VIERNES 13
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VIERNES 13
Albert: buenos días Lincoln, ¿listo para salir?
Lincoln: en un momento abuelo, -regresa al comedor- apenas estoy terminando de desayunar.
Albert: supongo que llegue antes por la emoción.
Lincoln: -toma asiento- no te preocupes, yo creo que llegaste justo a tiempo, por cierto ¿no gustas?
Albert: gracias, -coloca sus manos en su estómago- pero acabamos de comer.
Lincoln: -voltea para observar a su abuelo- ¿acaban?
Myrtle: -aparece detrás de Albert- hola familia.
Lily: -observa a la mujer castaña- auelita.
Myrtle: -se acerca a Lily y la carga- hola tesoro.
Rita: -deja de comer- papá, Myrtle, ¿Qué hacen aquí?
Albert: bueno, pensé que... ya que mi nieto tiene unos días libres ¿Por qué aprovecharlos?
Lynn sr: -baja sus cubiertos- lo siento Albert, pero Lincoln está castigado.
Albert: -con tono serio- ¿Por qué?
Rita: -nerviosa. papá ya te había dicho el por qué.
Albert: cierto, muy cierto, -se cruza de brazos- pero quiero escucharlo de él.
Lynn sr: -con molestia- por golpear a unos compañeros, además de mandar al hospital a uno de ellos.
Lincoln: entonces si le rompí el brazo... yo creí que solo exageraba.
Albert: -serio- ¿Por qué?
Lynn sr: porque... porque... ¿Por qué?... -observa a Lincoln- ¿Por qué lo hiciste?
Lincoln: -indiferente- ¿acaso importa? Ya estoy castigado de igual manera -continúa comiendo-.
Lynn sr: bueno yo... no sé por qué lo hizo, -se pone de pie- pero eso no justifica que lo haya hecho, y por lo tanto no saldrá.
Albert: -observa a su hija- Rita, yo haré lo que tu decidas, puedo salir con mi nieto el día de hoy ¿sí o no?
Rita: -observa a su padre- yo... -desvía la mirada- lo siento papá, pero debo estar firme en esto, Lincoln estará castigado hasta que reflexione lo que hizo.
Albert: -pone una mano en su rostro- si así van a solucionar las cosas ¿entonces por qué fuiste a verme para que hablara con él?
Lynn sr: -observa a su esposa- ¿Qué?
Rita: -observa a su padre- yo solo quería que lo hicieras entrar en razón, -observa a Lincoln, el cual seguía comiendo- no que lo ayudaras a ir en nuestra contra.
Albert: -golpea la mesa- ¿en razón? ¿Cuál razón? ¿La "razón" en la que lo usan como esclavo?, ¿o en la que pueden dejarlo de lado como si fuera algo sin importancia, y cuando lo ocupen actuar nuevamente como si no hubiera pasado nada?
Lynn sr: -golpea la mesa- nosotros jamás hemos hecho eso.
Albert: ¿enserio? Pues supongo que ya habrán repuesto las cosas de Lincoln después de la estupidez de la mala suerte, -señala el piso de arriba- y si subiera en este mismo instante a su habitación la encontraría con todas sus cosas, si no es que más y mejores.
Lynn sr: -nervioso- yo...
Albert: -se cruza de brazos- y yo que creí no poderme decepcionar más de ambos, saben... desde que Rita me pidió que hablara con él, eh estado viniendo para ayudarle a remodelar su habitación, ya que al parecer un par de incompetentes que se hacen llamar padres le dan más privilegias a sus hijas, en lugar de ayudar al hijo que le dieron la espalda.
Rita: -se pone de pie- papá entiéndelo por favor, no podemos simplemente gastar tanto en tan poco tiempo.
Albert: ¿a si? Leni, -extiende una mano hacia Leni- pequeña... ¿me prestarías tus lentes?
Leni: si abuelo -entrega sus lentes de sol-.
Albert: están muy lindos, ¿Cuántos pares tienes?
Leni: no lo recuerdo, -coloca su mano en su mentón- como que son tantos que no los puedo contar.
Albert: -le entrega sus lentes- ¿Cuándo te compraron estos?
Leni: -se coloca los lentes- creo que hace unas semanas.
Albert: ¿y cuánto costaron? -en ese momento una de las hermanas dedujo ha donde iba la conversación, por lo que decidió evitar que su hermana las siga delatando-.
Lori: -le tapa la boca a Leni antes de que conteste- Leni, literalmente no estas ayudando en nada.
Lincoln: -baja sus cubiertos- $150.
Lori: -lo observa con enojo- es literalmente imposible que sepas eso.
Lincoln: -se limpia la boca- Rita se los compro cuando le pedí unos tenis nuevos... y solo tenía $200, ¿a quién crees que le dio privilegio?
Rita: -sudando nerviosa- yo... sé que a veces podemos darles algunos privilegios a las chicas, pero... -observa a su esposo-.
Lynn sr: -rascándose la nuca- lo que Rita trata de decir es que Lincoln es más...
Albert: -con un notorio enojo- ¿Qué?
Rita: bueno, ya sabes... -sonríe nerviosa- puede esperar más.
Albert: ¿Por qué?
Lynn sr: al ser chico no necesita tantas cosas como las chicas, así que...
Albert: - a nada de explotar- ¿esa es su excusa? Solo por ser niño y no niña ¿no merece su atención?
Rita: no no no, es solo que... él es más paciente... más controlado, para sí misma- mas... sumiso.
Lynn sr: -con un leve enojo- además él nunca se ha quejado por su estilo de vida, si llamara más la atención como sus hermanas tal vez también le daríamos más prioridad.
Albert: ah, ¿entonces a ti te gusta premiar sus faltas de respeto? ¿o solo las complaces para quitártelas de encima?
Lynn sr: -apretando los puños- las cosas no son así.
Albert: pues tus acciones me dicen otra cosa, esto es lo que va pasar, tomare a Lincoln y lo llevare a comprarle las cosas que le hacen falta, no me importa si lo aprueban o no, y una vez que regresemos podrán seguir juagando a ser "buenos padres", Lincoln... ve por tu dinero.
Lincoln: -se pone de pie- si pop pop -sube al segundo piso-.
Rita: ¿Por qué haces esto?
Albert: ¿un padre necesita motivos para cuidar de sus hijos?
Lynn sr: ¿Qué se supone que significa eso?
Albert: -lo ve directamente a los ojos- algo que tal vez jamás llegues a entender.
Lincoln: -baja con una mochila y su chaleco naranja- listo pop pop.
Albert: bien, -se dirige a la puerta- Myrtle es hora de despedirnos.
Myrtle: muy bien, adiós mi pequeño terroncito, -deja a Lily en su silla- pórtate bien.
Lily: -le da un abrazo- aios.
Lincoln: -besa la cabeza de la infante- nos vemos en la tarde Lily.
Lily: -la niña solo sonríe- i.
Albert: lo traeré de regreso en unas horas.
Después de aquella tranquila conversación matutina, los adultos de avanzada edad y nuestro protagonista salieron para subir a la camioneta del albino mayor y dirigirse a su destino, dejando una serena y sumamente fraternal conversación en el comedor de la casa.
Lynn: -susurrando- maldita plaga.
Lola: -parándose en la silla y observando a sus padres- ¿Cómo pudieron dejar que les hablara así?
Lori: espero que literalmente lo castiguen de por vida.
Lynn sr: -con enojo- ese mal agradecido, Lynn trae el peluche.
Lynn: -se pone de pie- hasta que decides actuar como se debe.
Rita: -detiene a Lynn- no.
Lynn sr: -observa a su esposa- ¿Qué?
Rita: -observa a su esposo- eh dicho que no, déjalo pasar por esta vez, tal vez papá tenga razón, y nos hemos alejado demasiado de Lincoln.
Lynn sr: Rita, -toma el hombro de su esposa- yo entiendo que él sea tu padre, pero no tiene el derecho de llevarse a nuestro hijo por sobre nuestra autoridad.
Rita: -toma la mano de su esposo- Lynn, por favor, solo por esta vez... solo por esta vez déjalo ser feliz.
Lisa: -se acomoda los lentes- vean esto como una ventaja, ya que pop pop será el que financie sus cosas no tendrán que invertir más en la unidad fraternal masculina.
Lana: -ladeando su cabeza- y en español.
Lisa: -con una sonrisa- mamá y papá tendrán más dinero para nosotras.
Lola: vaya, -con tono de victoria- al parecer deshacernos del Lincoln trajo más ventajas de las esperábamos.
Lana: -susurrando- avariciosa.
Lola: -lamentablemente si la escucho- oye.
Mientras una acalorada batalla se formaba en la casa Loud, en una camioneta roja dos albinos conversaban sobre la reciente discusión por la que habían pasado.
Lincoln: -observa a su abuelo- gracias papá.
Albert: -sin dejar de ver la carretera- ¿Por qué?
Lincoln: -observa hacia el frente- por defenderme.
El camino al centro comercial de la pequeña ciudad, fue sumamente tranquilo, pero a diferencia de los incomodos silencios de la familia Loud, este era indescriptiblemente tranquilizador, tan pronto llegaron, los albinos fueron en la búsqueda de algunos pares de tenis para el peliblanco menor, mientras la mujer fue directamente a revelar las fotografías almacenadas en su cámara de bolsillo y dispositivo celular.
Albert: Lincoln.
Lincoln: -deja un par de tenis- ¿sí?
Albert: no es que desconfié de ti, pero... -se rasca la nuca- ¿de dónde sacas tanto dinero?
Lincoln: -toma un par de tenis rojos- ah, eso... pues -se pone a meditar-.
Albert: no me tienes que decir si no quieres.
Lincoln: -toma la caja de los tenis y comienza a caminar- no es eso, es solo que el dinero lo consigo de varios lugares.
Albert: -sigue a su nieto- ya veo.
Lincoln: -se detiene y observa unos tenis naranja- por ejemplo en los concursos escolares, algunos dan un premio en efectivo, y gracias al reconocimiento que obtuve comencé a trabajar como tutor para algunos compañeros y otros chicos de otros grados, -toma la caja de los tenis- y pues me pagan por hora, -comienza a caminar- también aprovecho los fines de semana para trabajar, en las mañanas reparto periódicos, y por las tardes cortaba el césped o limpiaba cocheras, eh incluso me han llegado a regalar las cosas que ya no ocupan, y pues aprovecho y las vendo, -se detiene a pensar- ¿qué otra cosa hago?, a si, también junto latas y las vendo al reciclaje.
Albert: vaya, eras muy trabajador.
Lincoln: si, es una lástima que ya no podré hacerlo más.
Albert: ¿Por qué?
Lincoln: estoy castigado, -camina hacia la caja- tal vez pueda seguir yendo a las competencias, pero dudo que me dejen seguir trabajando.
Albert: -siguiendo a su nieto- es una lástima escuchar eso.
Lincoln: si... bueno, -deja los tenis sobre el mostrador- no importa, solo estaré escaso de fondos un par de meses, y con un poco de suerte tal vez pueda comenzar mi próximo plan comenzando el año.
Albert: ¿Qué harás ahora?
Lincoln: -saca su billetera- ganar dinero.
Albert: ¿no planeas decirme?
Lincoln: si, -toma un par de billetes y paga los tenis- pero quiero tener todo calculado antes de comenzar, no me gustaría presentarte un plan a medias.
Albert: ¿y un pequeño adelanto?
Lincoln: -le dan su cambio- una cafetería.
Albert: ¿por eso pruebas recetas?
Lincoln: si, -toma un par de bolsas con los tenis que compro- básicamente.
Albert: bueno, espero poder ayudarte.
Lincoln: yo también lo espero, por que sin tu ayuda no voy a poder hacer esto.
Albert: ¿Por qué?
Lincoln: -salen de la tienda- aun soy menor de edad, por lo que aun hay cosas que no puedo hacer legalmente.
Albert: entiendo.
Una vez terminadas sus compras, el par de alvinos decidió recorrer la plaza comercial para poder observar los diferentes artículos que vendían en la gran variedad de tiendas que este pequeño lugar podía ofrecer, para así poder comprar algo de su interés, cosa la cual lamentablemente no sucedió, ya que nada llamaba tanto la atención como para que decidiesen adquirirlo, o al menos así fue hasta que llegaron al aparador de una tienda especializada en telefonía celular, mostrando un nuevo modelo que llamo poderosamente la atención del albino menor, pues este tenia el diseño de su personaje favorito de comics, siendo este sumamente parecido a uno que ya había adquirido con anterioridad, solo que mas actualizado y con mejores capacidades, además de una mejor cámara y resistencia al agua.
Lincoln: -sacando su billetera y observando el poco dinero que le quedaba- rayos.
Albert: -colocándose al lado de su nieto- ¿sucede algo?
Lincoln: no realmente, -guardando sus últimos $100- solo esperaba poder comprarme un teléfono nuevo, -guarda su billetera- pero me quede sin dinero al comprarme los tenis, supongo que quedare incomunicado por un tiempo -comienza a caminar-.
Albert: -detiene a su nieto- sabes, recordé que hay algo que debo comprar, ¿Por qué no vas con Myrtle y los alcanzo en cuanto termine?
Lincoln: bien, -va en dirección al centro de rebelado fotográfico- nos vemos en un rato.
Albert: -observando el teléfono que quería Lincoln- seguro.
Tras caminar unos minutos nuestro albino protagonista diviso la tienda de revelado fotográfico, encontrándose a una mujer de avanzada edad, con cabellera castaña, la cual era la actual pareja de Albert, la cual observaba con sumo cuidado un marco fotográfico de color metálico, sumamente llamativo.
Lincoln: -llegando al lado de Myrtle- hola abuela.
Myrtle: -observa al albino- hola Lincoln, ¿y Albert?
Lincoln: dijo que debía comprar algo, así que vine a acompañarte.
Myrtle: gracias, -deja el marco fotográfico- que caballeroso.
Lincoln: ¿te guste?
Myrtle: así es, pero ya pagué las fotos, así que creo que será para después.
Lincoln: ok.
Empleado: -saliendo de una puerta al fondo- disculpe señora, pero ya se terminaron de revelar sus fotos -entrega un sobre de papel con las fotografías-.
Myrtle: gracias, -toma el sobre y observa a su nieto- vamos a sentarnos para poder ver mejor las fotos.
Lincoln: claro.
Y de esa forma abuela y nieto salieron caminando de la tienda, rumbo a la banca disponible mas cercana, donde tomaron asiento y se pusieron a revisar las diversas fotografías recién reveladas, además de esperar al otro peliblanco que actualmente estaba ausente.
Myrtle: -tomando una foto- mira qué fuerte se ven mis hombrecitos cuando trabajan.
Lincoln: abuela, -toma la foto y la observa- dudo mucho que al abuelo entre en la categoría de "hombrecito".
Myrtle: cierto, -toma la mejilla de Lincoln- entonces son mis fuertes y poderosos hombres.
Lincoln: -sonrojado- abuela.
Albert: -llegando con las manos en su espalda- me alegra ver que se lleven tan bien.
Myrtle; ¿Qué puedo decir? -le revuelve el cabello a Lincoln- Es un buen niño.
Lincoln: -poniéndose de pie- ¿ya terminaste abuelo?
Albert: si, -se pone de rodillas para estar a la altura de Lincoln- escucha Lincoln, -toma el hombro de su nieto- yo entiendo que quieras volverte cada vez más independiente y comprar todo con tu dinero para que no molestarnos, pero...
Lincoln: -inclinando su cabeza- ¿pero?
Albert: -saca un celular de su espalda- déjanos consentirte de vez en cuando.
Lincoln: -observa que es el teléfono que había visto antes y lo toma- gracias.
Albert: -parándose- no es nada pequeño.
Myrtle: que lindo, ¿Por qué no vamos a almorzar de una vez?
Albert: buena idea, ¿Qué opinas Lincoln? -observa al albino menor-.
Lincoln: si, -observa a sus abuelos- vamos.
Con la decisión ya tomada, el dúo de personas mayores acompañados de su nieto, fueron directamente al área de alimentos, donde pidieron diferentes platillos para poder degustar al gusto de cada uno, y una vez terminado su almuerzo continuaron observando las fotos, pues el albino menor aun debía escoger algunas mas para su marco para fotos, con temática bobina.
Lincoln: abuela, ¿no hay problema si me quedo con algunas fotos? -muestra las fotos-.
Myrtle: por supuesto que no cariño, toma las que gustes.
Lincoln: gracias.
Myrtle: de nada.
Albert: -observando las fotos- ¿son para tu marco?
Lincoln: si, solo tiene una, pero con las de mi cumpleaños y las de ayer ya tendría tres.
Myrtle: me alegra ver que quieras recordar las cosas importantes cariño.
Lincoln: gracias abuela.
Albert: ¿y cual pondrás al final?
Lincoln: no lo sé, dejare que el Lincoln del futuro se ocupe de eso.
Albert: bueno, -observa su reloj- si quieres que pasemos por tus cosas es mejor apurarnos.
Lincoln: cierto, -se pone de pie- déjenme ir al baño antes -va rumbo a los baños más cercanos-.
Myrtle: tomate tu tiempo.
En el camino el joven peliblanco comenzó a observar las fotos que tenia en sus manos, notando que había tomado una de más, la cual era tenia a la pareja de avanzada edad, por lo que decidió regresar y devolverla, sin darse cuenta de que escucharía algo que podría llegar a arruinar su día perfecto.
Lincoln: -deteniéndose- rayos, tome está de más, -regresando- será mejor que la regrese -comienza a caminar hacia sus abuelos sin que estos lo noten-.
Albert: -abrazando de los hombros a Myrtle- ¿no te sientes bien verdad?
Myrtle: -colocando una mano en su frente- solo estoy algo cansada.
Albert: te dije que era mejor que yo viniera solo.
Myrtle: -tomando las manos de Albert- por favor Albert, -observándolo directamente a los ojos- solo quiero pasar tiempo con mis nietos mientras pueda.
Albert: -con preocupación en su voz- ¿Por qué no me dejas llevarte a un médico? Tal vez no sea algo tan grave.
Myrtle: -desvía la mirada- ¿y si lo es? Albert, yo te amo, y créeme que me gustaría pasar mil años a tu lado, pero tú y yo sabemos que eso no será posible.
Albert: -toma el rostro de Myrtle- no digas eso.
Myrtle: -le ve directamente a los ojos- y si estos son mis últimos días los quiero pasar libre, disfrutando de mi familia, no atada a una cama.
Albert: -con ojos cristalinos- es que no quiero perderte.
Myrtle: -lo besa- mientras me sigas amando nunca me perderás.
Después de escuchar aquellas palabras Lincoln observo la foto por un momento y entonces comenzó a correr, esa mujer tal vez no fuese su abuela de sangre, pero vaya que la amaba como si lo fuera, y en este momento de incertidumbre quería demostrarle lo mucho que importaba para él, llego a chocar con un par de personas, pero logro encontrar lo que buscaba desesperadamente, entro en la tienda de revelado fotográfico y observo aquel marco de color metálico que tanto había llamado la atención de su abuela.
Lincoln: -frente al mostrador- disculpe.
Empleado: ¿Qué ocupas chico?
Lincoln: el marco, -señalando el marco- ¿Cuánto cuesta?
Empleado: $100.
Lincoln: -abre los ojos como platos- ¿está bromeando?
Empleado: es de plata, ¿Qué esperabas?
Lincoln: -saca su ultimo billete- démelo.
Empleado: ¿seguro?
Lincoln: si, -coloca el dinero sobre el mostrador- solo démelo.
Empleado: -le entrega la bolsa con el marco- aquí tienes, gracias por tu compra.
Después de salir de la tienda, el joven albino coloca la foto de la pareja de avanzada edad en el marco, lo guardo en su mochila y corrió de regreso con sus abuelos, lamentablemente calculo tan mal la velocidad que termino derrapando enfrente de ellos.
Albert: -ayudando a levantar a Lincoln- oye, tranquilo Lincoln, ¿Qué sucede?
Lincoln: -se pone de pie y observa a Myrtle preocupada- yo... yo... -saca el marco plateado- quería darles un regalo.
Albert: bueno, -toma el marco- gracias, pero debería tener más cuidado.
Lincoln: si, -rascándose la nuca- lo sé.
Albert: ahora veamos que es -observa la foto-.
Myrtle: -toma el marco- este es.
Lincoln: yo, -con una sonrisa- quería agradecerles, por todo lo que han hecho por mí.
Myrtle: -abrazando a Lincoln- gracias mi niño.
Albert: -sacudiéndole el cabello al albino menor- gracias Lincoln.
Tras terminar aquel momento cargado de secretos y emociones, el trio inusual fue directamente al estacionamiento y subieron a la camioneta de Albert, para poder mudar las cosas que actualmente estaban resguardadas en la vivienda de uno de los amigos de Lincoln, a su recién remodelada habitación, pero antes de arrancar siquiera, haciendo gala de su nuevo celular, el peliblanco menor llamo a su amigo para confirmar que este ya hubiese regresado de la institución académica, comúnmente denominada como escuela.
Lincoln: -colgando- Zach dice que ya está en casa, lamentablemente eso quiere decir que mis hermanas también.
Albert: -encendiendo la camioneta- bueno ¿Qué se puede hacer?
Lincoln: -guardando su nuevo teléfono- nada, solo ir de frente y esperar lo peor.
Albert: -arranca- pues al mal paso darle prisa.
El camino del centro comercial, a la casa de Zach fue relativamente corto, ya que esta se encontraba de paso entre la casa Loud y el centro comercial, por lo que se ahorrarían tiempo al tener la necesidad de tomar desvíos, y una vez hay fueron recibidos por el pelirrojo con lentes, el cual los guio hasta la cochera, desde donde pudieron comenzar a mover las cosas.
Lincoln: -saliendo de la cochera- gracias por cuidar mis cosas Zach.
Zach: -siguiéndolo- cuando gustes amigo, por cierto... -toma una caja a un costado- aquí están tus comics.
Lincoln: -carga la caja y observa estaba como la dejo hace apenas unos días- que raro, ¿no tomaste ninguno?
Zach: no, -sonríe- se por qué los compraste, -pone su mano en el hombro de Lincoln- y no quise aprovecharme de ti, eres un buen amigo Lincoln.
Lincoln: -sonríe- tú también Zach, cuando termine mi castigo hay una idea que quiero realizar, pero necesitare su ayuda.
Zach: bueno, estaré dispuesto a escucharte.
Lincoln: te prometo que valdrá la pena.
Zach: no lo dudo amigo.
Lincoln: -se va- hasta luego Zach.
Zach: -se despide con la mano- nos vemos el lunes Lincoln -cierra el garaje y entra a su casa-.
Albert: -arrancando la camioneta- se ve que es un buen chico.
Lincoln: -subiendo a la camioneta- si, tal vez no sean los más populares, pero no los cambiaría por nada.
Albert: -sonríe- me alegra saber que tienes tan buenos amigos.
Lincoln: gracias, -sonríe- son los mejores.
Albert: -arranca- no lo dudo.
En cuestión de minutos los abuelos y el nieto ya habían llegado a su destino, por lo que Lincoln apresuradamente decidió subir el horno de microondas, además de los comics y sus recientes compras, para dejar el camino despejado para lo que sería su ultimo reto del día, subir el frigobar y no morir en el intento.
Albert: -subiendo por las escaleras mientras sostiene el frigo bar- abran paso señoritas.
Lincoln: -sosteniendo el otro lado del refri- hombres trabajando.
Lori: -ve como su abuelo sube con un frigo bar- literalmente imposible.
Luan: -pasando a un lado de su abuelo para evitar estorbarles-- deben estar bromeando.
Luna: -asomándose desde su habitación- bro... lo que haría con uno de esos durante mis ensayos.
Lynn: -desde el piso de abajo- que desperdicio que tengas cosas buenas.
Lola: -desde su habitación, viendo como llevan un mini refrigerador-- ¿Por qué yo no tengo uno de esos?
Lana: -observa por la puerta- no lo sé, hay que preguntarle a mamá y papá.
Lisa: -en la puerta de su habitación- dudo mucho que la unidad de enfriamiento haya sido adquirida por nuestra unidad fraternal masculina a causa de nuestros progenitores.
Lola: -se acerca a su gemela- habla bien por una vez en tu vida.
Lisa: -suspira- que no creo que mamá y papá lo hayan comprado.
Lincoln: -sale al pasillo- es correcto, el que lo compro fui yo.
Albert: -sale mientras se sostiene la espalda- ¿eso sería todo?
Lincoln: si, -lo abraza- gracias abuelo.
Albert: -le sacude el cabello al incoen- bueno, en ese caso yo me retiro, -baja por las escaleras- nos vemos después Lincoln.
Lincoln: hasta luego abuelo, -se asoma por las escaleras- me despides de la abuela.
Albert: -sale por la puerta principal- por supuesto.
Lola: -viendo a Lincoln- dame el mini refrigerador.
Lincoln: -se cruza de brazos- déjame pensarlo... no, -se va con una sonrisa- adiós.
Lola: -con los ojos en llamas- me las vas a pagar Lincoln Loud.
Lincoln: -dentro de su habitación- no te preocupes Lola... aquí te espero -sonríe-.
Lori: -regresa a su habitación- creo que literalmente es mejor que lo dejemos solo.
Leni: -va al primer piso- linky tenía un lindo suéter.
Luna: -regresa a su habitación- me pregunto si me lo prestara.
Luan: -va hacia su habitación- yo solo espero que le sirva para enfriar la cabeza, ¿entienden?
Lynn: ese idiota debería habérmelo dado, -sale al patio trasero- con el solo será un desperdicio.
Lola: -se sienta a tomar él te- maldito engreído.
Lana: -se sienta en su cama y comienza a jugar con su rana- vamos lola, igual y logras convencer a mamá y papá que nos compren uno.
Lisa: -entra a su habitación y cierra la puerta- supongo que ya no hay mas razones para desperdiciar mi tiempo en asuntos que no son de mi interés.
Al terminar aquellas palabras y cerrar la puerta, la joven castaña no se percato de que una pequeña infante de cabellera rubia, había logrado salir de la habitación, dejándola completamente solo en el pasillo, el cual estaba completamente abandonado por la familia, la pequeña niña de no mas de un año y un par de meses entonces decidió aventurarse en búsqueda de su querido hermano.
Lily: -gateando hacia la puerta de Lincoln- papi.
Lincoln: -abre la puerta y ve a la infante- oh, Lily, -la carga- ¿Qué haces aquí sola?
Ya con la pequeña en brazos, Lincoln Loud regreso a su habitación para poder acomodar sus recién adquiridos electrodomésticos, zapatos y comics, mientras vigilaba a su querida hermana menor, a la cual prefirió no arriesgar regresándola a su habitación compartida, todo eso, mientras permanecía completamente ignorante de que era observado desde los ductos de ventilación.
Lucy: -observando en completo y total silencio- a mí también me gustaría una habitación así... suspiro.
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Lincoln: -observa al lector- créeme, sé que está ahí, no por nada yo fui quien la crio.
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Lincoln: no te preocupes, estas fotos servirán para su propósito, rita pagara, de eso puedes estar segura, pagara mas de lo que tu crees,pagara por todo lo que ha hecho incluso antes de que yo naciera.
???: ¿que eres?
Lincoln: ¿que soy? soy lo que nace después de un mal día, soy lo que nace cuando un chico muy amable... un chico que ama a su familia como si no hubiera un mañana, es traicionado por aquellos a los que estaba dispuesto a darles su vida, soy aquello que aprende que si las personas que amas pueden traicionarte lo hará sin dudarlo, soy lo peor de lo peor... soy el hombre del plan.
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