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El cebo

Al vernos entrar con las pintas que llevamos todos se acercan y en seguida nos reconocen, desde el hospital han dado parte de nuestra fuga.No tardan en llegar nuestros padres y los inspectores encargados del caso, la inspectora nos echó una buenabronca al vernos en el cuartel. Con nuestra huida habíamos creado muchorevuelo y aunque le contamos lo de la furgoneta, nadie nos hizo caso. Pensaron que estábamos paranoicas, no nos creyeron y pensaron que sería por toda la medicación administrada en estos días. Nereida estaba más nerviosa que yo, la única manera de relajar la situación es que nosotras viésemos con nuestros propios ojos que Ernesto estaba tras las rejas. Yo me tendría que fiar de la palabra de ellos, ya que yo no sabía quién era ese tipo. Ya que yo no sabía quién era, ni lo había visto nunca realmente. Ahora mismo no nos permitirían ir a encararle, nos darían unos días para poder verlo en la comisaría más adelante. Volvimos de vuelta al hospital, allí los doctores nos administraron más calmantes. La noche finalizó, por fin me quede tranquila y descansando.

 ***

 Por la mañana el doctor realizó más pruebas acerca de mi embarazo. Todo parecía correcto, y pudieron comprobar hasta dónde la bolsa les permitía. En una de las visitas a Nereida todo se volvió muy frío y ella se empezó a sentir bastante mal. Comenzó con la vista borrosa y mareándose. Y tras varios intentos de ayudarla a levantar para regresar a su habitación, al final se desmayó sobre mi cama. No reaccionaba y apenas escuchaba su respiración, después vi cómo se manchaba poco a poco la cama de sangre. Esa imagen penetró en mi cabeza y mi pecho se aceleró, el olor a sangre se metía por mis fosas nasales y la mancha cada vez era más grande. La cabeza comenzaba a darme vueltas, realmente me impresionó lo que vi y eso había provocado que yo me cayera al suelo de la situación.De forma inmediata llegaron las enfermeras y al ver a Nereida desangrándose, mientras perdía a su bebé y a mí desvaneciéndome a los pies de la cama. Comenzaron actuar con eficacia. Otro día más en el que tras mucho reposo y varios calmantes lo pasé dormida y completamente agotada. Hacía una semana que estaba ingresada, ya estaba cansada de cómo estaba yendo mi vida.Después de un buen sermón de mi madre, de la inspectora y los propios médicos... terminaron los días de revisiones y comprobaciones médicas, corroborando que yo ya estaba recuperada, y que ese bajón puntual era normal, un posible cuadro de estrés. Repito las mismas acciones que la semana anterior, recojo mis cosas y me acerco a la habitación de Nereida, ella no se encuentra allí, las enfermeras me comunican que ha sido trasladada auna habitación aislada. Ya me tenía que ir y ningún familiar suyo estaba cerca,luego les llamaría para preguntar por ella. Ya en casa, coloco todas mis cosas en su sitio y quito algunas fotos de la pared y las tiro a la basura. No me encuentro con muchas fuerzas de volver a clase, ni al trabajo, pero debo volver a mi vida normal. Me doy una ducha caliente y después me acuesto Desde el suelo veo una de las fotos que se cayeron de la pared, estoy en ella junto a Elliot. 

   Desde que fui secuestrada no he vuelto a saber de él, es la única relación sería que he tenido. Recuerdo el día que le vi por primera vez en la academia de artes, él salía del aula de música. Y yo iba a mi clase de danza, solo fue una única mirada adulterada con una sonrisa. Sus ojos eran claros y su pelo castaño. El día que conocí a Elliot supe que lo nuestro no sería solo diversión, cada vez que me cruzaba con él en el pasillo era asegurarme llegar tarde a clase. No parecía que él se atraviese a decir ni siquiera hola, y fui yo quien se acercó para presentarme. Y no me arrepiento para nada.Nuestra primera salida fue al cine, unos refrescos, palomitas y un par de besos en la oscuridad de la sala. Ese día cada uno se fue a su casa y no llegó a nada más. Tras varias salidas e ir juntos a la escuela de artes cada mañana pasamos al siguiente nivel, no lo planificamos. Salió así. El roce sus dedos subiendo por mi brazo, pasando por mi cuello y hasta la parte baja de mi espalda. Cada toque suyo hacía que se tensase y que la piel se me erizase, era absolutamente perfecto. Cuidadoso y sin prisa, tomándose su tiempo para devorar cada parte de mi cuerpo. Cuando se quitó la camiseta dejo al descubierto su tonificado cuerpo y eso me volvía loca. Yo dejé caer mi top y él se detuvo a admirar mi cuerpo. 

     —Eres preciosa. —Dijo él mientras mantenía su mirada en la mía. Después se abalanzó sobre mis labios y nos besamos por un momento. Así es como comenzó nuestra historia, que desgraciadamente se estropeó en el momento que me llevaron lejos de él.


Mi madre me trae la cena a la habitación, pero yo mehago la dormida, me encuentro inapetente. Limpió las lágrimas que me caen por mi rostro recordando todo y después de muchas vueltas en la cama caigo rendida.

 *** 

 La bandeja de la comida esta fría, casi congelada. Hoy el alimento que me ofrecen (si se le puede llamar así), no tiene forma de nada. Ni ningún olor que apreciar, ¿qué tipode mierda es? Sin ningunas ganas no lo pruebo, dejando el plato sin tocar. Me quedo en mi rincón, encima del mugriento colchón que debería dellamar cama, pero que es un foco de infecciones. Con este día, ya son cuatrosin comer. Pero da igual cuanto día lleve sé que, al sexto día, despertaré como si hubiese resucitado de entre los muertos, con mucha energía y sin ningún hambre. Mañana sé que me llevara al laboratorio que tiene eneste lugar, no sé exactamente que es lo que hacen conmigo. En mi cuerpo sepueden apreciar pinchazos y pequeños cortes a lo largo de piernas y brazos. El portón del zulo se abre derepente, él me coge del cuello de la camiseta y me arrastra por el pasillo, me resisto e intento luchar con él, sin esperarme lo que va a hacer saca del bolsillo un pequeño taser, cuando el aparato me toca, siento como si un cuchillo gigante atravesase mi cuerpo de arriba abajo. Se tensa cada músculo de mi cuerpo, totalmente rígida ynotando pequeños espasmos en mi cuerpo y extremidades, casi ya sin sentir ni el enganche del cuello. 

   Me carga a su hombro y perdiendo prácticamente el conocimiento, puedo estar segura de que vamos a la zona del laboratorio. Al final no aguanto más despierta. Cuando despierto me encuentro atada a una camilla, mis extremidades estáncompletamente sujetas. Es imposible soltarme, forcejeo y chillo, pero es inútil zafarse del agarre. Se comienza acercar con una jeringuilla, me retuerzo, pero él está cada vezmás cerca. Cuanto más cerca lo tengo, más deformado y malvado veo surostro y comienzo a tener el pecho acelerado. Diría que la ansiedad sé estáhaciendo notar, siendo cada vez más palpable. Confundida llamo a mi madre, mi localización ha cambiado. Ya no meencuentro en esa maldita pesadilla, reconozco mi habitación y palpo lassábanas de mi cama. Mi respiración se va calmando y va siendo más normal,mi madre entra en la habitación muy nerviosa. Al encontrarme así, me abraza y acuna en sus brazos como si de un bebé se tratase, pero es reconfortante saber que estoy con ella y que en casa. 

 *** 

 Esta mañana me he levantado más tranquila, la noche la pasé mejor y pude dormir algo. Me preparo y como unos pocos de copos de avena con leche. Recogí mis cosas y esperé a mi madre en el coche. 

   —Sabes qué no es necesario que hagas esto, ¿no? — Dice ella preocupada, sus ojos irradian miedo. 

   —Tenemos que volver acomisaria. Tengo que ver que lo tienen, necesito saber que es él mamá. —Le suplico. Sé que ya me permitirían ver a Ernesto, aunque fuese a través de un cristal. La detective nos encuentra en lapuerta, según entramos nos saluda y nos pide que le acompañemos hasta el final del pasillo, allí se para delante frente de una puerta. Antes de entrar se da la vuelta, dirige su mirada a mí.

   —Tienes que estar muy segura, si no te encuentras preparada no es obligatorio que lo hagas. Estate tranquila, él no te verá. Sabe que detrás del cristal estamos nosotros, ya que es un interrogatorio. Pero no se imagina que puedas estar tú u otra persona ajena a la policía. — Me da una caricia en el hombro, y abre la puerta, ofreciéndome primero que pasase yo. No hay nadie más en lasala, la pared está completamente en negro. Cuando la detective le da a un botón, se vuelve completamente transparente y se transforma en unaventana. Al otro lado se podía ver a un chico, con un mono gris y unos grilletes en muñecas y los tobillos. No le podía ver el rostro, se encontraba de espaldas a mí, el color de pelo era oscuro, pero el rostro seguía sin verlo. A la mismasala que nosotros, entra el otro detective, comienza hablar con ella, de unos problemas con cierto papeleo, comparten alguna mirada rara, están hablando en clave para que no sepamos cuál es el problema. Dejo a un lado a losdetectives y observo más de cerca una marca que tiene en el cuello ese chico. 

   —¿Inspectora? ¿Ve la marca del chico? ¿La del cuello? — Ella asiente, yolevanto mi pelo y dejo ver mi cuello también. Justo a la misma altura y zona,tengo la misma marca y estoy segura de que Nereida igual. 

   —¿Por qué? ¿Cómo es posible que tengáis la misma marca? —La detective cambia por completo su expresión facial, se ve el miedo y la confusión en su rostro. 

   —¡NO ES Él! — Su voz deja ver su inseguridad en este momento, sucompañero sale de la sala. Veo como entra en la otra habitación, levanta alchico y lo dirige al espejo, sin duda su parecido era casi idéntico. Pude compararle con la foto que me enseño Nereida, pero comodijo no era él, Ernesto seguía suelto. 

   —La furgoneta, era él, la furgoneta. —Tiro de la manga de la detective, tal cual como una niña pequeña cuando quiere algo a toda costa. Ella asiente haciéndome ver que me entiende, pide varios apoyos en vigilancia 24 horas en mi casa. Ya en la patrulla junto a mi madre, nos damos cuenta de que no vamos hacia nuestra casa. 

   —Disculpe, ¿Dónde nos llevan? — Pregunta mi madre nerviosa, veo sus manos temblar e intenta controlarlo un poco para que yo no lo note. Frota dedo por dedo contra la palma de las manos. A mí también sé me nota la inquietud, prácticamente ya no tengo uñas en mis dedos, se han convertido en muñones. 

   —Señora, la inspectora las esperará en el lugar elegido, volver a su casa no es seguro. —El policía continúa conduciendo y en ningún momento aleja la mirada de la carretera. Es un poco complicado ver dónde vamos y donde nos encontramos. Ya está oscuro, la niebla va bajando y yo estoy llena de temor por lo que pueda venir ahora. Después de un largo y silencioso trayecto, detienen la patrulla en una urbanización de chalets. Casi alfinal de esta, nos detenemos frente a una casita de color blanco y azul. Se veluz en su interior y el coche de la inspectora está aparcado cerca de nuestra posición. La pareja de policías nos invita a que pasemos, sujetan la puerta de laentrada. En la entrada de la casa, nos esperan los inspectores. 

   —Pasen, tenemos mucho que hablar. —La inspectora Alma Rodríguez era la primera vez que recordaba su nombre, el de su compañero no me había molestado en recordarlo. Esta muy sería, nos hacen pasar directamente a la cocina de la casa. Ella se encuentra de pies, apoyada sobre la encimera y su compañero sentado en una silla cerca de ella. Con sus brazos cruzados y sus piernas abiertas. Nos señalan las sillas invitando a que tomemos asiento. Mi madre se sienta, yo prefiero quedarme de pies. 

   —No me andaré con rodeos, no sabemos dónde se encuentra este tipo, la furgoneta que nos describiste apareció esta tarde cerca de vuestra casa. Era robada y el conductor se encontraba en su interior, estabamuerto. Hemos encontrado en su sangre un componente, no tiene vuestra compatibilidad, pero si muchos paralelismos con partes de vuestro ADN. —

  —En el laboratorio de criminalística creen que habéis sido modificados genéticamente en el mismo lugar. 

   —No llegamos a reconocer las fórmulas para entender lo que oshicieron allí abajo. — Ahora mismo la habitación se ha quedado en rotundosilencio, no sabemos qué decir. He sido un jodido conejillo de indias,《estupendo》. Un experimento para el imbécil aquel. 

  —Pero hay más, para él eres un tesoro, algo que él ha creado y quiere tenerte si o si, tú eres la única manera de atraparle. —Dice el inspector. 

   —Es usándome de señuelo, por eso esta casa tan alejada. Se puede saber,¿Qué pistas le habéis dado para que me encuentre? —Cada vez alzo más la voz, ahora mismo me encuentro furiosa y no quedara así. 

   —No te alteres, pero es así. Para el vale mucho y serás su punto débil. Élvendrá a esta casa a buscarte. — Me hace mucha gracia como habla como si realmente lo conociese y estuviesen seguros de que va a venir hasta aquí. 

   —Se equivocan es más listo de lo que creéis. Cuando más despistados estéis, es cuando él aprovechará el momento. No va a venir, él conseguirá que yo vaya hasta él. Estáis muy seguros de que me quiere a mí, les recuerdo que la primerafue Nereida, también está viva. Mejor vigílenla a ella, ¿no? —La detective niega con la cabeza, segundos después ella y su compañero se miran. Se dirigen de nuevo a mí.

   —Te equivocas, ella ya no le interesa. Lo único que quiere son esos bebés mirados y Nereida lo perdió. Se levantan y ambos cogen el teléfono para hacer unas llamadas. Si se habíancalmado, yo les volvía a poner de los nervios. Ambos se dirigen a nosotras yhablan al unísono. 

   —¡No se muevan de aquí ninguna! —La inspectora se pasa frente a mí y me mira muy segura de sí misma.   

   —Ella perdió el bebé? Pero él eso no lo sabe...—Este plan les iba a salir rana. Tenía el presentimiento de que iba a ser una mierda. Voy hacia la maleta de mi madre en la entrada, abriendo el lateral de esta donde tiene el bote de ansiolíticos y me tomo un par de ellos. Después de beber un poco de agua vuelvo al salón y me tiro sobre el sofá. Me permito dejar de pensar en todo esto durante un instantey antes de darme la vuelta la inspectora sujeta mi muñeca. 

   —Toma, quiero que me anotes todo lo que te paso en este cuaderno. Lo que logres recordar sin ayuda de la hipnosis. Ya hablaremos más adelante y proseguiremos con las sesiones anteriores. Estos díasserán largos, sin salir de aquí y necesitamos saberlo con detalles. Sé que será duro, se ve que eres fuerte. Vendremos por la mañana. —Su última palabra se va con ella al golpe del cierre de la puerta. Mi madre se deja caer en el sillón junto a mí, llevándose ambas manos a la cabeza, entrelazando el pelo entre sus dedos. Esto es muy intenso para ambas. Por lo poco que nos pudieron contar después, mi padre irá unos días a una instrucción en el trabajo y volverá se regresó. Dejó a mi madre hablando por teléfono y yo mientras cojo el cuaderno y voy hacia la cocina, colocándome de frente a la ventana observando el exterior. Mi madre viene y pasa las cortinas, si ellos te están exponiendo yo no pienso jugar a eso y ponérselo tan fácil. No salgas sola, ni ventanas, ni puertas y entrenarás todos los días en la bodega de abajo. 

  —No estaría mi padre, pero ya estaba ella para protegerme como cualquier leona a su cachorro.Recuerdo tantas cosas, me vienen todas de golpe, no sé ni por dónde empezar. Pero ninguna de ellas es del búnker, todos son recursos con Mario o con Elliot, peleas con Erika o enfrentamientos en la academia. Aun así, nada que quiere que apunte en el cuaderno, los calmantes ya empiezan a darme sueño y me tumbó en el sofá. Mi madre me cubre con una manta y yo me acomodó. Ese día me desperté directamente en el laboratorio. Estoy sobre la misma camilla de siempre fría, metálica y vieja. Unas gruesas correas me sujetaban, él o... ¿Ella? Sé encontraba de espaldas a mí, colocando unos tubos y recargando unasjeringas, al principio nos sacaba sangre y otras nos metía un líquido morado.Cuando entraba en contacto con las venas, era un dolor insoportable que hacía arder mi cuerpo por dentro. Parecía que nos estuviésemos quemando de dentro hacía fuera. Jamás nos explicó que era lo que hacía, o lo que estaba preparando allí. Todo ello se lo reservaba para sus pensamientos. 

   Comencé a notar después de bastantes días un subido, una especie de mejoría repentina. Era tanto físicamente como mental y pensé que fuese una buena racha. Al igual que cuando no comía, y despertaba días después con ese subidón de energía. Ahora creó entender que todo tenía que ver conaquellas inyecciones. A través de las paredes del pasillo de camino al zulo,podías oír gritos de otras personas, no sabía de quién podrían tratarse, jamásvi la cara de ninguno, excepto un chico de pelo moreno y ojos castaños. Su rostro me era reconocido, tanto que juraría que tenía frente a mí a Mario. Cambiando por el pasillo me topé con otro zulo, este estaba abierto y vi otro rostro de otro muchacho. Jamás supe de quién se trataba. Se encontraba muy dolorido, sus gritos lo confirmaban, uno de sus tobillos se veía roto, se apreciaba con mucha claridad. Podía verle el hueso fuera de la carne. Su rostro totalmente desfigurado y lleno de ampollas amarillentas, pero cuando quise saber más... Esa persona que siempre identifique como Ernesto, gracias a Nereida. Me hacía dudar ahora si realmente era hombre o mujer. Llegó detrás de mí y me sorprendió encerrándome en forma de castigo en las cajas de madera del inicio. Como un macabro juego, sin comida ni agua. Sí me comportaba me devolvía al zulo y si presentaba cansancio u otro tipo dedesajuste, me llevaba al laboratorio. Allí nos revivía con su complejo de dios o... ¿Diosa? 

  Ya no sé que es lo que me quería dar a entender. Cuando despierto veo unos ojos grandes y marrones mirándome. Es Nereida la que está sentada frente a mí en la nueva casa. La inspectora entra por la puerta y lo único que le escucho me descuadra. —Ustedes dos vivirán juntas, se cuidarán y no se separarán. Así podremos impedir que les pase algo y coger a ese hijo de puta.

Nota de autor:
Espero que disfruten del nuevo capítulo, lo hice el doble de extenso. Espero que no les aburra.

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