Capítulo 6
Ahí estaba...
-¡Milo eres un completo idiota! -grito el galo molesto.
-Pero Camus... -dijo con cierto temor.
-¡Has destruido uno de mis libros favoritos por tu in-responsabilidad! -replico molesto.
-No fue mi... -interrumpido.
-¡Callate! -dijo para pronto abofetearlo.
Milo simplemente quedó ahí, sorprendido por lo visto.
Camus miro un tanto molesto, se giro hacia otro lado.
-Eres impredecible, no te podre dejar con los libros porque eres capaz de estropearlos, como hiciste con ese -dijo de manera molesta.
-Camus perdoname, simplemente me deje llevar -dijo con su vista baja.
-¿Dejarte llevar, dices? Rayastes todos los círculos de las letras -dijo molesto.
-¡Pero lo hice para entretenerme! -dijo.
Camus se giro, miro como el griego seguía ahí, aunque pensaba en darle una bofetada nuevamente pero se contuvo, veía algo raro en él, sus ojos, sus ojos zafiro habían cambiado a una escarlata. Eran hermosas joyas rubis eran estupendas ante los ojos de camus, parecía ser hipnóticos, miraba con suma dulzura aquellas rubis poco se fue aproximando a el, paso su brazo por el cuello sus rostros estaban aun pegado a ellos, Camus podía sentir la respiración del heleno sobre sus labios.
Las manos del peliagua habia pasado por el cuello, mientras la otra se dirigía al pecho del heleno, acariciando con suma delicadeza sintiendo los pectorales del mayor.
-Camus, despierta -hablo el heleno.
-¿Que? -pregunto confuso al mirar al heleno.
-Camus, despierta -nuevamente hablo.
Camus abrió sus ojos encontrándose con Milo quien yacía a su lado, estaba de una manera muy preocupado, puesto esta a escasos centímetros de el.
-¡ALEJATE! -grito, al hacer aquello lanzo un golpe, Milo pudo esquivar aquello pudiendo notar como Camus se sentaba mientras tocaba su cabeza. -¿Que hora es? -pregunto.
-Bueno son las doce de la noche -respondio.
-¿Que? ¿Por que me despiertas? -pregunto.
-Bueno, pude escucharte, parecía que tenias una pesadilla, ¿verdad? -pregunto.
Camus miro a otro lado sonrojado, recordaba lo que estaba soñando, quedo en silencio por unos segundos para pronto ponerse de pie y dirigirse a la cocina, Milo lo siguió, veía cada movimiento del galo, era muy extraño, se sentía preocupado por aquel civil, dio un suspiro y se dispuso a hablar pero fue interrumpido por Camus.
-No fue nada importante -respondio.
Milo miro al galo, dio un suspiro y se dedico a seguir viéndolo, no lo molestaría con aquellas cosas, miro como el galo se adentraba a la habitación solo, el se recostó en el sofá, aunque algo en su mente se veía confuso, esos momentos anteriores habían sido tan reales, hipnotizando al galo, pudiendo sentirlo cerca pero no entendía ese sentimiento.
Camus se recostó en la cama, mirando el techo recordando aquello, aquel extraño sueño, su estomago le hacia sentir como un vacío, dudoso de lo que habia sentido y soñado, ya que el habia sentido, habia sentido aquella respiración, aquel cuerpo... todo.
-Me estoy volviendo loco... -susurro. -Debo pensar claro, Milo no es una persona normal... Milo... es.... Milo -dijo aun viendo el techo pero imaginando al heleno.
La noche habia terminado, la mañana habia llegado, Camus habia despertado salio a la sala para dirigirse hacia la cocina, miro a Milo quien seguía dormido, como todas las mañanas, simplemente se dedico a alistarse desayuno y salio de ahí.
No podía ver al heleno, sentía como sus nervios aumentaban, sin contar el rubor en sus mejillas, todo habia sido tan repentino, pensóq que seria obra de sus íntimos impulsos por sentir aquella sensación de sexo, pero no, no quería hacer aquello. No creía en aquellos impulsos.
Al llegar al establecimiento miro a Kanon, quien al momento de verlo lo fastidio aunque oculto su molestia.
-¡Ey Camus! -exclamo el mayor. -¿Donde esta Milo? -pregunto confuso.
-Em... no se... -se adentro.
Kanon miro confuso al galo, se adentro al restaurante.
En casa, Milo se habia despertado, se tallo sus ojos y miro a todos lados, hasta que giro su vista hacia el reloj, eran alrededor de las 11 am, dio un salto sorprendido decidió a salir corriendo, se alisto y todo y saliendo por los pasillos del edificio con dirección a la salida, pero al dar la vuelta estrellándose contra un joven de cabellera celeste, piel blanquecina, unos ojos azules claro y sus labios rosados, poseía un lunar elegante debajo de su ojo, mientras su cabellera revuelta pero peinado, su cuerpo era esbelto, con caderas algo anchas al parecer, manos pequeñas y dedos delgados.
-¡Oh! lo siento... -se disculpo el heleno ayudando al menor a ponerse de pie.
-Descuida, pero... ¿por que corrían? -pregunto el joven.
-¡Voy tarde! -exclamo.
-Relajate, usted va tarde, ¿creen que lo aceptaran en el trabajo? -pregunto cuando noto al heleno seguir el camino.
Milo se detuvo, tal vez tenia razón... Quedo pensativo hasta que una mano se poso en su hombro llamando su atención.
-Supongo que tienes razón... -dijo.
-Claro que la tengo, mira te invito una taza de té -dijo sonriendo.
-Eso sera bueno -dijo tranquilo mientras comenzaba a seguir al peliceleste.
Habia ingresado adentro de aquel departamento, se veía tan tranquilo ante la situación, habia recibido una taza de té de manzanilla, Milo veía confuso aquel liquido caliente mientras escucha la voz de aquel joven.
-Primero que nada, Soy Afrodita, puedes decirme Dita si gusta -dijo demostrando una sonrisa.
Milo quedo sorprendido ante aquel gesto, quedo embobado, aunque reaccionó ante las palabras que recordaba la noche... Simplemente bajo su vista, deduciendo, pensando en la situación.
-¿Que tanto piensas? -pregunto el peliceleste.
-Yo he.. Nada... -respondió con nervios.
-¡Oh! Hiciste algo malo ayer que no quieres decirme -dijo con picardía.
-¿Que? ¡No! ¡Yo ni hice nada! -exclamó mientras se ponía de pie.
-Relaja te, solo era una broma -dijo el peliceleste.
-Yo .. Em... Lo siento -de sentó con avergonzado.
-Bien, ¿Cual es tu nombre? -pregunto.
-Bueno mi nombre es Milo, soy nuevo en la ciudad -dijo el moreno con cierta tranquilidad.
-Bueno me da gusto, yo también no soy de aqui provengo de un lugar algo lejano -dijo con cierta felicidad.
Miro como el peliceleste bebía aquel te, Milo por su parte miro nuevamente aquel liquido, deduciendo que seria mejor no tomar un te que nunca habia tomado, aquellas palabras se las habia dicho el galo, no entendía porque aun lo cuidaba, sabiendo lo que el habia provocado anoche.
No duro mucho cuando decidió regresar al interior del departamento del francés no se sentía muy a gusto en aquel lugar, miles de rosales adornaban aquel recinto, seguía sin entender la manera de vida de aquel sujeto.
Una vez que salio de aquel lugar se dirigió hacia la casa del galo, ahí tomo asiento en el sofá, pensaba mucho en los recuerdos de anoche, aquellos momentos en lo que por su error y la ira habia usado sus poderes con el, no quería usarlo no quería herir al galo, pero al mirarlo de es manera... lo hizo dudar.
Negó con su cabeza, debía olvidar aquellas escenas tan extrañas para el, simplemente se puso de pie y se encamino hacia la habitación del francés, no sabia porque estaba ahí, simplemente se recostó, abrazo con fuerza la almohada oliendo aquel aroma de la cabellera del galo, un aroma de flores de campo, algo que nunca lo habia podido hacer.
-Camus... -susurro.
* * *
-¡¿Por que no me dijiste eso en la mañana?! -replico Kanon una vez que seguía al galo.
-No lo vi de importante -respondio Camus de manera cortante.
-Deberia, saldré con Milo, ya le habia mencionado aquello -dijo el mayor.
-Eso es genial para el, veo que te llevas muy bien con el novato -dijo Surt con cierto toque de burla.
Para Camus aquellas palabras eran en cierta parte un toque de molestia en su persona, un golpe bajo en pocas palabras. Aun así sostuvo su semblante frío y serio como de costumbre hasta llegar a la casa, en donde una vez ahí se adentraron, viendo con sorpresa como Milo intentaba acomodar unos cuantos libros en los estantenes.
-¡Milo deja mis libros! -replico el francés con cierto tono molesto.
-¡AY! -grito con temor ante la repentina presencia del francés. -¡No lo hacia con malas intenciones Camus! -exclamo mientras recogía el libro que por error habia tirado.
-No, bastante tuve con que rellenarlas con tinta los círculos de cada letra de mis libros -dijo de manera molesta.
Kanon y Surt veían un tanto confuso y sorprendido a la vez, veían la escena que implantaban aquella pareja, que por algún motivo les causaba en cierto modo gracia.
* * *
Afrodita se encontraba enfrente de su monitor, se recargo de manera tranquila en el respaldo de la silla y de mostrando una sonrisa tranquila escucho a un alterado doctor.
-Debes estar consiente Afrodita, ese proyecto aun es inestable, no podemos dejar que siga familiarizándose con mas civiles -dijo Degel.
-Lo se doc, por eso necesito conocerlo poco a poco, aun no conozco a aquel civil, pero mañana lo veré, mañana lo conoceré a fondo, el proyecto A simplemente parece un niño, su mente es muy diferente en querer aprender nada mas -dijo de manera tranquila mientras detonaba una sonrisa.
-Afrodita no juegues con el proyecto A, porque puedes morir de la misma manera que murió uno de los doctores -dijo Degel con cierto toque de preocupación.
-Descuide ya lo tengo todo planeado -dijo el peliceleste.
Degel demostró una afirmación y aquella llamada se apago, Afrodita solamente se estiro y sonrió con cierto toque de ternura, miraba con suma atención una serie de imágenes que habia llegado por un mensaje, archivos que le podrían ser de utilidad para la captura de aquel proyecto.
* * *
La cena se habia transformado en parejas, Milo era guiado por Kanon, mientras que Camus platicaba de una manera tranquila con Surt.
El heleno miro de reojo al peliagua, se sentía molesto, no entendía porque aunque aquello siempre era descartado gracias a Kanon quien lo hacia olvidar aquello para enseñarle nuevas cosas, mientras que el galo veía de manera "norma" a la pareja que se encontraba enfrente, detonaba una enorme sonrisa mientras le mostraba miles de cosas, simplemente no entendía porque habia sido así. Porque sentía aquello, molestia.
Las horas pasaban y con ello el retorno, aunque para ser sinceros, Surt habia sido el primero en irse, sabia bien que el geminiano los cuidaría le tenia cierto toque de confianza, aunque el mayor decidió acompañarlos a casa.
Era tarde no mentiría, para ser les directo el moreno comenzaba a sentirse extraño, como si algo le pidiera por salir, que algo tenia que hacer, pero no entendía, no podía explicarlo, callado siguió el camino, no decía nada, Kanon era aquel que provocaba aquel mínimo ambiente, logrando poder así mostrar unas sonrisas en el griego.
Una vez en casa y de que el francés haya despedido al geminiano se dedico a sentarse a lado de Milo quien se encontraba enfrente del televisor apagado.
-Que extraño ¿Cierto? -pregunto el francés con cierto toque de cansancio.
-De hecho... -simplemente respondió aquello.
Camus noto aquello, algo hizo recorrer su cuerpo, era la misma manera en la que se encontraba aquella noche cuando hizo aquello, Milo se puso de pie, se encamino hacia la librera y tomando un tomo se sentó, saco un bolígrafo y se dedico a hacer aquello, simplemente habia quedado ahí, coloreando o rellenando aquellos círculos vacíos. Camus se disponía a replicar le pero recordó aquellos, habia llenado alrededor de unas diez paginas de aquel libro cuando lo dejo, dejo de rellenarlo y sonrió un poco, alzo su vista en dirección a Camus para pronto mirarlo con temor, habia logrado rayas nuevamente los libros del francés.
-¡Lo siento Camus! -se disculpo mientras bajaba la vista.
-Milo... ¿por que haces eso? -pregunto el galo con cierto toque de curiosidad.
Milo no respondió siguió en silencio, no pensaba en decirle nada, no por ahora, no quería que el supiera que hacia aquello para relajar los impulsos de salir por una ventana y provocar alborotos, aunque tampoco quería molestar al francés rayando los libros que a Camus le habia costado tanto conseguir.
* * *
Hola
Hoy traigo un nuevo capitulo mis queridos lectores.
Ya comenzaremos con lo que realmente nos interesa a todos, un amor entre Milo y Camus, quiero aclarar que Camus siempre, para mi, sera mi uke para Milo, ya que pienso que ven a Milo como el pequeño uke de Camus, puesto no es asi, no, nada de eso.
Ahora, cualquier duda, cualquier cosa pueden escribirlo, no me podria molestar con todos ustedes asi nada mas, simplemente que entiendo sus comentarios. :3
Gracias por leer, los espero en la proxima entrega.
Lakssy-Chan
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