Parte 4
Cuando me llamaron para avisarme que había quedado seleccionada, mi casa se transformó en una fiesta. Después de todo,era mi primer trabajo directamente relacionado con lo que había estudiado. Por fin estaba comenzando a vivir el sueño que había tenido, ser una verdadera bailarina. Algunos de los bailarines del programa habían logrado salir al extranjero porque obtenían los contactos necesarios. Yo esperaba conseguir lo mismo que ellos.
Además, estaría en Proyecto Ídolos . Mi hermana quería que le presentara a Pedro apenas pudiera conocerlo. No estaba claro que pudiera hacerlo, pero le dije que haría lo posible.
Los siguientes días fueron de ensayo, con los bailarines y los coreógrafos, pero lejos de los participantes, ya que aún no se emitían los castings y nadie debía saber quiénes eran los nuevos. El trabajo era arduo, con ensayos diarios y de muchas horas, además de pruebas de vestuario. El primer episodio mostraría los castings y por lo tanto, no me correspondía trabajar. Podría ver el show desde casa y conocer a los nuevos participantes a través de la pantalla.
Apenas se hizo de noche, mi familia se reunió en pleno alrededor del televisor. Mi madre preparó la cena, pero nos sentamos en la sala de estar, ocupando sillones y cojines para poder ver el programa.
Lo primero que apareció fue una imagen sobrevolando el canal de televisión, mostrando filas y filas de personas que ocupaban varias calles a la redonda. Después apareció el animador del programa, Félix Mardones, que era un hombre de mediana edad, muy atractivo en su juventud. Ahora se mantenía a base de cirugías plásticas, pero seguía luciendo bien. Tenia una voz profunda y acogedora, por lo que había estado a cargo del programa desde el inicio. Félix agradeció a las personas que lo veían y anunció el inicio de los castings, los cuales finalizarían con 20 participantes que lucharían por ganar el gran premio.
Luego, presentó a los jueces. Eran tres y no eran una novedad, estaban en el programa desde el inicio. El primero era Guillermo Poblete, un adorable animador de setenta y seis años que se dedicaba a aconsejar a los participantes como si fuera el más sabio de los artistas. La segunda era una modelo que se había hecho conocida en el canal por trabajar como actriz y finalmente había lanzado un disco bastante malo, pero que había sido un hit. Su nombre era Sofia y era bastante joven para verse como se veía. Maquillaje muy cargado, amplios escotes y una sonrisa siempre adorable, era ídolo de las jovencitas y de las niñas en particular.
El tercero, era Tomás.
Cantante desde los doce, famoso a los quince y súper famoso a los veinte. Ahora tenía treinta recién cumplidos, estaba al tope de su carrera y no parecía que lo supiera. Su estilo era camaleónico; un día podías verlo muy elegante, con frac y zapatos lustradísimos, otro día podía estar con una camiseta rasgada, pantalones cortos llenos de lentejuelas y sandalias... y él como si nada. En el programa de hoy estaba con una chaqueta brillante de color calipso, zapatillas rosas y unos lentes de sol con bordes dorados. Bastó que se quitara los lentes a medias, mostrando sus ojos en una mirada enigmática, para que Sofia riera tontamente. ¿Estarían juntos? Algunas revistas decían que así era.
Su cabello estaba liso y negro, algo poco común en él, ya que acostumbraba usar colores bastante fuertes. Seguramente había peleado con el estilista, que le diría que el cabello rosa, más todos los colores que ya tenía en su vestuario, era un exceso. Para él no existían los excesos, sólo los que no se atrevían a hacer más.
- Ya van a empezar- comentó mi madre, mientras Guillermo decía un chiste y todos se reían. -¿Qué, qué, que no escuché...?
- Lo único que escuché fue que dijiste que ya iban a empezar- repuso papá, subiendo el volumen del televisor. En la pantalla habían mostrado otra vez las filas interminables y entremedio, el primer concursante. Acompañado de su familia, como solía suceder... Habló de sus problemas para que se le tomara en serio como cantante. Habló de su carrera en la universidad, porque estaba estudiando para ser doctor, pero quería ser cantante.
Esperaba que le fuera bien, pero apenas empezó a cantar, las cámaras se fueron directo a Sofia y su expresión de espanto. Guillermo parecía haberse ido a otra parte, porque estaba impávido, como si nada pudiera molestarle. El tercer jurado se inclinó sobre su mesa, apretando las manos en la orilla, como si fuera a huir, pero no lo hizo. Mamá suspiró, recogió la bandeja con su comida y se fue a la cocina. Volvería cuando este chico hubiera terminado de cantar.
- Eso fue... terrible- dijo Sofía, apenas el muchacho salió del escenario. Por supuesto, le habían animado a seguir, a practicar, a continuar su carrera en la universidad... Lo usual.
Por lo menos era sólo el primero en probar suerte. Apenas apareció el siguiente en competencia, supe que sería elegido. No porque lo conociera de alguna parte, sino porque el chico tenía la personalidad que estos programas buscaban en sus participantes. No habló ni cinco minutos cuando mi hermana decidió que Pedro había quedado en el pasado. Su nuevo preferido era Gabriel.
Nacido y criado en un pequeño pueblo que no estaba marcado en el mapa, aprendió a tocar guitarra a los diez años. Cantó en un coro desde los ocho y sigue siendo parte de él, aunque ahora, a los veintidós, es profesor. Hay una toma de un gran grupo de niños deseándole suerte en la competencia, seguido de una imagen de la madre de Gabriel. Música triste... Se revela que la madre del concursante murió hace un par de meses, pero él sólo dice que la música le ha ayudado a sobrellevarlo. Le hacen más preguntas, pero no dice más al respecto. Finalmente le piden que cante algo y muestran a su padre con lágrimas en los ojos, emocionado, mientras Gabriel hace sonar la guitarra en algunas notas tristes.
- Típico de la televisión- comentó mi padre. Mi hermana le hace callar, ella está con lágrimas en los ojos. Le tiré una almohada mientras Gabriel ingresaba al escenario y comenzaba a cantar ante la mirada atenta de los jueces.
No hicieron falta los dos minutos de presentación, definitivamente iba a estar en el programa. Su voz era suave y tranquila, " como una brisa de verano", dijo Guillermo al momento de dar su veredicto, " pero intensa cuando debe". En fin, que esperaba conocerlo, porque si no, a mi hermana le iba a dar un infarto.
Damián fue el siguiente. Su estilo contrastaba con el de Gabriel, iba de negro, con chaqueta de cuero. Lo primero que mostraron fue al concursante llegando en su moto, acompañado de una banda de motociclistas. Según él, ha viajado en moto por todo el país. Además, ha vivido en varios países, tratando de tener éxito con su banda, la cual formó hace cinco años, cuando tenía veinte. Su objetivo en el programa: representar a su banda y hacerla conocida.
Cuando ingresa al escenario, su estilo y fiereza lo llena todo. Podría estar en cualquier escenario del mundo, eso es obvio. Sofia le pregunta por qué no ha logrado obtener éxito, si es tan talentoso. Él sólo dice que "las puertas no siempre se abren" , que ha buscado por años "una ventana dónde colarse al mundo del espectáculo". Le dan la bienvenida.
Rafael es adorable. Viene acompañado de toda su familia, padres y cuatro hermanos menores, viven en la capital desde siempre. Lo primero que noto es que es increíblemente guapo. Definitivamente va a causar sensación en las jovencitas ( miré de reojo a mi hermana, a ver si cambiaba a Gabriel por Rafael esta vez). El concursante viene vestido de punta en blanco y cuando inicia con las primeras notas de su balada, el público grita agudamente, con emoción. Su voz se acomoda perfecto a lo romántico de la canción; sumado a su encantadora sonrisa, todas quedan enamoradas. Cuando Sofía comenta lo guapo que es ( la reina de lo obvio), él sólo sonríe tímidamente. Otro punto para él. Apenas le anuncian que ha clasificado, todos sus hermanitos suben al escenario a abrazarle.
Subieron dos chicas, Selena y Florencia, que cantaron a dúo; Kamila, que cantaba rancheras; Pablo, que no clasificó; luego llegó Gustavo.
Apenas lo vi, me pareció haberlo visto antes. Contó que venía de un pueblo cercano a la capital, que se dedica a cantar y bailar en las calles y plazas. Vive solo, su familia le espera en su pueblo; tiene dos hermanas, una mayor y una menor. Su estilo preferido es "todo lo bailable", según él. Cuando canta en el set, Sofía y Tomás comeinzan a bailar, desviando la atención del público. No sé por qué lo hacen, cuando Gustavo bailaba tan bien...
Un momento. Creo que ya recuerdo de dónde lo conozco. Una vez, hace unos meses, conocí a un chico. Bailaba en la plaza cerca de mi casa y yo comencé a verlo, porque me llamaba la atención lo bien que lo hacía. Me acerqué y le pregunté dónde había estudiado danza. Respuesta: en ninguna parte. Se rió ante mi cara de sorpresa y añadió que el baile no es cuestión de estudios, no siempre... Me invitó a bailar, allí, en medio de la calle y cuando terminamos, me invitó a tomar un helado. Conversamos un buen rato, hasta que tuve que regresar a casa. Él me pregunto: "¿ Volveremos a bailar juntos?" Yo sólo me reí, aunque esperaba que así fuera. ¿Él se acordaría de mí? No lo creía, pero podría verlo otra vez...
Apenas el programa finalizó, mi hermana me dio un abrazo. -¡Conocerás a todos esos chicos guapos! ¡Me muero de envidia!
- Pues no tienes por qué, nuestra relación va a ser profesional...
- No seas tonta, si tuvieras la oportunidad de acercarte a alguno "no profesionalmente", lo harías, ¿verdad?
No respondí, pero lo pensé.
Si tienes claro que nunca sobrepasarás los límites del profesionalismo con alguno de los concursantes, ve a la parte 20.
Si piensas que podrías hacerlo si la persona te gusta mucho, ve a la parte 12.
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