Capítulo 14 Lágrimas
Capitulo 14
Se dio la vuelta para ver de quién se trataba, y cuando comprobó que no era su padre sino Malfoy, todo el mareo y la angustia que había sentido hacía unos momentos atrás, había desaparecido para dar paso a la furia.
Rio incrédula, porque aparte de atreverse a mentirle en la cara, ¿Se atrevía a seguirla, con Merlín sepa qué intenciones?
—¿Ahora que quieres Malfoy? —preguntó en tono furioso.
—Necesitamos aclarar las cosas…esto no puede seguir así —respondió él, serio, y la tomó por el brazo, pero ella se escurrió de su agarre.
—No tengo tie…—él volvió a tomarla del brazo.
—Ven conmi…
—¡Yo no voy contigo a ningún lado!— gritó furiosa —¿Qué quieres de mí? No vas a convencerme con tus porquerías de excusas y…
—No se trata de eso, solamente quiero…
—Oh…entiendo —los ojos de la chica brillaron de manera peligrosa— quieres Llevarme a tu apartamento y cumplir con tu estúpida apuesta, ¿Cierto?
Él llevó sus manos a la cabeza con frustración —¡No! ¿Qué tengo que hacer para que entiendas que todo es invento del imbécil de Zabinni!
Hermione lo observó con decepción, y un deje de tristeza en su rostro aunque trató de ocultarlo.
—Sabes, ahora entiendo tu plan…
—Qué estás… —cuestionó confundido.
—Me llevaste a tu apartamento para cumplir con tu apuesta, y usaste todo el tema de mi padre como pretexto —explicó con una sonrisa cargada de amargura— Bravo, te felicito Malfoy —seguido de esto, aplaudió con ironía.
—De que estás….
—Pero hay algo con lo que no contabas —ella le apuntó con el dedo, acusándolo, cómo advirtiéndole —¡Yo jamás iba a caer en tus mentiras, y mucho menos… —tragó grueso, y continuó con su dedo tembloroso en el aire —...mucho menos en tu cama… —terminó mientras de un empujón lo apartó del camino.
Él sintió su orgullo pisoteado, e intentó ir tras ella. Optó por tomarla del brazo, a lo que Hermione se soltó de manera brusca.
—Déjame en paz —pidió alejándose dando zancadas.
Malfoy sabía perfectamente que el coraje era quien dominaba el cuerpo de la chica, quien hacía que ella se expresara de esa manera, pero aún así, no podía pasar por alto la humillación en la cual lo sometía una, y otra vez, y eso era algo que ya no soportaba. Así, que cuando vio que Pansy se apareció ante ellos, -probablemente siguiéndolo- se permitió a sí mismo ser gorbernado por el orgullo Malfoy, y cogió a Pansy por la nuca, para besarla acto seguido. No podía evitar darse cuenta de que nada en él se movía, no sintió emoción alguna, más que las ganas de hacerla pagar por sus palabras, y demostrarle que sí le importaba lo que él hiciera con su vida.
La vio alejarse, no sin antes darse cuenta de que en sus ojos había una fina capa de lágrimas, y en ese momento, se sintió pequeño, e indefenso; sintió un pinchazo de culpa en su corazón, y como si le ella le quemara, soltó a Pansy y trató de seguirla, pero la había perdido de vista, y entre maldiciones supo que nuevamente había cometido un error.
Hermione corrió lo más lejos que pudo hasta que sus pies no pudieron más, y se detuvo a tomar aire y controlar sus lágrimas.
—¿Por qué tengo que sentir esto? —sollozó, y volteó hacia atrás, solo para darse cuenta que un tipo con la cara tapada y una gabardina negra se acercaba a paso lento.
Sintió el miedo recorrer su espina dorsal, y limpio sus lágrimas caminando a paso rápido. Detrás de sí misma, pudo escuchar como la persona que iba tras ella también aceleró sus pasos.
Sintió que su corazón se le salía del pecho, y se maldijo por no llevar consigo ningún teléfono; observó a lo lejos un centro comercial, y corrió hacia allá.
Se metió a una librería, y comenzó a mirar los estantes tratando de no verse nerviosa, y ladeó su rostro comprobando que el hombre la veía desde afuera. Pasaron varios minutos en los que ella, seguía ojeando libros sin dejar de mirar de reojo al hombre de negro, hasta que finalmente el sujeto se cansó y se fue .
Esperó un tiempo prudente para salir de la librería, y se dirigió a su casa.
El tiempo había corrido en su contra, y ya estaba atardeciendo cuando por fin entró a su casa. Su padre estaba esperándola totalmente enfurecido.
—¿Dónde estabas?
—Yo solo…
—Fuiste de nuevo con ese tipo, ¿verdad? —preguntó acercándose peligrosamente a la joven, y la tomó por el cabello— Qué sea la última vez que me desobedeces… —susurró en su oído.
La Sra Granger intentó defender a su hija, pero fue silenciada por el hombre.
—No, yo no…
—¡Eres una zorra! —gritó tirándola al piso.
Hermione sintió tanto coraje, tanto miedo, y tanta impotencia, que no fue consciente del momento en el que el jarrón de la mesa estalló en mil pedazos haciendo retroceder a sus padres.
Asustada y sorprendida por partes iguales, se levantó ante ese abrupto descontrol de magia, porque ya no era una niña inexperta, y no era para nada normal que pasaran esas cosas.
—¡Largo de mi vista, fenómeno! —ordenó su padre espantado por la situación.
La joven prefirió obedecer, y subió las escaleras apresuradamente para entrar en su habitación, y quedarse encerrada por lo que quedaba de la noche.
—¿Qué me está pasando? —preguntó a nadie, y preocupada llevó sus manos al rostro en clara frustración.
Dirigió la vista hacia su ventana, y pudo ver algo que no estaba allí esa mañana. Se aproximó y se dio cuenta que se trataba de una carta con el distintivo sello de los Malfoy.
Arrugó el entrecejo, y con toda la rabia que sentía, la rompió en pedazos pequeños.
—Cómo te atreves escribirme...cómo te atreves… —cayó de rodillas partiendo los trozos de papel en pedazos aún más pequeños— Cómo te atreviste a besarla…como te atreves…maldita sea la hora en que te volví a encontrar —dijo peleando con las lágrimas que no dejaban de resbalar por sus mejillas.
Le tomó un rato calmarse, y percatarse de que su hermano había estado en su habitación, y sus dibujos quedaron olvidados en el suelo, los miró con una sonrisa triste hasta que uno de ellos le heló la sangre.
Era un dibujo de la silueta de un hombre parado frente a su casa, junto a los árboles. El pensamiento de que estaba siendo asediada por algún extraño se iba acrecentando en su cabeza, pero la pregunta era quién… ¿Quién podría estar interesado en una simple asistente dental… y con que propósito?
—No puede ser Malfoy, es más bajo de estatura —razonó analizando el dibujo— ¡Deja de pensar en ese imbécil! —se regañó mentalmente.
Y pensó en esperar a que su padre se durmiera para poder comunicárselo a su madre.
Mientras tanto, Blaise dormía plácidamente en su recámara, soñando con ser el hechicero más poderoso del mundo mágico, hasta que se vio abruptamente despertado por un golpe de almohada, proferido por Parkinson.
—Oye, ¡Qué te pasa mujer!
Pero ella no respondió, solo caminaba y daba vueltas de un lado a otro hablando entre dientes y haciendo mala cara.
Él, muy a su pesar, se desperezo y se sentó —Suéltalo ya, ¿qué pasó?
Ella lo fulminó con la mirada —¿Qué crees que pasa? ¡Esa Granger de nuevo!— respondió yéndose a sentar a su lado.
Él se rió causando molestia en la joven.
—¿De que te ríes? ¡Esto no es gracioso!
—¡Por supuesto que lo es, mira tu cara!
Pansy se cruzó de brazos —Esa maldita…
—Si no me dices que pasó….
—Te seguí cuando fuiste detrás de Granger, y me acerque a Draco, y…me besó.
—Y eso es malo porque…—la instó a continuar.
—Porqué solo lo hizo para darle celos a esa sangre sucia —respondió dando un manotazo a la cama.
Blaise se echó a reír —Tal parece que las cosas entre ellos siguen mal ¡Eso es excelente!
—¡Tienes que acelerar esto! ¡Ya me cansé de este estúpido juego, quiero verla sufrir!
—En eso tienes razón…primero debo encargarme de Draco, y después podremos ir por Granger —respondió decidido, y su compañera sonrió satisfecha.
—¿Qué tienes pensado?— preguntó curiosa, y él le dedicó una sonrisa enigmática.
Espero les siga gustando la historia y recuerden votar y dejarme un comentario antes de irse, eso siempre anima a continuar.
Agradezco a Luvlipnk por la corrección al capítulo.
¡Nos leemos!
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