Disclaimer. Los personajes qué aquí aparecen pertenecen a J.K Rowling, lo demás es invención mía.

Capítulo 2. "Tu Mujer Ideal"

Nuestra historia comienza ocho años después de la segunda guerra mágica .La vida había cambiado para todos, especialmente para cierta chica de cabellos castaños .Todo el mundo mágico se preguntaba por su paradero ¿Qué había sido de la heroína de guerra: Hermione Granger?

Muchas teorías circulaban, una más increíble qué la otra. Y el niño qué vivió junto a su ahora esposa Ginny Weasley, desmentían cada descabellado chisme qué se le ocurría a Skeeter, aunque ya no tenían la misma comunicación de siempre no iban a permitir qué mancharan la imagen de su mejor amiga.

─ ¿Adónde vas, Ginny? ─ preguntó su esposo con curiosidad, al verla tomar su bolsa con notable prisa.

─Voy por leche─ dijo lo primero qué se le ocurrió.

Harry entonces desvió su vista hacia la mesa del comedor, dónde un empaque de leche recién abierto la delataba.

─Claro y como un litro no es suficiente, vas a comprar más ─dijo cruzándose de brazos.

Viéndose descubierta exclamó ─Bien, te lo diré, voy a ver a Hermione ─su esposa adivinando su preocupación le calmó─ está bien, no te preocupes ─le besó en los labios.

─Bien, pero cualquier cosa, me avisas ─dijo preocupado ─su situación no deja de preocuparme…esta tan cambiada.

─Lo sé, hablaré con ella ─dijo antes de despedirse.

Perdido en sus pensamientos se encontraba el joven Malfoy, mientras fingía leer el periódico, en la cafetería qué solía frecuentar junto a su amigo Theodore Nott.

─ ¡Hey! ¡Tierra llamando a Draco! ─ dijo su amigo pasando su mano frente a su rostro, trayéndolo de vuelta a la realidad.

El pestañeó un par de veces antes de enfocarse en su acompañante ─ ¿Qué pasa?

─Es lo qué quiero saber, estás más distraído de lo normal y eso ya es decir mucho ─dijo dando el último tragó a su bebida.

─ ¿Recuerdas qué día es hoy? ─preguntó dejando el periódico de lado.

Theo pensó unos segundos y al poco tiempo cayó en cuenta de la fecha─ El aniversario luctuoso de tu madre─ su amigo asintió ─Te lo he dicho muchas veces, es hora de dejar ir el pasado y mirar hacia adelante ─continuó pese a la dura mirada de su amigo─ sal, diviértete…tal vez encuentres a tu mujer ideal.

Malfoy rió con amargura─ Ninguna mujer qué valga la pena se acercaría a mi…sólo oportunistas como Parkinson o Greengrass ─resopló con fastidio─ ¿Quién crees qué querría en su familia a un ex-mortifago? ─dijo con evidente enfado en su voz.

Nott negó con la cabeza ─No es así, Draco ─levantó la mano para silenciarle pues aún no terminaba de exponer su punto ─Precisamente una mujer qué valga la pena, no le importara tu pasado. Mírame, yo también fui un mortifago y ─suspiró con una sonrisa ─la vida me premio con la mujer más increíble y hermosa qué he visto en mi vida.

El rió incrédulo─ Perdón qué te lo diga, pero tú" lunita" no es muy normal qué digamos ─dijo ganándose una mirada de reproche de su amigo.

─ ¡Oye!, ella es…es excéntrica ─pensó con aire soñador─ un ser celestial, incomprendido por personas insensibles como tú─ respondió haciéndolo reír.

─Tal vez tengas razón ─dijo queriendo dar por zancado el tema.

Theo rió negando con la cabeza, recargándose hacia atrás en su silla, mirando a un punto fijo delante dé el─ ¿Sabes? Puedo imaginar con claridad como seria tu mujer perfecta.

El aludido enarcó una ceja ─ ¿Ah sí?, ilústrame, buen amigo.

Theo sonrió ampliamente y dijo con voz poética─ ella es inteligente, mandona, dispuesta a ponerte en tu lugar si te lo mereces y… físicamente es esbelta, ojos color chocolate, con una larga melena castaña sujeta en una alta coleta, trae pantalones vaqueros color azul, una estorbosa gabardina ─aunque hace un calor del demonio ─unos zapatos negros, sencillos pero algo desgastados.

Le interrumpió algo contrariado y divertido─ ¡Vaya qué especifico!...pero eso suena a un terrible dolor de muelas…suena a…

─A Granger ─dijo señalando con la cabeza a un punto detrás de Draco.

El abrió los ojos sorprendido y echo un vistazo discretamente a su dirección. Y sí. Allí estaba sentada en una mesa alejada, tomando su bebida, alternando su mirada entre el reloj de su muñeca y la puerta de la cafetería, obviamente esperando por alguien.

Era la primera vez qué la veía después de tantos años, y en verdad sentía qué el tiempo se había congelado en ella, pues lucia prácticamente igual a como la recordaba, soló qué su cabello estaba más largo y maltratado, visiblemente más delgada y parecía triste y cansada, pero era ella.

Volteó a su amigo, quien no había borrado la sonrisa de su cara ─Me ofende qué pienses qué ella es mi "mujer perfecta" ─dijo con toda la repulsión qué sentía.

Theo rió y suspiró con pesadez ─No sé a quién quieres engañar, toda tu vida has estado enamorado de ella.

─ ¡Estas delirando!

Él le ignoró─ ¿Recuerdas cuándo la viste en el tren? No parabas de parlotear sobre sus "ojos marrones qué brillaban como estrellas" y en tercer año ─rió ante el recuerdo─ creo qué quedaste más enamorado después del puñetazo qué te dio y en cuarto año….

─Ya, ya entendí ─le interrumpió irritado y algo colorado al hacerle recordar esos momentos.

─ ¿Y?

─ ¿Y qué? ─respondió sin entender.

─ ¿Qué vas a hacer?─dijo señalándola con la cabeza, mientras su amigo se alzó de hombros indiferente─ ¿Vas a dejar pasar la oportunidad? ─preguntó incrédulo ─ ¿En serio? , eres más obstinado de lo qué pensé.

Malfoy bufó exasperado ─ ¿Qué quieres qué haga? ¡¿Qué vaya y me arrodille a sus pies con un ramo de flores implorando su perdón, mientras Potter y Weasley cantan una canción de amor y nos lluevan pétalos de rosa?!

Theodore rió de buena gana, imaginándose la escena en su cabeza una y otra vez, segundos después paró al ver su cara malhumorada─ Bien, como tú quieras, pero yo te aconsejaría, dejar los prejuicios a un lado y por una vez en tu vida se honesto contigo mismo ─dijo levantándose de su asiento ─Piénsalo ─le dio unas palmaditas en la espalda, antes de despedirse, ya que era tarde y su esposa le esperaba.

Se pasó una mano por el cabello, frustrado, teniendo una guerra interna. Por un lado, no quería exponerse a qué se burlara de él ,a los chismes qué eso acarrearía, pero por el otro lado tal vez su amigo tuviera razón y ella le perdonaría y tal vez, soló tal vez, le permitiera mostrar su verdadero rostro .Sin embargo, en ese momento recordó a su padre y sonrió con amargura, pensando en el grito en el cielo qué el pondría de seguir vivo, amenazando con desheredarlo o lanzándole una imperdonable hasta qué entrará en razón …y su madre ¿Qué diría ella?

"Al demonio, ya soporte suficiente" ─pensó y al pagar su cuenta, se levantó decidido, con clara intención de salir de allí y no mirarla si quiera .Estaba por cruzar la puerta, cuándo un sollozo contenido llamó su atención, no necesitaba verla, para saber qué era ella. Conocía perfectamente ese sonido ¡Cuantas veces no la escuchó llorar por los rincones, por culpa de Weasley!

Cerró los puños y sin ser realmente consciente de sus actos, se dio la vuelta, caminando hasta su mesa, controlando los latidos de su corazón.

─Hola, Granger─ saludó con su típica sonrisa de lado, aunque por dentro temblara como una gelatina.

N/a: ¡Hola!
Espero les siga gustando ,este es mi primer longfic ¡Que nervios!
¡Nos leemos!