DÉBIL 2° PARTE
este y el siguiente capitulo iban a ser uno solo, pero debido a la cantidad de palabras decidi dividorlo para que asi puedan disfrutarlo lo mas pronto posible, espero y les guste.
DÉBIL 2° PARTE
El joven albino observo a su alrededor, deduciendo rápidamente que se encontraba en un hospital, trato de sentarse en aquella cama en la que se encontraba, pero cada vez que lo intentaba un fuerte dolor de espalda lograba postrarlo nuevamente, con sus manos temblando por aquel agudo ardor, se tomó del borde de la cama, y con todas sus fuerzas jalo su cuerpo para poder cumplir su cometido, y con algunas lágrimas queriendo escapar de sus ojos, al fin logro sentarse.
Su cuerpo le dolía, sentía que su cabeza estaba a punto de estallar, y un fuerte ardor cubría su espalda y cuello, las manos le temblaban, sus ojos comenzaban a lagrimear, pero, aun así, no dejaba de ver la puerta frente a él, o para ser más exactos el reflejo del vidrio, el cual mostraba una silueta de su pasado, mientras sentía como aquel espectral recuerdo le susurraba directamente al oído.
La puerta rápidamente fue abierta, logrando romper aquel trance en el que se había metido el joven albino, entro entonces a la habitación aquella enfermera que había venido a examinarlo, junto a un hombre de cabellera entre negra y grisácea, con bata blanca, el cual parecía ser su médico de cabecera.
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¿??: hola, -leyendo en su tabla- Lincoln, ¿cierto? -se señala a si mismo- Soy el doctor Stein, -señala a la chica junto a el- y ella es la enfermera que te ha estado cuidando.
¿??: -saludando con la mano- hola, me llamo Ana.
Lincoln: -agachando la cabeza- un gusto.
D. Stein: -toma un banco junto a él y se sienta- ¿sabes cómo llegaste aquí?
Lincoln: -negando con la cabeza- no.
D. Stein: -anotando en la tabla- ¿Qué es lo último que recuerdas?
Lincoln: -sostiene su cuello- lo último que recuerdo... es correr frente a mi hermanita... tomar...
D. Stein: -lo observa fijamente- ¿tomar qué?
Lincoln: -deja de tocarse el cuello- no sé cómo se llaman, son... -se sostiene el mentón para pensar un momento- como tubos que sirven para electrocutar.
D. Stein: ya veo, -continúa escribiendo- tranquilo, los conozco.
Lincoln: tomar esa cosa y... -baja su mano y aprieta el puño- electrocutar al tipo que se encontraba frente a mí.
D. Stein: de acuerdo, -lee su tabla- según los estudios que hicimos mientras seguías inconsciente, recibiste varios golpes, tres descargas eléctricas que quemaron tus músculos ligeramente, y te reventó una vena debido a la sobrecarga de adrenalina.
Lincoln: -vuelve a sostener su cuello- entonces por eso arde.
D. Stein: -deja de ver su tabla y observa al chico- ¿Qué la espalda? Si, de hecho, me sorprende que estés despierto, creímos que entrarías en coma, pero me alegra saber que solo fuiste noqueado... -sonríe- aunque dos días no son poca cosa.
Lincoln: -traga saliva- ¿dos días?
D. Stein: si, dos días -cuelga la tabla-.
Lincoln: ¿sabe que paso después de que...? Ya sabe.
D. Stein: -mete las manos en sus bolsillos- según tengo entendido, tus hermanas te trajeron en cuanto te desmayaste, después vinieron tus padres y tu abuelo... -se sostiene el mentón- y un grupo de chicos.
Lincoln: y Lily... bueno mi hermanita, la bebe, ¿estaba bien?
D. Stein: -cambia a un rostro más serio- físicamente si, no le paso nada, -se cruza de brazos- pero no dejo de llorar desde que llegaste hasta que se fueron.
Lincoln: -bajando la mirada- ya veo.
D. Stein: bueno, -se pone de pie- ya que estas despierto llamare a tus padres para que sepan que ya despertaste.
Lincoln: -estirando un brazo- NOO!!! ... -bajando el brazo- digo, por favor, no, quiero descansar un poco, y si mi familia viene eso no va a suceder.
D. Stein: ¿de acuerdo? Supongo que te entiendo, no por nada los de seguridad tuvieron que sacar a algunas de tus hermanas.
Lincoln: ¿enserio?
D. Stein: si, son una familia muy caótica.
Lincoln: ni que lo diga.
D. Stein: bueno, -toma el hombro del chico- regresare en un par de horas para hacerte unos exámenes, así que descansa.
Lincoln: -asiente- entiendo.
D. Stein: -dirigiéndose a la puerta- por cierto, -se detiene- la policía quiere hablar contigo, -se da la vuelta para verlo nuevamente- y es algo que es mejor no posponer, ¿quieres que los llame ahora o quieres recuperarte un poco?
Lincoln: mejor ahora, así me quito un peso de encima.
D. Stein: bien, entonces me retiro.
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Tras esas palabras el doctor anoto un par de cosas en la tabla que llevaba en mano, se puso de pie y procedió a salir, acompañado de la enfermera, cerrando la puerta detrás de ambos.
El joven peliblanco observo por un momento aquel reflejo que tanto le acosaba, y le tortura con sus memorias, antes de desvanecerse, dejando tras de él un obscuro mensaje, la imagen de sí mismo, tan frágil, tan delicado... y tan débil, después de mirar con odio y asco el reflejo de sí mismo por varios minutos, el chico se sintió cansado, y decidió recostarse... mala idea.
Tan pronto su espalda toco la cama del hospital, su cuerpo se arqueo por el dolor, aguantando las lágrimas y haciendo uso de la poca voluntad que le quedaba, tomo el barandal de la cama y movió su cuerpo hacia la izquierda, para así poder reposar de lado, estando tan profundo en su auto desprecio, olvidado por un momento que las quemaduras de su espalda y del cuello seguían demasiado frescas, con una de sus manos toco su mejilla derecha, y procedió a deslizar sus dedos hasta el cuello, sin duda alguna era una herida larga como para no tocar nada más que gasas en todo el recorrido.
Dio un largo suspiro y cerró los ojos, quería... no, debía descansar tanto como pudiese, una vez que su familia fuese informada de que había despertado no volvería a tener tiempo para recuperarse, así que solo espero a que llegase la policía, envuelto en la obscuridad, el tiempo paso, los segundos se volvieron minutos, y los minutos en horas, las horas en días, los días en semanas, las semanas en meses, y los meses en años.
Abrió los ojos, escucho como la puerta era abierta, y decidió observar hacia aquella dirección, inmediatamente entraron el doctor, y dos personas vestidas de azul, un hombre con cabello rizado y bigote, y una mujer con cola de caballo, que tan pronto entraron se pusieron delante de él, el chico trato de sentarse apoyándose en sus brazos, pero estos no dejaban de temblar, el oficial tan pronto vio esto le dijo que no era necesario, pero el peliblanco insistió, para poder hablar con ellos de frente, la compañera del oficial al ver su esfuerzo decidió ayudarle, se puse frente a este y le extendió la mano, tan pronto el peliblanco le dio la mano a la oficial noto la gran dificultad que representaba algo tan simple en este momento para el muchacho.
Una vez sentado el medico salió de la habitación, dejándole una advertencia a ambos oficiales de que el paciente aún no estaba en óptimas condiciones, pero que a petición de él no quería aplazarlo, y vez lejos de aquello habitación... comenzó el interrogatorio.
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¿??1: -extendiendo su mano- buen día chico.
Lincoln: -devolviendo el saludo- buenos días oficial.
¿??2: ¿sabes por qué estamos aquí?
Lincoln: -serio- me doy una idea.
¿??1: bueno... ¿qué te parece si comenzamos presentándonos?
¿??2: ¿Cómo te llamas?
Lincoln: me llamo Lincoln Loud, y ¿ustedes?
¿??1: -se señala- soy el oficial Agripino, -señala a su compañera- y ella es mi compañera Ramírez.
Ramírez: es un gusto.
Lincoln: lo mismo digo... ¿Qué es lo que quieren saber?
Ramírez: solo queremos saber cómo sucedió el ataque -saca un lápiz y una libreta-.
Lincoln: ¿Qué es lo que saben hasta ahora?
Agripino: no mucho, los otros chicos se niegan a hablar, y uno de ellos está demasiado lastimado como para hablar.
Ramírez: pero nos intentó explicar lo más que pudo de forma escrita.
Lincoln: -cruza sus manos frente a el- el chico que no puede hablar... ¿es pelirrojo?
Ramírez; así es, ¿Por qué?
Lincoln: -serio- ¿qué les dijo?
Agripino: -buscando en la libreta- que... los invitaste a tu casa a pasar el rato, pero enloqueciste y comenzaste a atacarlos.
Lincoln: ¿y ustedes le creen?
Ramírez: creemos que hay varias incongruencias en lo que dice, por eso necesitamos hablar contigo.
Agripino: -anotando- ¿conoces a las personas que te atacaron?
Lincoln: -señala un uno con su mano- solo a uno de ellos... al pelirrojo.
Ramírez: ¿Cómo se conocen?
Lincoln: somos compañeros en la escuela, ambos vamos en el mismo salón.
Agripino: ¿Por qué crees que te atacaron?
Lincoln: venganza.
Ramírez: ¿venganza? ¿hiciste algo para molestarlo?
Lincoln: ... sí.
Agripino: y -anotando- ¿Qué fue lo que hiciste?
Lincoln: hace dos meses hubo una pequeña pelea en la escuela... y lo noquee, aunque fue en defensa propia.
Ramírez: ¿puedes probarlo?
Lincoln: no... -se rasca la barbilla- pero si tengo testigos.
Agripino: -deja de anotar- aun así, no creo que algo tan simple como una pelea escolar llegue a terminar en algo como esto.
Ramírez: ¿seguro que no existe la posibilidad de otro motivo?
Lincoln: -suspira- escuchen, aunque no lo crean... creo que en esa pelea lastime más su orgullo que su cuerpo, por eso creo... -negando con la cabeza- no, sé que quería vengarse, el mismo me lo dijo antes de que me atacaran.
Ramírez: chico... aunque así fuese, es muy poco creíble que un niño de no más de 12 años organizara un ataque contra un compañero de clase solo porque perdió una pelea en la escuela.
Lincoln: el problema no fue que perdiera la pelea, -se señala a si mismo- el problema es que la perdió contra mí.
Agripino: ¿a qué te refieres?
Lincoln: escuchen, yo... soy... uno de los "perdedores" de la escuela.
Agripino: -alzando una ceja- ¿bromeas? Luces como un pandillero.
Ramírez: -se señala la cabeza- sobre todo con el cabello teñido.
Lincoln: -se sostiene el cabello- es natural... pero eso no importa, lo que importa es que soy uno de los "perdedores" de la escuela, y durante un tiempo eh sufrido de abuso escolar, pero hace 5 meses se comenzó a intensificar por Chandler.
Ramírez: ¿y sabes el por qué?
Lincoln: -serio- si... durante un tiempo tuve que usar una vieja botarga de ardilla.
Agripino: -confundido- ¿Por qué?
Lincoln: -apretando los puños- eso ya no importa ahora, lo que importa es que Chandler comenzó a molestarme cada vez más a causa de eso, y... hace un par de meses, simplemente me cansé y decidí defenderme, eso causo la pelea por que quiso vengarse.
Ramírez: bien, -anotando- esto nos dice que hay un antecedente de abuso por parte del otro chico.
Agripino: ¿puedes comprobar esto? El abuso.
Lincoln: muchos de mis compañeros sufren de abuso de parte de Chandler, -negando con la cabeza- no estoy seguro que quieran testificar... pero estoy seguro de que alguno tal vez les pueda proporcionar evidencia de forma anónima.
Agripino: de acuerdo... después investigaremos todo esto, por ahora cuéntanos... ¿Qué sucedió hace 2 días?
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Tras una breve pero concisa charla, Lincoln le conto a ambos oficiales, como estando solo en su casa se vio interrumpido por alguien que toco la puerta, y la abrió solo para toparse con la desagradable sorpresa del pelirrojo, como uno de los sujetos que estaban al lado de la puerta trato de atraparlo y termino rompiéndole el brazo, tomo el palo de hockey y decidió atacar al segundo junto a la puerta, el cómo huyo hacia el patio trasera para noquear al tercero y atacar al cuarto, como se defendió usando la llanta del patio trasero como escudo, como noqueo a uno para ser atacado por la espalda por el otro, como sometió al pelirrojo hasta casi noquearlo, como dos de sus hermanas llegaron poniendo en peligro a la infante, como se puso así mismo de escudo humano para evitar el ataque del pelirrojo, como cayó desplomado al suelo, para después levantarse y ser un escudo humano por segunda vez para poder proteger a su hermanita, y como electrocuto al sujeto al que le rompió el brazo, hasta que quedó inconsciente.
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Lincoln: y eso fue lo que sucedió, todo fue en defensa propia.
Ramírez: bueno, tu historia concuerda más con la evidencia que encontramos.
Agripino: -cruzándose de brazos- si solo tuviésemos más evidencia este ya sería un caso cerrado.
Ramírez: ni tienes nada más que pueda probar tu historia ¿verdad?
Lincoln: -negando con la cabeza- no, lo siento.
Ramírez: bueno, -se pone de pie- por el momento esto es más que suficiente.
Agripino: gracias chico, -se pone de pie- espero que te recuperes.
Lincoln: gracias.
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Tras terminar aquella sencilla charla ambos oficiales se dirigieron a la salida, abrieron la puerta y procedieron a salir, y ya estando a tan solo centímetros de cerrar la puerta, nuestro albino protagonista recordó algo.
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Lincoln: -estirando su brazo- ESPEREN!!!
Agripino: -entrando nuevamente- ¿ocurre algo chico?
Lincoln: hace tiempo solía haber cámaras en casa, no sé si aun estén, pero de ser así lo más probable es que hayan grabado el ataque.
Ramírez: de ser así tendríamos toda la evidencia para poner el juicio a tu favor.
Lincoln: -alzando una ceja- ¿juicio? -sacudiendo su cabeza- No importa, vayan a mi casa y pregunten por dos chicas, la primera se llama Luan, es una castaña con frenillos, solía grabar toda la casa para poder tener videos graciosos.
Agripino: -anotando- lu.. an, ¿y la segunda?
Lincoln: -suspira- Lisa, es una niña castaña de cuatro años que usa lentes... -los oficiales lo ven con duda- es una niña prodigio, ella también solía tener cámaras que veían hacia todos lados, incluyendo los patios.
Ramírez: de acuerdo, asiente con su cabeza- iremos a verlas.
Agripino: -toma el hombro del albino- gracias chico.
Lincoln: -sonriendo- de nada oficial.
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Una vez retirados ambos oficiales, el chico volvió a recostarse... esta vez recordando la herida de su espalda, y así continuo en el silencio y soledad hasta el regreso de la enfermera.
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Ana: -con cubeta y esponja en mano- hola Lincoln.
Lincoln: -sentándose- ¿Qué pasa? -señala la cubeta- ¿para qué es eso?
Ana: ¿no es obvio? -toma la esponja- Es hora de tu baño.
Lincoln: -sudando- e... espera, creo que puedo bañarme solo.
Ana: -suspira- ¿estas bromeando? Apenas y te puedes sentar.
Lincoln: -observando hacia todos lados- si, pero... yo... eh... creo poder ponerme de pie, por lo menos para hacer esto.
Ana: -se cruza de brazos- escucha, hagamos un trato, si puedes por lo menos permanecer de pie te dejare tomar el baño tu solo.
Lincoln: bien.
Ana: -lo señala- pero si no harás silencio y me dejaras hacer mi trabajo sin peros.
Lincoln: -suspira- bien... lo que tu digas.
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La enfermera camino hasta estar al lado de la cama, el albino trato de sentarse nuevamente, pero tal como la enfermera había dicho previamente, necesito ayuda, ya sosteniéndose del hombro de la enfermera y el bordo de la cama, el chico procedió a bajar sus piernas para apoyar sus pies en el frio piso del hospital, y se puso de pie.
Un segundo, ese fue todo el tiempo que logro mantenerse erguido, sus piernas solo temblaban por el sobre esfuerzo por el que habían pasado, su cuerpo seguía agotado, por eso no logro ni sostener su propio peso, la enfermera solo cargo al peliblanco lo sentó en su cama, y procedió a bañarlo, con total calma y tranquilidad, siendo honesta la enfermera esperaba que el peliblanco pusiera más resistencia, que tratase de persuadirla o incluso chantajearla, como ya lo habían intentado otros pacientes, pero no... el chico no hizo nada, ni un solo movimiento o quejido, durante un momento la enfermera se alegro por su buen comportamiento, pero eso cambio al ver su rostro, un rostro neutro, serio, estático.
Un ambiente muy pesado rodeaba al chico, el cual nunca había experimentado la sensación por la que pasaba ahora, pues un cumulo de emociones y sentimientos entraban y salían de él, asco, rabia, ira, auto desprecio, impotencia, no sabia si por lo que había pasado era algún sueño o una revelación, pero sin duda alguna lo que le había dicho era verdad, era débil, demasiado débil.
Tan pronto termino el baño la preocupada enfermera decidió hablar con él, pues el rostro que mostraba el chico en ese momento no era una buena señal.
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Ana: -tomándolo del hombro- Lincoln... ¿estás bien?
Lincoln: -quitando la mano- perfectamente.
Ana: ¿hay algo que pueda hacer por ti?
Lincoln: -volteando a verla- necesito hablar con alguien, ¿podrías prestarme un teléfono?
Ana: si, -sonríe- no hay problema, -sacando su celular- supongo que querrás hablar con tu familia.
Lincoln: -toma el teléfono- si...
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Ya con el teléfono en su mano, procedió a llamar a una persona en específico, agradecía haber memorizado su número, o tal vez no podría hablar con el hasta quien sabe cuándo.
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¿??: -contestando- ¿diga?
Lincoln: -con voz seria- papá
Albert: ¿Lincoln? ¿eres tú?
Lincoln: -con una ligera sonrisa- si, ya desperté.
Albert: -alterado- espérame, llegare en un momento al hospital.
Lincoln: -serio- no.
Albert: -confundido- ¿Qué sucede? ¿estás bien?
Lincoln: si, -se sostiene la cabeza- pero... no quiero que vengas, no por hoy por lo menos.
Albert: ¿pero que dices? Si llevo días deseando verte.
Lincoln: abuelo, -apretando las sabanas- escúchame, por favor.
Albert: -con tristeza- ¿Por qué no quieres verme?
Lincoln: -intentando no llorar- papá... yo... yo... -con lágrimas en los ojos- me siento indigno de verte.
Albert: -confundido- ¿pero de que rayos hablas?
Lincoln: -llorando- SOY DÉBIL!!!
Albert: -serio- no, no lo eres, eres fuerte, mas fuerte que cualquier hombre que he conocido.
Lincoln: -apretando el teléfono- no, no lo soy.
Albert: Lincoln... -suspira- no sé qué te sucedió, pero si tu deseo es no verme por ahora... lo respetare.
Lincoln: -apretando las sabanas- gracias por entender.
Albert: -con tristeza- te veré mañana hijo.
Lincoln: -sacando sus lágrimas- cuídate papá.
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Tras colgar la llamada, el joven albino le regreso el celular a la enfermera y decidió recostarse para descansar.
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Ana: -guardando su teléfono- no eres débil, -intentando animarlo- hiciste algo muy valiente.
Lincoln: -dándole la espalda- algo muy estúpido querrás decir.
Ana: estuviste dispuesto a sacrificarte para proteger a una niña de no más de 2 años.
Lincoln: -enojado- de no ser por mi ella no habría estado en peligro en primer lugar.
Ana: eso no importa, lo que importa es que lograste protegerla.
Lincoln: ¿Y SI NO LO HUBIERA LOGRADO? ¿QUÉ HABRÍA PASADO SI NO ME LEVANTABA ESA SEGUNDA VES? ¿O SI EL TIPO NO HUBIERA QUEDADO INCONSCIENTE? ¿O SI ALGUNO DE LOS DEMÁS SE HUBIESE LEVANTADO?
Ana: -pone una mano en su pecho- yo... no lo sé.
Lincoln: yo si... sé que habría perdido a una de las personas que mas amo en este mundo.
Ana: Lincoln escucha, no siempre podremos decidir qué sucederá en el futuro.
Lincoln: lo se... y es por eso que ya decidí que cosas como esta no volverán a pasar, no dejare que mi futuro lo decidan las estupideces de otros.
Ana: ¿y como lo harás?
Lincoln: primero dejare de ser débil.
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Tras aquellas palabras, la enfermera salió de la habitación, dejando descansar al joven peliblanco, el cual no tardo mucho en quedarse dormido, así despidiendo ese día, para la pronta llegada de uno nuevo.
La mañana se asomaba por royal Woods, era algo temprano, pero el peliblanco se encontraba emocionado, pues su querido nieto al fin había despertado, y quería ser el primero de la familia en poder verlo, como cada mañana se levantó, se dio un baño, se coloco su ropa habitual, dejo que su pareja siguiera durmiendo y procedió a preparar el desayuno de ambos, al terminar de comer despertó a su pareja, a la cual le llevo el desayuna a la cama, la pareja de avanzada edad se despidió, y Albert arranco su confiable camioneta roja rumbo al hospital.
Ya llevaba horas despierto, el mismo sueño de la noche anterior, jamás se había sentido tan vacío, la enfermera entro a la habitación, le dio los buenos días al peliblanco, y este correspondió su saludo, pero parecía que lo hacia mas por compromiso que por otra cosa, la enfermera ayudo al peliblanco a sentarse, y le entrego su comida, informándole que su familia ya había sido avisada sobre su despertar.
El peliblanco solo frunció el ceño y decidió comer, pues este día sería algo agitado.
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