Capítulo 18 Prisión
Capítulo 18 Prisión
Al día siguiente, Draco se sentó en el sencillo catre de la celda de detención, con los brazos cruzados sobre las rodillas, se masajeó el cuello, adolorido, había pasado una noche horrible en ese catre que le servía de cama, con una sábana mugrienta, una almohada dura y una manta rasposa de pésima calidad. Se frotó las muñecas, agradecido con Potter por haberlo liberado de las esposas.
Observó a su alrededor la horrible celda y frunció la nariz ante el olor húmedo y deprimente, sin embargo, no dejó que nada de eso lo afectase, ya que sus pensamientos y sentimientos estaban concentrados en lo que había sucedido el día anterior. No sabía por qué, pero el hecho de que Hermione no hubiera ido a verle, aunque fuera para reclamarle o incluso bofetearle, le estaba sacando de quicio. La conocía bien y sabía que ella ya debería estar ahí a menos que algo se lo impidiera.
"Tal vez piense que soy culpable y no merezco ni siquiera que me miré", pensó "o tal vez está esperando que llegue el juicio para testificar en mi contra".
Llevó sus manos al rostro, completamente frustrado, cuando de pronto escuchó pasos acercándose y el tintineo de las llaves del guardia. Observó sombras moviéndose por el pasillo hacia él. Mientras se ponía de pie, se dio cuenta de que se trataba de Potter.
Draco se apresuró a llegar hasta él.
-Solo tienen unos minutos -gruñó el guardia y se alejó.
-Malfoy, solo vine a informarte que todo está listo para tu juicio el día de mañana -le informó serio Potter y Draco pudo percibir preocupación en su mirada-. Tu varita está siendo analizada para saber si el avada provino de ella.
-Pero no viniste aquí solo a decirme eso, ¿o sí? -preguntó suspicaz y el joven asintió.
-La verdad es que no... Mira, Hermione...
Él inmediatamente abrió los ojos esperando que tenía por decir.
-¿Qué le pasó?, ¿dónde está? -exigió saber, pegándose a los barrotes.
-Necesito que te calmes.
-No me pidas que me calme cuando evidentemente algo le sucedió -gruñó, tomándolo de los hombros a través de los barrotes.
El guardia al ver aquello se acercó a paso veloz, pero Harry le indicó con la mano que no era necesario.
-¿Te importaría soltarme? Esto solo empeora tu situación.
Draco resopló molesto, pero igualmente lo soltó. Harry se acomodó el saco.
-Y, ¿bien? -insistió con impaciencia.
El auror se acomodó sus gafas y dando un gran suspiro comenzó a explicar.
-No hemos sabido nada de ella desde ayer... Lo último que supimos es que estaba en el parque y... de hecho, encontramos su teléfono tirado, pero no hay pistas.
Draco golpeó los barrotes sintiendo una profunda impotencia y frustración por partes iguales, él intuyó que algo le había pasado, pero en el fondo tenía la esperanza de que estuviera equivocado.
-¡Maldición, maldición! -gritó-. ¿Y qué demonios haces aquí, por qué no la estás buscando?
-Malfoy, ¿de verdad crees que no estoy haciendo nada? ¡Tengo a varios de mis hombres buscándola!
-¿¡Ah sí!? Pues no está sirviendo de mucho, Potter.
-Créeme que estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance... El Ministerio ha puesto afiches y tenemos a muchas personas buscándola.
-¡Eso no es suficiente! -exclamó-. Ella puede estar en grave peligro ahora mismo... puede morir. ¡Así que no te atrevas a decirme que me calme! -le apuntó con el dedo.
-Hablas como si no me importara lo que le pase... te recuerdo que es mi amiga y la quiero como una hermana.
El medimago resopló intentando calmarse, llevó sus brazos a la nuca, mirando a la nada, mientras pensaba en todos los peligros que Hermione se pudiera encontrar. Luego de unos segundos soltó un gruñido y se acercó de nuevo a las rejas, a lo que Potter dio instintivamente un paso hacia atrás.
-¿Están seguros de que ese bastardo está muerto? -preguntó, pues no se le ocurría quién más pudiera estar involucrado.
-¿Te refieres a su padre? -El aludido asintió-Está muerto, no hay manera de que sobreviviera.
Draco deslizó sus manos por los barrotes en una acción rápida y desesperada, dio vueltas alrededor tratando de pensar, sin embargo, la preocupación se lo dificultaba.
El guardia entró minutos después anunciando que el tiempo se había terminado y Harry se despidió, no sin antes prometer mantenerlo al tanto de todo.
Draco respiró hondo mientras se sentaba en la cama. Su comida estaría allí pronto, le indicó el guardia antes de irse, sin embargo, no tenía nada de apetito. Estaba muy agradecido con Potter y aunque hubo una vieja tentación de querer insultarlo, fue tan débil que se desmoronó ante sus ojos. Había empezado a hacer el esfuerzo por llevarse bien con él, solo por Hermione.
"Hermione", pensó "¿dónde estás?, ¿quién te pudo secuestrar y por qué?".
Pasó una mano por su cabeza, completamente frustrado y un pensamiento llegó a su mente.
-¿Y sí la persona que mató al padre de Hermione es la misma que la secuestró? ¡No tiene sentido!-se dijo a sí mismo.
Pasaron varios minutos hasta que el guardia volvió a su celda con una bandeja y en ella un sándwich, un plato de sopa y un vaso de jugo de calabaza. Equilibrando la bandeja en una mano y usando la llave para abrir la puerta con la otra, la abrió de una patada y lo colocó sobre la pequeña mesa enfrente del medimago. Draco se quedó mirando la puerta abierta por unos milisegundos y reprimió la ridícula idea de correr.
"Hermione", pensó de nuevo y planes de huir pasaron por su mente, pero así como llegaron se dio cuenta que no llegaría muy lejos y su situación empeoraría. Así que apretó los puños y observó cómo el guardia salía, cerraba la puerta y desaparecía por el pasillo.
Draco se quedó mirando su comida por un largo momento, pero no sintió hambre; había demasiado en su mente.
....
Con un quejido de dolor, Hermione lentamente se obligó a abrir sus pesados párpados. Cuando abrió los ojos, lo que vio no fue mucho mejor que no verlo en absoluto: todo era oscuridad a su alrededor. Pronto los recuerdos del día anterior golpearon su mente tan rápido que sintió su cabeza dar vueltas.
Sus ojos se acostumbraron a la oscuridad y se percató que estaba en un calabozo, el lugar era pequeño y vacío. No había ventanas. El único ruido en el calabozo, aparte de su respiración jadeante y llena de pánico, era un goteo de agua que parecía provenir de algún lugar.
Intentó moverse, pero entonces se dio cuenta de que estaba amarrada de pies y manos. Se impulsó hacia adelante y lo único que consiguió fue perder el equilibrio y golpearse la cabeza contra el suelo. Soltó un grito de dolor, involuntariamente.
Estaba desesperada y angustiada, no sabía por qué la secuestraron, pero tenía claro que no era por nada bueno.
Pasos comenzaron a oírse cada vez más cerca y pronto la puerta del calabozo se abrió, dejando ver a una mujer que la miraba con burla.
Hermione alzó la vista con dificultad y vio a su captor de pie en la entrada, la figura oscura saliendo de la tenue y parpadeante luz del fuego proveniente del corredor hacia la celda.
-Así es como debes estar siempre, retorciéndote en el suelo como un gusano -soltó la mujer-. Asquerosa sangre sucia.
La mujer avanzó hacia la joven quitándose la capucha y revelando que se trataba de Pansy Parkinson, como Hermione lo había supuesto antes de caer inconsciente.
Cuando sus ojos se encontraron con los de Hermione, le dedicó una sonrisa de burla y de satisfacción al tenerla a su merced. Se acercó con paso elegante y se inclinó a la altura de su rehén.
-Ahora ya no pareces tan orgullosa, como cuando te pavoneabas de ir de la mano de Malfoy, ¿verdad?
-¿Todo esto es por Malfoy? -preguntó incrédula y la morena chasqueó la lengua-. ¿Me secuestraste solo porque tienes celos de mí? ¡Vaya, no creí que tuvieras celos de un gusano como yo! -le dijo con sorna y Pansy le plantó una cachetada.
-¡No vuelvas a insinuar esa estupidez! -le señaló con el dedo.
En ese momento unos pasos se escucharon detrás de ellas y Pansy se giró viendo llegar a Blaise. Se levantó y fue hasta el.
-¡Tú! -exclamó Hermione, sin poder dar crédito a que él también estuviera involucrado-. ¿Pero, por qué? ¡¿Qué les hice para que me hagan esto?! -exigió con el picor de las lágrimas en sus ojos.
-¡Existir, Granger! ¡Ese es tu pecado! -le gritó furiosa Pansy y Blaise negó con la cabeza divertido.
-Cálmense, chicas, no hay por qué pelear -dijo Blaise con diversión.
-No estoy para tus bromitas -refunfuñó Pansy, dándole un golpe en el hombro.
Blaise se aclaró la garganta y se aproximó a Hermione, agachándose a su altura.
-Hemos estado detrás de ti desde hace tiempo. Te hemos espiado, sabemos a qué hora despiertas, a qué hora duermes e incluso la razón para que tu padre haya cambiado su actitud hacia ti.
Hermione, que hasta ese momento había permanecido callada y evitaba su mirada, al escuchar la mención de su padre dirigió sus ojos hacia Zabini, el cuál le sonrió de manera enigmática.
-¿Qué quieres decir?
Él reprimió una risa.
-También sabemos de tu patética vida en ese consultorio dental y cómo Malfoy cada mañana deja una estúpida orquídea en tu ventana -dijo soltando un bufido-. ¡Que ridiculez!
Hermione sintió una presión en su estómago, por mucho tiempo se preguntó quién era el responsable de esas orquídeas y aunque sospechó de Draco, se lo negó a sí misma, pues no le parecía que el medimago fuera del tipo de hombres que regalaba flores. Y al parecer estaba equivocada.
Sacudió su cabeza como si quisiera alejar a sus pensamientos y su padre volvió a su mente.
-¿A qué te referías cuando hablaste de mi padre? -exigió saber.
Blaise se giró hacia Pansy.
-¿Qué dices, le decimos?
Pansy se alzó de hombros y rodó los ojos.
-Haz lo que te parezca mejor. Voy a darme una ducha, estar cerca de sangres sucias me repugna.
Al decir aquello salió del calabozo.
Blaise sonrió y llevó su mano derecha a la barbilla fingiendo pensar y comenzó a relatar.
-¿Recuerdas el día que quisiste volver a Hogwarts? -Ella asintió-. Me sorprende que la bruja más brillante de nuestra generación no haya notado ese brillo diferente en los ojos de su padre.
-¿Qué? -dijo empezando a entender.
-Es curioso lo que un hechizo imperius puede causar, ¿no crees? Aunque siendo honestos todo comenzó como un juego para hacerte pagar por ser una estúpida heroína de guerra... además de que me di cuenta de que si tú sufrías Malfoy también lo hacía y, aunque no supiera de tu situación, el sólo hecho de tu ausencia en el último año fue suficiente para hacerlo miserable -hizo una pausa-, pero después, aquel día que te encontraste con Malfoy en la cafetería, todo tomó un giro inesperado. -Él soltó un suspiro soñador, recordando-. Ese día, tu querido Draco -escupió con asco-, irrumpió en mi mansión de madrugada solo para pedirme que investigara todo sobre ti y ahí fue cuando supe que ese imbécil seguía prendado de ti como años atrás... En fin, para no hacerte el cuento largo, Granger, investigué todo sobre ti y, ¿qué crees? Descubrí cosas muy interesantes, cosas que estoy seguro ni siquiera tienes idea.
Hermione había dejado de moverse. Permanecía inmóvil, el rostro pálido, con la mirada perdida en algún punto fijo mientras sus ojos comenzaban a desbordar lágrimas de impotencia y furia. Todo comenzaba a encajar como en un rompecabezas.
Comprendió que era Blaise quién le había estado siguiendo todo ese tiempo, que su padre estuvo bajo ese infame hechizo durante mucho tiempo, y no fue lo suficientemente inteligente para darse cuenta, y Draco... ahora entendía que el asunto de la apuesta solo fue un invento de Blaise o ¿tal vez no?
Zabini esperó pacientemente por la reacción de la joven. Sin embargo, al notar que ella permanecía callada y sin intenciones de hablar, aproximó una mano hacia su rostro y la movió, pensando que tal vez había entrado en estado de shock, pero inmediatamente desechó la idea al sentir como le mordía la mano. Él la jaló del cabello, sentándola en el piso.
-¿No vas a decir nada, Granger?
-No tengo nada que decirte -contestó, aparentando fortaleza-. Eres un maldito y lo sabes.
A Zabini se le terminó la paciencia y con brusquedad la tomó del cuello, levantándola y gritando en su oído.
-Siempre odié esa altivez y orgullo en Malfoy y tú eres igual... pero, ¿sabes que? Mientras él se pudre en prisión yo te haré sufrir y haré que me ruegues por tu vida.
Al decir esas palabras la soltó y ella cayó de bruces al suelo, tosiendo y tratando de respirar con normalidad.
Blaise caminó hacia la salida y antes de irse se giró para verla.
-Volveré más tarde para seguir conversando. Aún no hemos terminado.
...
Nuevo capítulo, tengo más capítulos en proceso de correción, no os desespereis, pronto nueva actualización.
¿Tienen teorías?
¡Nos leemos!
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