias muertos. Y suponiendo que algunos de ellos tenían cualidades, supo que su enemigo no era débil. En lo absoluto.

London no podía permitir que los demás sepan la cualidad de todos. Sabía que los intrusos querían información y por eso, con una mirada, les advirtió que no usaran sus habilidades a menos que sea de vida o muerte. Marley y 01 eran esenciales para comprobar su duda. El pelirrojo tarde o temprano utilizaría su poder para hacer algo estúpido frente a los demás y se expondría solo, por eso London le ordenó que encendiera sus brazos, para que el enemigo piense que estaba con la guardia baja.

La gran muralla de electricidad pasó a ser un poco más pequeña, arrinconándolos a todos. El rubio frente a ellos los veía con una gran sonrisa. Eso fue suficiente para que London se decidiera a actuar de una vez.

-77, cúbreme.

De inmediato la figura de London se vio envuelta en una clase de burbuja de aire. London solo entonces empezó a correr hasta la muralla eléctrica y sin mucho más esfuerzo la traspasó.

Habían dos 77 entre todos sus proyectos. Así entraran al sistema, no encontrarían al personaje del que es aquella habilidad. London lo tenía como un plan para ese tipo de situaciones.

Solo debía asegurarse de que las cosas continúen según lo que él había planeado.

Después de todo London era una mente brillante.

Las luces volvieron y la burbuja de aire desapareció. El estallido a lo lejos le hizo darse cuenta que el sector B también estaba siendo atacado.

En el momento en el que despabiló de su victoria, una gran y fuerte mano se cerró alrededor de su garganta y alzó su cuerpo por los aires. London contó desde el quince, ese era el tiempo antes de que su cuerpo se debilite por la falta de aire. Su plan debía funcionar o moriría.

La única mujer de aquel equipo volvió a aparecer un segundo y sin mucha prisa salió de aquellos pasillos hacia el sector B.

London ya estaba en los últimos segundos, si su plan no funcionaba entonces no podría poner a los demás a salvo y estaba seguro que la mayoría de ellos utilizarían sus habilidades. Se expondrían.

-Solo está usando el uno por ciento de su poder, no te creas la gran cosa por vencerlo así de fácil -La voz de 55 se escuchó tras ellos. Estaba con las manos sujetas a la nuca de aquel rubio. Sus ojos estaban encendidos en furia y en cuanto sintió que el otro perdía su estabilidad lo sujetó de la ropa y lo lanzó al suelo empezando a repartir golpes en su rostro- ¿Quién los ha enviado?

London estaba en el suelo, respirando con dificultad. Sabía que 55 vendría a por él, siempre tenían una leve de alarma en su cabeza, que le advertía cuando el otro estaba en problemas. Por eso se atrevió a salir de aquella barrera.

Lo único que no pudo predecir era la tercera figura que se alzaba desde el suelo. Era exactamente igual al rubio que estaba siendo golpeado por 55. Estaban en problemas una vez más. Porque aquel sujeto parecía tener la misma habilidad de Marley, solo que él tenía el cuerpo entero encendido en llamas azules. Sus ojos estaban cerrados e incluso de esa manera el ataque que lanzó dio directamente al brazo de London.

-Joder ¿Qué acaso nunca se terminan? -El doctor de ojos dorados se levantó de inmediato y volteó hacia los demás, su mirada pegada a Marley- derrótalo por mí ¿si? -pidió, con la voz suave y siendo un poco más baja que lo de costumbre, lo suficiente para que 99 se ponga delante de él de inmediato.

La pelea entre ambos sujetos de fuego estallaría el lugar por completo. Debía sacar a los demás de aquellos pasillos lo antes posible.

-Necesito que todos vayan al salón de entrenamiento, en este momento.

El salón de entrenamiento era seguro, las paredes estaban blindadas y el espacio era exhuberante para todos ellos. Era la mejor opción y todos la conocían.

-¿Qué hay de Marley? -preguntó Kaled, asustado por el pelirrojo que estaba frente al sujeto de fuego azul, ambos estudiándose.

-¡Todos vayan al salón de entrenamiento!

Los pasos presurosos de todos se hicieron oír. Cada uno de ellos corrió en dirección hacia el cuarto blindado. Su misión en ese lugar, por el momento, era sobrevivir sin ser atrapado. Un solo error y todo lo que era ODAH se desmoronaría. No importaba escapar, no cuando tres sujetos desconocidos resguardaban la entrada y parecían querer atraparlos para experimentar con ellos.

Marley veía fijamente a su objetivo. El mismo poder estaba en ellos, solo que el desconocido tenía más control sobre el fuego, mientras más de una vez Marley se quemó por sus propias llamas. No importaba, solo debía evitar que el rubio llegara a donde sus compañeros. Sonrió al ver que 55 y London ya no estaban tras él. Podía dejar que el infierno arda entonces.

-Voy a copiarte -Marley sonrió de lado y de inmediato su cuerpo entero se encendió en fuego, al igual que su contrincante-, pero si mi ropa se quema por culpa tuya, te tocará convencer a London de que no soy un maldito pervertido.

55 movió sus hombros y brazos en círculos, preparándose para la batalla, sintiendo la adrenalina tan fuerte en él que se aseguraba de no salirse de control.

El primer golpe fue dado por el rubio. Tan veloz como el viento, se acercó hasta 99 y de una patada lo mandó a estrellarse contra la dura pared de aquel pasillo blanco. Le tomó cerca de cinco segundos recuperarse del golpe, sus oídos zumbaban ante el dolor y la sangre ya estaba recorriendo sus labios. Quizá realmente debía tomarse enserio aquella batalla. Marley se puso serio entonces y se levantó.

Las grandes llamas de Marley se extendieron hasta tocar el techo y extendió sus manos hacia adelante, mandando miles de bolas de fuego hacia su rival, viendo con detenimiento, como cada una de ellas parecía aumentar las llamas del sujeto rubio. Las llamas azules pronto aumentaron su tamaño y llegaron tan alto como las de Marley.

Eso solo enfureció más a Marley quien con las llamas más extendidas corrió hasta el rubio y le lanzó un golpe en la mejilla, tan fuerte que el choque causó un relámpago de viento y fuego por todo el lugar. Pronto gran parte del pasillo estaba quemándose. El golpe le fue devuelto, con la misma intencidad, las llamas azules dieron un golpe directo al estómago de 55. Una vez más estaba en la pared, con la sangre escurriéndose de sus labios y un gran mareo taladrando su cabeza. Si esto continuaba así, el otro sujeto lo mataría.

Tal vez fue un error por su impulso o una parte de su inteligencia. Pero Marley tomó varios trozos de concreto del pasillo ya resquebrajado y los prendió en llamas. Poco a poco, con gran fuerza fue lanzándolos al rubio. Mientras el de llamas azules se encargaba de absorber el fuego las pequeñas piedras lastimaban su cuerpo con furia. Parecía estaba dispuesto a quedarse ahí y dejarse lastimar solo por un poco más de poder. No importaba, Marley decidió usar aquel momento de debilidad para acercarse al otro y romperle la cabeza.

Solo que en cuanto se acercó lo suficiente, este desapareció junto a su amigo que anteriormente estaba inconsciente por los golpes de 55. El pasillo se volvió solitario y el rastro de los ataques había cesado. Marley retrocedió por la sorpresa.

-Gané -gritó Marley mientras corría hasta sus demás compañeros- derroté al bastardo, lo lastimé tanto que huyó de mí.

Los demás tan solo gritaron con euforia. Su bloque había salido ileso de aquel ataque. Como siempre, eran los mejores.

Pocos segundos después las luces volvieron al lugar y las explosiones y gritos a los lejos dejaron de escucharse.

-Hemos detenido el ataque -la voz del presidente de la organización se dejó escuchar por todos los parlantes una vez más- Los daños en los sectores fueron mínimos.

-Parece ser peor de lo que pensé -susurró London.

-El sector E ha cometido traición contra ODAH y por lo cual, Nikolay Taslhov, será juzgado por sus actos y ejecutado. Los tres sujetos desconocidos que han atacado el hospital son desconocidos y no hemos encontrado su rastro. Por ello, todos los del sector E serán ejecutados.

Todos se esperaban aquella medida drástrica de su líder. Debían hacer lo posible por mantener su investigación en secreto.

-Solicitamos que los encargados de cada sector organicen sus áreas adecuadamente para evitar un nuevo incidente. Eso es todo.

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