Capítulo 8: Padres, mentiras y una verdad a medias.
Está bien
Somos solo un pequeño cliché
Un pequeño cliché
Pero esta bien
—Cliché Mxmtoon
—Y en otras noticias, el hijo del aclamado artista Eraserhead acaba de contraer matrimonio —habló un joven rubio hacia las cámaras—y ¿adivinen donde? ¡En las Vegas!
—¡Qué romántico! —exclamó su co-presentadora.
—Romántico e imprevisto mi querida Camie. Aún desconocemos quién es la persona afortunada, en este momento varios de nuestros reporteros están esperando a que arriben de su viaje para obtener más información.
>>para los que no saben quien es, Eraserhead es un pintor y escultor que ha cambiado la forma de hacer arte desde que inició su carrera hace varios años. Es conocido por no dejarse enfocar por el ojo público—lo que a mi parecer lo hace más atractivo para los medios—algo que lo caracteriza es que gran parte de sus exposiciones están enfocadas a reunir fondos para la caridad.
—Es alguien digno de admirar.
—Lo es, querida. Su hijo comenzó a hacerse camino en el mundo del arte por sus propios méritos y se espera que siga con el legado de su padre. Así que solo nos queda esperar para confirmar el rumor, pero según mis fuentes, está más que confirmado, aunque claro, no está demás comprobarlo por nosotros mismos.
—¿Y tú fuente es segura, Monoma?
Monoma observó directamente a la cámara y mostró su mejor sonrisa.
—Lo es —respondió—dime, Camie ¿Tú te casarías en...
Con enojo tomó el control de la televisión y presionó el botón de apagado.
—Ese niño va a terminar matándome de un infarto.
Habló a la nada, dejándose caer junto a su esposo.
—Hay que enviar a Sato al aeropuerto—respondió, Hizashi a su lado, dándole pequeñas caricias a su espalda—tranquilízate Sweetheart, debe haber una explicación para esto.
—Tiene que haberla—respondió con enfado, tomando el teléfono a su lado.
—¿Estas bien?— fue lo primero que Shinsou preguntó en cuanto estuvieron a salvo en la camioneta de sus padres.
En un principio, ambos se vieron rodeados de periodistas y demás personas, está de más decir que Shinsou nunca había sido bueno con las cámaras, al igual que su padre rehuía de ellas. Fue suerte que Sato llegará en el momento justo y los sacara de esa avalancha de cuerpos.
El peli morado había rodeado a Kaminari por los hombros y no lo soltó hasta que estuvieron dentro de la camioneta, tranquilos y seguros.
—¿¡Por qué demonios nos atacó la prensa!?— omitiendo la pregunta que le fue hecha, Denki respondió con otra—¿¡Acaso subieron algún vídeo nuestro y nos volvimos virales!?
Shinsou conocía la respuesta, desde pequeño había tenido que lidiar con situaciones similares a estas. En algún punto de su niñez, las obras y creaciones de su padre dieron un salto en el mundo del arte, pasó de ser un simple pintor y escultor local, a uno de los más reconocidos a nivel internacional. El nombre Shota Aizawa pasaba desapercibido, en cambio el seudónimo Eraserhead causaba revuelo en donde quiera que fuese nombrado o estuviera relacionado en el mercado del arte.
—Mi padre, están aquí por él—respondió—Mi papá es Shota Aizawa.
—¿Él que es pintor?—Kaminari lo observó confundido—¿Es tan famoso?
Shinsou hizo una mueca, no era tan difícil de explicar, con cansancio recargo la cabeza en la orilla del asiento y sin voltear a verlo respondió.
—Mi papá es Eraserhead.
Sintió a su acompañante dar un pequeño brinco.
—¿Eraserhead?—lo escucho decir sorprendido—o sea, ¿Él Eraserhead? ¿el que hace exposiciones para caridad y creó la escultura en Hollywood para Toshinori Yagi?
Shinsou hizo un ruido con su garganta en señal de afirmación.
—Creí que lo sabías—volteó a verlo.
—No, es decir, sabía que uno de tus padres era pintor, y en parte dueño de la galería de la ciudad, pero...no lo sé, creí que era uno de los tantos socios de la galería. No el dueño. Además, ni siquiera llevas su apellido.
—Lo hago, mi primer apellido es Aizawa—habló, ya más tranquilo—Shinsou es parte de mi Seudónimo. Al inicio de la carrera nos dieron la opción de tomar otro nombre para proteger nuestra vida privada en caso de que diéramos el "salto". Decidí quedarme con mi nombre y usar otro apellido, si utilizaba el de mi padre viviría en su sombra durante toda mi carrera, los apellidos de mi otro padre y mi madre no sonaban tan bien.
La ventanilla oscura que separaba el frente de la parte trasera de la camioneta comenzó a bajar.
—Joven Hitoshi—habló por primera vez Sato— su padre me dijo que los llevara directamente con el.
—No—negó, rápidamente—primero iremos a dejar a Denki a su casa, después iremos a donde mis padres.
—Él quiere verlos a los dos.
Shinsou dirigió su mirada a Denki, en cuanto sus miradas se toparon el rubio movió su cabeza en señal de negación.
—Mi esposo no se siente muy bien, ¿Verdad, cariño?
Denki lo observó confundido, Shinsou tomo su mano y le dio un apretón.
—Eh...Sí— contestó—el vuelo fue muy cansado y con lo que pasó en el aeropuerto. Quisiera ir a mi departamento a descansar.
—Ya lo oíste Sato—Shinsou volvió su mirada al frente—lo dejaremos en su departamento, ya me las arreglaré yo con mi padre en cuanto lo vea.
—Como deseé.
¿Hace cuánto que no ponía un pie su casa?
Vagamente el recuerdo del cumpleaños número 7 de Eri se hizo presente en su memoria. Su hermana ahora estaba por cumplir 9.
—Cambiaron el número—mencionó Sato a su lado.
Definitivamente, había pasado un buen tiempo desde que visitó su viejo hogar. Con rapidez marcó los dígitos de seguridad y la puerta de la entrada se abrió con un pequeño chasquido.
—Gracias Sato —le dedicó una pequeña sonrisa al hombre a su lado— yo hablaré con mi padre sobre lo sucedido.
Sin esperar una respuesta se adentró en la casa, por lo menos el recibidor seguía igual, cuadros en las paredes, plantas en cada esquina y una gran mesa con esculturas en ella. Siguió su camino, los cambios no eran tan notorios en el resto de la casa, por dentro seguía casi igual.
—Papá—habló en voz alta—¿Hay alguien en casa?
—En la sala, Hitoshi—escuchó la voz chillona de su padre.
Con un suspiro se encaminó a la sala, rogando internamente por que solo estuviera su padre Hizashi. Desde la puerta del cuarto observó la cabellera rubia de su padre, se encontraba sólo, con la televisión encendida.
—Te ves como la mierda—fue lo primero que dijo en cuanto estuvo en frente de su padre.
Hizashi se encontraba envuelto en una manta, con papel de baño a su lado y la nariz más roja que Rodolfo el reno. Esté, estaba por responder pero una voz desde la cocina lo interrumpió.
—Cuida como le hablas a tu padre.
Aizawa Shōta hizo acto de presencia en la habitación. Las esperanzas de salir bien librado salieron volando.
—Lo siento—le dio una pequeña sonrisa a Hizashi.
—Descuida cariño—rió, restándole importancia—me siento como la mierda.
Sin saber que hacer, camino hasta el único sillón individual de la habitación, ya sabía cómo terminaban la mayoría de las charlas con sus padres, lo mejor era mantenerse lo más alejado o estar lo más cerca posible de la salida.
—¿De que quieren hablar conmigo?
La mirada de su padre Aizawa comenzaba a incomodarle, desde que entró a la habitación no había dejado de mirarle.
Desde que se supo que era hijo de Aizawa Shōta muchos habían comenzado a comprarlo con él, física y artísticamente. Decían que era el vivo retrato de su padre cuando era joven, a excepción de su cabello y ojos, le podía dar gracias a la familia de su madre por ello. Artísticamente, no tenían nada en común, Shinsou solamente se dedicaba a la pintura, sus obras eran famosas por los colores, la pasión y lujuria que demostraban pero sobre todo los modelos que posaban en ellas, cada uno de ellos estéticamente atractivos, hombres y mujeres.
—¿Dónde está tú...—Aizawa tardó unos segundos en terminar la pregunta—pareja?
Directo al punto, pensó Shinsou.
—En su departamento—respondió, tranquilo—el viaje fue muy pesado y el recibimiento que tuvimos en el aeropuerto no fue el más agradable para él.
—¿Él?, así que es un chico.
—Si—respondió a la defensiva—no le veo el problema, ¿tienes un problema con ello?
Aizawa rió con amargura.
—Sabes bien que no hay ningún problema con que sea un chico o chica—por el modo en que lo dijo, Shinsou supo que el enojo que había estado reteniendo su padre comenzaba a desbordarse—el maldito problema aquí es que te casaste sin avisarnos, es más, ni siquiera sabíamos que tenías pareja, ¿es acaso otra de tus acciones estupidas para hacerme enojar? Por que si es así, creo que esta vez pasaste la raya.
—Cariño, tranquilízate un poco.
Yamada se acercó hasta Aizawa y puso una mano en la rodilla de este.
—Hijo, podrías explicarnos lo que pasa—habló con tranquilidad el rubio.
Hitoshi se removió incómodo en el asiento, su padre Hizashi siempre había sido su debilidad y la mirada triste que le estaba dirigiendo en ese momento no ayudaba en nada.
—Papá, esto no es...
Antes de que terminara su frase, el sonido del timbre comenzó a sonar insistentemente.
—Debe ser Nemuri—habló Aizawa, dirigiéndose a la entrada.
—¿Mamá? —preguntó, angustiado—¿qué hace aquí?
—Bueno, cariño—le respondió Yamada—es tu madre, y al igual que nosotros, merece una explicación, sobre todo por que nos enteramos por la televisión y no por ti.
En ese instante, Hitoshi se dio cuenta de las consecuencias que traería si les decía a sus padres la verdad.
Papás, mamá, la verdad es que ni siquiera yo se como paso, estaba tan drogado que ni siquiera yo recuerdo ese día, a excepción de un vídeo de la boda, ¿quieren verlo? Aparezco cantando y bailando.
Definitivamente no podía hacerlo, aunque él no se haya dopado voluntariamente —sus padres no iban a creerle, durante su adolescencia había hecho muchas cosas locas para hacer enojar a Aizawa— todo sonaba tan irreal que la sola idea de verbalizarlo resultaba graciosa.
Además, estaba seguro que si lo hacía, Yamada se decepcionaría de él, amaba demasiado a su padre como para traerle tristezas, Nemuri le daría un sermón de mil años y Aizawa, bueno, probablemente ahora sí terminaría en un hospital del coraje que haría al enterarse de la verdad; sin contar que lo vetaría de la galería y muy probablemente le prohibiría ver a su hermana pequeña, con tal de protegerla del hermano descarriado de la familia.
—¡¿En dónde está ese pequeño diablillo?!
Shinsou se levantó de un salto del asiento, dirigió su mirada a la cocina, si salía por la puerta trasera tendría que rodear la casa y era muy probable que su madre lo emboscara en la entrada. Tal vez podría correr escaleras arriba y encerrarse en su antigua habitación, en algún momento Nemuri se iría y él podría salir ileso.
Estaba por dar los primeros pasos hacia las escaleras cuando la imponente mujer apareció en su rango de visión.
—¡Mamá!—exclamó, nervioso.
La mujer avanzó a paso apresurado y tomó fuertemente la mejilla izquierda de Shinsou.
—!¿Mamá?!—exclamó, indignada—¿cómo es posible que me enterara por tu padre que te casaste y no por ti?, no, no—negó varias veces—lo peor es que él se tuvo que enterar por un programa de chismes, ¡de chismes! ¿Que tienes que decir en tu defensa jovencito?
—Nemuri, suelta a Hitoshi—intervino Yamada—hay que tranquilizarnos un poco, así no vamos a llegar a nada.
La mujer con un bufido molesto dejó de apretar la mejilla del pelo morado y le dio un pequeño beso en la zona dolorida.
—Me alegra verte, cariño—le habló un poco tranquila—hace mucho que no te pasas por mi consultorio.
Hitoshi se sentó de nuevo y se llevó una mano a la mejilla. Por supuesto que hace mucho no se pasaba por su consultorio, siempre que lo hacía terminaba siendo revisado de pies a cabeza por su madre y con varios regaños sobre su alimentación.
—¿Y tu pareja?—preguntó, curiosa—¿Dónde está?
—Lo dejé en su departamento antes de venir.
—Ahora que estamos todos, podrías comenzar a explicarnos.
Shinsou frunció el ceño con molestia y quitó la mano de su mejilla.
—Me case, no hay nada de malo en ello, ¡El mundo no se va a terminar solo porque no les avise!
Tan rápido como termino de hablar Aizawa tomó la palabra.
—Tus acciones tienen consecuencias, acabas de ponerte en el foco de la prensa por tu insensatez, justamente un mes antes de la exposición de la galería.
—!¿Así que lo que te importa a ti es la repercusión a tu renombre?—se levantó, enfadado.
—Hitoshi—habló Yamada de nuevo— lo que quiere decir tu padre es que no fue el momento justo para hacerlo, sabes bien cómo se maneja este mundo, si haces algo indebido o sin pensarlo te puede costar tu carrera. Además, nos enteramos por medio de un programa de televisión, no por ti, eso fue un golpe duro, nuestro pequeño retoño unió su vida al de otra persona y nosotros no formamos parte de ello.
La culpa comenzó a caer como un balde de agua fría sobre los hombros de Shinsou. Y los fuertes sonidos de tos que emitía su padre no ayudaban en nada. Shinsou observó a su padre con preocupación.
—Papá, deberías ir a descansar, no te ves muy bien y además nos vas a contagiar.
Yamada negó despacio.
—Tengo que estar aquí—habló entre tosidos—y evitar que tu padre explote—dirigió su mirada a Aizawa y le brindó una pequeña sonrisa—lo siento, cariño. Pero eres una bomba de tiempo andante.
Aizawa no dijo nada, simplemente se levantó del sillón y caminó rumbo a la cocina.
—Y, ¿cómo es ese chico?—escuchó preguntar a su madre—creo que es lo mínimo que merecemos saber, ¿no crees?
El tono pasivo-agresivo que usó su madre le preocupó. Ella era la segunda persona a la que Hitoshi le temía, después de su padre, por lo regular ella solía ser la que lo cubría en sus travesuras o lo incentivaba a hacerlas, así era de niño. Con el tiempo se convirtió en su cómplice y durante un periodo de tiempo en su confidente, siempre habían tenido una muy buena relación pero a pesar de ello, Shinsou siempre se andaba con cuidado cuando se trataba de su madre. Podía dar incluso más miedo que Aizawa cuando estaba enojada y tenía una manera de hacerte sentir mal por lo que sea que hayas hecho.
Se lo pensó un momento antes de responder.
—Él es brillante—comenzó—es inteligente, en todo lo relacionado a los negocios y esas cosas sobre economía. Tiene su propia empresa—comentó como un padre orgulloso—es como papá Hizashi, tiene el cabello rubio y una sonrisa que te deja ciego por momentos.
Se arrepintió de lo dicho en cuanto observó el atisbo de una sonrisa traviesa en el rostro de su madre; prácticamente había vomitado una parte de sus pensamientos frente a sus padres. Carraspeo con nerviosismo y le dio una pequeña sonrisa a su madre.
—¡Carajo!—susurró Nemuri—sonaste igual que Aizawa cuando hablábamos sobre Yamada. Ahora con mayor razón quiero conocer a ese chico.
—¿Shota hablaba contigo sobre mí?—preguntó Yamada a Nemuri.
—No, no lo hacía—contestó Aizawa entrando a la sala.
Nemuri río divertida.
—Tómalas juntas, cariño—Aizawa se dirigió a Yamada, pudo observar cómo su padre le tendía dos pastillas y un vaso de agua a Hizashi.
—Oh, gracias honey—agradeció el rubio con una gran sonrisa.
Shinsou sabía perfectamente que era producida por escuchar a su padre llamarlo por un mote cariñoso y no en sí por el medicamento y el agua. Desvió la mirada incómodo en cuanto observó a su padre recoger los mechones rubios de la cara de su otro padre con cariño. Eran contadas las veces en que Aizawa demostraba algo más que seriedad ante su hijo y su esposo, un recuerdo de su infancia se hizo presente al observar a su padre preocupado por Yamada.
***
—Buenos días.
Aizawa hizo su aparición y se acercó a donde su marido preparaba el desayuno.
—Good Morning, Honey—respondió Yamada, dándole un beso en la mejilla a su esposo.
Observó a su padre hacer una mueca, Shinsou se preguntó si era el intento de una sonrisa o una señal de disgusto. Se quedó con la primera opción, su padre nunca protestaba cuando su papá se ponía cariñoso con él.
A Shinsou le gustaba compararlo con su gato. Acuarela solía ser muy reacio a las muestras de afecto, pero nunca se quejaba cuando las recibía, solo se quedaba en silencio, cerraba sus ojos y el pequeño ronroneo que emitía le hacía saber a Hitoshi que le estaban gustando las caricias. Tal vez era lo mismo con su padre. Él no tenía un ronroneo como el de Acuarela pero siempre hacía esa mueca cuando recibía afecto de Yamada.
—¿Qué estás tomando?—preguntó su padre Aizawa tomando la taza que minutos antes había dejado Hizashi en la barra.
Él pequeño Hitoshi dirigió su mirada hacia su otro padre y entrecerró sus ojos en cuanto observó la gran sonrisa que este le daba a su esposo.
Las sonrisas que Yamada les daba a él y a su padre eran demasiado grandes y brillantes, tanto que ambos —Shinsou y Aizawa—cerraban sus ojos cada vez que este les dirigía una de esas sonrisas, de lo contrario probablemente quedarían ciegos de lo deslumbrante que eran.
—Café —respondió, alegre como siempre—te dejé algo en la cafetera, el mío tiene demasiada azúcar para tu gusto.
Aizawa dejó la taza en su lugar y caminó hacia su fuente de café. Hitoshi siguió comiendo su cereal y a su vez observó todo lo que su padre hacía, hizo una mueca de disgusto en cuando lo miró tomando el primer sorbo de café, ¡ni siquiera le había puesto una cucharada de azúcar!
—Estaré en el estudio—volvió a hablar Aizawa dirigiéndose a su esposo—avísame cuando sea hora de irnos.
Y sin más salió de la cocina.
Pasaron algunos minutos en los que siguió comiendo su desayuno y observando por donde su padre había salido.
—¿Papá no nos quiere?—preguntó, sin despegar la mirada de la puerta de la cocina.
Yamada dejó lo que estaba haciendo para observar a su pequeño hijo.
—¿Por qué piensas eso, bebe?
Shinsou bajo su mirada a sus pequeñas manos y comenzó a mover sus dedos nervioso.
—Esque—comenzó dubitativo—tu siempre eres el que lo abraza y le da besos, los papás de mis compañeros siempre les dan un beso en la mejilla o en la frente cuando los dejan en la escuela, tú lo haces conmigo pero él no.
El corazón de Yamada se estrujó en cuanto escuchó las inquietudes de su pequeño hijo.
—Oh, bebé—susurró, acercándose hasta estar a la altura del pequeño Hitoshi.—No pienses eso nunca, jamás. Tu padre nos ama, y mucho. Yo se que quizá no suele ser muy afectuoso, no directamente, pero él nos quiere y hace todo lo posible por demostrarlo, solo que le cuesta un poco hacerlo.
Shinsou lo observó con sus pequeños ojos acuosos por lágrimas retenidas.
—Pero el nunca es el primero en abrazarte y tampoco te llama por apodos cariñosos como tú lo haces con el.
Hizashi río con ternura.
—Quien dice que no—preguntó, divertido— te voy a contar un secreto, ¿Okey?
Shinsou asintió.
—Todas las noches, tú papá toma un cepillo y trenza mi cabello, desde que somos jóvenes le ha gustado hacerlo, no hay ninguna sola noche en que no lo haga—sonrió, limpiando los rastros de lágrimas de las mejillas de su hijo—cuando termina de hacerlo besa mi mejilla y me dice: "es hora de dormir Hizashi".
>>Y, ¡por supuesto que me llama por apodos cariñosos! Solo que nunca lo hace cuando hay alguien con nosotros, es demasiado vergonzoso. Cuando éramos adolescentes solía decirme Sol, aún lo hace de vez en cuando, también me dice "amor" y "cariño", no lo hace tanto como yo quisiera pero cuando me llama así hace que se sienta aún más especial. Lo comprenderás cuando seas más grande y encuentres a esa personita que moverá tu mundo solo con verle sonreír o escucharle hablar.
>>No quiero que nunca dudes de él amor que tu padre nos tiene, cuando te revuelve el cabello, te lee un cuento antes de dormir o te ayuda con la tarea es su forma de decirte que te ama, incluso cuando te regaña, ¿está bien?
El pequeño Shinsou sorbió los mocos que había estado reteniendo y asintió rápidamente.
—¿Papá cepilla tu cabello?
—¡Por supuesto!—exclamó Yamada levantándose—es por eso que es tan lacio y brillante pero es un secreto, si tu papá se entera que se lo dije a alguien, me mata.
Shinsou río divertido.
—Será nuestro secreto, Papá.
La sonrisa de Yamada se ensanchó aún más y plantó un gran beso en la frente de su hijo.
—Termina tu cereal y ve a lavarte los dientes, iré por unos papeles a la oficina y a decirle a tu padre que es hora de irnos.
Ése mismo día, por primera vez el pequeño Hitoshi observó —se percató—una muestra de cariño por parte de Aizawa hacia Yamada.
Todos subieron al auto, Hitoshi iba sentado en el asiento trasero, a su lado estaba su mochila con dibujos de gatitos pintados por el. Hizashi le había puesto el cinturón y después de ello ocupó el asiento del copiloto.
Shinsou podía ver cada cosa que sus padres hacían, por ejemplo, se dio cuenta que su padre Aizawa manejaba con una mano, la otra la ponía en medio de ambos asientos con la palma hacia arriba en espera de que Yamada entrelazara su mano con la suya, en cuanto estuvieron juntas lo observó dar un apretón y frotar su pulgar en el dorso de la otra mano.
Y el pequeño Hitoshi antes de entrar a la escuela recibió un abrazo de su padre y por primera vez; un libro donde plasmar todas sus ideas, idéntico al que su padre Aizawa usaba para dibujarlo a él y a su papá Yamada.
***
Dio un suspiro resignado, no le quedaba de otra más que mentir.
—Papá—comenzó, dirigiéndose directamente a Aizawa— no fue un error ni la decisión de una noche desenfrenada—si lo fue pero eso no lo sabrían sus padres— si pensaba decirles sobre mi matrimonio pero hasta después de la exhibición, no se como se filtró a los medios, lo hicimos con la mayor discreción posible.
Vagamente se hacía una idea de donde obtuvieron la información, ya se las cobraría en un futuro.
Sabía que se estaba jugando con fuego en cuanto decidió mentirle a sus padres, lo mejor era mostrar sumisión ante ellos, ademas, aún le quedaba convencer a Denki de que siguiera su mentira, por lo menos el tiempo suficiente para disimular un matrimonio y después separarse, alegando que simplemente no había funcionado.
—No lo traje conmigo porque considero que esta no es la mejor situación para presentarlo a mi familia, no así.
—En ese caso tráelo a cenar la próxima semana—habló Nemuri— si en verdad estás arrepentido por tu forma de actuar, lo vas a remendar en la cena. Hiciste todo al revés, hijo.
—Lo siento.
—Un lo siento no arregla nada.
Shinsou reprimió el impulso de replicarle a su padre. Se levantó del asiento y caminó hacia la salida, era mejor alejarse.
—Nos vemos la próxima semana.
Ya hice el respaldo *aplausos*
También una cuenta en Ao3 pero me distraje leyendo fics de la plataforma 😅 perdón.
En fin, lo importante es que hay capítulo, recuerden que desde el principio les mencioné que este iba a ser un cliché total, de vez en cuando son buenos 😌
Este capítulo fue escrito con el nuevo álbum de Harry Styles de fondo, vayan y denle amor.
Y recuerden amiguitos, Treat People With Kindness💕
Nos leemos luego.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro