Puerta abierta: Las habitaciones de la mente 2
Cuando me despierto por la mañana Erika no está en su habitación, no le doy importancia. Puede haber ido al laboratorio, o hacer una simple compra. Me preparo y voy directa a la comisaría, en la puerta me espera la inspectora. La cual me invita a subirme a su coche y juntas cogemos la carretera nacional a lo que yo ya me imagino, el zulo. Aunque no es un viaje extremadamente largo, si se hace pesado. Los silencios incómodos y la actitud tan seria de la policía no me inspiran ninguna confianza.
-¿Vamos solas? -Le pregunto ante la duda de no haberle visto en todo lo que llevamos de día.
-Si, más tarde se unirá a nosotras. No te preocupes. -La inspectora estaba tensa y apenas contestaba a lo que le pregunté. Subo el volumen de la radio, pero tampoco hablan de nada interesante. Por el rabillo del ojo me fijo que no quita la vista de la carretera, pero tampoco para de fijarse en un punto claro dentro del coche. El espejo, en él se refleja su maletín o quiero creer yo que mira su maletín. Pero me doy cuenta de que a lo lejos un coche nos sigue, yo disimulo y hago con que no lo he visto. Cuando me quiero dar cuenta ya llegamos al lugar. Compruebo los alrededores de forma rápida, todo se encontraba como lo dejaron el día del rescate. Las brasas no llegaron a salir, pero si se veía el rastro que hubo de sangre. En cambio, una vez decidimos pasar dentro el olor a calcinado impregnó mis fosas nasales, ella sacó un pañuelo de tela del bolsillo y se lo colocó en la boca y la nariz. No quedaba casi nada de lo que fue el lugar, era cierto que solo habíamos avanzado por el pasillo de entrada y algunas de las habitaciones, de las cuales solo quedaban las paredes.
Continuamos caminando entrando de una sala a otra, hasta llegar a otra puerta metálica de protección. La inspectora gira el pasillo y continúa hacia adelante, compruebo que no vuelve en mi dirección y buscó el hueco de la pared donde estaba escondida la llave de la cerradura. Durante unos segundos no la encuentro y la situación hace que me frustre, pero al final la alcancé. Con la punta de los dedos la golpeo hasta que puedo tirar de ello, después con mucho cuidado la introduzco en la cerradura esos si comprobando que la inspectora sigue lejos. Al pasar dentro puedo ver que la sala de vigilancia está intacta, gracias a la puerta las llamas no llegaron a ella. Enciendo el ordenador y las pantallas y buscó los viejos archivos para poder borrarlos. Al volver atrás veo videos de Ernesto, del verdadero y cómo un suero para la memoria con una dosis de realidad las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. En mi mente la Nereida del pasado se unía a la del presente para continuar con lo que tenían a medias. Sin olvidar nunca que siempre estuve aquí y que sabía quién era. Sin mi medicación la batalla estaba perdida para el resto, estaba de vuelta. Un ruido a mis espaldas hace volverme atrás.
-Siempre fuiste tú. - La inspectora estaba frente a mí, perpleja mirando a las pantallas y observando con detenimiento la sala.
-Siempre fui yo. -Sonreí de manera burlona.
-Tenías los medios, pero ¿Por qué hacer daño a tus amigos?
-¿Amigos? No me haga reír, nadie puede fiarse en esta vida ni de uno mismo. Eran mis juguetes. ¿Usted quiere jugar?
-Entrégate, colabora. Te reducirán la condena. -La inspectora es de la vieja escuela, no saca todavía el arma solo quiere dialogar. - Mientras la inspectora se acerca, yo me acercó más a la mesa, en ella hay bolígrafos y tijeras.
-Pero antes juegue conmigo, luego hablamos de entregarme. - Mi risa resuena en el lugar, y puedo ver como su mirada me transmite su miedo y eso me encanta. Mientras ella se intenta acercar a mí yo me alejo, pero en realidad me estoy acercando más a la mesa. Cuando puedo tocar el bote de materiales agarro un cúter que había al final de este.
-¿A qué quieres jugar? -El rostro de la inspectora está sobrio, ella intenta articular las palabras justas y controlar la situación. La noto confundida y yo siento que mi estabilidad emocional se rompió. Es como una sala con la puerta cerrada, con una diferencia... -"... La puerta ya está abierta". -Estoy segura de que ella no me entiende, pero por las dudas saca el arma y me apunta con ella.
-Nos engañaste a todo el mundo, ¿Dónde están los bebés de Alicia?
-Nunca fueron de Alicia. -Ella se acercó un poco más, yo guardé el arma en el bolsillo trasero de mi pantalón. -Déjame ver las grabaciones, explícame por qué para poder entenderte. - Sé que ella buscaba tiempo para que llegasen los refuerzos, o simplemente una confesión. Y yo no era por hacerle las cosas fáciles solo quería que alguien admirase mis obras y planes, no era estúpida y el laboratorio no saldría de mi boca.
-"El día que cursé mis estudios de laboratorio a la vez que los de danza, vi mi oportunidad de desarrollar mi tesis. Eran necesarios portadores humanos, más aún que estuviesen vivos. Ernesto era perfecto por su físico, además era inteligente y si le añadimos la mutación para los poderes era un buen ejemplar. Por desgracia todo fallo, y su temperamento y el mío hicieron que él se fuese. -Omito su muerte, porque si todo me iba bien el clon cargaría con las culpas restantes.
- Intentaría seguir conmigo y me acordé de una muestra de semen que guarde de él, una vez pase el proceso de mutación sin daños procedí a la inseminación, pero no hizo falta porque ese mismo día me entere de mi embarazo. Era de él, pero una pelea con él y mi ataque me mandaron al hospital con un aborto espontáneo."-Ella continúo apuntándome con la pistola, solo asintió. El 80% de la historia era así, sin contar que estaba omitiendo como Mario le asesinó y se deshicieron del cuerpo. Yo continúo de parecer prácticamente inocente, pero la cara de la inspectora me dice que es más lista de lo que creo. Ella toca directamente el teclado de los monitores y vuelve la cinta al principio, luego comienza adelantarla hasta que se ve en escena a Erika y Mario arrastrando a Alicia. Ella se giró hacía a mí y con más decisión apuntó con el arma.
-¿Y ellos? ¿Qué hacían? -Muy nerviosa señalaba con la cabeza hacia la pantalla, yo de nuevo hice una pequeña mueca. -Fácil, ellos tenían problemas económicos en su familia y yo dinero para ayudarles. -Entonces comienzo a recordar.
- Pero el gilipollas de Mario se enamoró de Alicia. -Golpeó con frustración la mesa. -Así que tuve que usarle como otro experimento más.
-¿¡NO PODÍAS USAR PUTAS RATAS!? -¿De qué me sirve una rata con fuerza? O ¿Con telekinesis? -Entonces alcé la mano y me hice con su arma. Ella se sorprendió, enseguida alzo las manos en el aire rindiéndose. Acto seguido golpeo mi nariz con su codo, fue rápida y no la vi venir. El arma se me cae y cuando intento alcanzarla ella la patea. Está se mete debajo de la mesa de los monitores, cuando intento agacharme ella me detiene y estampa mi cabeza contra el borde de la mesa. Al intentar incorporarme estaba dolorida y confundida, la cabeza me daba vueltas, pero todavía era consciente de que portaba un arma en mi pantalón.
-Eres dura. -Dice la inspectora, la nariz comienza a gotear sangre, limpié un poco con la camiseta y aproveché para acercar mis manos a la parte trasera. Ambas nos miramos y la inspectora alzó sus manos para que viese que no tenía ningún arma. 《Gran error...》. Saco las esposas y se fue acercando poco a poco de nuevo, cuando estaba lo suficientemente cerca agarre el cúter y deslice la hoja. No esperé ni un segundo más, agarre su nuca para asegurarme bien y hundí él la hoja del cúter en su garganta, después la deslice hacia abajo ejerciendo la presión justa. La sangre salpicó mi rostro y yo limpié esas gotas con mis dedos y después llevándomelos a la boca los probé. Al soltar su cuello el cuerpo de la inspectora cayó al suelo y de manera pulsante la sangre salió de su arteria carótida. Ella agarró su garganta y balbuceo palabras irracionales, su mirada no se alejaba de mí y yo no le quitaba la vista tampoco.
-¡ALTO POLICÍA! -Al darme la vuelta el inspector domingo me apuntaba con la pistola. Yo me giré y me abalancé sobre el cuerpo sé la inspectora para sacarle el cúter de la garganta, pude sentir su último aliento y finalmente se agotó. Tardé demasiado pues al internar levantarme oigo dos disparos, de forma seguida noto como estos impactan sobre mi espalda, más estamento en mi columna vertebral. Una sensación de ador me sube de forma inmediata, pero comenzó aparecer por la parte superior de la espalda desde la herida, intenté levantarme y fue inútil. Desde la posición en la que estoy vi el arma de la inspectora e intenté arrastrarme para alcanzarla, cuando comencé arrastrarme para cogerla él apuntó de nuevo y la bala atravesó mi antebrazo. Todo El ardor comenzó a ser más intenso, un dolor insoportable que no me permitía pensar en nada más que eso. Llevé la mano a la zona baja de mi espalda y noté la humedad en esta, al verlo con mis ojos el color carmesí que cubrió la palma de mis manos. Comencé a verla un poco más borrosa, el frío erizaba mi cuerpo y la cabeza me daba vueltas, mi respiración se agitaba y comenzaba a sentirme bastante nerviosa. No creía poder salir con vida del lugar, cuando hice mi último esfuerzo me desplomé sobre el frío suelo del laboratorio sin poder articular palabra alguna. Me giro hacía el cadáver de la inspectora que yace inerte a mi lado, mientras el inspector escucho como está pudiendo refuerzos y ambulancias. Puedo sentir el sabor a hierro de la sangre en mi boca y por última vez miró mis manos intentando alcanzar la nada.es acompañado por cierto mareo. Me estaba apuntando con su arma. Regreso ante el cadáver de la inspectora,saco el bisturí de su garganta y antes de poder hacer nada.
🧪🧫💊💉🧬🧪🧫💊💉🧬🧪🧫💊💉🧬
Hasta aquí la historia de Nereida, Alicia, Mario y Erika en esta primera parte.
Si os a ha gustado no os olvidéis de comentar y dar una ⭐. 😉✌🏼
Estos días comenzaré con "Anclados en Bucle" y "In mente interfectorem" comenzaré a corregirla, yo se que las historias no son perfectas pero juntos podemos hacerlas más entretenidas y diferentes.
Yo espero que disfrutéis con mis historias y que continuáis con la lectura.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro