UN LUNES CASUAL
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UN LUNES CASUAL
La noche del viernes fue tranquila, Lincoln ya no salió de su habitación más que para dejar a Lily en su cuna, dejando a su familia en espera de que bajase a cenar, para así poder "conversar" con él sobre su actuar, su nueva indumentaria y sobre la influencia que el ejerce sobre su abuelo y dice versa, suceso el cual nunca llego, dejando a más de uno con un notable enojo, llegando incluso a considerar el irrumpir en su habitación para encararlo, acción la cual no fue llevada a cabo gracias a la intervención de aquellas que aun consideraban el poder llegar a estar en buenos términos con el joven de cabellera alba, de esa forma y con el fría abrazo de la noche, concluyo la semana de descanso del albino, dando paso a un fin de semana sumamente deplorable y aburrido, debido a la indiferencia y aislamiento del único hijo varón, el cual no salía de su habitación más que para comer e ir al baño... y para envidia y celos de algunas hermanas, de vez en cuando jugar con Lily, ignorando cualquier intento de conversación de cualquiera de sus hermanas o sus propios padres, y de esa forma llegamos hasta el día de hoy.
Lunes, tranquilo, pacífico y maldito lunes, el día de hoy nuestro albino amigo regresaba a la escuela, por lo que se decidió despertar temprano, alisto su mochila y empaco las tareas que había hecho durante la semana, una vez terminado, tomo algo de la ropa que ya había ajustado a su medida y fue directo a darse un baño.
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Lincoln: -observando al lector- saben, unas de las ventajas de despertarse temprano en una casa con tantas hermanas, es no tener que aguantarte a la hora de ir al baño, además de poder bañarte con agua caliente.
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El tiempo siguió su curso natural, una a una las integrantes de la casa fueron despertando para comenzar su ya usual fila para el baño, con la incógnita de quien habría entrado primero, las menores creyeron que sería alguna de las mayores como normalmente sucedía, pero eso no era posible, ya que todas estaban haciendo fila, sus padres tampoco eran una posibilidad, ya que ellos llevaban una temporada con su propio baño, y la única ausente era una bebe, pero era imposible que fuera Lily, y así continuaron, esperando... y esperando... y esperando.
Ya molestas de tanto esperar, decidieron tocar la puerta desesperadamente para que el ocupante de tan importante recinto saliera, pero apenas tocaron una vez, la puerta se abrió, en medio de todo el vapor que salía por la puerta, se mostro el chico de cabello blanco con un pantalón y una camisa manga larga de una tonalidad negra, con una toalla cubriendo su cabeza, el chico solo las observo y les sonrió, acción la cual molesto a mas de una, ya que lo tomaron como una burla hacia su persona, el joven albino les dio los buenos días y se retiro a su habitación, siendo seguido por la fulminante mirada de mas de una, cosa la cual no le dio la más mínima importancia.
Una vez en su habitación se puso sus nuevos tenis color naranja y su recién lavado chaleco del mismo color, sin duda alguna era un obsequio muy preciado dado por su abuela, se agradecía a si mismo de una época anterior, por haberlo dejado en su mochila antes de ser cubierto por la comida de la cafetería hace solo una semana, si no, estaba completamente seguro de que lo habrían arruinado, junto al esfuerzo que esa dulce mujer empleo para hacerlo, eso habría sido algo terrible, ya que actualmente era una de sus prendas favoritas, no solo por el color, también era bastante útil para esta época, pues el frio comenzaba a notarse durante la tarde, y el que tuviera gorro sin duda alguna le sería útil algún día frio, soleado o con lluvia, aunque hubiera preferido que omitiera el detalle que hacia parecer que tenia orejas de gato, no diría que no le gustaba, pero creía que estaba de más.
Ya preparado para este día, el albino tomo su mochila y salió de su habitación, apenas abrió la puerta algunas hermanas que aun estaban en espera de usar el recinto sagrado, observaron la puerta al otro lado del pasillo, entre las mas destacadas estaban; la que observaba el nuevo estilo de su hermano pequeño, sin duda alguna verlo usar ese suéter le hacía ver tierno, otra solo analizaba su actuar, memorizando hasta el más mínimo detalle, con la intención de recopilar datos que le fueran útiles para usarlos a su favor en un futuro cercano, mientras que otras estaban mas atentas a lo que se encontraba a sus espaldas, pues una sabía que las cosas que pudo observar el viernes eran pocas a comparación de lo que su hermano resguardaba en su recién remodelada habitación, y sin duda alguna las quería, y en contraposición tenemos a la que observaba con admiración el trabajo tan limpio que había hecho su hermano para remodelar aquel lugar que antes se encontraba tan deplorable.
Siendo seguido por la vista de algunas de sus hermanas el alvino entro a la habitación de las menores, y salió con la pequeña infante de cabello rubio en brazos, la cual sonreía ante los mimos de su hermano, un escenario bastante tierno, que logro deprimir a mas de una, pues sus memorias de ellas siendo tratadas de la misma forma eran bastante frescas, aunque algunas no querían admitirlo, el albino paso de largo a sus hermanas y bajo al primer piso, dejo su mochila en el sofá y fue directo a la cocina, le preparo un biberón a Lily con un toque de fresa y la dejo a un lado suyo, donde pudiese observarla, tomo algunas cosas del refrigerador y las alacenas para poder preparar su almuerzo, encendió la estufa y coloco una sartén con un poco de mantequilla, en eso el padre Loud apareció con la intención de preparar el desayuno para su familia, observo al alvino y continuo con lo suyo, Lincoln desde que noto que su padre estaba ahí, decidió darle los buenos días, pero fue ignorado olímpicamente por Lynn Loud padre, el cual estaba notoriamente molesto, el albino solo pudo reír por su actitud tan infantil, sin duda alguna sus hermanas habían heredado el orgullo de su padre.
El albino tomo dos panes y corto la parte de adentro, los coloco en el sartén y puso un huevo en el espacio que tenía cada uno, Lynn padre solo observaba mientras sacaba cosas del refrigerador, Lincoln solo procedió a cortar jamón y cilantro, cuando considero que los huevos estaban listos le dio la vuelta al pan, al lado recientemente frito le coloco salsa de tomate, después queso mozzarella, y por último el jamón y el cilantro recién cortado, para decorar aquel apetitoso platillo, los dejo unos momentos y en cuanto el queso termino de derretirse saco los panes del sartén y los puso en una sandwichera, Lynn sr. Observó el platillo y se limitó a burlarse de él internamente.
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Lynn sr: vaya, -sonríe burlonamente- así que sabes seguir una receta.
Lincoln: así es -apaga la estufa-.
Lynn sr: -se cruza de brazos- esperaba algo mejor de alguien que "mejora" mis platillos.
Lincoln: ah... ¿lo dices por esto? -muestra sus sándwiches de huevo- no, no tengo la receta, solo vi la imagen en internet una vez, y como se me antojaron, pues deduje el cómo hacerlos.
Lynn sr: -molesto- ni que fuera un platillo tan difícil.
Lincoln: si no lo es... -sonríe con burla- ¿entonces por qué nunca te he visto prepararlo?
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Una vez terminada aquella sumamente familiar y nada mal intencionada conversación, el alvino procedió a picar algo de fruta para comer antes de ir a clases, además de llevar consigo a su hermanita al comedor para poder darle igual algo de comer, ya que la leche no le proporcionaría los nutrientes que ella necesitaba, pasados unos minutos las hermanas y la madre fueron al comedor, tomaron asiento y esperaron que el desayuno se sirviera, y después de algunos incomodos minutos observando al único hijo varón... el cual ni se inmutaba por esto, el padre de familia apareció con una bandeja llena de panqueques con chispas de chocolate, todos procedieron a desayunar, y una vez que todos acabasen de desayunar, procedieron a retirarse a sus respectivas escuelas y trabajos.
Durante el trayecto el albino decidió escuchar música para ignorar a aquellas féminas que lo rodeaban, saco sus audífonos y su celular nuevo, los conecto, y antes de poder reproducir siquiera la primera canción, una peli castaña le llamo la atención.
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Luna: -observa los asientos de atrás- ¿esos son mis audífonos?
Lincoln: -se quita los audífonos- no.
Luna: -observándolo más detenidamente- sí, esos eran los audífonos que tire ayer.
Lincoln: tú lo dijiste, eran.
Luna: se supone que ya no servían, -extiende su mano- regrésamelos.
Lincoln: no, tu lo acabas de decir, los tiraste, significa que a ti ya no te servían, y por lo tanto perdiste todo derecho de ellos, y tienes razón, ya no servían, -se señala a si mismo- pero decidí revisarlos y los arreglé.
Luna: -con molestia- entonces devuélvemelos.
Lincoln: -suspira- ya te lo dije, tu los tiraste y yo los recogí, por lo tanto, ahora son míos, y si me disculpas, -se coloca los audífonos- quiero escuchar música con mis audífonos nuevos -pone play-.
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Una vez terminada aquella charla, el camino a los diversos colegios fue sumamente pacifico... por lo menos para el albino, ya que gracias a los audífonos, pudo ignorar el ruido que invadía completamente aquella vieja camioneta, lamentablemente para algunas hermanas, eso incluía ignorar sus intentos de conversación para intentar reconciliarse, canción tras canción, el albino por fin llego a su colegio sin ningún percance, pero ahora venia la verdadera prueba, bajo de la camioneta y guardo sus audífonos, camino hacia el edificio, con cada paso se escuchaban diferentes murmullos, que sin duda alguna serian los diversos rumores que habían surgido sobre él, agradecía que Clyde lo mantuviera bien informado acerca de este tema, el chico llego a la entrada, y apenas dio un paso adentro todos callaron, diversas miradas se posaron sobre él, entre ellas pudo notar algunas de miedo, otras de respeto, algunas de burla, pero hubo una que llamo poderosamente su atención, una de ira.
El joven albino continuo su camino ignorando completamente las miradas y los murmullos que se cernían sobre él, pero por obra del caprichoso destino, o mas bien el escritor, una persona de cabello rojizo comenzó a acercarse a él, los pensamientos de los alumnos expectantes comenzaron a llegar a una sola conclusión en cuanto observaron a ambos, sin duda alguna otra pelea surgiría, paso a paso la tención podía sentirse en el aire, el chico peliblanco y pelirrojo no se detenían en su andar, uno por uno los alumnos que estorbaban su camino se movieron rápidamente, con la intención de no estorbar tan inminente evento, ya con el camino despejado, sus miradas se colocaron una sobre otra, lo cual hizo que sus rostros se deformaran a una notable cara de molestia y enojo, sus pasos aún seguían sin detenerse, y a pesar de su yeso el pelirrojo parecía completamente decidido a recuperar su ahora roto orgullo, las distancia entre ambos era cada vez más corta y en las mentes de aquellos que observaban se dibujaba una imagen de dos bestias dispuestas a pelear por el dominio de su territorio, un lobo rojo y un lobo blanco, con una notoria sed de sangre, así duro unos segundos... hasta que estuvieron uno enfrente del otro, en ese momento todos creyeron que una pelea igual o más sangrienta y épica a la que había ocurrido la semana pasada ocurriría, para su decepción ambos continuaron su camino, pasando uno al lado del otro, pero con un mensaje de por medio en forma de susurro que logro inquietar al peliblanco "despídete de ella".
El albino analizo esa frase meticulosamente mientras se dirigía a su casillero, no estaba seguro de que quería decir, la guerra estaba mas cerca de lo que el creía, además de tener a mas de un enemigo sobre él, y eso lo inquietaba, sea lo que sea que llegase, debía estar bien preparado, tomo lo que necesitaba de su casillero y dejo lo que no ocupaba, una vez terminado esto se dirigió a su salón, donde saludo a sus amigos, y comenzaron a conversar sobre los sucesos ocurridos en sus ausencia, tal vez no eran muy fuertes... o listos... o populares, pero sin duda alguna agradecía la lealtad que se tenían entre sí, y creía que ya era hora de recompensárselos, solo que aun no era el momento.
Una vez entro la profesora las clases comenzaron y transcurrieron normalmente, con la notable diferencia de que el albino participaba mas de lo normal, se había perdido una semana entera de clases y debía recuperarse académicamente, además de que aun quería que lo tuvieran en consideración para competencias entre las diferentes instituciones, al fin y al cabo no podría obtener dinero por otros medios en los próximos meses, y si había una competencia en su periodo de castigo podría recuperar algo de lo invertido hasta ahora.
Una vez terminada la primera mitad del horario de clases, todos los alumnos salieron a comer, exceptuando a Lincoln, que se quedo unos minutos para conversar con la profesora sobre cómo afectaría su castigo en las posibilidades de seguir compitiendo para la escuela, además de entregar las tareas y trabajos dejados durante su ausencia, y una vez que termino fue a sentarse con sus amigos para poder comer, y comentarles sobre un proyecto que podría traerles beneficios a todos en partes iguales.
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Lincoln: chicos... -baja su comida- la verdad es que... desde hace rato quería conversar con ustedes.
Clyde: -deja de comer- ¿qué pasa Lincoln?
Lincoln: verán... -se rasca la nuca- tengo un plan para conseguir dinero... pero no sé si les interese.
Clyde: ¿tiene que ver con lo que me platicaste la semana pasada?
Lincoln: no, esto es aparte, sobre lo otro no les diré al menos que sea 100% seguro de que funcione.
Liam: -baja su manzana- ¿es algo ilegal?
Lincoln: no.
Zach: -deja su jugo- ¿entonces cuál es el problema?
Rusty: cierto, algo de dinero extra no le cae mal a nadie -come de sus papas-.
Liam: -muerde su manzana- además confiamos en ti.
Zach: cierto, tu nunca harías algo que nos perjudicara.
Clyde: ya vez hermano, -toma el hombro de Lincoln- tu solo dilo.
Lincoln: -con una sonrisa- gracias chicos, -con un rostro que demuestra firmeza y confianza- escuchen bien, a este plan lo llamo...
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[cazadores de tesoros]
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Leni: yo solo queria... agradecerte... y disculparme... por aquella ocasión... donde me salvaste de esos tipos, esa vez no pude hacerlo por que lori me lo prohibió.
Lincoln: ya es tarde leni... muy... muy... tarde.
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