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Capítulo 30 Abismo

No soy de este mundo, soy un espectador entretenido y a veces asqueado. Detesto el género humano, sus falsas apariencias y su mezquindad.

- H.P. Lovecraft

Al abrir la llave de la regadera, el vapor del agua caliente empaño el cristal de la puerta. Froté sobre mi cuerpo el jabón, pasando a través de mis pechos hasta llegar a mi vientre. Cerré mis ojos mientras me quedaba debajo del chorro de agua que salía de la regadera, puedo sentir cómo los músculos de mi espalda se relajan.

<< Será mejor que me dé prisa >> me dije con un hilo de voz.

Abrí mis ojos y con un leve suspiro que escapó de mi boca cerré la llave de la regadera y jalé la puerta corrediza para tomar la toalla. El reloj marcaba las siete menos tres, al entrar a mi habitación para cambiarme saqué del cajón mis Jeans vaqueros y una camisa de tirantes, con un saco color gris y unos botines color marrón. Mientras me coloco la peluca, observo mi reflejo en el espejo mis ojeras aún se asoman amenazantes sobre mis párpados. Por último, abrocho mi cinturón y coloco mi porta armas en la cadera. Hoy no hay tanto tráfico en la interestatal en la estación WDR ll radio suenan los éxitos de los 60s. La división de crímenes violentos está al cruzar la esquina, aparco cerca de un parque.

— ¡Bonito auto! Desea que se lo cuidemos — exclamó un pandillero con un tono de sarcasmo.

— No será necesario — respondí, mientras muevo mi saco para dejar al descubierto mi arma.

— Vámonos de aquí, se ve peligroso — dijo uno de los pandilleros al salir huyendo.

Al entrar a la división el teniente segundo Seok me aborda.

— Debe ser el capitán Amanda Müller de la división oeste del distrito de Kongsang.

— Es un placer conocerlo, teniente segundo Seok.

— Acompáñame, conocerá al resto del equipo.

En el corredor se ven cajas con archivos que parecen ser del caso en donde el fiscal Fujita está involucrado — ¡permiso, permiso! ha llegado otro camión con cajas de la fiscalía — dijo un oficial mientras se abría paso.

— Perdone el desorden, desde que asesinaron a la asistente del fiscal y a su informante, la división de crímenes violentos se ha encargado de investigar su caso — dijo el teniente segundo Seok.

— Veo que se han complicado las cosas — respondí.

— Continuemos, le mostraré al equipo.

Observo a un grupo apartado del resto, hay una pizarra con fotografías de personas involucrados en el caso. Uno de ellos me observa con detenimiento. Con el rabillo del ojo continúo observándolo mientras el teniente me acerca al equipo para presentarme.

<< ¡Creo que es el momento de presentarlos! Él es el especialista en escenas de crimen Kim Hyun-Joon, el teniente primero Jang Keun-Suk, el jefe Park Shin-Hye, y el detective Lyonya Won-Yoo y la detective Lee Minho>>

— ¡Un placer, mi nombre es Amanda Müller!

— ¡Teniente segundo Seok, al parecer ha habido otro asesinato cercas del distrito de Gunam! — exclamó un oficial.

— Bien, ya escucharon. Iremos al distrito de Gunam — respondió el teniente primero Jang Keun-Suk.

— Me pareces familiar — dijo Lyonya al caminar hacia a mi dirección.

— ¡Espera un momento, conquistador! No ves que estás fuera de tu liga — interrumpió Lee Minho mientras lo sujetaba del hombro.

— ¡Jefe Park, al parecer Lee está a punto de tener un ataque de celos! — exclamo Kim Hyun-Joon.

— No son celos — respondió Lee Minho mientras sus mejillas se sonrojan.

— Si ya terminaron, hay una escena de crimen que debemos procesar. Como Lyonya y Amanda ya se conocen irán juntos, y perdón por preguntar, capitán Amanda ¿cuentas con vehículo? — preguntó el teniente segundo.

— Sí.

— Entonces ya está arreglado, Lyonya y tú irán juntos.

— ¿Tú vehículo en dónde está aparcado? — pregunto Lyonya.

— Está cruzando la acera — respondí, mientras empujaba las puertas de cristal.

Al salir del edificio crucé la acera para llegar al auto, a través del reflejo del parabrisas trasero del auto puedo ver el rostro de sorpresa de Lyonya al ver el Ford GT.

— Veo que mi auto te ha dejado sorprendido.

— Comenzaba a preguntarme ¿por qué no has sido asaltado por algún pandillero?

— Si te refieres a los vagos que se encontraban por esta zona, digamos que usé su mismo lenguaje y les di la debida motivación — respondí mientras movía mi saco para dejar ver mi arma.

Lyonya lanza una mirada acusadora.

— Esperas una invitación para subir — hago un gesto con la mano.

— En realidad comenzaba a preguntarme cómo un capitán tiene un vehículo como este — respondió Lyonya al subir.

— Acaso el ser capitán debe limitarme a un cierto tipo de vehículo — contesté con un tono de sarcasmo.

Lyonya se encoje de hombros. Puedo ver cómo sus mejillas comienzan a sonrojarse.

El cielo se tornar gris, algunos de los peatones corren intentando cubrirse de la lluvia, el tráfico se torna cada vez más lento y enciendo las luces intermitentes mientras disminuyo la velocidad. Por el radio el detective Lyonya escucha la voz del jefe Park.

<< Que alguien asegure la escena. Kim Hyun-Joon ¿en dónde te encuentras? >>

— Jefe Park, me encuentro cerca del distrito de Gujeonog y al parecer el tráfico se encuentra detenido.

<< Pues ve a pie a la escena del crimen>> <<teniente primero Jang Keun-Suk ¿cuál es tu ubicación?>>

— Cerca del distrito de Gominow.

<< Acaso no hay nadie cercas de la escena del crimen>>

Lyonya baja el volumen de la radio — así es el jefe Park — añadió a media voz.

<< Lyonya holgazán ¿cuál es tu ubicación? repórtarte>>

— Será mejor que conteste — soltó un resoplido y contestó: — aquí Lyonya, me encuentro cerca del distrito de Gukub.

En la siguiente intersección tomo la desviación hacia el distrito de Gukub. Presiono el acelerador a fondo con el rabillo del ojo puedo ver la expresión de preocupación en el rostro de Lyonya.

— Es peligroso manejar a alta velocidad con un clima como este.

— Mantén la calma, estamos por llegar al distrito de Gukub — arrugué la nariz.

Por la radio el jefe Park vuelve a llamar: << Lyonya ¿cuál es tu ubicación actual?>>

— Estamos por llegar a la escena del crimen, veo algunos oficiales en el lugar.

Las farolas de las patrullas brillan intermitentemente sobre el parabrisas del auto. La ambulancia se encuentra subida sobre la acera veo que los paramédicos fuman aburridos.

— No se puede pasar, es una escena de crimen.

— no puedo enternder por que llamaron ¡hoy era mi descanso! — dijo uno de los oficiales.

— Somos el detective Lyonya y el capitán Amanda Müller de la división de crímenes violentos.

Las baldosas de las casas mantienen un buen aspecto, aún hay bonitas casas en este vecindario, la puerta principal está abierta. El teniente Cort está a la derecha en el cuarto de estudió, hace unos apuntes en su bitácora, observa hacia nuestra dirección y lo deja.

— Son de la división de crímenes violentos.

— ¿Que ha ocurrido en la escena?

— Al parecer el tipo entró por la puerta trasera y se ha escapado por el balcón del segundo piso.

Afuera hay un gran jardín con arbustos y una barda alta. Ya se ha solicitado iluminación extra, deberían de estar aquí en hora y media. Afuera no se alcanza a ver nada, así que no hace falta que salgamos. Por la lluvia todo está empapado, por lo que tendremos suerte si encontramos evidencia que nos ayude con el caso.

Por el pasillo de atrás aparece el médico forense, deja su maletín sobre el suelo y emite un saludo.

— Detective Lyonya, creí que a los novatos no se les permitía ir a las escenas de crimen.

— Doctora Sook ¿sabe la hora del asesinato?

— En realidad no le echo mucho al cadáver.

Mueve la mano derecha del cadáver para poder girarla sobre su espada y añade: — Delante tiene dos puñaladas sobre el abdomen y uno sobre el pecho. Tiene marcas de estrangulamiento sobre su cuello y una herida profunda en su cráneo. Además, la ropa interior esta rasgada. Podría haber evidencia de fluidos en las manchas de sangre sobre sus muslos y nalgas.

— ¿Encontraron algo que no encajara con la escena? — preguntó el jefe Park.

— Hasta el momento todo apunta a que posiblemente fue homicidio premeditado — contesta la detective Lee Minho.

— ¡Jefe Park! — exclama Kim Hyun-Joon — al parecer el asesino entró por la puerta de atrás y la atacó por la espalda.

— Kim Hyun-Joon, no veo marcas de forcejeo — dice Lyonya.

El teniente primero Jang Keun-Suk coloca tablas con números alrededor de la víctima y toma algunas fotografías. No levanta la vista, permanece concentrado. Coloca el número trece junto a una mancha de sangre y el número catorce cerca de su cabeza.

— Parece que hay algo extraño con la escena — murmuré.

— ¡Jefe Park! los oficiales encontraron un bolso casas atrás — dijo Kim Hyun-Joon al entrar a la habitación.

— ¿Qué es lo que encontraron?

— Un bolso de mano y una identificación que parecen pertenecer a la víctima.

— Entonces el atacante persiguió a la víctima hasta su casa y la apuñaló dentro...algo no cuadra con mi escena — asevera el jefe Park.

— ¿Hay señales de huellas? — pregunté.

— Ya están comparando las huellas hasta el momento las encontradas pertenecen a la víctima — respondió Lyonya.

— Me acaban de informar que encontraron un vehículo — añadió el teniente primero Jang Keun-Suk.

— Confirmen que pertenecen a la víctima o a su atacante — agrega el jefe Park con voz inexpresiva

— Cada vez comienza a complicarse esta escena de crimen.

— ¿Jefe Park?

— Diga, detective Lee Minho.

— Supongamos que entré a su casa lo apuñalo, y en la misma escena del crimen por la trayectoria del cuchillo salpiqué las paredes, también por la gravedad de las heridas perdió demasiada sangre dejando sobre el suelo una gran mancha.

— Tiene razón detective, Lee Minho. La mancha de sangre debajo del cuerpo no es consistente para la gravedad de sus heridas, además hay pocas salpicaduras de sangre sobre la pared — respondió el teniente primero Jang Keun-Suk.

— De acuerdo a su hipótesis la víctima fue apuñalada en otro lugar y después traída hasta su casa — respondí.

— Está en lo correcto, capitán Amanda Müller.

— Hay algo más en el cuerpo de la víctima...

— Que es lo que encontró Kim Hyun-Joon — pregunta intrigado el jefe Park.

— En la parte trasera del cuello tiene una especie de pinchazo parecido a la marca que deja una jeringa.

— Lleven el cuerpo de la víctima al forense e investiguen que fue lo que ocurrió, aseguren sus pertenencias y llévenlas al cuartel. También dejen dos oficiales cuidando la entrada.

El clima parece estar fresco, así que subo la ventanilla del auto. Lyonya aún continúa viendo el expediente del caso. En la WDR ll radio ponen los éxitos de los 90s, el reloj digital marca las once menos diez. En la radio de Lyonya se escucha la voz del jefe Park: — Lyonya, habla el jefe Park.

— Si, jefe Park.

— Haz una visita al forense, al parecer ha encontrado algo en el cuerpo de la víctima.

— Le informaré a la capitán Amanda Müller.

— Parece que está será una larga noche — masculla Lyonya.

— Será mejor que hagamos caso a lo que solicita el jefe Park — respondí.

— En ese caso, hagamos una visita al forense, será mejor que veamos lo que ha encontrado en el cuerpo de la víctima.

Tomo la desviación hacia el distrito de Gukub, las farolas de una patrulla se reflejan por el espejo retrovisor del auto, doy vuelta en la próxima intersección. El reloj digital del auto marca las doce menos diez. Lyonya hace un largo bostezo, su rostro parece cansado y hace una breve mueca. Hay algunos peatones caminando por la acera, con mi mano peino mi flequillo. La oficina del forense está al doblar la esquina. Al entrar a la morgue la ayudante del forense nos detiene. Lyonya le muestra su placa y nos conduce hacia el interior.

— Deben ser de la unidad de crímenes violentos de la división sur de Gunam. Estaba a punto de llamarlos — dijo el forense al vernos entrar en la habitación.

— Mi nombre es Lyonya y mi compañera es Amanda Müller.

— Es un placer, mi nombre es Baek.

— Nos informó el jefe Park que ha encontrado algo inusual en el cuerpo de la víctima— respondí.

— Está en lo correcto, pero antes de hablar de los detalles me gustaría decirles que ya tengo confirmada la identidad de la víctima.

— Me gustaría saber cuál es su verdadera identidad — contestó Lyonya.

— En ese caso continuaré — respondió el forense Baker mientras añade — la víctima tiene un edad aproximada de veinticinco años, de acuerdo a la base de datos respondía al nombre de Ninochka y vivía en el distrito de Gavolga.

— ¿¡Ha dicho Ninochka!? — exclamé.

— ¿Te parece familiar su nombre? — preguntó Lyonya.

— Creí que me era familiar ¿conoce la causa de la muerte?

— Aparentemente perdió diez litros de sangre.

— ¿Fue a causa de las heridas?

— La drenaron, las heridas vinieron después.

— En sus brazos no veo señas de forcejeo — dijo Lyonya.

— Eso es debido a que fue sedada antes de extraerle su sangre.

— ¿Hay rastros de violación? — pregunté.

— Me es difícil saberlo, ya que la víctima tuvo relaciones sexuales una semana antes de ser asesinada y si de algún modo hubo una violación el asesino supo borrar su rastro.

— ¿Tiene una causa probable de muerte?

— Si observa con atención los hematomas sobre su cráneo, podría determinarse como una causa probable de muerte, aunque me atrevería el decir que también contribuyó la asfixia producida sobre su tráquea, en mi opinión. Lo que le ocasionó su muerte fue la apuñalada que recibió sobre su tórax y que a su vez perforó su corazón.

— Una pregunta más ¿el ahorcamiento sobre su tráquea fue Post mortem?

— Fue durante el tiempo en el que se encontraba con vida.

— Gracias, doctor. Informaremos de esto en la estación.

— ¿Hay algo más?

— A qué se refiere — respondí.

— En su brazo izquierdo había una especie de protuberancia que parecía ser una mala cicatrización, me tomé la tarea de examinarlo y encontré una memoria micro SD incrustada, que al parecer no quería que la encontraran. Intenté examinar lo que contenía, pero parece estar cifrada, sea lo que contenga murió por ello.

— Gracias doctor ¿tiene algo más que desea agregar? — respondo mientras me entrega la memoria.

— Eso es todo, en cuanto termine mi informe se los haré llegar.

Mi reloj de pulsera marca la una menos once. Continúo caminando hasta llegar al auto, recargo mi cabeza sobre el respaldo del asiento y cierro los ojos por un momento.

— Parece que también te encuentras cansada.

— Ya quiero que esta agitada noche termine — respondí, con un hilo de voz.

— Puedes dejarme cerca de Gunam. Así no tendrás que rodear por todo el distrito hasta llegar en donde te hospedas.

Tomo la autopista y doy vuelta en la próxima intersección hacia el distrito de Gunam, Lyonya me hace un gesto con su mano para que me aparque en un acotamiento.

— Gracias por el paseo, mañana nos veremos — respondió, mientras bajaba del auto.

Retomo mi camino hasta salir del distrito de Gunam, algunos departamentos lucen iguales por esta calle, doy vuelta a la izquierda y a los lejos puedo ver la casa de Abelard. Las luces parecen estar encendidas, dejo el auto dentro del garaje. Mis pasos suenan presurosos sobre el suelo, al entrar a la sala Abelard se encuentra sentado sobre el sofá leyendo un libro, seguidamente responde: — Creo que ha sido una noche ocupada.

— ¡Lo fue! — exclamé.

— Supongo que averiguaste algo sobre el científico — añadió sin apartar la mirada del libro.

— Aun continúo investigando, pero cada vez comienza a tornar más extraño este caso.

— ¿A qué te refieres?

— Encontramos el cuerpo de una cadete entrenada por mí.

— Imagino que debió ser duro para ti.

— Me disculpas por un momento, iré hacer unas llamadas — contesté, mientras caminaba hacia mi habitación.

Coloco mi arma sobre la mesita de noche, me quito los botines y dejo la peluca sobre mi chaqueta. Observo el informe que está sobre mi cama doy una breve hojeada.

— No puede ser Ninochka — mascullé. De mi bolsillo trasero del pantalón saco mi PDA y marcó a Dong-Sun.

— Silvana, ¿sabes la hora? — contesto.

— Lo siento, pero tenía que hablar contigo.

— Me supongo que debe de ser importante si no pudo esperar hasta mañana.

— ¿Recuerdas a la cadete que enviamos a una misión en la nación de Laur?

— Te refieres a la entrenada y reclutada por ti — reafirmo, Dong-Sung.

— Siempre tienes que ser tan directo — musité.

— Trataba de poner en claro ciertos puntos.

— Creo que ya han quedado claras las cosas — respondí, con un tono de enfado.

— Recuerdo que la entrenaste como agente y fue enviada a una misión a la nación de Laur, misión en la cual si me permites agregar mostró un gran talento.

— Creó que te alegrará el saber que ahora se encuentra en una mesa en la morgue.

— Se encuentra en la morgue ¿qué es lo que intentas decir?

— Veo que no pareces sorprendido ¿hay algo de lo que no me has hablado?

— Hace tres meses fue enviada al distrito en donde tú te encuentras y ya no hemos recibido comunicación desde hace tres semanas, ahora ya conozco el motivo.

— Me imagino que fue descubierta mientras se encontraba investigando un caso.

— Hay algo que debes saber: el sector donde te encuentras es un lugar olvidado por la nación oriente, ni el concejal o el agente conejal tienen permitido entrar, trata de mantener en todo momento tu identidad como Amanda Müller. Creo que no debo recordarte que te mantengas al margen de cualquier situación, solamente cumple con tu misión, busca a tu objetivo y asegúralo.

— Debo colgar.

— Silvana, no ignores lo que dije: trata de mantenerte a salvo.

— Gracias, debo de colgar.

Me despierta el aroma a café que se cuela por debajo de la puerta, mi reloj de pulsera marca las seis menos veinte, camino hacia el lavabo para echarme agua sobre el rostro. Me faltaron tres horas más de sueño. Camino hacia la mesa de noche para tomar mi PDA y veo un mensaje del jefe Park:

Fanfarrón 06:32

Reunión de equipo siete menos treinta.

Me colocó mi chaqueta de cuero y mis Jeans vaqueros, me siento sobre la cama para ponerme mis botines, me coloco la peluca y guardo mi arma en mi bolsillo.

— ¡Está listo el desayuno! — exclama Abelard al verme entrar a la cocina.

Hago una breve mueca y me siento sobre una silla vacía.

— Parece que no has dormido.

— ¡Creó que me faltaron tres horas más de sueño! El jefe Park quiere que nos reunamos, quizás quiere saber sobre el avance del casó.

— Creo que este caso de alguna manera esta ligado con el científico que debes de encontrar.

— Cada vez parece más extraño esta misión, primero me encuentro con Aleksander Sokolov, un mafioso que creí haber asesinado y después un recluta entrenado por mi aparece muerto.

— No te tomes esta misión tan personal.

— Necesito saber quién está detrás de todo esto, al parecer tiene cierto conocimiento sobre mi pasado.

— Podría ser una desafortunada coincidencia.

— Abelard, trata de mantenerte a salvo — respondí, mientras me levanto y camino hacia el garaje. Al llegar al vehículo el PDA comienza a sonar observo la pantalla, el número parece ser del jefe Park.

Diga.

Capitán Amanda, soy el jefe Park ¿podría hacerme un favor?

¿Qué necesita que haga?

Saber si antes de llegar a la estación podría pasar con el forense a recoger el informe.

De acuerdo.

Esta mañana parecer haber tráfico, todo a mi alrededor parece gris, algunas nubes bloquean la luz del sol, afuera la temperatura es de quince grados centígrados, al menos es lo que indica el navegador del auto. Cada vez avanzo con lentitud. Por un lado, de mi se acerca un Volkswagen cabrío color rojo. La luz del semáforo se pone en verde piso el acelerador a fondo, aparco cercas de la oficina del forense. parece haber poca gente esta mañana al entrar su asistente me detiene.

— Señorita Müller ¿viene a ver al médico?

— En realidad, el jefe Park me envió a recoger el informe.

— Hace un momento vinieron compañeros suyos.

— Vinieron compañeros míos ¿tenían alguna clase de uniforme?

— Sólo vestían trajes negros.

— ¡Espere aquí! — exclamé, mientras sacaba mi arma.

— ¿Sucede algo?

— Sólo manténgase a salvo.

En el fondo de la habitación, puedo ver colgado del cuello el cuerpo del forense, el cuarto se encuentra desordenado como si hubiera sucedido una lucha, en su mano izquierda aun sostiene una nota.

— ¡Doctor! — exclama la asistente mientras ve el cuerpo del forense.

— Será mejor que espere afuera de la habitación; en este momento es una escena de crimen. También necesitaré que haga algunas declaraciones solo para eliminar sospechosos.

— Está bien, espero afuera — respondió la asistente con un hilo de voz mientras salía de la habitación.

— Habla el capitán Amanda Müller, envíen a la unidad de crímenes violentos a la oficina del forense y a un grupo de oficiales para asegurar la escena del crimen.

La detective Lee Minho es la primera en llegar a la escena del crimen; en su mano sostiene un cigarrillo, da una calada mientras coloca unas tablas con número alrededor de la víctima y hace unas fotografías. no levanta la vista. Coloca el número uno debajo de los pies del forense que aún permanece colgado y coloca el dos cerca de su escritorio.

— ¡Parece que hay una nota en su mano! — exclamo.

— ¿Qué es lo que dice? — pregunta el jefe Park.

— Azammi.

— ¿Azammi? ¿alguien tiene alguna idea que significa?

— Es una mafia local controlado por Velkan, suelen frecuentar el club nocturno Zilla's— respondió el teniente primero Jang Keun-Suk.

— ¡Ya escucharon, hagan una visita a esos mafiosos! — agrega el jefe Park mientras observa el cuerpo del forense Baker — ¡que alguien baje el cuerpo del forense!

Los cristales del auto comienzan a empañarse, saco mi mano por la ventanilla el viento parece tornarse fresco, cada vez hay menos personas caminando por las calles. El teniente Jang Keun-Suk enciende las farolas mientras se abre paso a través de los vehículos. El club Zilla's se encuentra al doblar la esquina, aparcamos en un callejón cercano al club.

— ¿Cuál es el plan? — dijo el teniente primero Jang Keun-Suk mientras toca la mano sobre ventanilla del auto.

— Entrar al club y sacar a cada uno de sus miembros — respondí.

— ¿Estás seguras de ello? la mafia a la que te quieres enfrentar domina la mitad de esta región y meterse con ellos es declarar una guerra, además está comenzando a llover.

— No le temes a un poco de lluvia o más bien a una lluvia de plomo — respondí, mientras bajaba del vehículo.

— No es temor, diría que es preservar mi propia seguridad y dime ¿que tienes planeado hacer?

— A diferencia de ti, teniente primero Jang Keun-Suk, prefiero una lluvia de plomo, me resulta más reconfortante — contesté mientras me colocaba el chaleco antibalas y sacaba del maletero una escopeta.

— No estarás pensando entrar al club sin apoyo...

— ¡Entraré ahí con o sin su apoyo!

— Ya escucharon al capitán, es hora de trabajar.

Mientras corría hacia el interior del club el ruido de gritos y lucha se hacía cada vez más fuerte, finalmente Lyonya se encontró con una enorme habitación, en el centro de la estancia, los guardias de Velkan estaban enredados en una feroz batalla. El teniente primero Jang Keun-Suk captó vagamente que había otro guardia luchando junto a la detective Lee Minho. Pero su atención no fue hacia ella, sino hacia Kim Hyun-Joon, que se encontraba oculto detrás de un sofá.

— Capitán Amanda, será mejor que haya pensado en un plan — gritó — esto parece una carnicería, nos están haciendo pedazos.

Al oír eso, el teniente primero Jang Keun-Suk se abrió paso más allá de la detective Lee Minho hasta llegar junto a Lyonya. De repente, corrí hacia el primer peldaño de escaleras, otro grupo de guardias se hallaban tirados sobre el suelo.

— ¡Velkan, será mejor que te rindas, te tenemos rodeado! — exclamé.

— Sabes a quien te estás enfrentando.

— Al parecer a un mafioso con el peor gusto en escondites.

— ¡Acaso no le temes a la muerte!

— Todos vamos a morir en algún momento, pero el tuyo será hoy — respondí mientras lanzaba un cuchillo hacia su hombro.

— Si intentaste matarme te puedo asegurar que has hecho el peor trabajo.

— Si yo fuera tú, no me adelantaría a los hechos, me imagino que en estos momentos has de estar experimentado el peor dolor de tu vida y un adormecimiento en tus extremidades, eso es debido a que mi cuchillo se encuentra empapado de veneno, pero descuida tengo el antídoto.

Lyonya vio con el rabillo del ojo a Velkan desplomarse como peso muerto sobre una mesa de centro de cristal, cada vez le es más difícil respirar, tira de su corbata en un intento de jalar la mayor cantidad de aire hacia sus pulmones.

— Supongo que en estos momentos tienes deseos de hablar — digo, mientras sacudo el frasco con el antídoto delante de sus ojos.

Sus labios se tornan de color azul y su ritmo cardíaco cada vez es más débil. Saco de mi bolsillo una cánula para inyectarle el antídoto sobre su brazo.

— En unos pocos momentos dejarás de sentir ese hormigueo sobre tus brazos y tu respiración comenzará a ponerse estable, ahora que tengo tu atención ¿podrías responderme algunas preguntas?

— De ningún modo delataré a mis camaradas — contestó Velkan con un hilo de voz.

— Creo que es una respuesta equivocada — respondí mientras disparo sobre su pierna.

Velkan presiona la herida, puedo observar el dolor en su rostro. Con su mano libre se arrastra hasta quedar recargado contra la pared.

Camino detrás de él.

— Creo que ya has de tener tu mente más lúcida, espero que puedas responder a mis preguntas.

— ¿Qué es lo que intentas saber?

— ¿Quién está detrás del asesinato del forense?

— Acaso no te has dado cuenta, yo sólo sigo órdenes.

— ¿De quién sigues órdenes?

— Creó que deberías de saberlo, después de todo eres la Femme Fatal.

— Aleksander Sokolov ¿te dijo que me encontraba en este lugar?

— En realidad fuiste tú, no has cambiado tu método desde la última vez que estuviste aquí.

— Este método me ha estado funcionando.

— Hay alguien a quien le interesará verte de nuevo.

— No tanto como te alegró el verme — añadí.

— No soy el mayor de tus problemas.

— ¿Qué tratas de decir?

— Ya no controlo más este lugar, las cosas han cambiado desde tu partida — agrega Velkan mientras enciende un cigarrillo — las personas que te han enviado están detrás de todo lo que ocurre.

— ¿Te refieres al Consejo?

— Alguien con mayor poder que un concejal, pero creo que en este momento ejerceré mi derecho a permanecer en silencio — dijo mientras observaba al detective Lyonya.

— Creó que mi compañera ya le leyó sus derechos, desde este momento queda bajo arresto— respondió mientras le coloca las esposas.

Al salir del club nocturno, cierro los ojos y respiro profundamente; luego los abro de nuevo. Algunos de los guardias están siendo subidos a una furgoneta para ser llevados a la estación. Observo el rostro cansado de la detective Lee Minho, hago una leve sonrisa para intentar tranquilizarla.

— ¡Hoy tuvimos una buena noche! — exclama el jefe Park

— Así fue, jefe Park — respondo, mientras observo mi PDA.

Camino hacia el lugar en donde se encuentra el detective Lyonya. Veo su rostro despreocupado mientras hace una fuerte calada a su cigarrillo, está apoyado sobre un vehículo.

— Lyonya ¿recuerdas a la persona que detuviste cerca de los comercios de Gunam?

— Preguntó, mientras le enseñó la foto de Aleksander Sokolov que tengo guardada en mi PDA.

— Lo recuerdo, lo llevé a la estación. Se encuentra en una celda aislada.

— ¿Aun se encuentra en la estación?

— Sí, aun continuó haciendo las averiguaciones.

— En ese caso iré a la estación — respondí mientras voy hacia mi vehículo.

El trafico esta bastante denso: camiones siendo descargados, taxis estacionados, incluso algún autobús mal estacionado bajando pasaje.¿Toda esta gente tiene que estar aquí en un miércoles tan atestado? Al menos no hay trenes, los asaltos en las paradas de autobús y estaciones de tren han puesto fin gracias a la adecuada vigilancia de los policías. Había logrado bordear el distrito de Gunam. No me había molestado en parar a comer en alguna plaza comercial en mi prisa por llegar a la estación. Trato de esquivar los vehículos que van circulando, la estación está al doblar la esquina. Aparco en el primer lugar libre que encuentro, al entrar a la estación busco la celda en donde se encuentra Aleksander Sokolov.

— ¡Intentas dormir una siesta! — exclamé.

— Creó que debo de aprovechar mi tiempo libre y dime que te ha traído por este rumbo— respondió mientras se sienta sobre su cama.

— Recuerdas a esta mujer — respondí, mientras le enseño la foto de Ninochka.

— ¿Por qué tienes una foto de Mila en tu PDA? intentas chantajearme...

— Esta mujer a quien tú has nombrado como Mila la encontramos muerta en su propia casa, la sedaron, estrangularon, apuñalaron y le drenaron su sangre ¿este método no te resulta familiar? porque para mí lo es.

— ¡Estás mintiendo!, ¡¿Mila no puede estar muerta?! — exclamo mientras golpea los barrotes de su celda.

— Su verdadero nombre era Ninochka y fue un agente entrenado por mí, lamento decirte que su muerte es muy real. Ahora su cuerpo espera en la morgue, y si no fuiste tú quien la asesinó te recomiendo que me lo digas.

— Amaba a Mila, llevábamos un tiempo viviendo juntos, pero jamás sospeche que era un agente encubierto; de haber sabido la hubiera protegido.

— Aleksander, por favor si no fuiste tú dime quién la asesino; ayúdame a encontrar a los verdaderos culpables y hacerlos pagar.

— Te ayudaré en todo lo que pueda, no me importa que pueda sucederme; iré detrás de las personas que han asesinado a mi amada Mila.

— En este caso deberás acompañarme — dije mientras abría la celda.

— ¡Ahora intentas liberar a un delincuente! — exclama Lyonya al entrar en la habitación.

— Sabe sobre la mujer muerta que encontramos en su domicilio.

— Creó que debemos hablar — comenta Lyonya mientras camina hacia el pasillo.

— ¿De qué quieres hablar?

¿Por qué ese delincuente te conoce? y ¿por qué durante la redada el Gánster te llamó Femme Fatale? Es la segunda vez que escucho ese sobrenombre, hace tiempo lo había ignorado, pero me resultabas familiar, eres la mujer que encontré aquel día que detuve al delincuente que intentas liberar.

— Lyonya, tu brazo está sangrando ¿tienes un botiquín de primeros auxilios?

— Está en el dispensario.

— Te acompañaré.

Coloco algo de antiséptico sobre una gasa y la froto sobre su herida, puedo ver una leve expresión de dolor cada vez que froto la gasa sobre su herida. Examino su herida en busca de alguna bala que esté alojada dentro.

— Parece que sólo fue un roce — con una mano libre agarro algo de sutura y una aguja— Sentirás un pinchazo — digo, antes de comenzar a cerrar la herida.

Continúo en silencio mientras suturo su herida, puedo sentir como me observa Lyonya. Cuando termino de suturar su herida hago un parche con una gasa limpia y cinta quirúrgica; y la coloco lo sobre su herida.

— ¿En dónde aprendiste hacer eso? — pregunta mientras sujeta mis manos.

— Antes de ser agente fui un médico cirujano ¿quieres conocer el por qué me llaman Femme Fatale? Si es así, tendrás que acompañarme a un sitio más seguro.

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