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⚗️Cap15:" Tú decides".⚗️


Si creías que lo que hizo el doctor Chang fue de broma, pues no. El doctor si hizo una modificación en embriones, eso le costó su laboratorio y su libertad. El niño modificado está en observación, no lo pueden matar o algo, al final es una persona.

Después de su plática, Lune, recibió un reconocimiento y un largo rato de aplausos. Nyx dio el brindis y bueno, todo el puto protocolo para finalizar los simposios.

Hace varios días que no veía a Lune y sinceramente quedé muy sorprendido de ella. No solo por la magnífica charla que se aventó, también quede algo traumado y asombrado por su atrevimiento de entrar a los baños XY. No porque estuviera mal, pero generalmente las chicas no se atrevían eso, porque se sienten acosadas o intimidadas por nosotros. En cambio, fui yo quien se sintió intimidado por ella, por los pinches ovarios que tiene esta mujer de entrar a el baño de niños, estar ahí sin demostrar asco, verme atentamente y salir como si nada.

Vaya que es increíble.

Buscaba razones para odiarla y alejarme de ella, sin embargo, ella me daba más razones para buscarla y tenerla en mi conciencia.

— Vaya exposición de Lune.— Señaló Alex admirado.— Una de las mejores, hasta desperté.

— Vaya que sí.— respondió Cris.—Nuria está pegada a Ámbar más que nada últimamente ¿No? — Cambió de tema.

— Supongo que están en la etapa dónde estás como chicle.— Dedujo Alex.— ¿Vas a hacer algo con...?

— No, no sé.— No lo dejé completar su pregunta.— No tengo idea que hacer.

Las gemelas estaban hablando con todo mundo, ellas solas y con sus padres. Parecían conocer a todos, reían y asentían. La más buscada por los doctores era Lune, a quién le preguntaban sobre la técnica e infinidad de cosas, apenas terminaba con uno y ya se le acercaba otro para interrogarla. Nyx por otro lado, hablaba con todos los que se encontraba, preguntándoles cómo se la habían pasado, su opinión en general.

— Estuvo genial.— Le expresó Alex cuando se acercó a nosotros.

— Te dormiste la mitad de las conferencias.— Acusó Nyx divertida.

No evite reírme.

— Ten, tu comida.— Cris le tendió un toper blanco sellado.

— Gracias, muero de hambre.— Aceptó el toper.

— ¿No has comido nada de lo que había en las mesas?— Pregunté extrañado.

— Ya lo dije, no puedo comer cualquier cosa.— Contestó con la comida en la boca.— No es por mamona. Comió con nosotros, más bien con Cris. Ellos estaban en su mundo de amor y felicidad, no nos peleaban. Alex y yo, aún que no nos apartábamos mucho, no estábamos tan cerca de ellos.— ¿Han visto a Lune?— Ahora si se dirigió a nosotros. — Hace rato que no la veo.

— Estaba hablando con la doctora de Oxford.— Comentó Cristopher.

— Ya la vi.— Señaló a su gemela. Lune hablaba con un doctor que no conocía, bueno más bien, él hablaba con ella. Lune solo contestaba con asentimientos con la cabeza y su rostro forzaba una sonrisa, algo me decía que no estaba bien.— Demonios, ya está entrando en crisis. — Cerró el toper y se lo tendió a Cris. Lune volteaba a todos lados, sin prestarle mucha atención a su acompañante. Desde mi lugar, veía como estaba respirando con dificultad y buscaba con la mirada a alguien.— Se va a desmayar, tengo que sacarla de aquí.— Intentó avanzar a ella, alejándose de nosotros.

En el camino su madre la jaló para presentarla con alguien. Ella, a la fuerza y con cara de pánico, fue con ella. Busqué a Lune con la mirada, ya no estaba con el hombre, caminaba en dirección a una mesa de comida, temblaba, tenía una mano en el pecho y parecía muy perdida.

Ahí fue cuando recordé:

— Entro en pánico cuándo estoy mucho tiempo rodeada de gente—

— Mierda.— dije en voz alta.

Comencé a caminar a ella.

— ¿A dónde vas? — cuestionó Alex. Lo ignore.

De reojo vi como una mujer tenía intenciones de acercarse a ella, apreté el paso. Lune estaba al borde del colapso, se recargaba de la mesa y ya no trataba de ocultar que no podía respirar. Llegué a ella antes que la mujer, notando que estaba peor de lo que de lejos se veía. La abracé con un brazo pegándola completamente a mi cuerpo, no se resistió y eso me dijo que las cosas no iban bien. Recargó su cabeza en mi pecho, toda desguanzada y la guíe sin dificultad a la salida trasera, dónde nadie podía vernos huir. Antes de irnos logré tomar una botella de agua fría.

La llevé atrás del auditorio, dónde no había nadie. Con el mismo brazo con el que la abrazaba, la tomé por su cintura y la cargué, para sentarla en una barda, que no era tan alta, pero en sus condiciones no iba a poder subir. De la bolsa de mi pantalón saqué el programa del simposio doblado, lo extendí y comencé a echarle aire. No creo que haya y sea consciente de quién la saco del auditorio. Su rostro mostraba una expresión de ida y respiraba muy pesadamente, me recordaba a cuando estás mucho tiempo debajo del agua y cuando sales respiras exageradamente, pues así estaba ella. Sus ojos los mantenía cerrados, su piel se notaba pálida y no parecía calmarse.

Si ella no se tranquilizaba, yo iba a entrar con ella en pánico. En un acto desesperado abrí la botella, moje mi mano y dejé caer gotas de agua fría en su frente, eso ayudó porque inmediatamente abrió los ojos y se vio el alivio reflejado en ellos.

Yo suspiré calmado.

Continúe dándole aire con mi abanico improvisado, parado frente a ella, muy de cerca. Poco a poco, su respiración se fue normalizando, hasta que por fin abrió completamente los ojos y se dio cuenta de lo que pasaba. Me observó por un momento, dejé de darle aire y la observé también. Sus ojos brillaban gracias a la capa cristalina que se le formó por el pánico, pero no evitaba que fueran hermosos. El ojo aqua estaba más claro, llegando casi a un verde limón y el azul, me llevo al océano más profundo.

— Gracias.— Susurró sin apartarse.

— De nada.— murmuré.

Ninguno aparto la mirada, ni dijo nada por un buen rato. De cerca podía ver cada detalle de su rostro, tenía unas pecas muy sutiles, no llevaba casi nada de maquillaje, salvo en sus largas y enchinadas pestañas, y en sus párpados una línea muy sutil de color azul. De ahí en fuera, no había rastro de producto de belleza.

Es hermosa.

— Tus ojos ¿Son más azul rey o azul grisáceo? — preguntó de repente.

— Azul grisáceo y los tuyos ¿Son más azules o verdes? — Contesté divertido. Soltó una carcajada. Yo esboce una sonrisa ladina.— ¿Qué no debería de ser negra?— Cuestioné colocando mis manos a los costados de ella.

— ¿El delineador de ojos? — Asentí en respuesta.— No me gusta, siento que no me queda, no va conmigo. Solo uso delineadores de color, como verde, azul, morado, plateado o dorado.

— Te queda bien.

— Nadie se da cuenta pero, uso delineador azul en mi ojo verde y verde en mi ojo azul, por el contraste de colores no se nota, pero es divertido y me gusta como se ve.— Contó con una sonrisa.— Y no uso labiales, los odio, más los rojos y rosas, siento que no me quedan y además son tan comunes.

— ¿De cuándo acá tan platicadora? — Me burlé con dulzura.

— Se llama vómito verbal post-pánico. — Se encogió de hombros. — Siempre me pasa después de un ataque.

— Creí que era broma. — Admití.

— Ojala, no pasa muy seguido.— Explicaba.— En fiestas no pasa porque me concentro en la música, en el día a día puedo evitar a las personas con mis audífonos o huyendo, pero ahorita, no podía.

— No imagino como trabaja tu cerebro para que te pase esto.

— ¿Has visto Sherlock? — me preguntó.

— ¿Si?

— Imagina que mi cerebro es su palacio mental, pero que funciona siempre. A lo largo de mi vida he tenido que inventarme algo para que no me dé un ataque cada dos segundos, primero intenté ignorando a las personas, pero no puedo, por más que quiera mi mente está programada para ver todo, oír todo, analizar todo y acertar en todo. Después llegaron los audífonos, siendo mi salvación. Sigo dándome cuenta de la mayoría de cosas, pero no tantas como antes. — Ni respiró la mujer al contarme esto.

— Me gusta tu vómito verbal post-pánico. — Admití tratando de avergonzarla, sabía que no iba a suceder pero el intento se hace.

— Te gusto yo, que es diferente.— Ya estaba volviendo la Lune de siempre.

— No me importa que lo sepas.— Apunté seguro.— Solo sé que quiero besarte de nuevo.

— Pues yo no.— alzó una ceja en modo retadora.— Te dije que no pienso caer, no quiero nada contigo.

— ¿Y por qué me besaste?— Pregunté más cerca de su rostro.

No flanqueó en ningún momento, sus acciones eran rotundas, sin pisca de duda o miedo, sus mejillas no se sonrojaban o mostraba algo de nerviosismo. Y eso me podía más.

— Yo no te besé. — Aclaró maliciosamente.— Tu lo hiciste.

— Tú me lo pediste.— Se carcajeo por mi simple comentario.

— No, yo te di a elegir y bien pudiste negarte a cualquiera de las dos.— recordó y sonrió triunfante al ver que no tenía argumentos contra eso.— Gané.

Sin embargo, no nos apartábamos. No queríamos estar cerca, pero lo estábamos, decíamos que no queríamos nada y seguíamos queriendo todo, irónica nuestra situación.

— Yo creo...

— ¿Qué mierda? — Soltó molesta.

No me dejó hablar.

Me apartó y de un brinco bajo de la barda. Seguí su vista, hasta encontrarme lo que la había molestado. No muy lejos de nuestra ubicación, estaban Nyx y Cris, tomados de la mano, muy de cerca, pero muy de cerca. Él le decía algo y ella sonreía ampliamente, parecían algo nerviosos pero felices.

Lune dio un paso al frente como para ir con ellos, la detuve.

— No interrumpas ¿Qué no ves que están juntos?— Le dije.

— Sobre mi cadáver.— Se zafó de mí y camino furiosa a ellos.

La seguí tratando de agarrarla, fallando obviamente.

— !Nyx¡— la llamó.

La parejita volteo a verla confundidos.

— Mamá nos busca.— Dijo entre dientes.

— Ahora que termine de hablar con Cris voy.— le respondió nerviosa la rubia.

— No, vámonos.— le ordenó Lune.

— Ven, en un momento viene...— Traté de ayudar.

— Equidna.— Amenazó apretando los puños.

Jamás, en los meses que llevaban las gemelas en el instituto, había visto a alguna de las dos con miedo, hasta hoy. Lune veía severamente a Nyx, la estaba matando con la mirada y Nyx, ante su hermana rabiosa, se hizo pequeñita, débil y temerosa. No pude decir nada más, y menos Cris, me dio miedo de solo verla tan enojada.

— Si, voy.— Se rindió la rubia.

Nyx se soltó de Cris. Lune la tomó por el brazo y la jaló bruscamente fuera de nuestra vista.

— ¿Qué le hiciste?

— Yo no le hice nada.— contesté a mi amigo.— Algo está mal.

Volvimos con la muchedumbre, hablamos con unas personas más, después Cris y Nuria, como voluntarios, comenzaron a guardar todo. Las Zays se mantuvieron con sus padres un largo rato, ambas separadas, sin interactuar entre ellas, ni siquiera veían. Eso sí que estaba raro, usualmente Nyx regañaba a Lune, por ser tan Lune, pero hoy demostraron quien era la del carácter.

El auditorio quedo limpio y sin rastros del tsunami de gente. Yo no estuve en el tiempo que se limpió, me fui con Alex por unos libros y a qué le explicará algunas cosas de Genética.

— ¿No han terminado la exposición para el jueves?— Preguntó alarmado Ale.

— No, Lune no vino en la semana y no quise molestarla de más.— Caminábamos al estacionamiento.— Le diré mañana, total solo tenemos que afinar detalles.

— !Eres una egoísta de mierda¡ — nos detuvimos en seco al escuchar tremendo grito.

— ¿Es Lune?— dijo Alex asustado.

Estábamos justo detrás de una pared, me asomé y si, efectivamente era Lune y Nyx las únicas en el estacionamiento. La castaña estaba roja de enojo y Nyx parecía muy apenada.

— Siempre tú y tú. — le reclamaba Lune muy emputada. — Por tu pinche culpa estamos aquí, por tu maldito error y jamás te dije nada, nunca te di la espalda. Metí las manos al fuego por ti, sacrifiqué mi estancia en el Cassab por ti, acepté esto por ti. — Nota mental: No hacerla enojar.— No te reclamé, nunca lo hice y yo fui la que perdí.— Bajó su tono de voz.— Tú pusiste las reglar y tú eres la que siempre las rompe.— la empujó.— ¿Y yo qué? ¿Tengo que aguantarme?

— Yo no lo busqué.— Se defendió Nyx muy débil.

— ¿Y yo sí?— Su voz se quebró, estaba llorando.— Yo si tengo que joderme ¿No? Lune joderte porque yo hago lo que se me da mi piche gana, sin que me importes. Lune trágate lo que sientes porque me vale pito.

— Sabes que no...

— ¿Qué no qué? ¿Qué no piensas? ¿Qué no analizas las cosas? Eso ya lo sé, sé que eres una impulsiva, pero pensé que habías aprendido.— Suspiró pesadamente. — Tú puedes ser feliz ¿y yo no? ¿Yo tengo que ser la que cargue con tus consecuencias?

— Yo...

— Yo nada Nyx.— Se rindió.— Yo también quiero a alguien... Pero te vale, te vale verme todos los días y que sepas lo que siento.

— Claro que no.

— No me importa ya.— se apartó de ella.— Querías verme así ¿No? Pues vale, seré la maldita que jamás he sido contigo.— sacó las llaves de su moto.— Tienes 3 días para terminar esta mierda, es eso, o yo me encargo personalmente y sabes que no me voy a tentar el corazón.— se puso el casco y antes de subirse a su moto, volteo a verla.— Tú decides, él o yo.

Las dos estaban llorando a mares, no solo lo podía escuchar, lo veía.

Lune se subió a su moto, arrancó endiablada y se perdió.

— !Ah¡— gritó Nyx aventando un tasa que tenía en la mano, la cual se hizo añicos.

¿A qué no se lo esperaban?
(La actualización)

Hola ¿Cómo están?

Yo estoy muy estresada pero, me pude distraer un poco editando este cap.

¿Qué les pareció?

¿Por qué el comportamiento de Lune?

Por cierto, para aclarar.

Se pronuncia Luné con acento en la e. Pero en francés se pronuncia Lun, sin la e. Pero a Lune siempre le dicen Luné....

Espero les haya gustado mucho y espero sus comentarios y votos.

Les dejo una foto de Lune y End Game de la Tay ☝️.

Pd. Sorry not sorry, por toda la ciencia que pongo.

Los quiere.

Ale.

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