1. Rata de laboratorio
1. Rata de laboratorio
—¡Creo que esto no ha sido una buena idea!— le grité a Amy, tratando que mi voz sonase por encima de la estridente música que salía a todo volumen por los altavoces. Ella se giró hacia mí, y tras rodar los ojos -un gesto muy común en ella-, juntó las manos para hacer una especie de altavoz y que su voz también se escuchara.
—¡Ya verás cómo sí! Ya es tarde para echarse atrás— suspiré. Amy tenía razón. No había podido resistirme a su puchero de cachorrito atropellado, y había acabado aceptando el ir a esta estúpida fiesta. Si tan sólo tuviera algo más de fuerza de voluntad...
Amy me agarró del brazo y tiró de mí hasta introducirme en la sala, sacándome de mi ensoñación.
La masa de adolescentes, la mayoría borrachos, que se arremolinaba en el salón "bailaba" al compás de la música. Las zorras o, como ellas solían autodenominarse, "las populares", como de costumbre, estaban tratando de "conquistar" a alguno de los tíos más "deseados" del instituto. Já. Qué novedad.
En ese momento la música paró. Retiré lentamente las manos que cubrían a mis pobres orejas para protegerlas de esa música del diablo. Me giré sorprendida y vi al culpable, que sostenía una botella de Vodka casi vacía y que parecía estar sumamente borracho.
—¡Qué comience la fiesta!— gritó. Por su tono adiviné que, efectivamente, estaba borracho. Y mucho. Quise gritarle que la fiesta había empezado hacía ya bastante tiempo, pero ni siquiera tuve la oportunidad, ya que volvió a hacer sonar la música enchufando el altavoz de nuevo. Solté un bufido.
Evan Wilson era así de idiota. Se emborrachaba siempre que podía, y era una presa fácil y manipulable.
Cerebro de mosquito, ojos impresionantes, personalidad de mierda, creído hasta la luna y más allá. Definitivamente esa es su descripción.
—Olvidaste decir que está muy, pero que muy, bueno— Oh. Al parecer lo había dicho en voz alta, y Amy lo había oído. Ups.— Por cierto, ¿ojos impresionantes? Querrás decir de infarto— Sí. Evan Wilson era el tipo de Amy Morgan. Y yo no entendía por qué.
—Yo no le veo para tanto— admití, mientras le evaluaba con la mirada. El chico no era para nada feo, pero su poca inteligencia y su comportamiento de "Chico popular" le quitaban cualquier tipo de encanto que poseyera.
Traté de abrirme camino entre la multitud de adolescentes, dando codazos a ambos lados. Respiré despacio varías veces cuando por fin logré llegar a un lugar en el que mi espacio vital era mayor de 5 centímetros. Y aquel momento de liberación habría sido perfecto, si no hubiera sido por la bebida que algún idiota acababa de tirarme por encima, empapándome por completo. Dirigí mi vista hacia arriba, para encontrarme con, nada más ni nada menos, Evan. Me repasó de arriba abajo con la mirada con descaro, y luego esbozó una sonrisa ladeada.
—Gilipollas. A ver si miras por dónde andas— le solté. Vale que el chico no estuviera perfectamente sobrio, pero esa no era una excusa para ir tirándoles a las personas la bebida por encima. En realidad, sí lo era. Iugh.
Me toqué el pelo empapado de una
sustancia que, en definitiva, no era agua. Le fulminé con la mirada tratando de imitar a rayita lo mejor que podía. Él se limitó a soltar una carcajada, y tuvo que apoyarse en la pared para no caerse del mareo que le provocó.
Dio un paso hacia mí. Yo me quedé en mi sitio. No me intimidaba lo más mínimo. Era un niño mimado borracho al que fácilmente podría vencer en una pelea cuerpo a cuerpo: Ventajas de tener un padre militar.
Se acercó tanto que pude comprobar lo que había dicho Amy antes. Sus ojos eran impresionantes. Pero no por eso dejaba de ser gilipollas.
—¿No te pongo nerviosa?— preguntó. Solté una carcajada sincera, y me crucé de brazos con total normalidad.
—No, ¿debería?— me escrutó con la mirada. Al final, acabó torciendo la cabeza en un gesto de incomprensión, y esbozando una sonrisa torcida.
—Me caes bien— admitió, arrastrando las s. Estaba completamente borracho— Y ahora, me tengo que ir. Acabo de ver una rubia que será mi polvo de esta noche.— Aquel asqueroso comentario me hizo poner una mueca de... Asco y repugnancia.
—Tú a mí no. ¡Encantada de que te vayas!— le grité con sarcasmo. Guiñó un ojo torpemente, y decidió que era la hora de ir a cazar a la rubia. Menuda sorpresa me llevé yo cuando la chica le pegó una patada en sus partes nobles y le tiró su zapato directo a la cabeza. Debería hacerme amiga de esa chica.
Justo en ese momento saltó una alarma en mi móvil. Lo saqué del bolsillo de mis pantalones cortos vaqueros.
"@UGUpdates: #DRAMA Se han filtrado nuevas fotos de Mel y Dean. Todo parece apuntar a que en verdad están saliendo juntos y que no es sólo un rumor. Aunque también hay que tener en cuenta que ninguno de ellos ha hecho ninguna aclaración oficial sobre ello. De momento no hay nada confirmado"
Solté un largo suspiro que acabó convirtiéndose en un bufido. ¿Por qué no había más que drama? Decidí dejarlo para más tarde y concentrarme en encontrar a mi amiga. Que, de hecho, es tu única amiga. No me sorprendió encontrármela tratando de ligar con un chico que, si mal no recordaba, era capitán del equipo de baloncesto.
—¿Amy?— La susodicha me fulminó con la mirada, en un gesto que parecía gritar; ¿¡No ves que estoy ocupada!?— Es importante— Ella garabateó su número en un papel y se lo pegó, literalmente, en la frente. Luego se giró hacia mí, y por fin logré convencerla de dejar esa asquerosa fiesta.
—¿Qué demonios le ha pasado a tu pelo?— preguntó, señalándolo. Me encogí de hombros, y decidí darle la explicación más sencilla que se me vino a la cabeza.
—Un idiota. Eso es lo que pasó— Amy no hizo más preguntas, y al ver las ganas que tenía de largarme de allí, esbozó una sonrisa y me acompañó hasta su coche. Ella era rica, y podía permitirse tener un coche jodidamente genial. Un Porsche, un Lamborghini e incluso un Ferrari. Pero había decidido no depender del dinero de sus padres, y se había comprado un bonito Fiat blanco con todos sus ahorros del que estaba sumamente orgullosa y al que trataba como si fuera su propio hijo.
Me monté a su lado en el asiento del copiloto. Me lancé a encender la radio, y al comenzar a oír esa melodía tan... Característica del reggaeton la apagué en un acto reflejo.
Amy rió, y cambió la emisora a una en la que sonaba "Something Big". Ella saltó de emoción, y se puso a cantar mientras bailaba todo lo que podía sin soltar las manos del volante.
—Oh Shawn. Cásate conmigo. Prometo no poner reggaeton por las mañanas y prepararte rica comida. — suspiró. Sus declaraciones de amor cara vez eran más ridículas.
Aparcó el coche justo en frente de mi casa, y tras despedirme de ella con un simple "Adiós, simio" me adentré en mi casa.
El extraño silencio en el que se encontraba me desconcertó. Ya era algo habitual oír a mi hermano de 14 años jugando a videojuegos en la planta de arriba, y la falta de ruido... Era extraño.
—¿Will?— pregunté gritando. El susodicho no apareció. Probablemente se había ido a casa de algún amigo. Al menos eso esperaba.
En seguida recordé la sustancia asquerosa que tenía pegada al pelo. Lo mejor sería que me duchara de una vez.
...
Estaba sumamente feliz y tranquila secándome el pelo en mi cuarto, cuando unos golpes en la puerta me interrumpieron. Bufé fastidiada, pero no me quedó otro remedio que ir a abrir la puerta poniendo mi mejor cara de enfado.
Will y Noah estaban en el pasillo, poniendo su mejor cara de niños buenos que no habían roto ni un sólo plato en su vida. Querían algo, estaba segura.
—Qué queréis— dije sin ni siquiera preguntar. Ya les conocía muy bien. Estos dos querían algo. Algo malo, eso seguro.
—Nostros, esto... ¿Nos llevarías a una fiesta?— preguntó Will. Yo volví a suspirar mientras cerraba los ojos, y tras contestar un seco "No" les cerré la puerta en las narices.
—¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!— gritaban, mientras daban golpes a la puerta. Si seguían así podrían acabar echándola abajo.
—He dicho que no. Sois unos críos. Y mamá y el tío me matarían si os llevo.
—No hay problema— la sonrisa diabólica que esbozó hizo que se me erizaran hasta los pelos de la nuca— Sólo recuerda que tú nos obligaste
—Espera, ¿qué? ¿Qué demonios hacéis?— Will me agarró por debajo de los hombros y Noah me agarró de los pies, de modo que no les resultó nada difícil elevarme del suelo. En cuanto quise darme cuenta, estaba atada de pies y manos a una de las sillas de la cocina.
—Pienso denunciaros a ambos por violencia de género— declaré muy seriamente. Will me miró confundido y dio varios pasos en mi dirección.
—Tú nos has obligado— y ya no hubo marcha atrás. Ambos comenzaron a hacerme cosquillas hasta que me dolieron las costillas, y el estómago de tanto reír y comencé a gritar que era suficiente y, que les llevaría sólo si paraban.
—¿Ves? Te dije que funcionaría— fulminé a Noah con la mirada, que volvió a poner su cara de niño bueno y se alejó un poco de mí. Cobarde.
...
Y esa es la historia de por qué estoy ahora mismo conduciendo el coche de mi madre con aquellos dos espécimens humanos poco inteligentes a bordo.
No me sorprendió que la casa de Evan siguiera estando tan llena de gente como cuando me fui.
—¿Y se puede saber qué queréis hacer aquí?— ambos se miraron a los ojos mientras se encogían de hombros.
—Por el bien de tu salud mental lo mejor sería que no— dijo Noah, mientras se miraba las uñas con desinterés.
—Tenéis 10 minutos— nada más decirles aquello, ambos empezaron a correr en dirección a la casa. Me reí al ver cómo Will tropezaba con uno de los escalones y conseguía, por poco, mantener el equilibrio.
10 exactos minutos después caminé hacia las escaleras para ir a buscarles. Encontré a Will rápidamente. Una chica alta, con aspecto de estar muy borracha, le estaba acariciando la mejilla con sus uñas sumamente largas. Mi hermano parecía estar deseando "tierra trágame" mientras abría mucho los ojos.
Me acerqué corriendo a él, y le di un leve empujón que sirvió para apartarle del intento de bruja. Me miró agradecido. Ahora solamente nos faltaba Noah.
Tras buscarle por todas las esquinas de la casa y el jardín, llegué a pensar que habían le habían secuestrado. Quiero decir, uno no desaparece así porque sí. Debía seguir en algún lugar de la casa.
Agarré a Will de la mano y tiré de él escaleras arriba. Y tuve la mala suerte de cruzarme con Evan, que salía de una de las muchas habitaciones del piso de arriba con Noah de la mano. Espera, ¿qué?
—No quiero saber lo que estabais haciendo— Dije, mientras cerraba los ojos con fuerza. Me giré hacia Noah— Nos vamos a casa. El susodicho puso un puchero, pero aun así vino corriendo a mi lado a agarrar mi mano. Perfecto. Hoy, aparte de haber ido a la peor fiesta de mi vida, tenía que hacer de niñera, ¿no es genial?
Y entonces me di la vuelta. Miré a Evan. Parecía una persona muy vulnerable, manipulable y bastante débil que se escondía bajo su faceta de chico popular. Y además estaba muy borracho. Una gran idea se vino a mi mente.
—Evan, ¿qué piensas de la idea de ser sumiso de alguien?— Él me miró extrañado, como si no supiera lo que significa esa palabra.
—Que está mal. Muy mal— lo dijo en un tono más de pregunta que de afirmación, que podría deberse al exceso de alcohol en su organismo. Al igual que el tono de niño que usó.
—Bien, ¿y qué piensas de terminar la fiesta de una vez? ¿No crees que es una muy buena idea?— lo pensó durante un segundo. Pareció estar muy de acuerdo conmigo ya que comenzó a asentir frenéticamente con la cabeza.
—¡Si! ¡Tienes razón! ¡Terminaré la fiesta ahora mismo! ¡Gracias por abrirme los ojos, Sky!— Wow wow wow. Demasiado eufórico. Y, ¿cómo demonios sabía mi nombre?
Evan corrió escaleras abajo y al instante la música dejó de sonar. Sonreí satisfecha al ver como la gente empezaba a salir de la casa.
Había encontrado a mi rata de laboratorio perfecta: Evan Wilson, prepárate. Pronto tu absurda vida se convertirá en la atareada de un fanboy.
Quizá la noche no había sido tan mala después de todo.
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N/A:
¡Hola! Bueno pues, espero que os guste el primer capítulo. He tardado en actualizar, sí, pero espero que os guste esta historia tanto como a mí.
Ahora mismo, como veréis (leeréis, más bien) hay pocos personajes, ¡pero tranquilos! Pronto saldrán más 7u7
Sólo por curiosidad ¿cuál es vuestro personaje favorito hasta el momento?
Bye!
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