9. El plan de Evan
9. El plan de Evan
Hacía frío. Mucho frío. Ya podía sentir cómo los dedos de las manos y de los pies se me estaban comenzando a congelar. Estaba hecha bolita, abrazando a mis rodillas, temblando como un chihuahua y rodeada de litros y litros de helado que con solo una mirada hacían que me sintiera peor.
¿Que como demonios llegué a quedarme encerrada en un almacén de helados? Bueno... es una larga historia.
Esa misma mañana...
—El amor cortés es un movimiento literario en el que un poeta le declaraba su amor a una joven muy hermosa, de la que se consideraba vasallo. Era un amor trágico que... en fin, no solía terminar con un "Y comieron perdices y fueron felices para siempre". Fue un concepto literario muy popular en la Europa Medieval. Digamos que algo así como el cliché de la época. — blah blah blah. Eran las malditas 9 de la mañana, ¿cómo se les podía pasar por la cabeza a los profesores que íbamos a entender algo a las 9 de la mañana? Ningún alumno de la clase parecía estar prestando atención, como es lógico. Evan hacía bolitas de papel para lanzarlas con el boli como si fuera una cerbatana y Amy estaba descargando su furia artística contra la hoja de la libreta. Paró de hacer tachones cuando partió en dos el lápiz con el que estaba dibujando o, como ella diría "creando arte".— Si la dama correspondía al poeta (algo que no solía pasar), mantenían la relación en secreto, porque esto no era algo de lo que las familias se enorgullecieran. Los matrimonios eran todos acordados, muchas veces mucho antes de que los niños nacieran. Es por eso que el amor romántico, al que nosotros nos referimos hoy en día cuando hablamos de amor, estaba literalmente prohibido en la época.— se giró hacia la pizarra y señaló lo que había escrito con tiza, que no podía ser otra cosa que deberes— Haced el ejercicio tres de la segunda página del tema.
Y como no, volvía a tener razón.
Salí echa una furia de clase. Hoy estaba teniendo un día de Evans. Evans... perros... absolutamente lo mismo. No sólo tenía que llevarme la tarea extra para casa porque soy demasiado vaga como para hacerla en clase, no. El despertador se había quedado sin pilas y esta mañana no había sonado cuando debía. Me levanté media hora más tarde de lo habitual y, ¡sorpresa! Fui a ducharme y no había agua caliente. Al parecer, ayer a Noah se le había antojado darse un baño relajante con no sé qué sales de baño que había comprado y había acabado el agua caliente. Simplemente genial. No había podido desayunar porque no me había dado tiempo y las tripas me rugían como ferraris. Os aseguro que no es un sentimiento agradable.
Seguía preguntándome qué tipo de asesina en serie habría sido en mi vida anterior como para que el universo me odiase tanto. Estaba tan concretada que no vi las escaleras que había justo delante mía. Esos son datos más que suficientes.
Varios Booms, Aus y Plufs después, me encontraba delante de la mayoría de los alumnos del instituto, con un gran dolor de cabeza y tan mareada que no me creía capaz de ponerme en pie.
—¿Sky?— Oh esa voz. ¡Yo conocía esa voz! Mierda Mierda Mierda. Subí la mirada lentamente, cruzando los dedos para intentar alejar la mala suerte de mí y que solo hubiera sido una ilusión auditiva, si eso era siquiera posible.
—Oh, Caleb....
—He visto a alguien caer por las escaleras, pero no sabía que eras tú. ¿Estás bien?— No tenía ni idea de lo que me estaba diciendo. Me había quedado embobada mirándole, así que para no parecer más lela de lo que ya debía de parecer asentí despacio e intenté levantarme, pero me fallaron las piernas. Por suerte, Caleb me agarró antes de que me golpeara contra el suelo de nuevo. Obviamente me fallaron... yo no me hice la enferma... ¿yo? Qué va
—¿Puedes ayudarme a sentarme?— le pregunté. Él asintió preocupado. Estaba siendo mala aprovechándome así de Caleb, pero es que estaba tan guapo con esa mueca de preocupación en su precioso rostro que... que... Íbamos a necesitar una fregona a este paso.
—Creo que me voy a morir— solté, al sentarme en el banco. Vale, puede que estuviera exagerando. Pero es que era tan mono y achuchable.
Se quedó a mi lado hasta que Amy apareció. Incluso me fue a comprar la comida. A mitad de recreo me dijo que lo sentía mucho, pero que se tenía que ir a estudiar para su examen de física. Yo le dije que no había problema (a todo esto añadidle sonrisas bobaliconas por mi parte).
Y el resto de la historia ya os la sabéis. Ubiquémonos. Evan y yo vinimos al parque de atracciones a espiar a Alice. Alice resultó ser lesbiana (o bisexual, todavía no lo sabemos) y ella, su novia la pelirroja y su primo vienen hacia nosotros con una actitud no muy agradable.
...
Pasaron de largo. Ni siquiera nos miraron. Siguieron a lo suyo.
No sé qué le hizo más daño a Evan: que pasaran de largo sin ni siquiera mirarnos, o que Alice tuviera las manos entrelazadas con la otra chica y estuviese sonriendo muy contenta. Me miró apenado. Por mucho que quisiera ayudar, no podría. No podía cambiar absolutamente nada.
—Tengo un plan— El brillo maligno en sus ojos al decirlo me adelantó que no sería nada agradable. Al menos para mí.
...
Le había dicho a Evan que sería mejor que me llevase a casa. Tenía pendiente ver "X-men" con Noah, y si no cumplía mi promesa se iba a enfadar mucho conmigo. Y con razón.
—A ver si lo he entendido bien: Necesitas saber si tienes alguna oportunidad con ella— Vi a Evan fruncir el ceño, ofendido por lo que acababa de decir— Me refiero a que quieres saber en qué lado de la acera está — Me miró sin entender— Ya sabes, en qué equipo juega.... — Seguía mirándome completamente perdido— Déjalo. Quieres saber si es lesbiana o sólo bisexual— Evan sonrió y asintió con la cabeza. Hombres, que pocas luces tienen—. Así que... necesitas que me infiltre.
—Muy bien. Continúa— Mantenía las manos firmes en el volante pero con una estúpida sonrisa de niño pequeño, que parecía haberse instalado permanentemente en su rostro.
—Y para infiltrarme en el grupo de los punk rocks y emos tendría que ser alguna de esas dos cosas... pero no lo soy. Así que me estás pidiendo que finja ser alguien que no soy.
—Veo que lo vas pillando— Cuenta hasta tres Sky, no le mates ahora. Dale una oportunidad, por milimétrica que sea.
Evan dio un giro en la siguiente calle.
—A Alice le caigo bien, pero eso no significa que confíe plenamente en mí y que me lo cuente todo. Tendría que hacerme amiga suya y ganarme su confianza para poder averiguarlo.— Evan sonrió como diciendo: "Soy un genio y lo sé". Parecía orgulloso de su "Plan sexy para hacer que la sexy de Alice se enamore perdidamente de mí". Era tan original.
—Exactamente.
—Y, si resulta que también le van los tíos, te los presento a todos y te acoplo al grupo— Evan asintió de nuevo.
—¿Qué es lo que no hay que hacer?— Aguanté la risa y miré por la ventanilla. Estaba siendo un poco paranoico.
—No puedo hacer que se enamore de mí. Nada de sexo con ninguno de ellos, y mucho menos con Alice. No puedo descubrirte y tengo que seguir con el plan hasta que de resultado— Aplaudió emocionado como si fuese una fangirl, haciendo que yo le gritara que se tomase en serio mi vida y se concentrase en la carretera. Empezaba a comportarse como un verdadero fanboy.
—Si el plan funciona...
—Alice y tú vivirías juntitos para siempre y comerías perdices. Y tú me llevarías al concierto benéfico que va a dar Ungravity aquí este verano— Evan se revolvió el pelo nervioso y esbozó una sonrisa nerviosa.
—No he vuelto a escuchar más de ellas.— Oh, ¿cómo se atrevía?
—¿¡Cómo pudiste, sucio mundano?! Te ganaste mi confianza. Comparto contigo una de las cosas más importantes de mi vida y, ¿así me lo pagas? No me hables. Ni siquiera me mires. Debería darte vergüenza. ¡Eres una deshonra para nuestra nación!
—Pero Sky, yo....— Hizo un puchero de niño pequeño mimado.
—De peros nada. Excusas baratas a quien se las trague. O las escuchas y te enamoras de ellas o estarás muerto para mí y tendrás que despedirte de tu sueño de vivir una vida de cuento de hadas, con amor verdadero y todas esas chorradas inventadas por Disney— Evan bufó. Me encantaba poner de mal humor a las personas. Ser irritante era como mi súper poder.
—El amor no es una chorrada. Es un sentimiento muy serio que no debes subestimar.
—Lo que tú digas.— Contesté, encogiéndome de hombros.
—Entonces... ¿trato o no trato?
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N/A:
¿Sabéis lo que es saber que el instituto os está consumiendo del todo? Agradable no, eso seguro.
Me paso todo el maldito día estudiando y ni siquiera tengo tiempo para hacer lo que más me apasiona; escribir.
Si ya antes no tenía mucha vida social ahora directamente no tengo. Pero, viéndolo por el lado positivo... Por fin tengo novio.
Nah, en realidad no. ¿Para qué tener novios si tienes novios ficticios, duh? En verdad sí que tengo, Jeje. Se llama Leo Valdez y tenemos planeado casarnos en Las Vegas antes de que algún otro peligro (Coff Coff Lester Coff Coff) nos mate. (Las fans de Percy Jackson entenderán).
Bye
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