SIN LLAVE- Hic Íncipit (El comienzo)
⚠️HISTORIA CON VIOLENCIA, ASESINATOS, VOCABULARIO MAL SONANTE Y ACTOS QUE PUEDEN SER SENSIBLES PARA OTRAS PERSONAS⚠️
LEER CON PRECAUCIÓN 🔞🔞🔞
RECORDAR QUE ESTO ES FICCIÓN.
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Abrí la ventana y me coloqué en el alféizar de la misma. La lluvia mojó mi rostro, mis pies descalzos. Respiré hondo, la luna llena que brilla muy alta se deja ver preciosa. No lo pensé más...
—Esto no es real. —Me dije, me lancé al vacío en una inmensa oscuridad, haciéndome libre de la angustia que solo crecía en mi pecho.
《Me desperté sobresaltada y sudando, respiré más tranquila solo era una pesadilla y yo sola conseguí salir de ella. Siempre me funciona la misma hazaña, subir hasta el ultimo piso de un edificio y dejarme caer. O en este caso, abrir la ventana de la habitación, para precipitarme por ella. Pude notar como mi pulso se iba normalizando, quedando más tranquila.
Me levanté de la cama en dirección a la cocina, necesité una taza de cacao caliente para tranquilizar mi pulso. Mientras esperé a que el microondas terminase, la lluvia golpeaba con fuerza el cristal y el silencio de la casa hacia que las gotas llegarán a ser muy relaja tes. Pero la paz desapareció rápido, empecé a escuchar un ruido leve en el salón, apenas imperceptible. Me doy cuenta de que alguien me observa desde el otro lado de la cocina, me quedo quieta observando la lluvia, haciendo creer a la sombra que no me percaté de su presencia. ¿Cómo es posible?, mis padres no se encuentran en casa y mi hermano Antonio había salido de fiesta, ¿habrá vuelto antes? Sonó el timbre del microondas, saqué la taza y di pequeños sorbos. Disimule, yo me quede mirando la ventana un poco más, el reflejo de un rayo me sobresalto un poco, pero tampoco me moví. Quien fuese no se movía, solo escuché su respiración que se hacia cada vez más fuerte, ¿Estaba nervioso ese ser? Ya que continuaba inmóvil, llegue a pensar que era todo producto de mi imaginación y que realmente no había nadie ahí. Me centre de nuevo en la taza, al levantar la mirada un reflejo en la ventana me hiela la sangre. No podía ser así, creí ver un rostro en ella que me mira fijamente. El miedo puede más que mi raciocinio y continúo paralizada, mi boca no articula ningún sonido y cuando me vuelvo a centrar ya no esta. No es que desapareciese por completo, simplemente dejo paso al reflejo de un cuerpo grande y corpulento. Trague saliva, intente ser astuta y disimular de nuevo yendo en dirección contraría. No digo nada, deslicé mi mano por la encimera quise alcanzar el imán de los cuchillos. Es más hábil y rápido, bloquea mis movimientos. Acercándose un poco más a mí. Solo un grito ahogado sale de mi boca «Que no sirve de nada, ya que estamos solos en casa». Coloca un paño sobre mi rostro, después noto como voy perdiendo el sentido y todo pasa de borroso a una total oscuridad. Me despejé un poco, estaba sobre el sofá con mis muñecas sujetas, no termine de perder la consciencia. «Tenía que salir de ahí y pedir ayuda», era en lo único que pude pensar. Intenté ponerme en pie, pero acaba boca abajo en el suelo.
No quería rendirme y mi siguiente opción era arrastrarme como una serpiente para llegar hasta el teléfono o la puerta de la calle. Pero es imposible, pareciera que me estaba leyendo la mente, se coloca sobre mí para inmovilizar mi cuerpo después cubre mi rostro con un paño para apretarlo sobre mi rostro. Ese seria mi Hic íncipit, a partir de ahí, todo fue mucho peor.》
El primer día que lo vi mis ojos estaban perplejos, era algo demasiado fuerte e impresionante que me iba a costar mucho asimilar. Todo ese sentimiento era la impresión que me daba tenerlo frente a mí. Antes el frío recorría mi cuerpo, después continuo una corriente eléctrica pegando latigazos en mi columna vertebral. Seguí sumando sensaciones «desde el bombeo de mi corazón queriendo salir corriendo, hasta el doloroso quemazón en mi pecho por la falta de aire». Mi mente era incapaz de creer a mis ojos, dentro de mi cabeza peleaban por tener la razón. Jamás pensé ni siquiera que me pasara algo como esto, ni siquiera que esta persona fuera capaz de causarme tanta angustia. El instante en el que destapo su rostro y se dejo ver ante mí por primera vez después de llevarme esa noche fue un shock para mí.
No se mueve sigue mirándome de frente y no formula palabra alguna, «¿qué querrá de mí?» Era en lo único que pude pensar. Se comenzó a mover, cada vez más y más cerca, va dibujando una sonrisa en su cara, siento que se burla de mí y como consiguió capturarme. Es tan frío el sitio, el momento... ¿Tal vez haya dejado de sentir el miedo que sentía? ¿o es mayor que el de antes?, no lo sé, estoy demasiado confusa. La acumulación de distintos sentimientos hacen que mi mente colapse.
Y como al principio de este primer contacto, espero con ansia el momento en el que me despierto y esto solo sea otra mierda de pesadilla en la cual me tiro hacia la nada y me despierto. Pero sigo sin encontrar la salida para poder saltar al vacío, cada vez veo más cerca otro tipo de fin. En el cuál el final es el mismo, mi muerte. La única diferencia es que está vez sería real.
No sé cuánto tiempo lleve ahí quieto de frente a una mesa, ni siquiera sé que está haciendo y mi vista no llegaba más allá de una pequeña distancia a causa de todo el proceso que estaba pasando. Estaba tan entumecida que mi miedo se disipo, me daba la impresión en ese momento de que lo conocía. Y de que no me haría daño, pero eso solo fue una primera impresión que se esfumo rápidamente.
Le mire a los ojos, «no estaba segura de que manera me veían ellos». Sentí de nuevo esa aterradora sensación y de mis ojos comenzaron a brotar unas lágrimas. Cada vez más llorosos y con mucho ardor en mi garganta que sabe amargo, no puedo aguantar y arrancó con un llanto. El no me habla, continúa haciendo sus cosas y retira su mirada. La ansiedad vuelve apoderarse de mi pecho, fruto de toda la tensión que iba acumulando en las horas que llevaba encerrada con este trozo de mierda. ¿Sabes? Yo pensé que esta persona me quería, o eso quise creer yo. Ya que la cercanía que compartíamos casi nos hacía familia y era enfermiza toda la situación que se iba a comenzar a vivir a partir de ahora. Fue el quien decidió retenerme, me amordazó y me mantuvo encerrada en un asqueroso zulo lleno de humedades. Su mirada es su peor arma, es como si un cuchillo atravesara mi corazón desgarrándolo por completo. Se acerca a mí, lo veo a cámara lenta, sus manos se acercan a mi boca, agarra de la parte de atrás del pañuelo y afloja. Mi boca vuelve a estar libre, pero también muy dolorida y me cuesta gesticular cualquier palabra que intento.
—¿Por qué?— Vuelve el dolor, sigo con frío en el cuerpo, esta vez estoy segura de que no es por el miedo. Necesito respuestas y el sigue sin hablar, pero tampoco quita la mirada. No se nota ningún arrepentimiento alguno en él. Empiezo a notar que jamás ha sido él.
—¡QUE ME CONTESTES JODER!— Le grito muy enfadada ante su negativa de no decirme nada, el frunce el ceño y yo trago saliva. Y continúo igual, sin respuesta. Sin pensar en lo que voy hacer, escupo hacía su cara.
—Me das asco.—Él, se paso la mano por la cara para limpiarse. Se dio la vuelta, y fue en dirección a un armario empotrado en la pared. Abre una puerta «esta suena demasiado», no logro ver lo que hay dentro. El es demasiado grande y tapa por completo mi campo de visión. Mi mente ya no sabe que sentir, miedo, ira, todos los sentimientos se multiplicaron y antes de que se acercara comencé a forcejear.
—Ernesto, por favor, ¡suéltame!—Ni siquiera se giro para mirarme, siguió rebuscando en el armario. Por fin se dio la vuelta. Se acerco a mí, con lo que parecía un bisturí.
—Empecemos jugando con esa bonita cara.— Dijo mientras su sonrisa pasa hacía la comisura del labio derecha. Eso me atormento tanto que quise arrancar mis ataduras, estas me hacían daño por la fricción, pero no quise quedarme allí. Apoyó el bisturí sobre mi mejilla y presionó un poco, yo me estaba moviendo demasiado y el corte fue más grande. Fue el quien me tapo la herida, me vendo de nuevo los ojos, me tapo la boca con un trozo de cinta y me saco de esa cámara de torturas. Mi mejor amigo de la infancia me lanzó como un saco contra algo blando, y después escuche como una puerta se cerraba con un fuerte golpe. Después te escuche a ti.
Sí te gusto el capítulo, al igual que la historia dale me gusta. Eso ayuda mucho.
¡Gracias!
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