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°Hipnosis°

La mañana en el hospital se hace larga y muy aburrida. No me permiten ver a Nereida, que aunque no la conozco algo me hace ir hasta ella. Creen que debo de esperar un poco y prefieren que vea a la psicóloga, esta me da unas pautas para desbloquear mis recuerdos y lo vivido en el búnker.

-No te agobies Alicia, tú solo respira y deja la mente en blanco. Escucha el minutero y déjate llevar por el ritmo. -Antes de poder conseguir nada llaman a la puerta. La doctora les deja pasar y yo espero en silencio.

-Hola, señorita Morales, somos los investigadores del caso veníamos a ver si podríamos hablar con usted. -Dijeron mientras enseñaban sus placas. No me hizo falta contestar, la doctora se adelantó.

-La paciente sigue en un proceso de bloqueo por el shock y todas las vivencias traumáticas ocurridas. -Los policías escuchaban atenta a la doctora. Estoy intentando técnicas para agilizar el proceso, otra opción sería la hipnosis. Pero ella tiene que estar de acuerdo.

-La verdad que estar con la mente en blanco era horrible y estaba deseando poder recordar lo que me pasó. Solo asentí y esperé que respondieran ellos.

-Pues si ella está de acuerdo, empecemos. -Uno de ellos la corta antes de poder continuar.

-Necesitaríamos documentar esto. ¿Les importa? -Yo niego con la cabeza, afirmando así que estoy de acuerdo.

-Bien Alicia, como en la técnica anterior vas a cerrar los ojos, dejar la mente en blanco, concentrarte en mi voz. Pon atención en el sonido del minutero. -Sigo las pautas como me lo dice la doctora, antes de cerrar los ojos veo como uno de los inspectores empieza a grabar la sesión. Yo pongo mi mente en blanco y me voy relajando cada vez más, pronto paso de estar en la camilla de la consulta a un lugar más frío y oscuro.

-"Me despierto en total oscuridad, alzo mis brazos y, ya que no veo donde estoy deseo alcanzar y palpar las distancias de los objetos que me rodean. Compruebo que no hay mucho espacio, el lugar es muy reducido. ¿Me encuentro en una caja? Agudizó un poco más los sentidos, al tacto es una pared astillas y el olor me dice que es madera. De pensarlo comienzo agobiarme, no me gustan los espacios cerrados. La atiendan hace que mi pecho duela y que comience a sudar. -¡AYUDA! - Grito de manera desesperada. Mi cabeza empieza a dar vueltas y parece que pierdo estabilidad chocando con las paredes de la caja. De manera fría pienso en calmarme, y respirar despacio para no entrar en pánico que no es que me faltara mucho para ello...-pensé. Me doy cuenta de que estoy de pies y que debo de ser transportada algún lugar. Siguen regulando mi respiración, y divagando en mi cabeza. ¿Será la falta de oxígeno? Cuando te encuentras en una situación de estrés en la que no sabes cómo será tu punto y final, no tienes idea como tu mente puede reaccionar y yo sigo asombrada con la mía. Sentía que me encontraba de forma vertical y de una manera muy leve la caja sé movía. Tenía el espacio justo, para sentarme abajo, pero no mucho para ejercer la suficiente presión y romper esa caja con mis piernas. Me sentía tan cansada de intentarlo, que paré durante unos instantes y esperé a recuperarme. Al parar el calor del ejercicio que había producido, cesó y el frío comenzó hacerse notar. Fuera de la caja, comencé a escuchar unos ruidos y respiraciones. A lo lejos y muy vagamente algún grito se dejaba oír también. De repente, la caja sé echó hacia atrás y después hacia delante. -Baches-Dije para mí. Intenté comunicarme con quien quiera que me llevase, pero no contestó ninguna de mis preguntas. Intentos inútiles. Después de eso la caja pareció estabilizarse y chocar con el lugar donde estuviese sujeta. La caja dio un crujido leve por el golpe, pero no llegó a romperse. Y ese debió ser el comienzo. -Después escuché un clic y una palabra en eco fue lo último que sentí.

-"Somnum". - Sumida en mis recuerdos paso por una puerta diminuta, que me lleva a una oscuridad inmensa. De allí esa voz me llama de nuevo. -"Expergiscimini"-Abrí los ojos muy despacio, adaptando mi vista a la escasa luz que entraba por la ventana. Vi como el inspector más joven apagaba la grabación."

-Yo creo que por hoy está más que bien el avance.

-¿Logré recordar algo doctora?

- La verdad que sí. Tu secuestro, o parte de él.

-¿Cuándo será la próxima sesión?

-Pues no quiero sobrecargarla y que el bloqueo se aferre a su cabeza. Así que lo mejor es una vez a la semana, si no acabará agotada. - Dijo la Doctora. Los inspectores asistieron.

-Pues le llamaremos para el próximo día. Le dejaremos descansar, pero debo decirle que este proceso será muy largo. -Se despidieron, después de la sesión yo fui directamente a mi habitación a descansar.

Ya que esto no hizo más que empezar. Un sonido en la puerta me despierta, es el doctor Martínez.

-Alicia como bien sabrás se te hicieron cinco analíticas de sangre, creyendo que había error. Pero los análisis son correctos. No sé que demonios te hicieron todo este tiempo, pero cambiaron tu ADN. Hemos encontrado resto de mutación, puedes sanar con demasiada facilidad. -Mi madre y yo nos quedamos con la boca abierta.

-¿Qué quiere decir? -Dijimos mi madre y yo a la vez.

-Pues que si ahora te corto con este bisturí, sanas antes de que termine de cortarte. -No le creo, así que le ofrezco el brazo. Sin articular palabra le insisto. Pero él duda.

-Adelante, no seas tímido. -Le sigo insistiendo. Él agarra mi muñeca y pasa muy superficialmente el bisturí y tal como él dice antes de retirarla ya no tengo nada, solo la escasa sangre que corrobora que si me corto. Mi madre no era capaz de articular palabra alguna.

-Hay algo más...-Dice el médico con tono de preocupación. -En todas las analíticas diste positivo en gonadotropina coriónica. -¿Eso qué es? -Le pregunté. -La GCH es la hormona que nos avisa de un embarazo. -De nuevo quede bloqueada, sin saber qué decir ante esa respuesta. Necesitamos realizarte pruebas y que te vean bien. -Asiento y el médico se va, yo miro a mi madre y ella me abraza y juntas lloramos.

***

Los días comienzan a pasar de manera lenta, sin poder regresar todavía a casa. Los estudios que me hacen es para ver si fue una violación o de otra manera, de que tiempo estoy y si el feto se encuentra en buenas condiciones. Tampoco me cuentan muchos avances más, para ellos ahora soy su conejillo de indias. También hace días que Nereida despertó, pero no habla nada. Siguen sin permitirme acercarme para poder verla. De momento la policía lo único que tiene soy yo. Pero de sobra sabemos que soy el 20% de lo que todo esto abarca. Allí por lo que escuche salimos cuatro personas vivas, no quiero pensar en cuantos muertos dejamos atrás. Ese planteamiento no me agrada. Tras varios días siendo expuesta a varias pruebas por fin me llevan a casa con la condición de seguir mis pruebas y visitar a la psicóloga. Así que recojo todas mis cosas y me visto. Antes de irme, paso a hurtadillas por la habitación de Nereida que ya salió de la UVI. Está sentada en su cama, ya no tiene tantos aparatos como antes. Levanta su mirada y al verme se levanta, su mirada es fría y cuando se va acercando a la puerta la cierra. Después corre las cortinas y me deja allí de pie pensando porque ella no quiere verme. Vuelvo a la habitación, agarro todo y me dirijo con mi madre al aparcamiento. Al llegar a casa, dejo mis cosas y me ducho, me acuesto directamente, necesito descansar. Mi madre pasa darme las buenas noches y el recordatorio de que mañana por la mañana vendrían la psicóloga y los inspectores. Después se va y yo caigo rendida en la cama. El despertador suena, le sigue el timbre de abajo. Debe de ser la doctora, le gusta madrugar. Cojo lo primero que pillo en el armario y me dirijo al baño.

-Buenos días. -Saludo al entrar a la cocina. Efectivamente la doctora y la policía habían llegado ya.

-Buenos días. - Contestan los cuatro a la vez. Esta vez el inspector Rodríguez venía con una compañera. -Hola, Nereida soy la teniente Aguilar experta en este tipo de casos. Vengo a ver tus sesiones junto con el inspector Castro. -Yo solo asiento. Me serví un poco de zumo y enseguida comenzaron las preguntas.

-¿Qué tal si me dejan acabar mi desayuno? -Contesto de forma muy brusca.

-Cuando acabe podemos sentarnos y continuar. -Ellos no hablan, ni siquiera mi madre contesta. Una vez que todos hemos acabado nos dirigimos al salón. Me siento de frente a ellos, ya preparada espero a que la doctora acomode todo.

Mi madre toca mi hombro y se queda atrás de espectadora. Suena el clic de la cámara y escucho el minutero, me voy relajando y la voz de la doctora me va marcando el camino pronto quedo en esa oscuridad. Paso por una puerta y de nuevo estoy en esa caja.

-"Ya abierta la caja, me di cuenta de que no había luz fuera de ella tampoco, me comenzaron a empujar con una especie de palo y a ordenarme que avanzara. Recorrimos un pasillo largo y mohoso, la luz era muy escasa. Era muy complicado andar sin chocarte con nada, era muy difícil ver por donde caminaba. Al llegar ante una puerta metálica, me obligó a detenerme. Inmovilizó mi cuerpo contra una de las paredes y pude escuchar como muy cerca una puerta sonaba. Me empujó dentro de ella y allí me retuvo unos días, hasta que me sacó la primera vez. Mi voz se quiebra y no soy capaz de articular ningún sonido, la garganta me duele junto con el resto del cuerpo. Una pequeña lágrima sale de mis ojos. Intento mantenerme fuerte, pero esto es demasiado para mí. En ese cuchitril me rehusó a morir, busco por el lugar algo que me pueda ayudar. El sitio era frío, olía mal y no tenía ventilación. Era estrecho y minúsculo, mis amigas eran las ratas que escuchaba a veces. Había una manta vieja y un colchón roto y putrefacto. Me seco las lágrimas y limpio mi nariz, ya creía haber llorado suficiente y aun así no sería la última vez. El primer día que me tuve que enfrentar a él, sin duda fue el peor. Pero contando desde que le vi la cara. Logré huir, fue mi primer intento. Me atrapó en la arboleda, me sacó de un pozo en el que creí morir. Me volvió a llevar de vuelta al búnker y allí me dejó lavarme. -Respiré de manera agitada y las pequeñas lágrimas se convirtieron en sollozos. Era extraño como sentía una unión a ese tipo, y estaba tan frustrada de no recordar su cara. Las veía completamente borrosa." La oscuridad me tenía rodeada de nuevo y comencé a chillar, notaba manos queriendo agarrarme y yo intentaba quitármela de encima. De pronto cuando abrí los ojos, vi que me encontraba en el salón de mi casa. Mi madre, la doctora y la policía estaban conmigo, mirándome asustados.

-¿Qué pasó? -Estaba sudando y pensaba que el corazón se saldría del pecho.

-Te has frustrado por algo en el recuerdo y tu bloqueo intento continuar en media de la sesión. Te puso en una contradicción y te genero ansiedad. -Dijo la psicóloga. Mi madre me dio un vaso de agua y después de eso la teniente me miró. -Recupérate, nos veremos en la próxima sesión. Empezaremos a investigar a partir de las grabaciones. Si recuerdas algo háznoslo saber por favor. - Dijo la teniente y luego ambos se fueron. La doctora arregló un poco su moño despeinado y se subió las gafas de pasta, mientras terminaba de guardar sus cosas para marcharse también. Le dejo a mi madre varias recetas para que tomase unos calmantes y después sé marcho. Yo me fui directa a mi habitación, donde me quedé dormida en la repisa de la ventana mientras miraba el cielo. Esa noche tras haberme relajado después de otro ataque. Estaba sentada frente a una mesa y un rostro borroso me miraba.

-"Comienza". -Dijo una voz muy profunda. -Pase bastante tiempo en el pozo, no tenía noción del tiempo y no puedo estar segura de cuanto fue. Llegó un momento en el que deje de luchar y quería que todo acabase cuanto antes. - Su mirada es fija, sé que siente dudas y curiosidad.

- ¿Por qué no trataste de escapar? O de gritar pidiendo ayuda. -Afirmó el señor sin rostro. En serio me está preguntando eso, es obvio que no podía, si no lo hubiese hecho-pensé. -Grité con todas mis fuerzas, fue imposible nadie me escuchaba. Nadie paso por allí, excepto él. Mis fuerzas se agotaron pronto. Pero decidida finalmente luche, y mis últimas fuerzas las use para salir. Al borde del pozo una mano me auxilio y yo dudosa preferí morir, pero mi instinto de supervivencia pensó por mí y me aferré a esa mano. Al salir algo dentro de mí sabía que era él. 《 ¿Quién más si no? 》 -Hago una pausa, sin darme cuenta, vuelvo a devorar mis uñas. Mi cuerpo avanza de adelante a atrás y la ansiedad va apoderándose de mí, analizo la situación y pronto empiezo a recuperar el control. Arrugo mi nariz y al darme cuenta de mi actitud, rectifico. El borrón que habla me mira, pero no dice nada más. Yo continuo con el recuerdo que va saliendo a flote. -Volvimos de vuelta al lugar, de nuevo estuve días encerrada. Comiendo una vez al día coló castigo, había días que no probaba nada y otros que devoraría hasta la bandeja. El olor iba empeorando. Otros días traían comida más a menudo, dependía de quien venía a traérmela. Él nunca se dejaba ver la cara. Pero llegó el día que lo vi, ahora mi mayor problema es que sigue bloqueada por mi mente. - El inspector sin rostro continúa frente a mí. Me corta con un gesto de mano.

-¿Podrías decir su nombre completo? ¿Puedes describirlo?

-Solo recuerdo un nombre -Ernesto Martín Vaza, no estoy muy segura. Ya que yo no lo vi, pero eso me dijo Nereida que logro verle. A través de los agujeros de las paredes me comunicaba con ella y es que lograba contarme cosas. Hasta que se deshizo de ella. -Al pensar en ello una horrible sensación recorrió mi columna vertebral. Mi mente también comienza a recordar alguno de los experimentos con agujas, había conseguido despertar más de lo que podría asimilar. Cuando nos encontrábamos, ¡MÁS DÉBILES!, ¡CASI SIN VIDA! - Me levanto de golpe de la silla, esta cae al suelo y sin rostro se sobresalta del susto. - ¡NOS SACABA SANGRE! PARA DESPUÉS, ¡INYECTARNOS UN LÍQUIDO MORADO!, ¡DOLÍA!, DOLÍA MUCHO. A veces hasta nos dejaban un gotero con una bolsa con un líquido verde. Era el más doloroso de todos. - El detective me pone más nerviosa y no ayuda en nada para tranquilizarme, solo observa. Me pone tan nerviosa que me acercó para observarle mejor. Ante su pasotismo le zarandeo. 》 Al abrir los ojos mi madre entra en la habitación. Estoy sudorosa y muy nerviosa, mi madre lo nota enseguida.

-¿Qué pasó? -Dijo ella.

-Mamá, llama a la teniente logré recordar más cosas. -Ella no se esperaba eso y salió corriendo a buscar el teléfono. Antes de bajar a desayunar sonó el timbre de la calle la madre de Nereida había venido a hablar con mi madre. Nuestras desapariciones las unieron y desde entonces no se separan. Me coloco en la puerta y escucho la conversación:

-Comparten el mismo gen.

-Eso lo vi venir. -Dijo mi madre. -¿El otro resultado? -Positivo también, con la modificación genética. -Sé de lo que hablan sin más palabras. No me controle y salí al salón hecha una furia.

- ¿Nereida esta embaraza?

Nota de autor:
Estos capítulos son mucho más extensos. He tenido que dividirlo y aún así salió excesivamente largo. Prefiero haceros capítulos más cortos para que no los sintáis pesados.

Irme comentando que os parece, como la veis y si os esta gustando.

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