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Capítulo 34

Cena había sido tranquila, Degel había explicado todo relacionado a Kardia, quien aun seguía en silencio, era el único que no mencionaba nada, era extraño para Milo, puesto recordó como aquel Kardia, era amable y bondadoso, ahora era frío y distante, Camus simplemente se dedicaba a mirarlo de reojo, mientras escuchaba el relato del doctor.

Los gemelos doctores estaban igual de intrigados, mientras que los menores estaban atentos, puesto sentían algo de miedo, un movimiento en falso y aquel clon podría hacer miles de cosas.

Después de la cena, Degel sostuvo al pequeño, veía atento mientras intentaba hacerlo reír, el pequeños veía de una manera asombrada aquel hombre quien ya comenzaba a detonar algunas canas y arrugas en su rostro.

Kardia simplemente veía a Degel, sonrió cuando una extraña idea surco su mente, la voz de Aspros lo saco de aquello pudiendo así responder.

-Es que miro a Degel y parece abuelo -dijo.

-¡Hug! -alzo la vista el peliverde -No soy así... -un leve rubor lo cubrió.

Aquello había hecho sonreír a la joven pareja y a los gemelos quien al escuchas a sus "padres" se le había hecho gracioso.
El peliverde simplemente entrego de nuevo aquel pequeño, retomo su postura seria y tranquila logrando así tener la vista del mas pequeño de todos, podría decirse que ya comenzaba a sentirse extraño.

-Bueno solamente queda celebrar esta noche con todos ustedes -hablo Degel con algo de tranquilidad. -Cada uno de nosotros tomo diferentes sitios, hace poco me entere que Albafica, Manigoldo y Afrodita fueron a visitar la antigua ciudad de Afrodita -finalizo.

-Si yo también me di cuenta de eso, pero ve el lado bueno, cada quien a hecho cosas buenas por otros, nosotros ya estamos mas tranquilos... -hablo Aspros.

-Me da cierta pena por Krest, no puedo creer que el haya sido mi abuelo adoptivo, papá nunca menciono nada relacionado a el... -hablo Camus.

-Krest era un hombre muy ocupado y loco de por si, pero aun así no representaba algo malo después de todo -hablo Deuteros.

-Doctor Krest, es sujeto, siempre estuvo preocupado -hablo Kardia.

-¿Que? -preguntaron todos.

-Si, las pocas veces que estuve con el, siempre menciono a verse arrepentido por no estar con aquella persona quien tanto quería, una de ellas fue llamado como Zaphiri mientras que la otra era su hijo, conocido como Mystoria, tenia una fotografía en donde estaba ese niño y una mujer, nunca supe quien era esa mujer mas solo se interesaba en el niño, el mismo decía que ese niño se parecía a su madre, debido a su manera de ser y su sonrisa, menciono también que Zaphiri siempre lo quiso y sin pensar mucho le dolió a verlo morir, pero el no podía hacer mucho puesto el mismo se auto-ataco -dijo Kardia.

-¿El te lo digo...? -pregunto Camus.

-No, simplemente lo decía en voz alta, tal parecía que no estaba cociente de lo que hacia o decía.

Los presentes quedaron algo sorprendidos, aunque sobre todo Degel, puesto nunca habia mencionado algo asi, durante su estadia en la cabaña, tal parecia que ocultaba algo diferente a lo que habia mencionado.

Kardia quedo de algo tranquilo aunque al sentir la mirada de todos, lo hizo sentir extraño.

-¡Dejen de verme así! -exclamo.

Todos hicieron caso, volviendo al tema, Degel simplemente le coloco su mano en su hombro y se dedico a seguir hablando con Camus.

-A menos todo estará mas tranquilo -hablo Deuteros.

-Si, finalmente Milo ya es libre al igual que los otros proyectos -hablo Degel.

-Pequeño Hyoga, estará feliz de andar en Francia, ante gustara bastante -hablo Milo mientras le daba cariño al pequeño.

-Vaya, igual a Kardia -habló Aspros.

-¿Yo? -respondió el peliazul.

-No, tu no -respondió Degel.

Aquello había hecho sentir confuso al peliazul, aunque término por importarle poco, Milo en cambio se sentía mejor finalmente descansaría, estaría feliz por estar con su amado, con ese pequeño niño, estaba feliz por todo.

Comenzaría a conocer mas, envejecer junto a su amor y ver crecer a su hijo, era extraño, aunque entendió la realidad, su Camus no podía procrear pero con ese bebé que llegó a su vida le bastaba para ser feliz. Le agrado tanto aquello que le dedicó una sonrisa.

Esa noche Degel y Kardia se fueron, mañana a primera hora Camus, Hyoga y Milo saldrían a Francia para aso vivir tranquilos, sin ningún percance.

- -

Estaban preparados...

En cuestión de horas llegarían a casa, su viaje había sido algo largo, a pesar de a verse ido tan temprano su llegada a Francia había sido esa mismo día en la noche.

Cuando llegaron se echaron al sofá, el pequeño veía atento el nuevo recinto, cosa que Camus notaba con una sonrisa.

-Se que estabas acostumbrado al departamento, pero que vamos a vivir -hablo al pequeño. Quien solo lo miro incrédulo. -No te preocupes nadie de dañara, tu papá te protegerá y yo, también lo haré -dijo para abrazarlo y darle un beso.

El bebé solo se dejo mimar, Milo entro dejando las ultimas maletas, noto aquello y sonrió, adoraba ver a su cubo sonreír de esa manera, sobre todo si era por ese pequeña personita.

Las horas pasaban y el pequeño quedo dormido, Milo se había abrazado a Camus quien veía dormir a su pequeño en su cama, ese pequeño dormiría con ellos esa noche, pronto Camus se giro pudiendo notar la melena rubia del heleno, quien detonaba una sonrisa típica de un loco, un beso feroz lo hizo que de preocupara, pero se tranquilizo tal parecía que sabia de aquello, ya que comenzó a bajar la temperatura, pudiendo notar la cabellera lacia del galo cambiar. Se separó y abrió sus ojos aquellos rubis quien al mirar al rubio sonrió.

-Salgamos el bebé duerme -hablo.

-Como desee -dijo Milo quien lo cargo como princesa.

Una vez afuera, Milo bajo al galo, había quedado acordado entre la pared, pudiendo estar aquellos helados labios, típico de su amante, el sonrojo en las mejillas de Camus lo hacia notar mas hermoso ante los ojos del rubio, eran como si sus segundos rostros actuaran de una manera diferente, las manos heladas se adentraron por debajo de la camisa del heleno, tocando aquella piel cálida, cosa que Milo suspiro al sentir las manos heladas del galo.

Milo beso los labios bajo gasta su cuello dando besos, y de un momento a otro jalo la camisa de botones del galo, pudiendo ver el pecho y torso, beso un poco el pecho apretó aquellos pezones y siguió besando, mordió un poco dejando unas cuantas marcas, Camus por si parte se dejaba hacer aquello, gemía aunque cubría su boca, no quería despertar a su bebé.

La noche eran joven y ambos comenzaban, Milo lo conocía como un ritual, que según por ver televisión y mas esos famosos documentales de personas que vivían aislados en alguna parte del planeta, seguiría con aquellos, pudiendo entregar todo, acariciando todo el cuerpo del pelirrojo quien a decir verdad ya lo veía de otra manera.

Lo veía como, su esposo, la madre de su hijo, su amante, hasta las cosas mas horrible pero bellas, según el, una prostituto, puesto el mismo, por así decirse, se decía que era para él, ambos de entregaban, sentían la enorme necesidad de eso, lo hacían querer hacerlo seguido sentirse llenos de vida y de pasión.

--

Camus había despertado, estaba envuelto en una sabana en la habitación que le había dado a Milo la primera vez, le dolía un poco su cadera pero el llanto del bebé lo saco de aquello poniéndose de pie y enrollado en la sabana salio.

Cuando llego pudo verlo que el pequeño estaba despierto, pidiendo ver a sus papis, el pequeño tenia miedo de quedarse solo, cuando vio a Camus simplemente pidió sus brazos, Camus se sentó, lo abrazo y pudo ver como el pequeño se juntaba su pecho desnudó.

-No llores mi bebé, nunca te dejare solo, papi estaba... -silencio.

No le iba a decir que había tenido sexo con su marido, solamente mencionó que estaba ocupado, se miro que iba solamente en la sabana y se quejo internamente. Pronto la puerta se abrió pudiendo ver a Milo quien llegaba tranquilo, tal parecía que se veía aun somnoliento.

-Milo, necesito que te bañes, para que me ayudes con el bebé -hablo Camus.

-.... Ok... -respondio.

Cuando dijo eso, se acerco, beso a Camus y al bebe en su cabeza y se fue al baño.

* * *

Para el desayuno, ya estaban todos listos, comiendo tranquilos y nada mas, una bella familia, la familia que Milo quería.

Por fin, se había hecho realidad, aquellos sueños de Milo, aquellos que gracias a la televisión le dieron a Milo, puesto esas novelas que veía. Para Milo era una nueva etapa, una nueva forma de ver el mundo, protegería con si vida a su dos únicas personas, Camus y Hyoga. Su esposo y su pequeño hijo.

Nada ni nadie lo separarían de eso, estaba mas que claro.

* Fin.





* * *

Hola
Esperó y les haya gustado mi historia, se que admito que los finales no parecen emocionantes, bueno yo siento eso, no se ustedes, pero espero y este final si sea bueno.

La historia estuvo mucha controversia. ... (Dudas)

La sincera verdad, quería darle mas batalla a Camus Vs Krest, pero algo me digo que no era muy necesario.

Mi idea principalmente era...
Una vez que derroten a Krest tendrían un final bonito, mas no hablaría de Aspros y Deuteros, Saga y Kanon, Shaka y Mü y Albafica, Manigoldo y Afrodita.

Y se me hizo algo feo, por eso, se hizo una reunión con: Deuteros, Aspros, Camus, Milo, Albafica, Manigoldo, Afrodita, Shaka y Mü. Y la segunda reunión se incluyeron; a Kardia y Degel, pero no salieron Alba, Maní, Dita, Shaka y Mü.

Cada uno tiene una vida ya propia sin miedo. :3

Pero bueno, eso es todo. Gracias por leer la historia. Espero que en mis demás trabajos sean de su agrado.

Muchas gracias.

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