Capítulo 34 Consecuencias
No sé qué es lo que hago, pero sé que lo que hago me hace, no sé qué es Dios, pero Dios sabe lo que soy.
- Alejandro Jodorowsky
Dong- Sung llevaba un elegante traje color negro, su rostro severo y sus ojos color café parecían amenazadores bajo la tenue luz que emanaba la lámpara del pasillo, permanecí sentada con los pies apoyados sobre el asiento mientras esperaba a que Lyonya saliera de cirugía, mis ojos lucen cansados y ojerosos. Sin duda alguna delatan mi falta de sueño, abrí la boca para hablar; pero enseguida la cerré, no sin antes percatarme que Dong-Sung caminaba hacia mi dirección y con un tono de enfado el exclamo mientras tocaba mi hombro en un intento de atraer mi atención: — ¡Me has desobedecido!
— No olvides mi rango — musité sin hacer contacto visual.
— No lo he olvidado, pero mientras tus credenciales como agente sigan activas yo estoy por arriba de ti, por lo tanto, tu dependes de mí.
— Aún sigo siendo tu director adjunto, por lo tanto no he perdido los privilegios, será mejor que tengas más cuidado con lo que digas a partir de ahora o de lo contrario lo tomaré como un acto de traición y tú serás ejecutado.
— Lo lamento, creo que me extra limité.
— Creo que así lo fue.
— A partir de este momento todos los casos en los que estuvo o ha estado involucrado el Detective Lyonya Won-Yoo pasarán a través del Ministerio de Defensa.
— Creo que no voy a poder sacarte del caso tan fácilmente — protesté resignada.
— Como ya lo mencioné antes somos un equipo, y mientras tus credenciales como agente estén activas no puedes tomar un caso directamente, o al menos que se te asignen por el Ministerio de Defensa.
— Señorita Marcielle.
— Si, enfermera — contesté.
— Me pidieron que le informara cuando el paciente despertara.
Antes de sujetar el picaporte para entrar a la habitación froté mis manos y respiré profundamente para disipar mis nervios, el ritmo de mi corazón comenzó acelerarse y un torrente de adrenalina invadió mi cuerpo. Mis mejillas comenzaron a enrojecerse, con mi mano izquierda peiné mi flequillo y abrí la puerta lentamente, enfrente de mi puede ver la cama de Lyonya, hay un par de aparatos y cables conectados a su cuerpo. Hago una leve sonrisa esperando tranquilizarlo.
— ¡Los doctores dicen que me recuperaré pronto! — exclamó.
— Eso espero, porque quiero enseñarte el lugar.
— En ese caso espero que mi guía de turistas me pueda mostrar el lugar y también regresar a mi distrito.
— Sobre eso hay algo que te quería decir.
— Lo que la agente Silvana intenta decir...perdonen por haber entrado de esa manera y no tocar a la puerta, mi nombre es Dong-Sun y pertenezco a la división de inteligencia del Ministerio de Defensa — agregó después de una breve pausa — ahora retomando a la idea original, todos sus casos e investigaciones abiertas serán reasignados al Ministerio de Defensa, lo que significa que usted Lyonya pasará a ser miembro de nuestras fuerzas, así que bienvenido a las grandes ligas y muchas felicidades.
— Perdone Dong-Sun, pero mi capitán no me ha informado sobre mi transferencia y si lo hubiese hecho me encontraba inconsciente para recibir dicho comunicado.
— Si me permite agregar, tengo conocimiento de que tuvo un encuentro con Merick, uno de nuestros hombres más buscados en más de cuatro naciones, así que, por lo tanto, dicho encuentro o incidente o como pueda ser nombrado, pasa a ser una escena a nivel global, por lo tanto, es nuestra jurisdicción ¿tiene alguna duda?
— No, señor.
— Cuando se recupere lo espero a primera hora en nuestro cuartel, hay algunos preparativos que debemos arreglar. Por el momento me retiro, no quiero seguir interrumpiendo más su reunión... Silvana, espero tu informe de la misión sobre mi escritorio a primera hora — ordenó mientras salía de la habitación.
— Perdona a Dong-Sun; a veces no sabe cuándo ser prudente.
— ¿Es verdad lo que mencionó Dong-Sun?
— Por políticas del Concejo, se acordó que toda amenaza que pudiera representar una inestabilidad a nivel global pasaría automáticamente al Ministerio de Defensa y a la división de inteligencia, así que debido a la amenaza que representa Merick, en estos momentos, mantenerte a salvo se ha convertido en una prioridad.
— ¿Qué le pasará a mi equipo o a mi división?
— Tus compañeros serán reaccionados a la división de inteligencia para poder realizar futuras investigaciones o en su caso poder protegerlos.
— ¿Protegerlos?
— Me temo que nuestro encuentro con Merick no fue casual, también las personas cercanas a nosotros corren peligro.
— ¿Hay alguna opción? me puedo negar a aceptar la oferta de Dong-Sun.
— Tus opciones en estos momentos son limitadas, así que sin nuestra ayuda allá afuera podrías durar solo unos minutos.
— En ese caso aceptaré unirme a tu división.
— Olvidé mencionar que soy el director adjunto del Ministerio de Defensa, así que yo seré tu jefe, claro si no tienes un inconveniente.
— No lo tengo.
— Debo irme — respondí mientras besaba la frente de Lyonya.
Al salir de la habitación me encuentro con Hank y Verónica, parece que llevan tiempo observando por la ventana. Hago un leve gesto hacia Verónica y continúo caminando.
<< Creí que era labor de Dong-Sun hacer visitas a los nuevos reclutas >>
— Sólo por esta ocasión preferí hacer una excepción — contesté mientras caminaba por el pasillo.
Estiré mis piernas en un viejo archivero que uso como posa pies y orienté mi silla hacia la ventana, una leve brisa recorrió mi nuca. Con mi mano libre traté de detener el avance de mi falda mientras se recorría sobre mis muslos, las articulaciones de mis rodillas parecen delgadas a simple vista, lo que hacen lucir mis piernas esbeltas.
Toc, toc, toc, escuché un leve golpe sobre el marco de la puerta.
— Parece que te has puesto cómoda — dijo una voz conocida.
— Siempre tan oportuno, Dong-Sun.
— Aun tenemos un asunto que resolver.
— ¿Te refieres al científico?
— Creo que has acertado.
— En verdad me temía que dijeras eso.
— Te veo en mi despacho.
En el pasillo hay dos guardias observando un viejo televisor. Uno de ellos hace una leve mueca mientras cruzo por el corredor. La puerta del despacho está abierta, Dong-Sun hojea un expediente, asiente en silencio y apaga su cigarrillo. Es obvio que se encuentra cansado. Le tiembla la mano, cae ceniza sobre su escritorio, respira hondo tres veces y sacude la cabeza. Vuelve a mirar.
— Tenemos que reunir a los capitanes de cada escuadrón.
— Te refieres al traslado de nuestro amigo el científico...
— Debemos encontrarle un lugar seguro — respondió Dong-Sun mientras ofrece un cigarrillo.
— Ahora no — respondí mientras hago un gesto con mi mano — supongo que tienes alguna sugerencia de cómo debemos de proceder para este caso.
— Creo que hay que darle prioridad a nuestra misión inicial.
— Entonces estás de acuerdo en realizar su pronta evacuación...
— No es eso — poso mi mirada sobre una pila de papeles.
— Es información no concluyente, pero tenemos suficientes datos — contestó Dong-Sun.
Hago un gesto de conformidad.
— Espero no estés equivocado.
— Sé que los medios no nos dejarán tranquilos y exigirán una explicación si llegamos a fracasar.
Entra la nueva pasante deja algo sobre la bandeja.
— Ya es momento de que nos reunamos.
De camino a la sala de juntas, el teniente coronel Chang sale del ascensor. Lleva un saco color gris y unos vaqueros.
— ¡Es un honor verlo por este rumbo! — exclama Dong-Sun.
— Escuché que se organizaría una gran fiesta y no quería perdérmela.
— Lamento decirte, pero sólo es un boleto de ida — contesté.
— En ese caso hay que extender un poco más el viaje ¿no lo cree, director adjunto Silvana?
— Creí que ya te habías retirado, o al menos eso decía tu informe.
— Hay algunos vicios de los que no podemos librarnos.
— Espero que no estés esquivado en continuar con tu vicio.
— Estoy consciente de ello.
La gran mesa está cerrada, el aire está rodeado por el humo de tabaco. Se oye la sonora carcajada del teniente Belmont. Dong-Sun se sienta en un extremo, pide un cenicero y ofrece un cigarrillo al coronel Orson.
— Saludos a todos, creo que está por llegar un líder de escuadrón, pero tenía entendido que estaba realizando un extenso entrenamiento de rutina — explicó Dong-Sun.
— Yo no tengo nada importante que reportar. Las investigaciones que se han realizado en la central les llegarán en unos días, saben por experiencia, que el investigador Gauthier les adelantara algo por teléfono. Las misiones realizadas en las naciones de Nasub y Naslu no han aportado nada significativo — comenté.
— ¿Para qué hemos sido reunidos? — interrumpió Belmont.
— Enseguida les informaré sobre el tema — contestó Dong-Sun
— Hemos realizado una misión de reconocimiento y rescate en el distrito de Gunam. El objetivo se ha logrado asegurar, también hemos tenido contacto con Merick quien está aliado con una de las células criminales de ese distrito. Ahora debemos realizar el traslado de nuestro cliente Vip hacia una zona segura — respondí.
— Ahora lo que propones es limpiar el desastre que has causado y enfrentar a Merick si llegamos a encontrarlo, creo que no es necesario el agregar que no fuimos informados respecto a la misión— afirmó el coronel Orson.
— Usted más que nadie tiene conocimiento sobre los protocolos del ministerio de defensa, ya que fue una misión realizada por nuestro director adjunto, no tenemos el deber de informarle a nuestros subordinados sobre las actividades que realizamos, no me haga recordarle su rango — puntualizó Dong-Sun.
— Como usted diga, subdirector.
— Ahora que ya aclaramos los puntos sobre cómo debemos proceder, les diré el tema más importante de la reunión. Es evidente que Merick quizás ya esté enterado que nosotros tenemos al paquete e intentará recuperarlo a toda costa.
— ¿Qué es lo que propone, director adjunto Silvana?
— Realizar la operación en tres grupos; el tercero será quien escoltará al paquete.
— Perdón que la interrumpa.
— Si, agente Alyssa.
— Lo que propone es que expongamos a un comando de dos grupos para lo que tal vez pudiera parecer una cacería de brujas o una inevitable emboscada.
— Sé que estamos haciendo un uso desproporcionado de recursos y sin contar que arriesgaremos a gran parte de nuestros efectivos, pero jamás hemos estado más cerca de atrapar a Merick.
— Lo entiendo y al igual que usted quiero hacer que pague por todas las atrocidades que ha cometido, pero no tenemos que convertirnos nosotros en el enemigo para poder atraparlo.
— Entiendo lo que trata de decir, pero si dejamos escapar esta oportunidad, quizás no estaremos tan cerca como estamos en este momento.
— Si no hay alguna otra moción que discutir, sugiero que prosigamos con la aprobación del plan. Como le mencioné al coronel Orson, nosotros siendo el ministerio de defensa y ustedes nuestros subordinados no tenemos que rendirles cuentas, ustedes se deben limitar y responder "sí, señor", tomen esta reunión como cortesía nuestra — puntualizó Dong-Sun.
— Ya que no hay alguna otra cosa que discutir, mañana espero a cada uno de sus equipos reunidos al filo de las setecientas horas — afirmé.
— Como ordene, director adjunto Silvana.
— Ahora ya pueden retirarse — ordenó Dong- Sun mientras salía de la habitación.
La ventana del despacho queda a la misma altura de la cornisa de la iglesia. Hay sombra en los patios traseros. En el horizonte se desplaza un avión lentamente por el cielo.
— Salió mejor de lo que esperaba — dijo Dong-Sun al entrar a la habitación.
— Me parece que hemos impuesto nuestra voluntad por encima de ellos.
— Nosotros somos el Ministerio de Defensa y ellos nuestros subordinados.
— Mañana será una misión bastante complicada.
— Creo que no debemos dejar de pensar en las implicaciones y concentrarnos en lo que podemos hacer.
— Tienes razón Dong-Sun. Sólo espero que no haya bajas, por cierto, iré con el tercer grupo — murmuré
— Sabes que no es necesario que vayas.
— Lo sé, pero si no voy perderemos la confianza que queremos ganar, además iré con mi división.
— Querrás decir con la división Lesnar, que le corresponde a Verónica.
— Olvidemos los tecnicismos, deberías estar agradecido de que no haré la misión yo sola.
— No me preocupa que hagas una misión, lo que me preocupa es quedarme al mando y tener que darle una explicación tanto al agente Concejal Verónica como a la concejal Dagmar, del por qué su subdirector adjunto murió en combate.
— Comprendo la posición en la que te coloco, pero sabes bien que no puedo quedarme con las manos cruzadas.
— Sé que no es tu estilo, por eso no trato de detenerte, sólo intenta regresar en una sola pieza al igual que nuestra unidad.
La mañana es fresca, sobre los toldos de los autos se comienza a ver las primeras gotas de lluvia. Doy un sorbo a mi café y tomo un bocadillo, Dong-Sun hojea un informe, levanta la vista hace una leve mueca y continúa leyendo.
— Buenos días ¿ha llegado ya alguien de la unidad? — preguntó la asistente de Dong-Sun. Lleva los labios pintados de rojo, va muy maquillada, parece tener estilo. Se peina el cabello corto y rojizo con la mano. Hace un breve informe de la situación, plantea un par de preguntas más y recibe un par de respuesta.
Una voz se escucha por la radio. La unidad bravo décima novena pregunta la ubicación del Ministerio de Defensa.
Justo lo que imaginaba.
— Aquí la unidad bravo décima novena, la poca visibilidad causada por la lluvia nos ha desviado de nuestro rumbo, por lo que solicitamos las coordenadas para dirigirnos al punto de reunión. Repito tenemos visibilidad escasa, solicitamos apoyo, nos hemos desviado de nuestro curso.
— Habla Silvana, hemos enviado nuestra ubicación a su GPS, afuera hemos colocado un marcador láser para que sea fácilmente ubicado el edificio, entren por la puerta de atrás, repito diríjanse a la puerta de atrás la entrada por el frente está bloqueada.
Lanzó una mirada afligida hacia Dong-Sun.
Él se encoje de hombros.
— Copiado, hemos recibido sus coordenadas y nos dirigiremos hacia su ubicación. Arribaremos en veinte minutos.
— Copiado.
— Iré a preparar mi equipo y veré si el escuadrón ya se encuentra listo — contesto mientras camino por el corredor.
La puerta del vestidor esá entornada. La asistente de Dong-Sun está parada frente la puerta. Toc, toc, toc asoma la mirada un instante, continúa preguntando:
— La brigada que se encontraba perdida está en el aparcamiento de atrás ¿quiere que les haga alguna sugerencia?
— No será necesario, estaré con ellos ¿puedes informarle al teniente coronel Chang?
— Enseguida, director adjunto Diatlov.
— Puedes sólo decirme Silvana, olvida las formalidades.
— Como usted diga direc..., Perdón, iré a informales a la división Lesnar.
El pasillo está obscuro y en silencio, es algo inquietante que una oficina esté vacía. La luz de su corredor no funciona, aunque hay claridad suficiente. El cielo tiene un color azul obscuro, desde el oscurecido horizonte se pueden ver algunos reflejos de los reflectores de los edificios. Dong-Sun tiene la puerta entornada.
— Estaba por reunirme con la división que acaba de llegar, veo que ya te has puesto tu equipo.
— Debo estar preparada, tengo planeado salir cuando la lluvia cese.
— No piensas esperar a que las calles estén secas.
— Tengo el presentimiento de que, si no aprovechamos la oportunidad hoy, mañana comenzarán a retrasarnos el apoyo de las demás unidades.
— Creo que tienes razón, no dejarán de recordarnos que impusimos nuestra voluntad sobre la de ellos.
— Iré a reunirme con los líderes de escuadrón — respondí mientras hago un gesto con la mano.
La puerta del patio trasero está abierta, los vehículos de los escuadrones se encuentran aparcados debajo de un toldo, veo algunos cadetes revisando sus armas, la mayoría de ellos se encuentran en el comedor. Desde el pasillo puedo escuchar su escándalo.
<< Será mejor que me dé prisa antes de que destrocen el lugar>> murmuré.
Al llegar al lugar me aborda la asistente de Dong-Sun: — Al parecer los muchachos ya están impacientes, me disculpo por no lograr mantener el orden.
— No te disculpes ¿sabes con quién debo dirigirme?
— En un momento respondo a su pregunta — agrega mientras revisa su tableta — logré encontrar información, el líder de la unidad bravo décima novena es el capitán Adrien, y el líder de la unidad sur es el teniente Chandler, debo de agregar que en su historial demuestra que es un gran líder, aunque tiene un serio problema para seguir órdenes y con la autoridad, también debo de destacar que su última misión la logró realizar con honores y sin ninguna baja.
— Veo que ha realizado bien su tarea — respondí con un tono sarcástico — pero tengo que agregar que los informes no lo son todo; he visto a soldados con informes impecables sucumbir antes la primera crisis que se les presenta, prefiero remitirme a las pruebas en los campos de batalla, pero gran trabajo.
— Gracias — comentó entre dientes.
Encima del arco de la puerta hay un letrero luminiscente, echo un breve vistazo mientras lo leo en voz baja << salida de emergencia>>. Cruzo por el pasillo hasta llegar a los comedores.
— Soy el director adjunto Silvana — dije mientras extiendo mi mano hacia el capitán de escuadrón.
— Capitán Adrien unidad décima novena y mi colega a mi izquierda es el cabo Dean — respondió al estrechar mi mano.
— Ahora que ya terminaron las presentaciones ¿podemos continuar con la misión? mis hombres comienzan a ponerse impacientes — interrumpió el teniente Chandler.
— Creo que debes de dirigirte hacia el director adjunto con más respeto.
— Puedo defenderme yo sola, capitán Adrien — agregué mientras hago una breve pausa — me atrevería a decir que por tu falta de respeto hacia la autoridad, tú debes ser el teniente Chandler, escuché que eras un gran líder con impecable expediente, pero es una lástima que un pedazo de papel no me impresione, veremos qué tan bueno eres cuando te encuentres afuera enfrentando una crisis con la mayoría de tus hombres muriendo en combate.
— ¡Veo que no necesita de protección! — exclama el capitán Adrien — y tú, jovencito deberías dirigirte con más respeto hacia tus superiores ya que el director adjunto Silvana es la más calificada para esta misión, así que te agrade o no recibir órdenes tendrás que seguirlas. Si estuvieras dentro de mi división ya te hubiera echado.
— No se desgaste capitán. He lidiado con este tipo de agentes, prefiero remitirme a las acciones más que a las palabras, y ahora que noto el entusiasmo del teniente Chandler comenzaré a dar los detalles de la misión.
— La escuchamos director adjunto — respondió el capitán Adrien.
El teniente Chandler enarca la ceja mientras se cruza de brazos.
— Como se habrán dado cuenta, la misión que estamos por realizar es de nivel B, por lo tanto realizaremos una escolta a un preciado paquete, dada la complejidad que representa esta misión y el nivel de importancia será denominado como cliente VIP para proteger su identidad, será trasladado del ministerio de defensa y será llevado a una casa de muy alta seguridad para luego ser transportado a una de las bases secretas que se encuentran en las naciones aliadas. Como es común en este tipo de misión, es necesario usar tres escuadrones de las distintas divisiones para poder evitar corrupción y filtraciones hacia grupos enemigos, los grupos serán nombras como Alfa, Bravo y Charlie. El grupo Alfa, comandará la primera ofensiva utilizará la primera ruta con un VIP señuelo. El segundo grupo Bravo servirá de apoyo del grupo Alfa debido a que es más probable que enfrenten una emboscada, irán después que haya transcurrido dos minutos. El último grupo Charlie de igual manera servirá de apoyo del grupo Bravo. Hay algo que debo agregar: se creará un último grupo el cual será el encargado de transportar y trasladar al VIP, será elegido al azar y recibirá una notificación a su PDA, así que un miembro de cada división incluyendo a sus líderes serán seleccionados dependiendo de sus habilidades y experiencia en el campo de batalla, ellos tomarán una ruta alterna y recibirá apoyo aéreo ¿hay alguna duda?
— Por mi parte no tengo ninguna duda — contesta el capitán Adrien.
— Director adjunto, tengo una duda respecto a la misión.
— ¿Qué duda tiene, teniente Chandler?
— Respecto a la medida que desea aplicar para el traslado del VIP, dos minutos es un tiempo bastante crucial al realizar una escolta ya que nos dará un tiempo limitado de reacción para poder apoyar en caso de una emboscada.
— Estoy consciente de ello teniente, sin embargo, la respuesta rápida en la ofensiva de cada escuadrón dependerá para su propia protección, hasta que el grupo de apoyo llegue.
— Mientras tanto hasta que el apoyo llegue seremos carne de cañón si el tiempo de respuesta no es el adecuado, esto será un baño de sangre — agrego seguido de una breve pausa — no espera que su estrategia sea un éxito, nos está dando a cada uno de nosotros nuestro propio campo, para que no interfiramos en el suyo, como alguna clase de plan de respaldo en caso de que el suyo falle.
— Entiendo su preocupación y al igual que ustedes veo por el bienestar de mi división, no desearía que esto termine en una emboscada, no puedo permitirme otra baja — respondí.
— En ese caso esperemos que esta misión conjunta sea un éxito — comenta el teniente Chandler.
— Ahora que las dudas ya han sido esclarecidas partiremos en una hora, pueden volver a sus escuadrones.
— ¡Sí, señor! — exclamaron el capitán Adrien y el teniente Chandler.
De camino hacia el salón principal, la agente Alyssa espera en el pasillo le da una profunda calada a su cigarrillo. Aun tiene buen aspecto. Ella se queda dos metros delante de la puerta que comunica a mi despacho, baja la cabeza y ve de arriba abajo. Vuelve a mirarme.
— No has venido a desearme suerte o sí — musité.
— He venido para reconsiderar mi apoyo.
— Si es por la acusación hacia Merick, no creo que tenga que volver a mencionar todos los actos que he realizado, ni tampoco tengo que volver a recitar el mismo dialogo que he dicho siempre, pero si así lo requieres lo haré de nuevo: no he dedicado mi vida en proteger a mi nación, ni perseguir a quien no debo.
— Ni yo a realizar cazerías de brujas sin sentido, pero cuando me asignan una misión...
— Haces lo mejor que puedes, creo que es el principal motivo por el cual en este momento se están revisando más de cuatrocientos casos por dudosos manejos en la obtención de la información en los interrogatorios y todos ellos realizados por sus subordinados, lo cual me sugiere que su método no es el mejor — respondí.
— La mayoría son por casos sin validez, demandas civiles hechas por terceros argumentos que son desestimados.
— Los casos se basan sobre ti y tu capacidad de responder como agente asignada y, por lo tanto, están defendidos por mi como el director adjunto del ministerio de defensa.
— Intentas decir acaso que ¿no sabrías como defenderlos? — pregunta la agente Alyssa.
— Ni siquiera sabría cómo defenderlos o quizás perder a propósito, normalmente me desharía de este tipo de estupideces al igual que lo haría un limpiador trasero de un auto durante una tormenta, sin embargo, dadas las circunstancias, qué pasaría si me detengo hasta que tu campo de visión se vea muy limitado y la tormenta sea algo más parecido a un diluvio.
— No lo harías.
— Claro que puedo y basta con demostrarlo dado el poder que ahora tengo.
— ¿Qué pasaría si te apoyo?
— Defendería tus casos como si fueran míos.
— No creerás que testificaré.
— Conozco a alguien que puede encargarse, los hará desaparecer.
— ¿Qué deseas a cambio?
— No mucho, sólo tu apoyo durante esta misión y las futuras.
— Haré todo lo posible para que recibas todo el apoyo necesario.
— Me alegra escuchar eso, agente Alyssa — agregué mientras tocaba mi oído para activar el comunicador — teniente coronel Chang, de aviso a las demás unidades, es momento de levantar el telón y que los actores salgan a escena.
— Seguirás manteniendo tu oferta — comenta la agente Alyssa.
— Ahora si me disculpas tengo otros asuntos en que ocuparme, hablaremos de ello en otro momento.
El andén se encuentra lleno de gente, hay maletas y sillas de metal, escucho algunas conversaciones nerviosas y sonrisas tensas. El teniente coronel Chang se encuentra con su mochila sobre el hombro, avanza hacia mí, me da una palmada sobre el hombro y sube a uno de los humvee. Mi PDA comienza a vibrar. Puedo leer en la pantalla un mensaje:
9:54
asignado a la unidad de escolta cliente VIP.
Respiré hondo y sacudí la cabeza.
— Creó que ha llegado el momento de comenzar la función — murmuré.
Enfrente de mi puedo ver una vitrina con insignias de las divisiones que ha habido en el ministerio de defensa. Hay cinco cascos, incluido el que corresponde a la división Lesnar. Sobre la pared hay dos mapas, uno de nuestro distrito y otro de Providencia. El capitán Adrien y el cabo Dean murmuran sobre la misión, para algunos les parece injusto. Las divisiones Bravo y la división Alfa partieron hace unos minutos, podría parecer que son los menos indicados. La asistente de Dong-Sun observa por la ventana, apoya la cabeza sobre la pared y cierra los ojos.
— ¿A qué hora daremos inicio? — pregunto.
Parpadeo sólo para consultar su reloj.
— Comenzaremos en un par de minutos. Dong-Sun está terminando los últimos preparativos.
La puerta se abre de golpe.
— Creó que ya están reunidos todos nuestros invitados, ahora daremos inicio a nuestra celebración.
Aun lleva puesto su saco color gris y un pantalón vaquero, sobre sus ojos oscuros hay un par de ojeras, pero parece simpático.
— Soy el subdirector adjunto Dong-Sun, disculpen la demora, llevó más tiempo de los esperado convencer a nuestro invitado de honor en asistir a nuestra reunión.
— No te preocupes — respondí.
— Supongo que ahora desean saber a quién van a escoltar hacia su lujoso apartamento y tal vez querrán discutirlo con una tasa de café en mano — sonrió Dong-Sun mientras avanzaba hacia el centro de la habitación, sobre su mano sostiene un apuntador — Es momento de que les hable de ello: escoltarán al biofísico Akihiro, el científico que descubrió el elemento M88 y dado a que es una persona de muy alto perfil, la misión pasará de ser de nivel B a nivel C, es por ello que hemos reunido a lo mejor de lo mejor para poder concluir esta misión con completo éxito.
— Ahora se están cuestionando el peligro que representa la misión, no los culpo por querer renunciar. Les aseguro que no habrá ninguna mancha en su historial ni deben sentirse avergonzados por haber renunciado — añadí.
— Ya que han sido fijado los términos ¿quién desea retirarse? — preguntó Dong-Sun.
Da un largo sorbo a su café, ve un momento el mapa, busca y marca dos puntos con su dedo.
— Hemos venido aquí para realizar la misión, no habrá deserciones — contesta el capitán Adrien.
— Entonces continuaré, nosotros estamos aquí, tal vez a unos seis kilómetros del lugar donde dejaremos al biofísico Akihiro. Es una enorme barricada de edificios altos, algo horrible. El lugar es un gueto rodeado de criminales marginados y algunos importantes, con un alto porcentaje de extranjeros que están a la espera de recibir ayuda social.
— ¡Suena fantástico! — exclama Don-Sung.
— ¿Tienes alguna forma decente de llevarnos hacia un lugar seguro? Seguramente las opciones que has recibido no nos llevarán a casa.
— Usaremos los túneles.
— ¿A qué te refieres con utilizar los túneles? — pregunto el capitán Adrien.
— Por toda la ciudad hay un gran conjunto de túneles que se utilizaron durante la guerra para poder evacuar de una manera más rápida a cada habitante y mantenerlos a salvo en caso de una inminente catástrofe.
— Antes de ir hacia allá hay algunas cosas que tenemos que arreglar. Primero me gustaría hablar sobre la comunicación: estaremos en un lugar confinado, será muy limitado el tener algún contacto con el exterior en caso de que seamos emboscados — respondí.
— Sé que puedo ofrecerles algo que puede interesarles. Hace no menos de dos años se pensó en brindar a cada división una especie de comunicador que pudiera funcionar por debajo de la tierra, pero ya que la mayoría de las misiones que se han realizado han sido sobre la superficie, esa idea de algún modo fue desechada, sin antes claro crear el comunicador y dejarlo olvidado.
— Creo que debo imaginar que esa especie de comunicador milagroso está en tu posesión — dije con un tono de sarcasmo.
— Claro — Dong-Sun, da un largo sorbo a su café — es por ello que me he demorado, de lo contrario no habría valido la espera. Colette les entregará los comunicadores, creo que ella debe tener todo el crédito por tan grande hallazgo.
— Creo que humildad debería ser tu nuevo nombre.
Arruga la frente.
— No sé cómo funcionan en realidad, pero en la estación central, dejarían a su mujer antes que su puesto.
— Lo haremos según como venga. Lo importante es que podamos realizar la misión lo antes posible — Dong-Sun asiente.
— En cuanto a los últimos preparativos me haré cargo, el capitán Adrien y el cabo Dean podrán ayudarme a concluirlos, iremos en dos equipos. La estrategia la determinaremos allí — respondí.
Veo caras atentas, la aprobación es general.
Dong-Sun me devuelve la mirada, detrás del humo que sale de su bebida, ahora es el pensador de la tasa de café, da un largo sorbo.
— Entonces qué esperamos, manos a la obra.
Bajamos dos tramos de escaleras. Las unidades se encuentran debajo de dos grandes vigas que sostienen el viejo edificio. El biofísico Akihiro es delgado, la parte trasera de su saco está manchado. Tiene un olor extraño. ¿A qué huele aquí? Se dirige sin mediar palabra, de una habitación contigua, traen el equipo que utilizaremos.
— Éste es el equipo que utilizarán durante la misión, pero todavía me falta preparar un informe acerca del funcionamiento de los comunicadores — dijo Dong-Sun con voz inexpresiva.
El capitán Adrien hace un gesto.
— No te preocupes, ya se ha comentado lo importante — respondí.
Pasó uno de los comunicadores al cabo Dean.
El capitán Adrien sale en el primer grupo. Señaló una de las salientes que hay dentro del túnel, el biofísico Akihiro baja rápido la cabeza. El cabo Dean camina delante de mí, lleva uniforme color azul marino. Es un color que casi nadie elige, podrían darte un uniforme color verde o rojo enseguida. El ministerio de defensa parece una casa unifamiliar. El cabo Dean señala un escalón a veinte metros de distancia.
— Parece haber un pequeño pasillo al final de ese corredor — se pone erguido. Parece ser un tipo escuálido. Toco su hombro, mientras doy vuelta.
— Es un buen camino si quieres terminar dentro de un desfiladero, al menos que sepas volar — me río, el capitán Adrien hace un gesto.
Respiro hondo, tengo la piel de gallina.
Al ver el mapa en mi PDA identifico la ruta que debemos de tomar, el cabo Dean continúa delante de mí su respiración aumenta cada vez más.
— Respira hondo y mantén la calma, ¿es la primera vez que te encuentras en un espacio como éste?
— Suelo evitar sitios como este, al ver que es un lugar húmedo y oscuro me causa un poco de temor el terminar atrapado.
— ¡Vaya problema! me ha tocado a un claustrofóbico en mi propio equipo.
— Espero no causarle problemas.
— No te preocupes, es bueno que me lo hayas contado, así estaré más preparada en caso de que se nos presente alguna situación de peligro.
— Espero no estorbar.
— Calma no es para tanto, estos túneles ya no son transitados, por eso decidí utilizarlo como nuestra ruta, mientras el segundo escenario ocurre sobre nuestras cabezas.
— ¿Nunca ha tenido miedo durante una misión? — pregunta el cabo Dean.
— El miedo es la principal fuente para hacer posibles los retos que no creíamos cumplir. He tenido miedo antes realizar una misión, creo que no se puede ser humano si no hemos sentido miedo alguna vez, no debes culparte, al contrario, debes aprovecharlo y encontrar la manera de usarlo a tu favor.
— Seguiré su consejo.
— Espero que lo hagas, te necesito alerta en caso de que se nos presente alguna situación.
El cabo Dean asiente con la cabeza.
Hay una puerta de metal bloqueando la entrada al segundo bloque de escaleras, hago un gesto con la mano para detener la marcha, tiro del cordón que sujeta mi casco para liberarme de él y apunto con mi rifle mientras avanzo hacia la puerta.
— ¿Qué ocurre, por qué has detenido la marcha? — pregunta el capitán Adrien a través del comunicador.
— Hay una puerta de metal bloqueando el acceso al segundo bloque de escaleras, lo más extraño es que no tengo registrada dicha puerta en mi mapa.
— A veces los sistemas más sofisticados suelen fallar.
— Tú no lo entiendes, esto podría ser alguna clase de emboscada.
— ¿Deseas que nos detengamos hasta saber que está sucediendo?
— Sí.
— Daré un aviso a los demás y dejaré un escolta adicional con el Biofísico Akihiro.
— ¿Qué tienes pensado hacer? — pregunto.
— Iré a cubrirte mientras evalúas la situación.
— Esta bien, haz lo que desees hacer.
— Berit y Cort brindarán escolta adicional al Biofísico Akihiro, iré junto al director adjunto Silvana a evaluar una situación, el cabo Dean servirá de apoyo en caso de que se presente fuego enemigo.
— Copiado.
Coloco una carga de explosivos sobre el cerrojo de la puerta y hago una señal con la mano hacía el capitán Adrien, rápidamente aparto la mirada y retrocedo unos pasos hacia una columna para cubrirme de los escombros. De mi bolsillo izquierdo saco el detonador para presionar el gatillo, una nube de humo cubre todo el túnel, caen algunos pedazos de escombro que se han desprendido del techo sobre mi chaqueta. Quito el seguro de mi rifle para aproximarme donde ocurrió la explosión, detrás de mi puedo escuchar los pasos del capitán Dean, mientras avanzo espero no encontrarme con ningún atacante. Al entrar dentro de la habitación recorro el perímetro para asegurarme que sea seguro.
— Habla el director adjunto Silvana, ya pueden traer al Biofísico Akihiro, el sitio ha sido asegurado.
— Copiado, comenzaremos con el traslado del Biofísico Akihiro.
Hago una breve mueca mientras me encojo de hombros.
El capitán Dean revisa en su mapa rutas de escape en caso de que tengamos que enfrentar una emboscada dentro de los túneles.
— ¡Parece que nos hemos metido en una situación un poco complicada!
— Creó que eso parece — respondí.
— Sera mejor que nos demos prisa antes de que el estallido atraiga a sujetos indeseables.
— Opino lo mismo.
— ¿Has pensado en algún plan de respaldo en caso de que debamos necesitarlo?
— Prefiero no pensar en ello y apegarme al plan original.
— Creo que parece razonable, aunque prefiero tener un plan de respaldo en caso de que el plan original no resulte.
Puedo observar las linternas de los demás miembros de nuestro equipo mientras caminan hacia nuestra dirección, logro ver al Biofísico Akihiro dentro de una formación cerrada. La tranquilidad dentro del túnel comienza a inquietarme, recorro cada centímetro del lugar parar asegurarme de que no he pasado nada por alto.
— Disculpa ¿por qué tu uniforme es color negro? — pregunta el Biofísico Akihiro mientras toca mi hombro.
— Es el color de mi división, al parecer el ministerio de defensa no logró obtener los nuevos uniformes a tiempo.
— Así que esta es una operación en conjunto.
El chasquido que provoca una rata al ruñir los viejos cables del alumbrado eléctrico hace mantenerme en guardia, coloco suavemente mi dedo sobre el gatillo. A través del reflejo de la mira del armar puedo vislumbrar al Biofísico Akihiro que observa con impaciencia el contorno del túnel. Por el comunicador puedo escuchar al Capitán Adrien <<la zona es segura, sólo se trataba de un roedor >>
— Booba, cuando hablan de un roedor están refiriéndose a un ratón.
— Muy gracioso Cooper, sé lo que significa un roedor, para tu información fui a la universidad.
— No cuenta si sólo cruzaste por su calle — añadió con un tono de sarcasmo.
— Ya basta chicos o tendré que llamar a sus madres — respondí.
— ¿Es mucho pedir que mantengan la calma sólo un momento? y Cooper, el hecho de que Booba desconozca algunas palabras no significa que sea un retrasado, no me hagas mencionar sobre nuestra última misión en Miwon, cierta persona terminó con el rostro teñido de purpura en una operación que realizamos en conjunto — añadió el Cabo Dean.
— No quisiera interrumpir su conmovedora conversación, pero veo múltiples objetos acercándose en el monitor del PDA — comento.
— ¿A qué te refieres con múltiples objetos? — preguntó el capitán Adrien.
— No podría asegurarlo con certeza... podría ser alguna clase de estática que está interfiriendo con los sensores del PDA.
— Puedes usar el sensor térmico solo para asegurarnos de que no haya algún atacante — respondió Booba.
— De acuerdo, pero sólo mostraría nuestra posición en pantalla.
— ¿Que es esa anomalía que se observa en tu pantalla? no creo que se trate de un error en tu software — dijo Cooper, mientras observa sobre mi hombro.
— Parece que se está moviendo muy rápido para ser una persona o alguna clase de animal.
— ¿Qué era este sitio antes de ser abandonado? — pregunta el capitán Adrien.
— Solía haber calderas que usaban para enviar calefacción a las casas.
— Tal vez esa anomalía podría tratarse de alguna caldera que se activó con la explosión.
— No tiene sentido, este lugar fue abandonado desde hace diez años, no tengo en mis registros que este lugar haya estado operando después de su cierre — respondí, mientras observo mi PDA.
De dos tubos que sobresalen de la pared, emanan bocanadas de humo. Bobba observa con nerviosismo al Biofísico Akihiro, mientras lo apunta con su arma y exclama: — ¡Profesor Akihiro, puedo ver lo que tiene en su mano!
— Sólo se trata de un apuntador — contesta mientras lo sostiene en su mano.
— ¿Puedo observar su apuntador?
— Deja de molestar al Biofísico, sólo se trata de un apuntador — interrumpió el cabo Dean.
Al ver movimiento extraño Bobba se lanza sobre el Biofísico Akihiro. No siente compasión, aunque detestara la idea de ser arrestado por su propio equipo, sabe que el no detenerlo podría ponerlos en peligro. El cabo Dean observa con incredulidad la escena que ocurre delante de sus ojos. Apunta con su arma a Bobba tratando de no herir al Biofísico mientras forcejean en un intento de obtener el apuntador.
— ¡Aléjate del Biofísico! o disparo! — exclama el cabo Dean.
— ¡¿Acaso no lo estás viendo?! trae un radio faro en su mano, debemos detenerlo antes de que presione el botón y revele nuestra posición.
El forcejeo libera un brazo del Biofísico Akihiro, y presiona contra su pecho el botón que sobresale del apuntador. Bobba golpea la cabeza de Akihiro con su arma dejándolo inconsciente. El cabo Dean confundido ante lo que presenció delante de sus ojos golpea el costado izquierdo de Bobba intentando detenerlo.
— ¡Pero que carajos está pasando! — exclamo mientras doy un disparó al techo.
El estruendo del disparo se escucha por toda la habitación deteniendo el forcejeo del cabo Dean y Bobba.
— Será mejor que me den sus armas o seré yo quien les dispare ¿y a todo esto, se puede saber que está sucediendo?
— Bobba golpeó al Biofísico Akihiro y lo ha dejado inconsciente, sólo intentaba detenerlo — respondió el cabo Dean.
— Espero que tengas una buena excusa antes de terminar encarcelado por golpear a tu VIP — contesté.
— Puedo explicarlo; tenía un radio faro en su mano, en realidad es un botón de pánico — añadió Bobba a media voz mientras extendía su mano.
— Informaré de esto al ministerio de defensa, mientras tanto asegúrense de que el Biofísico Akihiro esté inconsciente y no muerto, de lo contrario todos estaremos en serios problemas — respondí con una ceja alzada.
— Me encargaré del Biofísico — contestó el cabo Dean con ligera vacilación.
Le lanzo una mirada asesina y acto seguido camino hacia un pilar.
— Habla Silvana, tuvimos una situación con el Biofísico Akihiro.
— Habla el operador Ancel ¿podrías describirme qué clase de situación ha ocurrido con el Biofísico Akihiro?
— Bobba lo ha dejado inconsciente, al parecer encontró una especie de botón de pánico en su mano, alguna clase de radio faro que no pertenece a ninguna de nuestras unidades, creemos que en algún momento lo ha obtenido de Merick. Solicito apoyo inmediato.
— Enviaremos a todos nuestros activos disponibles a su ubicación, traten de mantenerse a salvo hasta recibir el apoyo.
— Copiado.
El cabo Dean había estado apoyado contra la pared. En ese momento me fijé en algo que no había visto antes: el capitán Adrien era varios centímetros más alto que el capitán Adrien. Éste era más musculoso, más ancho. Se pasó la mano sobre su cabello castaño y preguntó:
— ¿Que respondieron en la base?
— Enviarán el apoyo — respondo mientras me encojo de hombros.
— Es una buena noticia, sólo queda esperar a que la ayuda llegue.
— ¿Esperar o ser carne de cañón? Sugiero que nos movamos a una posición menos complicada para repeler un ataque directo.
— Pero la ayuda está por llegar.
— Si nos quedamos esperando a que el apoyo llegue, lo único que podrán recoger son cadáveres, la única opción que tenemos es movernos hacia una zona segura — respondí.
— Sólo por esta vez concuerdo con Silvana, si nos quedamos a esperar el apoyo estaremos vulnerables, además no tenemos municiones suficientes para repeler a un escuadrón — comentó el Capitán Adrien.
— ¿Quién se hará cargo de cargar al Biofísico Akihiro? — pregunté.
— Propongo que lo haga la persona responsable de dejarlo inconsciente — responde el Cabo Dean.
— Concuerdo con ello — conteste.
— Está bien lo cargaré, pero si intenta alguna cosa extraña les juro que le dispararé — replicó Bobba.
Continúo examinado mi PDA en busca de alguna nueva anomalía que pudiera detener nuestro avance hacia una zona segura. Bobba se incorpora cargando sobre su hombro al Biofísico Akihiro y se aleja unos pasos.
— Deberíamos haberlo dejado atrás — masculla el capitán Adrien mientras apoya las manos sobre las rodillas intentando recuperar el aliento — nos está retrasando llevar el equipo de Bobba, además no sabemos si nos están esperando al salir del túnel.
Miró con severidad al capitán Adrien, pero tenía que admitir que su afirmación era correcta. No había manera de asegurarnos que estaríamos a salvo al salir del túnel.
— ¿Qué sucede, por qué se han detenido? — pregunto el Cabo Dean acercándose a la esquina de un pilar para observar.
Echa una mirada por encima de mi hombro.
— Parece que la zona es segura, pero hay que asegurarnos de que nadie este siguiéndonos, colocaré un par de cargas explosivas.
Bobba se acerca al Cabo Dean y se pone a espiar con él. Coloca las minas anti personas en sitios que podría pasar un escuadrón. El capitán Adrien continuaba vigilando, manteniendo el dedo colocado suavemente sobre el gatillo.
— ¿Tiene algún plan en caso de que quisieran atacarnos? — murmuró el Cabo Dean sin dirigirse a nadie en particular.
No respondí. Un movimiento inusual al fondo del túnel llamo mi atención. Los sensores de mi PDA emiten alarmas de manera inusual, el sonido comienza a molestarme los oídos. A unos metros delante de mí una bestia Grimen ruge frenéticamente. El capitán Adrien tira de mi brazo e intenta llevarme hacia un estrecho pasillo, no puedo emitir una palabra el terror ha logrado petrificarme. El Cabo Dean sostiene con dificultad su arma, Cooper se acerca a la esquina de la construcción para espiar.
— ¿No podemos hacer algo para alejarlo de nosotros? — pregunta Cooper mientras su cuerpo tiembla.
Una densa nube de vapor se disemina por el aire, cada vez que intento respirar siento ardor en mis pulmones. La bestia Grimen permanece inmóvil esperando el momento justo para atacar.
— Que alguien me diga si logra ver a la bestia Grimen — Murmuró Cooper.
La nube de vapor ha logrado ocultar a la bestia Grimen, gotas de sudor recorren mi rostro y mi respiración comienza acelerarse, parpadeo para asegurarme de que no es real, de algún modo logró reincorporarme, pero mis músculos no responden. El Biofísico Akihiro abre los ojos emitiendo alguna clase de sonido extraño de su boca, a pocos metros un tubo comienza a aplastarse por sí sólo como si de algún modo una fuerza externa lo comprimiera.
— ¿Dónde está la bestia Grimen, alguien logra verla? — pregunta Cooper.
— Usa tus gafas de visión térmica — respondió el Capitán Dean.
La bestia Grimen está parada enfrente del Cabo Dean. Cooper dispara sin vacilar, las balas rebotan hacia el suelo, las paredes y el techo del túnel, pareciera que una armadura rodeara a la bestia Grimen. Un estridente rugido ensordece nuestros oídos. El piso tiembla y cruje como si algo muy pesado lo hiciera añicos. Me arriesgo a echar un vistazo rápido sosteniendo mi arma contra mi pecho. Un estallido lanza un tubo hacia nuestra dirección clavándolo en la pared.
— ¡Arrójame la bengala! — exclama Cooper.
— ¿Qué intentas hacer? — repliqué.
— Intentaré alejar a la bestia de nosotros.
— Cooper, intentarlo sería un suicidio, nuestras balas no logran dañarlo — advirtió Bobba.
— No hay otra manera, intentaré llevar a la bestia hacia la habitación donde se encuentran las minas, así tendrán el tiempo suficiente para lograr escapar.
— Sólo intenta regresar con vida — contesté mientras le entrego la bengala.
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