3. Sin Nombre
3. Sin Nombre
Una de las peores cosas que le puede ocurrir a un adolescente es que un familiar le de clase. Bien, ése es mi caso.
Cuando mi padre murió, mi madre creyó que no iba a superarlo. Y claro, cuando a mi tío le ofrecieron trabajo en Chicago, no dudó ni un segundo en aceptar. Así mi madre estaría con su "hermano favorito". Sólo tenía uno, así que no había mucho entre lo que escoger.
Eso había animado a mi madre. Habíamos logrado salir adelante y todo habría sido perfecto... Si su trabajo no fuera de profesor. Y oye, si encima no fuera mí profesor. En fin.
La gente podría pensar: ¡Oh, qué bien! Si es tu tío te dirá lo que entra en el examen, te explicará mejor las cosas, te pondrá buenas notas... ¡Pues no! Más bien es todo lo contrario. Esperan más de ti que de los otros alumnos. Y eso no es precisamente positivo.
Mi tío era profesor de Lengua y Literatura, asignatura que no se me daba muy bien.
Entré en la clase y caminé hasta la segunda fila. Me senté en el pupitre de la derecha y esperé pacientemente a que se llenara el aula. Tenía por costumbre llegar siempre a la hora.
Saqué un cuaderno de mi mochila y decidí ponerme a dibujar una flor. Total, no tenía nada mejor que hacer. Sentí como alguien se sentaba a mi lado. Me giré en su dirección. Fruncí el ceño, ya que Evan Wilson se había sentado a mi lado.
—Está ocupado— dije, dirigiendo mi vista hacia la silla. Evan sonrió de lado.
—Lo sé. Por mí— fruncí los labios y conté hasta tres hasta calmarme. No quería que mi propio tío me mandase a la oficina del director.
—No, por ti desde luego que no. Está reservado para Amy— expliqué.
Evan miró tras la silla. Se levantó un momento y se volvió a sentar.
Miró bajo la mesa y hacia el suelo.
—Corrígeme si me equivoco, pero no veo "Amy" escrito en ninguna parte— No me di cuenta de que estaba haciendo fuerza hasta que se oyó el Crack del lápiz al romperse. Evan sacó un boli de su estuche y escribió "Evan Wilson" en una esquina del pupitre. Soltó una risita y cruzó los brazos tras el cuello— Mira tú por dónde, aquí pone mi nombre— señaló la esquina.
Gruñí por lo bajo. Amy entraba por la puerta justo en ese momento. Me miró y frunció el ceño. No dijo nada, pero su expresión era bien clara: "¿Qué coño?" Se sentó en el pupitre que había detrás mía.
Mi tío entró a la clase. Se sentó en la mesa del profesor y sacó el libro de texto. Cogió una tiza y escribió en la pizarra: "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde"
—El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde— leyó en voz alta— ¿Alguien sabe decirme de qué trata el libro?— Amy levantó la mano. Ella, a diferencia de mí, era una entusiasta de la literatura. Y si encima son clásicos, mejor— ¿Sí, señorita Morgan?
—Trata de un científico que crea una especie de poción puede separar la parte más humana del lado más maléfico de una persona. Cuando se lo bebió, se convirtió en Edward Hyde, un sanguinario criminal. Del trastorno de la doble personalidad— recitó, como si acabase de leer la sinopsis del libro. La envidiaba por su excelente memoria.
—Exacto. Pero, ¿qué pretende expresar esta novela?
—Que en nosotros siempre están el bien y el mal juntos. Ya sabes, Ying y Yang— esta vez fue Evan el que habló. Le miré algo sorprendida y me guiñó un ojo. Le fulminé con la mirada y le pisé por debajo de la mesa mientras esbozaba una sonrisa. Su estúpida mueca de arrogancia se transformó en una de dolor. Sonreí con suficiencia.
—Perfecto. Veo que conocéis la obra.— le felicitó Hudson, mi tío— Este va a ser el primer libro que leeremos este curso. Eve, ¿Puedes repartir los ejemplares?— una chica más bien baja con el pelo castaño claro se levantó. Supongo que sería Eve.
Se paró un poco más de lo debido en nuestra mesa. Me miró, me fulminó con la mirada, y se alejó hecha una furia. Ups, creo que era una de las muchas admiradoras de Evan.
Me giré a ver a Amy, quien me miraba con las cejas enarcadas. Señaló a Evan con la mirada y formó un corazón con los dedos. Yo le mostré mi hermoso dedo de en medio y volví a ponerme mirando para delante.
Una bolita de papel aterrizó en la mesa. Me apresuré a desenrollarla. Ese era un método que Amy y yo teníamos para comunicarnos en clase. No he dicho que fuera un método efectivo.
"Recuerda que tenemos una asignatura que aprobar"— Aquello venía acompañado de una flecha que señalaba a Evan. Suspiré y enrollé el papel de nuevo. Lo tiré al suelo.
—¿Qué música te gusta?— le pregunté susurrando. Pareció algo perplejo al principio, ya que estaba mostrando algo de interés en él. Se acomodó en la silla y me miró.
—¿A qué viene esa pregunta?
—Me estoy aburriendo y no tengo nada mejor que hacer que preguntarte cosas, así que...— Mentí. Tal vez hablé demasiado rápido. Mentir se me daba extremadamente mal. Pero, si Evan se dio cuenta, no dijo nada al respecto.
—Te lo diré si me dices tu nombre— negoció. Negué con la cabeza repetidas veces.
—No estoy tan aburrida— Chasqueó la lengua y maldijo por lo bajo. No entendía porqué se interesaba tanto en saber mi nombre. Quiero decir, podría levantarse a la salsa de clase y mirar la lista con los nombres de los alumnos y ¡Listo! Igual disfrutaba complicándose la vida.
—¿Y a ti, Sin Nombre?— preguntó. Bingo. Había llevado la conversación justo a donde quería.
—Rock y puede que algo de pop. Sobre todo una banda que se llama Ungravity, ¿la conoces?—Evan negó con la cabeza. Lo intuía, pero aún así me decepcioné un poco— Deberías. Son muy buenas.
Evan frunció un poco el ceño.
—¿Buenas? ¿Es una banda de chicas?— se sorprendió. Yo asentí con la cabeza— Wow. Eso es raro. Normalmente las chicas no hacen rock...— Enarqué las cejas y asentí en modo de afirmación. Puede que fuera algo inusual, pero en serio que aquellas chicas tocaban muy bien. Además, ya eran bastante famosas. Incluso habían tocado en el Madison Square Garden la semana pasada.
—Tienes que escucharlas. Ya verás, te sorprenderás— le recomendé. Evan sonrió, cosa que también me hizo sonreír a mí... Espera, ¿qué? En seguida volví a mi expresión normal, lo que hizo que Evan sonriera más ampliamente. Estúpido.
—Lo haré si me dices tu nombre— Y volvemos al principio. Le puse la mano en la cara para empujarle. Estaba invadiendo mi espacio personal— ¿Trato?
—Te lo diré después de que la escuches— le hice saber. Evan lo pensó por un momento.
—¿Y cómo sabrás que las escuché?— me preguntó. Mierda. No había pensado en eso.
—Apréndete una canción y mañana me la cantas.
—Trato hecho, Sin Nombre— dijo, y volvió a esbozar una sonrisa ladeada.
Fase 1: Hacerle saber de tus gustos. Cumplida con éxito.
...
La cafetería estaba llena a más no poder. Todos estaban repartidos en mesas con dos bancos grandes, en las que normalmente entraban unas 8 personas. La mesa del centro era la de los "populares", como era de esperarse. Ellos siempre tenían que ser el centro de atención. Amy y yo debíamos pasar por allí si queríamos llegar a nuestra mesa habitual, al fondo de la cafetería, donde las mesas eran para cuatro. No me di cuenta de que Evan estaba allí sentado hasta que se levantó de un salto.
—¡Tú! ¡Te dejaste eso en clase!— gritó y señaló su mano, en la que tenía un lápiz que probablemente fuera mío.
—Esto... ¿Gracias?— le dije. Evan pareció contento con su respuesta y se marchó sonriendo.
—Eso ha sido bastante extraño— dije. Me giré hacia Amy, quien enarcaba mucho las cejas y me miraba intentando ocultar una sonrisa— ¿Qué te pasa? ¿Te has tragado un bicho, o algo?— le pregunté. Amy se apresuró a decir que no era nada, pero siguió sonriendo como boba.
Llegamos a nuestra mesa y nos sentamos una en frente de la otra.
Podríamos haber descrito aquella hora como "normal", pero, cómo no, alguien vino a estropearlo.
Una bandeja se estampó con fuerza en nuestra mesa. Levanté la mirada confundida y algo indignada, para encontrarme con los ojos verdes de Eve. Los míos son de color mierda. No es justo.
—¿Sí?— pregunté, mientras tragaba el trozo de pan que estaba masticando. La verdad es que Eve no me caía muy bien, al menos de momento.
—Aléjate de Evan— ordenó. Traté de aguantar la risa. Sí, prometo que lo intenté. Pero en fin, cuando una chica que es al menos 20 centímetros más baja que tu trata de intimidarte... Es gracioso, ¿ok?
—¿Y quién se supone que eres tú como para mandarme eso?— iba a hablar, pero la interrumpí— Exacto, nadie— su ojo perfectamente maquillado parecía estar sufriendo un tic de rabia en ese momento— Ahora, ¿puedes dejarme comer en paz? Tengo hambre— le dije. La chica gruñó por lo bajo.
—Quedas advertida, zorra— dijo, antes de marcharse a toda prisa.
Podría haberle dicho que no me iba a acercar a él, pero hacer enfadar a las chicas como ella era divertidísimo. Y además, se me daba genial.
Puede que yo fuera bastante irritante.
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N/A:
Hey!
Menos mal que encontré un rato libre para escribir esto, jeje.
El martes tengo examen de mates y voy a tener que estar todo el fin de semana estudiando... Yuju *se va a llorar a un rincón*
Sé que este capítulo es algo más corto que los anteriores, pero tenía que actualizar ya y... Bueno esto es lo que salió. Puede que el lunes o el martes actualice de nuevo... O igual os doy una sorpresa y actualizo antes, Idk.
Pd: ¡Ya vamos más de 400 leídos! ¡Muchísimas gracias! ❤️❤️
Pd2: ¿Qué pensáis de momento de la historia? ¿Y de los personajes?
Una última cosa, Eve es interpretada por Sarah Hyland:
Bye!
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