MYRTLE
banda, solo queria recordarles que el 26 de abril es mi cumpleaños, y ese dia voy a subir un capitulo especial de un tal lincoln loud, completamente gratis para todos, pero si gustan apoyarme o darme un obsequio, los enlaces se encuentran en la descripcion de mi perfil.
sin nada mas que decir, espero que les guste.
MYRTLE
El aroma a humo inundaba sus fosas nasales, se encontraba en medio del pasillo del segundo piso, observando como una neblina negruzca salía de la puerta de su habitación, podía ver como sus hermanas gritaban, pero él no podía escucharlas, algunas lo agitaron con brusquedad, pero el simplemente no se movía, es como si algo lo obligase a quedarse quieto y observar como todo por lo que había luchado, todo lo que amaba... era consumido en llamas.
De repente sus ojos comenzaron a ponerse borrosos, las lagrimas escurrieron por sus mejillas, y sin darse cuenta de en qué momento, comenzó a correr con todas sus fuerzas, envistió la puerta buscando derribarla, pero esta solo crujió ante el golpe.
Desesperadamente se puso de die, y comenzó a golpear la madera con todas sus fuerzas, ni siquiera le importaba la sangre que brotaba de sus manos, lo único que sabia, es que debía entrar a aquel infierno al final del pasillo que alguna vez llamo fortaleza, y salvar a la pequeña que gritaba, clamando que el fuera a su rescate.
No tardo mucho en formarse un agujero en aquella madera pintada de rojo, permitiéndole al peliblanco entrar, con desesperación busco a su alrededor, ignorando el ardor en su piel, formado por las quemaduras... pero no la encontraba, pues el fuego que inundaba la habitación lo cegaba.
El fuego comenzó a extinguirse, dejando a su paso una negrura absoluta, formada por las cenizas de aquello que había acontecido, pero el chico no dejaba de buscar, movió todo el escombro que se encontraba frente a él, ni siquiera le importaba rescatar lo poco que quedaba, pues en su mente solo había un pensamiento, y ese era encontrar a su hermana.
El llanto ya había pasado tiempo que dejo de escucharse, y eso solo lo desesperaba más y más, lograba escuchar los gritos que llegaban de afuera de la habitación, pero no le importaban, no entendía nada de lo que decían sus palabras.
El peliblanco comenzó a destruir todo, quitando de su camino todo aquello que creía que le estorbaba, pero simplemente no aparecía, con desesperación comenzó a retroceder, hasta que salió de la habitación, y en un parpadeo, allí estaba.
Frente a el se encontraba un pequeño bulto del que sobresalían unos hilos color dorado, cubierto por una manta teñida de rojo, y manchada por el negro del hollín, el peliblanco comenzó a caminar, pero por cada paso que daba, sentía que un dolor indescriptible lo invadió, no podía dejar de temblar por el miedo, callo de rodillas frente a él, con temor tomo el borde de la tela, y comenzó a levantarla, clamando a cualquier entidad misericordiosa que no fuera quien él pensaba.
La tela fue retirada con delicadeza, los ojos del peliblanco perdieron todo rastro de vida, las lagrimas no paraban de escurrir, todo el pequeño cadáver calcinado entre sus brazos, y dio un fuerte grito, en el que se podía escuchar como su alama se hacía pedazos.
El peliblanco abrió los ojos, su respiración era agitada, su cuerpo se bañaba en sudor, y sus ojos no paraban de soltar lágrimas, como pudo salto de la cama, agradeciéndole a su maestro por enseñarle a aterrizar, abrió su puerta con brusquedad y comenzó a correr, terminando por deslizarse y regresar al recordar que la puerta que buscaba era la de alado.
Intento abrir la puerta que estaba frente a él, pero no podía, no tenia fuerzas y su mano no dejaba de temblar, además de que aun estaba demasiado alterado como para pensar racionalmente, por lo que termino derribando la puerta que le impedía el paso.
Agradecía que las chapas no servían, pues con un solo golpe le basto para abrir la puerta, camino por la habitación y comenzó a buscar desesperado... hasta que logro verla, en un rincón se encontraba una cuna blanca, donde ya hacia descansando una pequeña de cabellos dorados, mientras abrazaba su peluche de zanahoria con una sonrisa.
El peliblanco se acerco a ella, se recargo en el barandal, estiro su mano y acaricio la mejilla de la pequeña, provocándole una dulce risa a esta, fue en ese momento, en el que pudo descansar, simplemente se derrumbo en el suelo, y comenzó a respirar agitado, mientras intentaba calmarse.
Su hermanita se movió mientras dormía, y una de sus manos salió por el barandal, el peliblanco la tomo, y sintió como al estar en contacto con ella, su mente por fin le permitiría dormir, por lo que se acomodo en el suelo, lo mas cerca posible de ella, y se dispuso a ser guiado por Morfeo.
Pero del otro lado de la habitación, una peli castaña se encontraba despierta, sentada en su cama mientras veía confundida a su hermano mayor, su brusca entrada la había despertado, y se dispuso a reclamarle por su actuar, pero al ver bien frente a ella, noto que del bulto que se hallaba en el suelo, salían dos puntos brillantes color azul, eran los ojos de su hermano.
Por un momento ambos cruzaron miradas, y la peli castaña sentía como su cuerpo le imploraba que corriera por su vida, pero a causa del miedo no podía moverse, de pronto ambos puntos desaparecieron, la temblorosa niña tomo su sabana, le dio las buenas noches a su hermano, y se acostó, cubriéndose por encima de la cabeza, implorando que solo eso bastara para que el monstruo que dormía a su lado no la atacase.
Agradecía haberse puesto un pañal antes de acostarse, pues no quería tener que cambiar las sábanas con un monstruo junto a ella, la pequeña solo temblaba mientras las lagrimas se formaban en sus ojos, esa noche Lisa Loud ya no pudo dormir hasta que el sol cubrió completamente su habitación.
Se suponía que este seria un buen año, mis calificaciones eran las mejores, mis brazos ya se habían recuperado, y pude replicar las armas que me había regalado el maestro, por lo que retome mi entrenamiento, nuevamente convivo con mis amigos, y los proyectos que tengo con ellos están generando más ganancias que nunca.
Podía pasar horas jugando con mi hermanita, y platicando con mi amiga de origen latino, mientras aprendo otros idiomas, traduciendo los libros que constantemente me envía mi mentor, Stella se ha unido a mi circulo social, y ahora es una de mis mejores amigas, Brownie se sumó al negocio con cookie.
Y termine mi tiempo en la primaria con broche de oro, siendo el mejor de mi generación, es cierto que me dolió no poder seguir viendo a la señorita Johnson después del día que llegue, pero lo mejor es que ella se recupere, era una buena maestra, y sus siguientes alumnos la necesitaran... además tampoco es que pudiera quejarme de su reemplazo.
Incluso en la fiesta para celebrar el final del año escolar la había besado, aunque me llevé una fuerte bofetada de di Martino, honestamente no me arrepiento para nada, aunque el resto de esa noche fue mejor olvidarlo, una cancha llena de niños intoxicados no era algo lindo de recordar.
Se suponía que este seria un buen año, por fin estaba junto a mi hermanita, mis hermanas ya no me molestan, y mi relación con mi madre esta mejor que cuando tuve que partir, incluso me atrevería a decir, que la rota familia podría volver a unirse, aun si la primera hija está a punto de partir, tal vez, y solo tal vez... podríamos ser una familia unida de nuevo.
A mí me gustaría que la familia se uniera de nuevo... pero no en estas circunstancias.
Se suponía que este seria un buen año, por un momento... realmente llegue a creer que no sucederían mas desgracias ¿entonces por qué todos están llorando? ¿Por qué no las arrebataron? ¿Por qué ella tuvo que morir?
El cielo está completamente ennegrecido, aunque estamos lejos del anochecer, como si el también estuviera de luto, nos encontramos en un gran salón, y en el centro se encuentra una enorme caja de madera hermosamente decorada, y dentro de ella... se encuentra reposando mi querida abuela, durmiendo eternamente en los brazos de la muerte.
Todo había pasado tan rápido, al inicio del día me encontraba hablando felizmente con mi amiga sobre su nuevo novio, y en un parpadeo me encontraba aquí, parado con un traje negro, mientras mi pecho es cubierto por el ultimo obsequio dado por aquella alegre mujer.
El llanto de dolor invade todo el lugar, pero simplemente no puedo escucharlo, veo como el abuelo, aquel hombre al que tanto amo como a un padre, se desmorona frente a la caja de su difunta esposa, pero sus gritos simplemente no llegan a mis oídos.
Veo a toda mi familia llorar, mi madre, con la más joven de mis hermanas en sus brazos, mientras esta grita, luchando por zafarse y correr a los brazos de su abuela, todas mis hermanas tienen el rostro cubierto de lágrimas, incluso las más frías y arrogantes.
mi hermana mayor se aferra al pecho de su novio mientras este intenta consolarla, al informarles lo que paso, los Casagrande vinieron con la intención de hacernos compañía en un momento tan difícil, incluso Ronnie Ann trato de acercarse a mi para consolarme, pero yo solo me alejo de ella, Doña rosa se encuentra orando, pero nuevamente, no logro escuchar lo que dice.
Mi mentor también se encuentra, y ve con tristeza como su hermano se desmorona frente a él, de pronto una mano se poso en mi hombro, y el sonido regreso a mí, la tormenta que había afuera era tan fuerte, que incluso en esta habitación cerrada se escucha el rugir del cielo.
Observe a la persona que llamo mi atención, y vi a mi madre, ella no había podido dejar de llorar, mientras Lily seguía luchando por escapar, yo solo la tome de la mano, este no era momento de pelear, si no de apoyarse.
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Lincoln: no sé qué se siente perder a una madre... pero el ya perdió dos esposas... si hay un momento para demostrarle a tu padre lo mucho que lo amas... -observándola a los ojos- es ahora.
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Después de esas palabras tome a Lily en brazos, ella solo se aferró a mí, y yo la coloque dentro del suéter que me regalaron por mi cumpleaños, el ultimo que me había dado Myrtle, con la intención de calmarla, mientras que mi madre se acerco a papá con la intención de consolarlo, afortunadamente eso le ayudo.
Mi maestro solo camino hacia mi y me tomo del hombro, este día fue muy doloroso para mi familia, incluso yo sentía que mi alma se estaba desgarrando por dentro, pero por alguna extraña razón... de mis ojos no salió ni una sola lagrima.
Las horas pasaron, al final del día el cuerpo de Myrtle fue quemado, pues con su última voluntad pidió permanecer con su familia aun después de la muerte, el abuelo en ningún momento se separó de sus cenizas.
Esa noche algunos de los Casagrande se quedaron con nosotros, pues la tormenta no les permitiría volver, mamá se acostó con Lily, quien afortunadamente se calmo cuando le di el suéter de Myrtle, el abuelo se quedó en la habitación de mamá, no sentía que tuviera la fuerza de permanecer solo en una casa que le traía tantos recuerdos de su amada.
Mi maestro por otra parte también se quedo con nosotros, para cuidar que su viejo amigo no hiciera una estupidez, esa noche él y yo dormimos tarde, el no dejaba de verme, y yo simplemente no podía dejar de sentir que me desgarraban el corazón.
Cuando todos se durmieron, mi maestro me llamo la atención, ambos salimos a pesar de la lluvia, y caminamos por un par de horas, hasta que llegamos a un bosque, y seguimos caminando, cuando estuvimos lo suficientemente alejados de la civilización, el solo se dio la vuelta... y me abrazo.
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Marcus: esta bien ser fuerte, y con una perdida como la de hoy es necesario que alguien se mantenga firme para su familia... -tallándole la espalda- pero aquí estamos solos tú y yo... y ya no tienes que serlo.
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Después de esas palabras, simplemente ya no pude soportar más, mis gritos inundaron todo el bosque, pero eran opacados por el rugir del cielo, las lagrimas no paraban de salir, pero no me importaba, no tendría otra oportunidad para mostrarme débil ante mi familia, así que la aprovecharía tanto como pudiera, sacaría todo el dolor que había guardado en mi en esa noche de tormenta.
Al regresar mi mentor se acostó en el sofá, y yo comencé a subir las escaleras, al llegar segundo piso noté que la puerta de mi habitación estaba abierta, la abrí con cuidado, y al acostumbrarme a la oscuridad la pude ver.
Carlota se encontraba allí, esperándome, al entrar ella me recibió con un abrazo, esa noche ambos terminamos durmiendo en la misma cama, pues nos quedamos conversando hasta caer por el cansancio, pero por alguna extraña razón... no pude descansar, sentí que alguien nos estaba observando, no supe quién era, pero si puedo asegurar algo... no fue ninguna de mis hermanas.
Pero no importaba, esta noche no quería comenzar una pelea, habíamos perdido a alguien importante en nuestras vidas, por lo que simplemente lo deje pasar, esa noche fue difícil para todos, pues el dolor y sufrimiento estaban a flor de piel, y me habría gustado que esta fuera la última vez que pasáramos por esto, pero lamentablemente esta solo fue la primera, pues este día de dolor y perdida, marcó un antes y un después en nuestra familia, pues nuestra pérdida del día de hoy, sería la que daría inicio al... año de guerra.
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