15:00pm.

— Papá está muy loco.

— No te burles Seth.— Reprendió nuestra madre.— Yo creo que si va a descubrir la partícula de dios.

Los tres habíamos ido a visitar a papá a la institución donde estaba recluido. Nos dejaron estar con él una hora, pero fue suficiente para divertirnos como l.os viejos tiempos.

— Tú te puedes burlar ¿Y yo no?— Se quejó mi hermano.

— Ambos deberían dejar de ver Dark.— Comenté divertido abrazando a mamá.

— No, jamás.— Contestó mi madre divertida.— ¿Comida italiana?

— ¡Si!— Gritó Seth, emocionado.

Mamá llegó ayer por la noche. El instituto de investigación dónde trabajaba, estaba en otro estado del país, razón por la cual, Seth y yo vivíamos solos. Nos visitaba de vez en cuando, para cerciorarse que el departamento no estuviera echo un asco, que si por Seth fuera sería un cochinero, por suerte que yo odiaba el desorden y él tenía que cooperar con la limpieza.

— ¿Cómo les ha ido?— preguntó una vez en el restaurante.

— A mi bien, mis tutores me están presionando más, pero todo bien.— Explicó Seth animado.— A quien le ha ido en feria, es a tu bebé de ojos azules.

— ¿Celos?— Contesté a su burla.

— Nunca, no estoy ciego como tú.

Usaba lentes de contacto, no es como que me molestara usar los lentes de armazón, pero odiaba que me preguntarán qué tan ciego estaba y bla.

— ¿Es por las hijas de los Zays?.— Cambió de tema Natalia, mi madre.

La miramos sorprendidos.

—La comunidad científica es muy pequeña, claro que sé que ellas entraron a tu facultad.— Aclaró. — ¿Entraron a tu semestre?

— Si, Lune y Nyx.— Bufé amargado.— Son las mejores y todo eso.

— ¿Cuál de las dos?— Soltó mi madre confundiéndome.

— ¿De las dos qué?

— ¿Cuál de ellas te gusta?— Seth se comenzó a ahogar con el agua.

— ¿Cómo? ¿Qué?— Le pregunté muy alarmado

— Te parí Cameron.— Dijo con obviedad, cruzándose de brazos.— Los conozco a ambos, más de lo que quisiera. Sé que nos son unos angelitos ¿Cuál?

Seth tenía una expresión entre asco, me imagino las cochinadas que ha echo.

Oh si, mi madre sabía cómo éramos.

— Lune.

— Tus ojitos te brillan al mensionarla.— Enterneció su tono de voz. Le voltee los ojos, Seth se burló más de mí y mi mamá continúo avergonzándome.— ¿Cómo es ella? ¡Cuéntame!— insistió alegre.

Mi madre no era una mamá convencional. Pocas veces la veíamos enojada, era más fácil que nos desesperara a nosotros que, nosotros a ella. Eso sí, cuando se enojaba era mejor huir del país, a estar con ella en una misma habitación.

— Pensé que te molestaría.— Admití un tanto temeroso.

— Nadie tuvo la culpa, las cosas pasan y ustedes no tienen por qué cargar con los errores de sus padres.— le restó importancia al tema del pasado.— Además nadie elige quien le gusta o no. Agaché la cabeza avergonzado, aún tenía un debate interno desde el día que hablé con ella.— ¡Ya dime!— Jaloneó mi playera.

— ¡No sé! Es muy inteligente, astuta y misteriosa. — Expuse las características que más me llamaban la atención de Lune.— Y tiene heterocromía.

— ¡Foto!— Estaba muy emocionada.

— Nunca te había visto emocionada por alguna de las chicas con las que salimos.— Expresó Seth, en lo que yo buscaba una foto de ella en Instagram.

— Es que está es enserio. — Le tendí el teléfono y ella me lo arrebato con emoción. La foto que le mostraba era una dónde ella salía sentada en su moto, toda ruda, mostrando sus bellos ojos bicolor y sobre todo, salía sonriendo.— Es hermosa.— Dijo sin apartar la mirada.— ¿Desde cuándo salen?

— Golpe bajo.— Seth estaba enterado de todos los detalles, por algún motivo me desahogue con él.

— ¿Por qué? — Mi madre me devolvió el celular.

— Solo me gusta madre. — Que putada.— No estamos saliendo, ni nada.

A ella no le podía ocultar cosas. Me era muy difícil mentirle y no sucumbir a sus preguntas.

— ¿A ella no le gustas?

— No, si le gusta, pero este imbécil.— mi madre reprendió a mi hermano, con la mirada.— perdón... Él decidió alejarse de ella.

— ¿Por tu padre? — Asentí melancólico.— No puedes decidir alrededor de lo que pasó, decide por ti.— Me decía molesta.— Si te gusta !Ve por ella¡ Jamás te había gustado nadie de verdad, ahora que llegó no puedes no hacer algo, mientras no sea una venganza...

— ¿Te estás escuchando? — Comenté divertido.

— Solo quiero que sean felices.— Nos señaló a los dos.— Y tú deberías de darme nietos ya.

— No, ni lo pienses.— Amenazó Seth.

Por más que las palabras de mi madre tuvieran razón, mi ser no podía dejar de lado todo lo que sucedió, no podía simplemente olvidarlo. Ellas me lo recordaban todos los días, estaba consciente que ellas eran punto y aparte del tema pero, no lograba no involucrarlas. Cuando tu mente está dividida en dos, es muy difícil decidir, ver cuál es lo mejor para ti y para los demás.

18:00 pm.

— Mira.— Seth me saco de mis pensamientos, señalando a un lado de la tienda de ropa.

Seguí la dirección de su dedo. El chico de la chaqueta, ese que desapareció hace unas semanas, se encontraba apoyado en una columna de la tienda.

— ¿Que? — Espeté confundido.

El chico estaba platicando muy alegre con Nyx. Ella tenía una espléndida sonrisa y le tomaba la muñeca al chico, parecía otra.

— Espera ¿Qué vas a hacer?— Me detuvo Seth antes de que me acercara a ellos.

— Nada, solo quiero escuchar.

— No te dejare ir solo, ven.— dijo jalándome de mi chaqueta de cuero hacía un lugar más óptimo para el chisme. Nos escabullimos por entre los estantes de ropa, cerca de ellos pero no tanto para que no nos vieran.

— Entonces... ¿Vamos a mi casa Aria?— Ofreció el chico, cuyo nombre no recuerdo.

— ¿Aria?— Me susurró Seth consternado.

Yo elevé mis hombros en confusión.

— ¿Qué me dice que no me vas a secuestrar?— Preguntó juguetona.

— Tendrás que confiar en mí.— Acercó su rostro al de ella.

— No puedo.— Lo soltó de golpe.— Pero gracias por la ayuda.

— Cuando quieras.

Ella se fue, y él desapareció segundos después.

— ¿Qué fue eso?— pregunté en voz alta, sin dejar de estar inmóvil.

— ¿Estaban ligando?— Cuestionó Seth.

— Eso parecía...

— ¿Así que espiando?

— !Ah¡— gritamos Seth y yo, mientras saltábamos en nuestros lugares. Nyx estaba tras nosotros de brazos cruzados, recriminándonos con la mirada.

— No. — Contesté seco.— Estábamos viendo ropa.

— Oh, entonces dime.— ladeó su cabeza.— ¿Cuál de los brasieres van a comprar?

Ambos volteamos a ver los estantes. Si, efectivamente, todo era de ropa interior femenina.

— Es para nuestra madre.— Dijo nervioso Seth.

Mi hermano no dejaba de verla, hipnotizado y temeroso se encontraba, hechizado por la gemela.

El efecto Zays.

— Él es Seth, mi hermano.— Presenté para que no se sintiese raro.

Ella le extendió su mano en saludo, él la aceptó.

— Nyx.

— Pensé que eras Aria.— Me burlé.

— No le voy a dar mi nombre a cualquiera.— Se defendió.

— Pues parecías muy cómoda con él.— Insinué, no porque me interesara, más bien quería sacar información para Cris.

— ¿Celoso? Pensé que era Lune la que te gustaba— Atacó sin piedad.

— No.— Di un paso a ella.— Me da curiosidad que estés hablando con uno de los que han secuestrado.

— ¿Qué?— Mis palabras la sacaron de órbita.— No sabía, me perdí y me ayudó a encontrar la salida.

— ¿Te perdiste?— preguntó Seth.

— Olvidé dónde estaba la salida, no soy buena con los lugares.— Contestó desinteresada.— Me tengo que ir, aún debo encontrar la tienda de motos.

— Aquí solo está Harley.— Murmuró Seth un tanto curioso, eso pasaba cuando oía la palabra "moto".

— Si, necesito una pieza para la Delux de Lune.— Explicó.

— ¿Tiene una Delux?— Se impactó mi hermano.

— Ajá.— Se comenzó a alejar, despidiéndose con la mano.— Nos vemos.

Dicho esto, ahora sí se fue.

Qué raro.

— Me dio mala espina que hablara con ese chico.— Admitió Seth.

— A mí también pero, quizá ya esté muy alterado por el tema.

— Si, supongo. Vámonos.— Caminamos de vuelta con mamá.— Si está muy guapa.

Días después.

Las cosas con las desapariciones no se calmaron. Habían encontrado otras 3 personas muertas y sin cerebro, otras 5 fueron secuestradas y devueltas ese mismo día, con las mismas suturas, pero sin tatuajes nuevos. Cada vez daba más miedo, nadie sabía nada, no había huellas o algún indicio para encontrar a los culpables. Progresivamente, se iba acumulando el temor, angustia y desesperación entre la gente, entre la policía y el gobierno.

No faltaba mucho para el Simposio, eso traía a todos como locos y más a Nyx, quien solo asistía a clases y se iba a quien sabe dónde. No se había sentado con nosotros a la hora de la comida por días y le dijo a Alex que no lo vería para afinar su presentación. Lune estaba casi igual, solo venía a clases y se iba en friega a su laboratorio, pero de ella era normal. Excepto por hoy. La gemela no apareció en todo el día, no fue a las clases, tampoco la vi por el laboratorio y su moto no estaba.

— Hey, Nyx.— Llamé, interrumpiendo su caminar.

— No tengo mucho tiempo, dime.— Me apresuró.

— ¿Sabes si está Lune por aquí? Tenemos que terminar la exposición.— Expliqué rápido.

— No se sintió bien, no va a venir.— Contestó distraída.

Una sensación de angustia de apodero de mí.

— ¿Tiene algo malo? ¿Está grave?— Solté mi preocupación sin medir mis palabras.

— Tiene...— Se calló en seco.— ¿Estás preocupado por ella?

Mierda.

— Yo... El proyecto...— balbucee, un intento desesperado de arreglar mi anterior acción.

— Tranquilo.— Calmó picarona.— Está bien, no es nada grave. Sus manos sostenían unos folders, en uno de ellos pude ver qué estaba grabado 0038. No le di importancia.— Bueno, nos vemos.— Se alejó de mí.

17:00pm.

Durante estos días, he estado pensando y analizando la situación con ella. Me imaginaba que era como el cubo de Rubik más complejo que ha sido diseñado, que por más que trataras de armarlo, siempre quedaba un mugre cuadrito en un color dónde no debía. Los retos, los códigos y los enigmas, me llamaban la atención y mi ser, por inercia, quería resolverlos. Lune era el primer enigma que dudaba en querer resolver. Me quedaba claro que jamás la iba a comprender, pero eso era lo que me atraía más.

¿Debía dejar todo de lado e ir a descubrir el enigma más grande que jamás me encontraré?

— Me estás estresando.— Alex me arrebató mi celular con el que jugaba nervioso con una mano.

— Últimamente estás muy raro.— Expresó la voz de una chica, seguramente Nuria pero mi mente no estaba concentrada en mi realidad cercana.

— Se llama Eris, su enfermedad.— Se burló Cris, obligando a mi cerebro a volver y entrar a la defensiva.

— ¿Eris?

— Nada Nuria, solo estoy estresado.— Aclaré con rudeza.— ¿Cuando te pintaste el cabello de rubio?

— !Ves¡ Estás raro, llevo dos días de rubia.— exclamó alterada.

Preferí seguir leyendo en mi computadora, apartando mi atención de cualquier cosa que no sea la virología. Me tocaba exponer la siguiente clase y todavía no terminaba de encontrar toda la información necesaria, mucho menos la había leído.

Debí aceptar los artículos de la gemela.

— Perdón por la tardanza.— La doctora Ariz entró al salón.— Veo que están casi todos, —Las hermanas no vinieron hoy, como los días anteriores.— La clase de hoy será diferente, vamos a tener una charla de bioética.— Tomó asiento hasta delante.— ¿Hasta dónde puede llegar la ciencia? Se debate mucho el uso de animales en la ciencia, como son los ratones y algunos mamíferos más grandes, pero nadie debate sobre el uso de moscas, peces, serpientes o escorpiones.

Bioética, un tema delicado que muchos pacifistas o personas de organizaciones que están en contra de la experimentación con animales, les hace rabiar. Gracias a las películas, las personas piensan que tenemos a los animales en las peores condiciones. No saben que son como dioses, viven en mejores condiciones que yo. No les falta nunca comida y agua, no los estresamos y no les hacemos experimentos a lo bestia. Existen normas que nos obligan a darles una buena vida y, además, que los experimentos a los que son sometidos, deben de ser con un fin justificado.

— Las personas que nunca han entrado a un laboratorio y menos a un bioterio, no tienen el conocimiento de cómo es tratado un animal de laboratorio.— continúo Ariz.— pero... tampoco quieren que se experimente con humanos porque es "inhumano", porque jugamos a ser dios.— Se acomodó los lentes.— Les diré mi opinión, es mi opinión, no deben de estar de acuerdo y eso es bueno.— suspiró lista para la batalla.— Somos criticados por jugar a ser dios, que no deberíamos hacer eso. Pero, si fue Dios quien nos creo... ¿Por qué Dios nos dio está mente, este cerebro? ¿Para no utilizarlos? Somos humanos, somos curiosos por naturaleza, y solo con la ciencia y la tecnología, podremos avanzar, hacer un mejor mundo. Si no podemos estudiar y experimentar con animales ¿Por qué no hacerlo con humanos? Al final queremos saber cómo funcionamos ¿No? ¿Qué piensan?

— Creo que mientras se use con propósitos de aprender y saber, no está mal usar animales.— Habló London en unos decibeles muy bajos.— Y no creo que sea correcto el uso de humanos.

— ¿Por qué no? — Habló Alex refutando la opinión de London. — Los tratamientos genéticos serían más factibles, al igual que podríamos saber cómo funciona el cerebro, cosa que no podemos hacer con los ratones. Por más que haya un gran parecido tanto genético como neurológico, no es lo mismo.

— Si se experimentará con humanos, se podrían saber los inicios de muchas enfermedades neurodegenerativas, de cánceres y otras cosas más.— Continúo Dylan.— Claro que tendrían que ser experimentos más controlados y con muchas leyes, como que no sea a la fuerza y con fines personales.

— Con cuerdo con mis compañeros pero, los humanos somos caos.— Tomé la palabra, sacando mi opinión con la mayor objetividad posible.— No creo que podamos poner las cuestiones personales afuera y, no creo que la sociedad tenga la mentalidad y la capacidad de razonamiento, para entender que se experimenta para llegar a una respuesta que en un futuro nos ayudará a solucionar un problema, que a todo mundo nos interesa.

— Te doy la razón Cameron.— Retomó la palabra Ariz.— En este país se hace ciencia de primer mundo pero, fuera de la comunidad científica, nadie se entera. Las personas no son conscientes de las grandes mentes que hay detrás de estos muros, la mayoría solo conocen carreras como derecho, arquitectura y medicina. Claro que se necesitan de todos ellos. Sin embargo, si, son los médicos quienes salvan vidas, pero ellos no pudieron aplicar una vacuna que no haya echo un inmunólogo, no pudieron saber sobre una enfermedad, sin que un investigador se metiera molecularmente a ver qué pasaba, las computadoras no pudieron ser diseñadas sin físicos, las pandemias que hemos sufrido, por virus o bacterias, fueron los investigadores que buscaron una forma de atacarlos. Son ellos quienes identifican el mecanismo y lo atacan. La ciencia solo es una leyenda para los que no están involucrados. La ciencia, solo existe en las películas.

Lo peor de todo es que no tachan de locos, porque no comprenden las ideas que tiene un científico. Pocos son aquellos que le tienen respeto y que saben que lo mejor que puede hacer el país, es apoyarnos. Los científicos somos como niños; curiosos, tratamos de descubrir el mundo ¿Como funciona la vida? Es nuestra principal pregunta. Vemos las cosas de distinta manera que los demás, somos más críticos y objetivos.

Y a veces, superamos la ciencia ficción.

Pero el mundo no está preparado para verlo.

NA.

¿Es muy pronto para Capítulo nuevo?

Lo siento, no me aguanté.

Espero les haya gustado.

Les dejo una foto de Nyx

¿Cuál es su gemela favorita?

No olviden que pueden comentar y dejar su voto, así se que voy por un buen camino y que les está gustando.

Love u 💙

Ale