Capitulo 2
Ahí estaban los dos... El joven habia curado las heridas, habia sacado las balas del cuerpo del heleno, mientras aquel joven veía un tanto asombrado mientras hacia un gesto de dolor.
-¿Donde estoy? ¡Espera! -se levanto de golpe -¡Me llevaras con ellos! -miro molesto -Sabia que no debía confiar en ti -replicó.
El joven veía algo asustado al mayor, simplemente se alejo, pudo notar como aquel hombre se disponía a salir por medio de la ventana, aunque se detuvo, miro hacia el joven quien seguía ahí de pie.
-¿Que? ¿No llamarás a alguien mas? -pregunto dudoso.
-¿Por que? ¿Acaso eres un fugitivo? -pregunto.
Milo se adentro nuevamente, se aproximó al joven, tan cerca como pudo, pudiendo sentir la respiración del menor, juraría que el menor usaba un perfume de vainilla y canela, cosa que lo hizo acercarse aun más.
El joven se sentía nervioso, aquella a cercanía era demasiado... Simplemente quedó quieto, sin moverse en absoluto.
-Camus... -hablo.
-¿Eh? -pregunto confuso ladeando la cabeza.
-Mi nombre es Camus, ¿cual es el tuyo? -pregunto.
-Me dicen Proyecto A, pero mi verdadero nombre es Milo -sonrió.
-¿Peoyecto A? -preguntó confuso.
-Si, bueno... Yo salí de un laboratorios a las afueras de esta ciudad, me tenia ahí por motivos diferentes y... -le ruge el estómago. - ¡uug! Tengo hambre... -quejo.
-Bueno, primero prepararé algo para ti, ?Que es lo que te gusta...? -preguntó.
-Mmm... No lo se, solamente quiero comer -dijo.
Camus miro al mayor, parecía ser un completo infantil, el galo simplemente se dirigió a la cocina, quien fue seguido por el heleno quien al mirar todo quedo asombrado.
-¡Wow! ¡Yo nunca habia entrado a una cocina! -dijo sorprendido.
-Bueno... -no dijo nada.
-Esto es nuevo para mi... Son muchas cosas diferentes -dijo con asombro.
Camus miraba de reojo al griego, aquel joven todo lo veía de una manera sorprendente, tal parecía que aquellas palabras eran ciertas, no había creído mucho pensó que simplemente sería un loco, pero ahora lo veía estaba mas que concreto.
Después de la cena y ambos siguieran con una conversación extraña, llego el momento de dormir, el heleno miro como el peliagua llegaba una almohada y sabana y las dejaba en el sofá.
-Bien dormidas en el sofá, mañana buscaremos a alguien que te ayude... -dijo Camus.
-y ¿Porque no puedo dormir en la cama? -pregunto.
-La cama solamente es para mi, se ve... -interrumpido.
-Entonces la compartiremos -dijo.
-¿Que? -pregunto con sorpresa.
-Compartiremos cama, ¿Eso es malo? -preguntó.
-Si, no, no podemos hacer eso, estaría mal -dijo.
-Pero... Solamente somos tu y yo, ¿acaso hay alguien mas? -pregunto.
-No, nadie mas, solamente quiero que duermas aquí... -ordeno.
-Esta bien -bufo, se sentó y cruzó sus brazos con sus mejillas infladas.
Camus miro concierto temor, aunque al alejarse hacia su habita y cerro la puerta con seguro, quería seguir vivo y no sabia si pasaría con aquel sujeto, no tenía miedo ¿o si? Eso no podía entender, habia curado a ese joven y temía por su seguridad.
Dio un suspiro se metió a la cama y se dedico a dormir.
* * *
Milo se encontraba ahí, mirando como aquel francés se habia metido, se próximo a la ventana, nuevamente mirando aquel enorme cielo nocturnos, sus miles de estrellas brillaban de manera espectacular.
Aun se sentía algo fatal por a ver asesinado a Kardia, Kardia era como su padre, siempre estuvo con el desde que lo recordaba, ahora estaba solo, simplemente se recargo en la ventana siguiendo mirando pensando en como seria su vida de ahora en adelante, porque el sabia que lo buscarían eso era lo mas seguro.
* * *
Degel se encontraba en el escritorio, estaba nervioso, preocupado, estresado en pocas palabras, no podía creer lo que habían pasado, solamente tenia que encontrarlo darle fin a todo...
Comenzó viendo los documentos que hacia cada vez que veían al "paciente" se detuvo en uno de los expedientes, habia captado algo extraño en ellos.
-Ya presentaba cambios... -susurro.
Siguió viendo los papeles, viendo que en algunos estaban tachados, tal parece que Kardia ocultaba pequeños detalles.
-Hay Kardia, te lo advertí... -dijo consuma tristeza. -Te advertí que no te en-cariñaras con él -dijo mientras miraba la foto de su compañero.
Degel se puso de pie, tenía que buscar a aquel experimento, no podía dejarlo ahí, podría ser un peligro para la sociedad y cosas así.
* * *
La mañana habia llegado...
Camus habia salido de la habitación ya arreglado, miro al sujeto recostado sobre el sofá, estaba dormido, prácticamente pensaba en que sería bueno que buscara un empleo si no llegaba a irse, medito un poco pensando que seria una buena opción.
Milo siguió durmiendo hasta que el primer ruidito de un movimiento en la cocina lo despertó.
Se puso de pie de la manera rápida.
Ingreso de manera rápida, lanzándose en contra de aquel "sujeto" quien realmente era Camus. Camus habia quedado bajo de el, se sentía algo sorprendido, a dolorido debido al impacto, Milo miro aquello y sonrió para abrazarlo. Era muy extraño, Camus sentía el cuerpo de Milo sobre el tan cerca... Un rubor apareció cuando miro la escena, parecieran que ambos estuvieran listos para comenzar con una relación sexual o algo así.
-Mi... Milo... Quitate.... -hablo de manera nerviosa aunque calmada.
-¿eh? ¿Porque? ¿No te gusta que te abracen? -las preguntas lo invadieron, Milo solamente de habían separado unos centímetros quedando frente al rostro del francés.
-Por favor... -volvió a hablar de manera tranquila.
Como si fuera una orden accedió, se hizo a un lado y ayudo a Camus a ponerse de pie, el galo limpio su ropa y se dedico a preparar el desayuno, Milo lo veía atento, veía la larga melena lacia sujetada en una coleta alta, su camisa color café claro y unos pantalones de vestir negro, zapatos negros limpios, era realmente bien, a pesar de darle la espalda.
Milo no entendía aquello, pero lo que sabia es de que pasaría con Camus todo el día.
-Bien esto es tuyo, toma asiento -dijo Camus dejando el plato de alimento sobre la mesa.
-Camus... Iré contigo ¿verdad? -pregunto.
-No, es un trabajo, no puedo, a penas que trabajes ahí mismo -dijo.
-¿Puedo trabajar? -pregunto con entusiasmo.
-No creo que yo te de el trabajo Milo -respondió.
-Ou... -dijo triste.
Camus noto eso, dio un suspiro y miro a Milo.
-Tal vez hablando con mi jefe te de el permiso Milo -dijo sonriendo.
-¿En serio? ¿Que pudiera hacer? -pregunto.
-Bueno dime ¿que sabes hacer? -pregunto.
Milo quedo pensativo, miro al fondo de la cocina una escoba, la tomó y comenzó a barrer, cosa que Camus noto.
-Te recomiendo lavar los platos, es una cafetería donde yo trabajo -dijo el galo.
-¡oh! Si -afirmo gustoso.
Camus miraba el enorme entusiasmo del heleno, miraba la enorme habilidad del joven, simplemente quedo sorprendido, podía notar su concentración, noto sus rasgos faciales tranquilos, ojos zafiros dirigidos hacia las labores, Camus que estaba a su lado quedó un tanto hipnotizado por el alto, el flequillo del heleno cubría un poco los ojos pero eran visibles.
Camus simplemente se sonrojo cambio su vista hacia las labores pudiendo notar las manos largas del joven, sus pensamiento llegaron una serie posibles imágenes, siendo sujetado por aquel heleno, mientras las manos del heleno acariciaban su cuerpo, un sonrojo apareció en su rostro, pero fue sacado de aquellos pensamientos pervertidos al escuchar la voz de Milo.
-Ya ¿como lo hice Camus? -preguntó el griego.
-Yo... Etto... Bien, muy bien... -dijo apenado, recordó sus pensamientos -bien tengo que irme... -dijo dirigiéndose a tomar su mochila.
-Camus quiero ir... Quiero trabajar junto contigo -dijo mientras lo seguía.
Camus lo miro, dio un suspiro, simplemente quedo en silencio.
-Esta bien, pero debemos hablar con el jefe, no puedes ir así nada mas -dijo.
Ambos caminaban por la calle, pronto llegarían hacia el trabajo del galo y pronto del heleno, el griego iba emocionado, mientras que Camus iba caminando tranquilo, Milo veía todo, los altos edificios, los estantes de tiendas, todo.
Hasta que llegaron a la cafetería, ahí estaba un hombre de cabellera negra, acomodaba con suma tranquilidad no serie de pastelillos en los estantes.
-Señor Shura... -habló Camus.
-Hola Camus, ¿estas listo? -pregunto, Camus afirmo.
-Pero antes me gustaría que si le da algo de trabajo a él -señalo a Milo.
-Mmm... ¿Que sabe hacer? -preguntó.
-¡Lavaplatos! Y ¡escoba! -exclamo Milo.
-mmm... Me gusta su entusiasmo... Me parece bien, estará en la cocina, pero no tienes unos papeles ¿que me digan tu nombre o algo? -preguntó.
Camus se puso nervioso habia olvidado aquello, Milo noto aquello y con seriedad hablo.
-Tuve un accidente ya hace unos meses, perdí todo mi archivo, pensé que trabajando y consiguiendo dinero podría sacar mis documentos, el gobierno cobra por papeleo y pensé que aquí podrían aunque sea unos días para sacar dinero -dijo seriamente.
Shura miro la tremenda seriedad, simplemente accedió, era un joven con necesitado y eso lo entendía.
-Bien, comenzarás primero a lavar los platos y las cosas que se ensucian en la cocina -Dijo, Mioo afirmo -Camues es momento de abrir -dijo.
-Pero que hay de Surt, sabe bien que debemos ser dos meseros y el ni siquiera aparece -hablo.
-Te entiendo, esta vez le pondré un alto al chico pero por el momento hay que hacer esto -dijo.
Camus afirmo, Shura llevo a Milo a la cocina mostrándole el lugar, Mioo se veis emocionado, nuca habia visto algo así, nunca habia tenido la oportunidad de convivir con mas persona solamente con Kardia y Degel.
El establecimiento habia sido un día rápido, puesto Camus seguido de Surt quien habia llegado tarde, habían conllevado aquel lugar, sin contar la ayuda de Shura en la parte de la caja, también de encontraba Kanon, un hombre de cabellera larga color azul claro, ojos verde y piel clara.
-Entonces fue así como llegue aquí -finalizo Kanon aquella historia.
-¡OH! Entonces todo mundo puede salir y entrar de paises... quiero intentarlo -dijo en respuesta.
-Bueno hay veces que si, pero no siempre es buena idea, ya que el gobierno se encuentra en las salidas o entradas y es mejor que vayas y no salgas por tiempos o cosas asi... -dijo.
-Entiendo... Oyes ¿entonces cuando vamos a salir? -Pregunto.
-Fal... -interurmpido.
-Perdonen si interrumpo, pero Kanon deberias preparar la comida de la mesa 7 -dijo Camus quien entro, el peliagua se dirigio a tomar un vaso de agua, cosa que Milo se acerco a el.
-Camu, cuando nos iremos... -dijo.
-No te preocupes Milo ya nos iremos pronto -dijo tranquilo.
Con aquellas palabras Camus salio de la cocina, Kanos se puso a preparar la comida mientras Milo volvia a lava platos, aunque no tardo mucho cuando pudo notar a un pelirrojo quien ingresaba, tenia una sonrisa, mientras que Kanon noto aquello.
-Vaya, alguien consiguio propina... -dijo el mayor.
-No, he podido conseguir una especie de cita con Camus... sera dentro de dos dias, vendre por el -dijo con una sonrisa.
-O sea que has pedido permiso y sacaras a Camus de aqui a una cena romantica -dijo Kanon.
-Asi es, a pasado mucho desde que salimos -dijo
-Lo malo es de que no sueles ser muy responsable como el ... -dijo.
Surt parecia contento aunque Milo estaba confuso, aquella palabra conocida como cita lo habia dejado mas que pensativo, no habia podido hablar con Kanon, y una vez que salieron Milo iba detras de Camus y Surt, aquellos dos iban platicando de una manera muy tranquilos, el heleno simplemente veian aquello. No sabia si estaba molesto o era simplemente por confusion
* * *
Hola...
Como estan?
hay nuevo capitulo, perdonen la demora, pero pienso que de ahora en adelante habra mas estare de vacaciones por una semana eso me dara algo de tiempo para escribir un poco en esta pagina, ya que a veces piensan que no escribire pero si estoy escribiendo poco a poco, pero ya estoy de vuelta aunque seaun rato.
gracias por leer.
las dudas las respndo gustosa.
gracias.
atte:
Lakssy-Chan
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