Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11 - La resistencia rusa.


No volví a dirigirle la palabra a mi padre, pero él cumplió la suya y trató a su activo con mucho más respeto. Sonreí, en aquel momento sabía que no me había enamorado de una máquina, él era real, era humano, su conciencia lo era.

- Hablemos – dijo una voz a mis espaldas, haciendo que me voltease para mirarle. Él estaba guapísimo – sé que hiciste algo... tu padre me trata distinto, incluso me pide las cosas como si fuese su igual, como si tuviese opción de elegir.

- ¿Por qué no ibas a poder elegir? – me quejé, intentando fingir que no tenía nada que ver, él sonrió y caminó hacia mí, mirando hacia el cielo estrellado y luego a mí.

- Los robots no tenemos opción a elegir – sonreí, justo cuando él se acercaba un poco más – dime que no te has enfadado con él por mi culpa – bajé la mirada, sin saber qué responderle – no me gustan los conflictos, eso lo sabes. Seguro que lo podéis arreglar.

- No – le detuve en su intento. Sujetó mis manos, antes de rogarme una vez más.

- Me eligió a mí para protegerte, porque sabía que era el único que podía traerte aquí con vida – sonreí, calmada, dándome cuenta de que él era un buen tipo, a pesar de lo que le habían hecho. Mis lágrimas salieron y él se preocupó al respecto. Ya nada volvería a ser igual, porque sabía que él era humano, y que desconocía ese dato. Quería conocer al verdadero Tyler, sus sentimientos, sus recuerdos, cómo era su día a día antes de convertirse en un robot – puedes confiar en mí, calmaré tus pesares y ...

- No entiendo cómo ellos han podido hacerte esto – me observó, sin comprender, mientras mis lágrimas seguían saliendo – si nos hubiésemos conocido en otras circunstancias ni siquiera te habrías fijado en mí.

- Para mí era inevitable conocerte – contestó, mientras yo negaba, porque no pensaba así en lo absoluto.

- ¿Qué hubiese sucedido si los robots nunca hubiesen existido? – me miró, sin comprender, pero yo podía pensar en cualquiera de esas posibilidades, más después de haber investigado sobre la muerte del soldado Tyler Scott, fue un robot del enemigo lo que acabó con su vida. Mis lágrimas seguían saliendo, porque no podía dejar de pensar en ello, ¿cómo habría sido su vida si los robots jamás hubiesen existido? No habría tenido que convertirse justo en lo que acabó con su vida. Me resultaba demasiado injusto, y no podía compartir esa información con él – algún día alguien inventará una máquina del tiempo, y todo esto se evitará.

- ¿Inventarás una máquina del tiempo? – bromeó, sonreí, negando con la cabeza, dejando escapar algunas lágrimas más - ¿qué cambiarías?

- Evitaría que la primera máquina llegase a este mundo – me miró, sin comprender – un robot no debería existir para quitar la vida de las personas – limpió mis lágrimas, intentando hacerme sentir mejor, pero nada volvería a calmarme nunca. Jamás podría perdonarle a mi padre que le hubiese convertido en la misma cosa que acabó con su vida.

- Ya no existirán, con la llegada de los rebeldes todo ha quedado destruido – insistió – si quieres destruirlos a todos... quizás debas desconectarme a mí también.

- No – me apresuré a decir, no quería que él pensase que odiaba lo que él era, porque no era eso lo que me sucedía. No podía contarle la verdad, porque sabía que eso le destrozaría, ni siquiera quería pensar en su reacción, quizás no podría soportarlo y su mente colapsaría – no odio lo que eres, en lo que te has convertido... - mi llanto salió al exterior, y él me abrazó, intentando consolarme, nada podría volver a calmarme jamás.

- Me quedaré contigo y te protegeré – prometió, calmando mi corazón – esto no ha terminado aún. Ellos no se rendirán hasta haber capturado a tu padre o incluso a ti – me retiré para observarle, sabía que no estaríamos a salvo allí demasiado tiempo – haz las paces con tu padre, él te hablará sobre Rusia.

- ¿Rusia? – pregunté, echándome hacia atrás, limpiando mis lágrimas, mirándole sin comprender.

- Una fortaleza bajo tierra donde los mayores genios de este mundo están a salvo. Ya le han contactado.

- ¿Vendrás con nosotros? – quise saber, él asintió.

- Soy la razón por la que no le han echado a un lado – reconoció, con una sonrisa en el rostro – soy el Magnus 7, único en mi especie – sonreí, encantada con esa noticia. Aunque aún dolía pensar en todo - Vendrán en cuatro días, y tu padre quiere que vengas con nosotros – sabía que hablarme de todo aquello era difícil para él, se suponía que era un secreto que él me estaba confiando a mí – yo necesito que vengas conmigo.

- ¿Lo necesitas? – pregunté, como una tonta. Él sonrió.

- ¿Aún sigues esperando que te diga esas palabras? – preguntó, mientras yo sonreía, lanzándome contra sus labios, sin esperar a nada más. Él sentía lo mismo por mí. Me amaba, como ningún otro robot se había atrevido jamás. Jamás dejaría que nadie le hiciese daño, él era importante para mí. Tenía que ir con él, debía protegerle de todos los demás.

Le abracé, con fuerza, haciéndole feliz. Él sabía que no iba a abandonarle.

- Una vez me preguntaste si podía amar a una máquina... - comencé, haciéndole reír. No necesité decir nada más, él lo sabía.

Papá me notó cambiada de la noche a la mañana, incluso se atrevió a preguntarle a Peter si sabía algo, él solo se encogió de hombros, no quería desvelar aquel secreto aún.

Se marchó a ayudar a mi abuela con la comida en cuanto me vio llegar hasta ellos.

- No vas a aprovecharte de él – ordené, me miró, sin comprender, mirando hacia Peter – iré contigo a Rusia – se sorprendió de que lo supiese, pues no quería que me enterase por su alumno – me marcharé de tu lado si me entero de que vas a usarlo como baza.

- Ahora estamos hablando de Magnus 7 ¿no?

- Su nombre es Tyler – contesté. Él asintió, entendiendo mi punto de verlo – Iré con vosotros a Rusia, pero quiero que me hables primero sobre el plan.

- El plan es ponernos a salvo – aseguró - ¿sabes si quiera lo que le harán esos rebeldes si lo encuentran? – asentí, porque lo sabía.

- ¿Qué es lo que los rusos quieren de él?

- Estudiarlo, ¿no está claro? Es el único en su especie.

Asentí, aceptando aquello, aunque sabía que había más, pero por el momento me bastaba.

Mi abuelo opinaba que mi padre ocultaba algo, incluso me dijo que tuviese cuidado, que con la muerte de mi madre él había cambiado mucho. No me di cuenta de cuanto hasta ese momento. Ya ni siquiera sabía quién era John Cooper o lo que estaba dispuesto a hacer. No me fiaba de él, pero era mi única opción si quería que Tyler saliese con vida de aquella.

-

Peter.

Recogíamos algunos troncos para encender la chimenea, mientras le observaba, lo cierto es que en aquellos días estábamos demasiado distanciados. Las continuas pruebas que el doctor le hacía, a él evitando todo contacto incluso con ella.

- Así que... rusos ¿eh? – bromeé, intentando hacerle sonreír. Lo logré, incluso me miró – estaré ahí por si necesitas hablar.

- Algo está cambiando, Peter – me confesó, le miré sin comprender – hay otra cosa dentro de mí, aparte de mi conciencia.

- ¿Qué quieres decir? – pregunté, con curiosidad.

- ¿Recuerdas cuando te hablé del destructor? – asentí – Intenta hacerse con el control cada día – abrí la boca, entendiendo lo que quería decir – A veces sólo puedo mirar por un agujero cuando me hace ver cosas.

- ¿Qué cosas?

- Todas las que quiere haceros – eso me preocupó bastante.

- No lo entiendo.

- Quizás no debería ir a Rusia, quizás debería dejar que los rebeldes me cacen y me destruyan – tragué saliva, sin saber qué decir – No quiero hacer daño a los humanos, pero Goomer sí.

- ¿Goomer?

- Ese es su nombre, del ser que vive aquí dentro – señaló hacia su cabeza, y entonces lo comprendí. Había tenido razón desde el principio, esa cosa lo mantenía con vida por una razón.

- ¿Qué es exactamente lo que él quiere?

- Destruir – contestó – Se hace fuerte con la vida de otros.

- No nos harás daño – le calmé, él negó con la cabeza – jamás harías daño a Sarah.

- El profesor ya lo sabe, sobre Goomer, pero está convencido de que podremos controlarlo... yo no estoy tan seguro, por eso te cuento todo esto. Eres un hombre sabio, un gran amigo, a pesar de que al principio no te caí demasiado bien, sé que sabrás lo que hacer.

- Quizás los rusos sepan cómo aislar a Goomer – él sonrió, como si no lo creyese en lo absoluto.

- No podrán aislarlo – contestó, le miré con atención – es lo único que me mantiene con vida, mi conciencia, sin él... tan sólo sería un robot con la mirada perdida, como todos los demás.

Entramos juntos en la cabaña, Sarah me echó una de sus miradas y sonrió, se había levantado de mejor humor, y eso sólo me hacía sospechar que quizás aquellos dos hubiesen hecho las paces. Lo cierto es que me alegraba, yo ya había tirado la toalla de ser algo más que su amigo, aquellos dos me necesitaban a su lado.

- He descubierto algo – susurró cuando pelábamos las patatas en la cocina – Tyler fue humano una vez – sonreí, al darme cuenta de que ella lo estaba descubriendo - ¿Cómo pudo mi padre hacerle algo así?

- Le salvó la vida – contesté, ella negó, horrorizada, molesta con toda aquella situación - ¿te gustaría conocer su verdadero nombre? – su rostro cambió, una luz de esperanza era lo que podía percibirse en él – Tyler Scott.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro