Capitulo 16 Emociones
Disclaimer Los personajes que aquí aparecen son propiedad de JK Rowling lo demás es invención mía.
Capítulo 16 :Emociones.
A primera hora del día los señores Granger salieron de su casa rumbo a una convención dental, dejando a su hija a cargo de su hermano menor.
Comieron y se divirtieron juntos entre hermanos por un buen rato hasta que a Hermione se le antojó cocinar algo para sus padres, así que, dejando a su hermano entretenido en la sala, se dirigió a la cocina.
Hojeó un libro de cocina y comenzó a ver que podía cocinar, mas sin embargo se vio interrumpida cuando el timbre de la puerta sonó, soltó un suspiro de resignación y fue a abrir encontrándose con la persona que menos quería ver en ese momento: Draco Malfoy.
Ahí estaba parado bajo el umbral de la puerta mirándola fijamente y esperando que lo invitara a pasar, pero ella hizo todo lo contrario y, enojada, le estampó la puerta en la cara, no obstante, él alcanzó a meter el pie haciéndose paso adentro de la casa.
Ella resopló molesta.
-¿Ahora irrumpes en las casas de otros sin pedir permiso? ¡Lárgate ahora mismo!
Él hizo como si no la hubiera oído y cerró la puerta tras de sí.
»¿Qué no oíste? ¡Lárgate!
Hermione estaba desesperada porque se fuera, en parte porque no quería hablar con él, no quería afrontar sus sentimientos, y en parte también porque tenía miedo de que su padre los sorprendieran.
Se acercó a él, jalándolo del brazo con todas sus fuerzas, intentando sacarlo de su casa, pero él no se movió ni un centímetro.
-Granger, ¿puedes parar con esto? Tenemos que hablar.
La joven lo soltó y resopló enfadada por su terquedad.
-¿Qué es lo que quieres?
-Aclarar las cosas -dijo en tono pacífico, intentando posar su mano sobre su hombro pero ella lo rechazó al instante.
-Aclarar, ¿qué cosa? -le exigió, iracunda-, ¿los términos de tu estúpida apuesta? -exclamó, apuntándole con el dedo.
Él soltó un gruñido de impotencia, por no poder hacerla entender la verdad.
-¿Cuántas veces tengo que decirte que eso no es cierto?
Hermione negó con la cabeza, cruzándose de brazos y chasqueando la lengua.
-Soy curiosa, Malfoy, ¿de qué trataba tu apuesta? -le contestó con falsa calma-, tratabas de enamorarme o...
Malfoy suspiró cansado y, con ironía, le preguntó:
-¿Por lo que veo lo logré, verdad?
Eso no hizo sino enfurecerla aún más, intentó cachetearlo, pero él detuvo su mano en el aire.
»No, Granger.
Ella se soltó de su agarre.
-Yo jamás me podría enamorar de ti... ¡¿por qué no mejor te largas con Pansy y me dejan en paz?! -le gritó, con los ojos llorosos.
Él asintió, incrédulo ante sus palabras ya que pudo notar la tristeza en sus ojos.
-Si yo no te importo, ¿por qué te afecta tanto que me haya besado con Pansy?
Hermione bajó la mirada un momento, pensando en qué decir.
-A mí no me importa lo que hagas con tu vida, si me alejé de ahí fue porque... porque no tengo porqué soportar su vergonzoso espectáculo.
El joven llevó sus manos a su cabeza desesperado y frustrado por partes iguales, se giró sobre sus talones soltando una maldición.
¿Por qué era tan difícil para ella admitir que sí sentía algo por él?, ¿por qué no podía entender que su preocupación era genuina?
Se aproximó a la joven, tomándola de los hombros, ansioso por hacerla comprender.
-Granger, no hay y nunca hubo ninguna jodida apuesta. ¡Entiéndelo!
El dolor y el coraje emanaba de la joven y gritó:
-¡No me importa! No lograste tú estúpida apuesta, así que déjame tranquila.
-Granger...
-¡No, Malfoy, no! -dijo con los ojos humedeciéndosele con lágrimas que se negaba a derramar-. ¡Y ya suéltame! -exigió intentando soltarse de su agarre, sin embargo, él no la soltaba.
Hermione agachó la mirada, evitando encontrarse con sus ojos grises porque sabía que sería su perdición.
-No, Hermione -comenzó, haciendo énfasis en su nombre y la aludida levantó el rostro sin saber bien qué responder-, tú ya has hablado lo suficiente, ahora me toca a mi.
Sin darle tiempo a responder continuó:
»Sé que cometí un error y no debí forzarte a que hablaras acerca de tu padre... sobre eso. -Ella dejó escapar una lágrima traicionera y bajó su rostro para que no viera sus inútiles intentos por mantenerse impávida-. Y lo de Pansy fue una estupidez. ¡No debí hacerlo!
Hermione alzó la vista dolida.
-Pero lo hiciste -recriminó e intentó alejarse, pero él la atrajo en un abrazo que ella se negaba a recibir.
-¡Suéltame, ahora mismo! -ordenó, empujándolo por el pecho con sus manos-. ¡Suéltame, no quiero verte...!, ¡no quiero estar cerca de ti! -dijo sin poder controlar sus lágrimas.
Draco la veía con semblante consternado.
-¿Ah, entonces no me quieres cerca?
-¡No, no quiero! -Lo golpeaba insistentemente en el pecho, sin embargo no la soltaba.
-¿Ah, no? Entonces, ¿por qué te afecta tanto que mencione a Pansy, eh?
-¡No me importa! ¡No me importa que hagas o dejes de hacer con Parkinson! -replicó Hermione con terquedad.
-¿Por qué te da tanto miedo reconocer que sientes algo por mi?
-¡No siento nada! -respondió con voz quebrada-. ¡Nada!
Él la abrazó en contra de su voluntad, sintiendo la respiración agitada y los esfuerzos de la joven por alejarlo de ella.
-A mí sí me importas, porque... - susurró contra su oído-... porque te... te quiero. ¡Te quiero, maldición! -gritó y ella tembló al escucharlo-, y siento rabia al saber que ese desgraciado te lastima y abusa de ti... siento rabia porque no me dejas ayudarte. ¡Yo podría matar a ese infeliz si me lo pidieras...!
El pecho de Hermione subía y bajaba de forma descontrolada debido a las lágrimas contenidas y la impotencia que toda la situación le generaba.
-¡Malfoy, ya basta!, ¡es mi padre...!
La joven continuaba luchando por separarse de él, aunque resultara obvio que no lo lograría. Necesitaba alejarse de ahí, necesitaba huir de sus sentimientos, le dolía escucharlo y estaba segura de que terminaría rompiendo en llanto.
-¡No, Hermione! -la sacudió de los hombros, obligándola a verle-. Mírame y dime la verdad. -Ella frunció el ceño sin comprender-. ¿Ese tipo abusa de ti? ¡Anda, responde! -le exigió, pero la joven negó con la cabeza-. ¿O acaso... -Draco dudó, pero decidió continuar-... disfrutas de su abuso , ah?
Hermione sintió irá al escucharlo, pero el sentimiento guardado en su garganta le impedía responder.
-¡Contesta, maldición!
Hermione pasó saliva y no pudo controlar más sus lágrimas.
-¡Déjame en paz...! Por favor... ya... ya basta -suplicó con voz quebrada.
Draco acortó la distancia y, no importándole que estuviera cubierta de lágrimas, acercó sus labios a su rostro.
Hermione podía sentir los labios de Draco mientras besaban sus mejillas, sus ojos... finalmente sintió esos labios presionarse contra los suyos y se estremeció inconscientemente abriendo la boca en respuesta.
El beso se profundizó y la lengua de Hermione fue atraída suavemente hacia la boca de Draco. Pasaron segundos, minutos, quién sabe, pero finalmente la realidad la golpeó y retrocedió en estado de shock.
-¡No! -gritó y se separó del abrazo.
Draco intentó acercarse de nuevo, pero pronto sintió el filo de un cuchillo en su cuello y a ella empujándolo. Estaba roja de coraje y sus manos temblaban sin soltar el cuchillo que minutos antes había guardado en su mandil.
-¡Lárgate de aquí! ¡Yo no soy como la zorra de Parkinson! Y, ¿sabes qué? Piensa de mí lo que quieras. ¡Me da igual!
-No quise decir eso, yo...
-¡Vete ya! -gritó dirigiéndose a la puerta y abriéndola.
Pero para su sorpresa se topó de frente con su padre, quien al darse cuenta de la presencia del mago cambió su rostro sereno por uno de total enfado.
-¿Qué significa esto Hermione?, ¿que está haciendo este tipo en mi casa? -exigió y ella dejó caer el cuchillo al suelo.
-No es lo que parece... es... solo... nosotros... -trastabilló sin que se le ocurriera nada coherente.
Draco no daba crédito al cambio de actitud de la joven.
-¡No es de su incumbencia qué haga o deje de hacer con su hija!
"Oh mierda, eso sonó mal", pensó, pero no se retractó de sus palabras.
-¿Qué quieres decir, imbécil? -cuestionó el hombre acercándose, pero Hermione se interponía entre ellos, ya que no quería una discusión.
-No hagas caso, padre -suplicó, empujando a Malfoy hacia la salida-. Él ya se va. ¿Verdad, Malfoy?
-No, de hecho, no -respondió, plantándose frente al hombre, quien le hizo frente también.
Hermione trató de apartarlos, pero fue bruscamente apartada del camino por su padre, quien le dió un empujón que la tumbó al suelo. Malfoy al ver esto sintió su sangre hervir y tomándolo de las solapas le amenazó:
-No le vuelva a poner un dedo encima o si no soy capaz de matarlo.
-No te tengo miedo -dijo el hombre, soltándose-. Arreglemos esto como hombres.
Dicho esto ambos salieron de la casa y tras cerrar la puerta, el sr. Granger le pasó llave.
-Ahora sí -dijo el sr. Granger estando afuera-. ¿Qué es lo que busca de mí hija?, ¿por qué esta insistencia?
-Eso es algo que usted no comprendería -habló Draco controlando su enojo-. Una mejor pregunta sería; ¿por qué hace esto con su hija?
-¡¿Hacer que?! ¡Habla claro!
-¡Usted sabe a qué me refiero! -le retó mientras daba un paso al frente-. No me haga utilizar la magia para hacerlo confesar -advirtió, amenazante, y el hombre tragó grueso.
Blaise, por otro lado, observaba la escena desde lejos, a una distancia prudente para escucharlos, pero no ser visto. Se encontraba detrás de un árbol, disfrutando de la pelea con una sonrisa burlona. Observó cómo Malfoy le daba un puñetazo al dentista tirándolo al suelo y exigiéndole que le confesara si era verdad que abusaba de su hija, sin embargo, él señor Granger se negaba a hablar e, iracundo, se incorporó maldiciendo al joven.
-Esto es divertido -dijo Blaise desde su escondite-. Lástima que tenga que terminar.
El dentista le propinó un golpe en la cara al medimago y ese instante de distracción Zabini lo tomó para lanzar un avada kedavra.
Pronto el cuerpo inerte cayó al suelo y Blaise se desapareció antes de ser visto.
¡Hola! Regresé antes de lo previsto,espero les siga gustando la historia.
Gracias a RoMir21 por ayudarme con la imagen.
Ya saben teorías , comentarios y avadas en la sección de comentarios.
¡Nos leemos!
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