Alicia [+Erika Extra]
Después de disparar salgo corriendo, antes cojo las llaves que están cerca de mí. Dejando atrás todos estos meses de cautiverio. Voy en la dirección que han venido ellos, camino por esos pasillos sin luz intentando averiguar cuál será la puerta de salida y finalmente la encuentro. El coche está a unos pasos, antes de montarme bloqueo la puerta por si vienen detrás de mí. Cuando apenas he arrancado, oigo fuertes golpes en la puerta.
—Mierda, ya están aquí. — Pisé el acelerador y di marcha atrás hacia la puerta. Pulse varias veces el mando hasta que por fin se abrió. Salí deprisa y una vez pase la verja del lugar, continúe el camino hasta adentrarme en un gran y espeso bosque. Había elegido una mala hora para escapar, no era de noche aún, pero tampoco era por la mañana y si no me daba prisa el sol se pondría y no habría nada de luz.Ya había perdido la noción del tiempo y no sabía cómo salir del bosque, llevaba ya rato dando vueltas por el lugar, y cada rincón me parecía igual o parecido. Decidí parar a descansar y poner el GPS del coche. No hacía ni una semana que empecé con las clases prácticas y ya estaba cogiendo un coche, quería llamar a esto una clase práctica más... pero estaba muerta de miedo y solo podía continuar a ciegas por la sombría arboleda. Cuando parecía que llegaba al final del bosque el coche sé, pero en seco y comenzó a salir mucho humo de él. Al abrir el capo de este la humareda se hizo mayor.
—¡Ahora no maldito coche! ¡No me falles! — Me encontraba discutiendo con el vehículo, y si esperaba contestación estaba jodida y loca. A lo lejos veo unas luces que se acercan, deben de haber visto lo que ocasionó el coche y vienen hasta mí. Decido meterme en el bosque para esconderme, todo por si fueran ellos. Puedo ver un pozo de frente a mi posición, corro hasta él y me asomó para ver exactamente cómo puedo entrar en él. No parece muy hondo, pero podría traicionaron la perspectiva. Me siento sobre el borde y cojo una gran bocanada de aire, después logró ver que tiene unos pequeños salientes en su interior, lo que parecen unos minúsculos peldaños. Bajó lentamente para poder ver hasta donde cubre. Cuando apenas llevo 3 escalones este se rompe y resbaló cayendo al agua. No llego a tocar el fondo y es cuando veo que esto fue muy mala idea. ¿En qué estaba pensando? No pensé.
***
Ya había oscurecido, solo podía oír el ulular de los búhos y presentía que ya pasábamos de la media noche. Estoy empezando a dejar de sentir el frío, las piernas se me están cansando.Poco a poco mi cuerpo flojea, me voy hundiendo. Solo me queda mirar arriba, luna, luna, luna. Es lo único que ven mis ojos ya. Llena, tan redonda y brillante.Mi propia voz, en mi pensamiento va cesando. Un sonido brusco apenas me aviva un poco más, lo siento al borde del otro lado. Fuerzo mi situación e intento escalar hasta el saliente más cercano, descubriendo que no muy lejos de mis pies bajo el agua se ubica uno. Este me permite alzarme con las pocas fuerzas que me queda y subir hasta llegar al siguiente, mis dedos se llenan de magulladuras por la fricción con las piedras, pero tras varios intentos tocó el borde del pozo con mis dedos y mi cuerpo entumecido, se deslizahasta salir de él. Una mano me sujeta ahora la cintura, me ayuda aincorporarme, la escasa luz que entra no me permite verle por completo, apenas puedo apreciar lasfacciones de su cara. Mi cuerpo se tambalea al intentar caminar, no recuerdo el tiempo que estuve dentro del agua.
—¡Bebe! — Esa voz. Ya no sé si es la obsesión, le golpeo el estómago con la cantimplora y comienzo a correr. Por lo menos ese intento, ya que apenas doy unas zancadas y tropiezo. Mi boca golpea contra una piedra y el sabor a metal inunda mi boca.Él vuelve, me levanta por el brazo. —Recuerda, siempre iré por delante. -Ahora puedo verificarlo, Él jamás me dejará libre al igual que acabaré muerta como Nereida.Coloca un saco sucio en mi cabeza, mientras me dirige a empujones.Creí tener esperanzas, que realmente al otro lado del pozo, estuviese otrapersona.Pero mi destino siempre estuvo escrito, seré otra chica más en las noticias, aligual que para él un triunfo más de satisfacción en este sádico juego.Ya detectó en mi olfato que estamos cerca del recinto al búnker, que irónico que sea este el último lugar al que quiera volver y no hago más que regresar. Ya que, sin duda, no lograré volver a escapar con vida. Como un preso en su celda regreso a mi habitáculo frío y con moho. Deduzco por cómo me habla que soy la tercera chica o la segunda. Ya que la que estaba antes con él parecía su secuaz. Me conoce desde hacetiempo o eso es lo que da a entender, pero no recuerdo de qué. Sé que a ellas las llamaba por su nombre. ¿Eran amigos más cercanos? Pero dada sus situaciones, no lo veo como un privilegio.Entramos por el portón principal, ya sé el recorrido.
—Bordillo, escalón, escalón, escalón. —En mi cabeza, me repito cada movimiento. Derecha, derecha,puerta. "Hogar, dulce hogar".
—JA, JA, JA —La risa que sale de mi boca, sé que suena como, como unadesequilibrada. Lo sé, pero aquí, ya perdí por completo la cordura. Debídejarme caer en el pozo y morir. De todas maneras, aquí es alargar loinevitable.Me empuja dentro de esa cloaca, en la cual ni una enfermedad querría vivir.Hecha la llave y se marcha sin hablar. Decido dejarme el saco, prefiero vivir en la oscuridad que este me aporta.Despierto de golpe, sigo teniendo el saco en la cabeza, el cual se me pega enla cara y me dificulta respirar. Sujeta con fuerza mis muñecas y comienza aatarlas con una cuerda, es gruesa y áspera al contacto con la piel. Arranca el saco húmedo de mi cabeza y me levanta de golpe. No levanto la cabeza,prefiero seguir adelante.Vamos caminando por los pasillos del lugar, sigo sin tener claro donde estamos situados. El olor a humedad es nauseabundo y me duele cada vez más el pecho, comienzo a toser de forma muy brusca.
Llegamos a una puerta pequeña de madera, está muy limpia, lo que llama mi atención en este lugar. Es de un color blanco, IN-TAC-TO. Él abre la puerta y extiende su mano, ofreciéndome que pase antes. Como si los modales importasen ahora.Nos encontramos delante de un baño, completamente limpio. Al nivel que están mis nervios y mis sentimientos, comienzo a llorar. Ya me da igual cuantas capas de suciedad tenga mi piel, solo quiero volver con mi familia y recuperar mi vida.Es todo tan surrealista, me tiene encerrada en un zulo, lleno de mierda y me graba 24 horas al día, pero ahora me permite poder darme un baño, sinvigilancia. Antes de que cierre la puerta me doy la vuelta, y mientras le miró con odio, comienzo aplaudirle. Cierra la puerta, sin decir ni una palabra, se escucha como hecha la llave por fuera.No estoy segura de cuánto tiempo tengo, pero tengo que ser rápida y conseguiralgo con lo que golpearle, quitarle las llaves y huir. Puede que esté sea realmente mi última ocasión.No quiero más experimentos, mi cuerpo no aguanta más correas. Puedo ver en mi piel todos los pinchazos. Cada moratón y agujero de mi cuerpo.ErikaEl idiota de mi hermanastro no es capaz de hacer nada bien, si Nereida estuviese aquí todo estaría más controlado. Al fin desde el laboratorio me dieron mi identificación, ¿estaría así más protegida? Eso quise creer hace un instante, hasta que Alicia se escapó matando a dos AG, estábamos perdidos. Si no la llevábamos ante el superior seríamos otros desaparecidos más para la policía. No estaba dispuesta a ello, dejamos los cuerpos de los soldados y fuimos en busca de Alicia, el coche de AG seguía fuera.
Ella no contaba con ello, buscamos las llaves en los bolsillos de los AG y salimos fuera. Aproveché que Mario estaba distraído y cogí el arma de uno de ellos.Al salir fuera Mario estaba guardando unas cuerdas y cloroformo en el maletero, por sí lográramos encontrarla. Al acercarme al lado del conductor vi que las dos ruedas laterales estaban pinchadas.
—¡Mierda! ¡Será hija de puta! —Dije gritando. Mario se levantó y comprobó los agujeros.
—No te encabrones tanto, hay recambios dentro. Nos llevará más tiempo, pero la encontraremos. —Estaba tan enfadada que me dio igual, saqué el arma y le apunté. Él se sorprendió tanto que se asustó y cayó de nuevo al maletero.
—¡Calma Erika, somos familia! —Dijo con las manos en alto.
—¡Debiste acordarte de ello cuando me dejaste dentro del laboratorio en llamas! — No retiré el arma. Él comenzó acercarse.
—Eres realmente rencorosa hermanita. —Relajo el tono, y cuando le llamaba hermanita claramente quería dominarme. —Eso pasó hace más de un mes, cuando el idiota de Ernesto se soltó y dejó caer el mechero contra la vacuna provisional.
—¡No somos hermanos! —Aprovechando mi berrinche se acercó y me quito la pistola, después me derrumbé y él me abrazo para consolarme. Todo esto se nos estaba yendo de las manos y tendría consecuencias.
—¡Vamos a buscar a esa perra! Es ella o nosotros....
NOTA DE LA AUTORA:
¡GRACIAS POR SEGUIR LA NOVELA, SE AGRADECE MUCHO UNA ESTRELLITA Y COMENTARIOS PARA SABER VUESTRA OPINIÓN!
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