Azul
KIIIIIAAAAARK
Slash
Corté la garganta del monstruo y el cuerpo de este cayó pesadamente al suelo.
Uno a uno fueron muriendo hasta que finalmente pude contarlos con una mano, estaba segura que además de ellos habían otros más que me atacaron, pero esos saltaron al agua.
¿Estrategia para borrar su rastro? ¿O se rindieron?
No lo sabía, sin embargo ya no importaba porque después de matar a tantos mi cuerpo estaba tan acostumbrado que verlos o no verlos, olerlo o no, los atraparía de todas formas.
Gané un leve sentido que me advertía cuando alguien tenía intenciones de lastimarme, así aproveché eso para atacarlos primero.
Los más débiles también fueron menguando cuando corté a los más fuertes. Las cosas estaban yendo bien, incluso los había disuadido de robarme el botín.
Fue extraño, por algún motivo me sentía codiciosa al acaparar los cadáveres de monstruos que contenían las piedras de maná y me enojaba cuando cruzaban los “límites” de mi territorio.
Mientras pensaba en aquello cometí un error de novato al bajar la guardia.
Uno de ellos cargó hacia adelante y al intentar repelerlo, otro atravesó un agujero en mi defensa mordiendo mis costillas derechas, traté de quitármelo de encima, pero esa rata se negaba a dejarme ir, pero eso no fue todo, otro rápidamente cubrió mi brazo con el arma.
“¡Malditos!”
¿Ahora sabían trabajar en equipo?
Corrí con ellos colgando de mi cuerpo y me estrellé con el borde del velero.
¡Hick! ¡Hiiiick!
Incluso si la rata gemía, esta no me soltaba, la desgraciada estaba determinada a no dejarme ir y cuando quería volver a intentar lo mismo otro mordió mis piernas.
Gowr Gowrrr
Escuché un gruñido muy cerca a mí.
Lo sentí de inmediato, fue tan instintivo que no necesite mirar, ni mi habilidad predicción para saber que uno de ellos apuntaba a mi garganta.
Lamenté tener razón.
Efectivamente, fue unos breves segundos que la fugaz luz se presentó para lograr divisar como esa asquerosa boca con dientes llenos de sangre y carne se abrió ante mí amenazante.
Pero antes que se me ocurriera alguna contramedida la rata se detuvo a centímetros de mi cara con la lengua afuera y los ojos desorbitados.
Cayó al suelo y se revolcó, me hizo darme en cuenta que había otra presencia más en la pelea.
Mi bello durmiente finalmente había despertado y en su mano estaba la cuerda que envolvía el cuello del monstruo que intento hincarme el diente.
¿Así se sentían las protagonistas de las novelas pastel cuando venían a rescatarlas? Me sentí estupefacta.
Allí estaba Lex con un aura que gritaba a confiabilidad en él, como si dijera “Déjamelo a mí, yo me encargo”.
Sin embargo, la sensación no duró mucho.
La fuerza de mi hermano fue tan pobre que la rata en el suelo trató de huir rodando y lo arrastró consigo.
Suspiré con resignación.
Definitivamente debía crear un plan de entrenamiento rígido para mí hermano, no podía ver cómo una simple rata lo arrastraba de forma tan patética.
“Ahí van 500 de maná por el suelo"”
No voy a negar que me sentí conmovida cuando apareció de forma tan heróica.
Por esa razón dejaría que se encargue de ese monstruo solo, sería un buen entrenamiento para él.
Por mi parte, aún tenía un brazo libre y como mencioné antes, ya había destrozado algunos con mis manos, aunque éstos eran diferentes a los que enfrenté, mi fuerza ahora también era superior. Comencé con el que mordió mi brazo, apreté su cuello hasta que me soltó y luego lo arrojé al agua. Sorprendentemente varios de su especie que habían saltado con anterioridad lo confundieron con un cadáver, así que se acercaron hambrientos a comerlo.
No vi más, estaba ocupada lidiando con el primer valiente que me atacó y luego también pateé al que me mordía las piernas.
Cuando di la vuelta para ver cómo le iba a Lex, me sorprendió verlo cortar al monstruo como un filete de carne usando el viento como cuchillas.
Pasaron algunos minutos y ahora finalmente no había un enemigo potencial a cubierta. Los que pudieron haber sido una amenaza ya estaban muertos o abandonaron la pelea y los más débiles habían huido, no obstante aún sus brillantes ojos nos observaban desde la oscuridad, pudiendo o no ser un peligro constante.
Mientras pensaba en ello, Lex corrió como un caballo loco hacia mí.
—¡Hermana, hermana! ¿No estás herida?— sus ojos estaban tan grandes como los de un ciervo asustado que hacían ver esas mejillas más estrujables.
“Mierda, recuerdo esos cachetes más gordos ¿es el estrés?”
—No tienes por qué preocuparte, mira.
Le mostré las heridas en mis brazos mientras estas se cerraban. No estaban a la misma velocidad con la que inicié, pero hacían la tarea más sencilla.
Lex se me quedó viendo por unos segundos, primero con asombro, luego con perplejidad, pareció darse cuenta de algo y finalmente se enojo conmigo.
—No me digas que estás usando tu cuerpo como un escudo de carne.
—No tienes que preocuparte, estaré bien.
Sonreí confiada.
—Que ahora estés como la cola de una lagartija no quiere decir que no te lastimes.
Frunció el ceño preocupado, supongo que ver heridas así de feas le debe ser incómodo, por lo que decidí añadir algo.
—Oh, también tengo una habilidad relacionada con la resistencia al dolor, no tienes que preocuparte mucho.
Eso debería tranquilizarlo, no me duele y me curo con rapidez ¿No es una excelente combinación?
Sin embargo, no esperé que Lex se enojara aún más.
—¡Eso es exactamente un escudo de carne! ¿Cómo fue que conseguiste exactamente esas habilidades? Si antes no tenías prudencia ahora estás peor.
—Pero-
—No, no digas nada. A decir verdad ya sabía que careces por completo de sentido común, ni para que me molesto.— suspiro resignado.
Eso me ofendió, no le entendí, pero me sentí incómoda y tenía ganas de refutar.
Grrrrr...
Cuando escuché ese sonido, no lo pensé y arrojé el arma por dónde lo escuché.
Hick
—Creo que ya no hay más.
Ante mi comentario, Lex movió la cabeza de un lado a otro y me confirmó lo mismo.
—Sí, no hay nada cerca... Por ahora.
Eso no sonaba bien, fue mi señal para moverme más rápido.
—¿Hmm? Hermana... ¿Qué estás haciendo?
Ignoré su pregunta y seguí con lo que hacía, por alguna razón supe que se enojaría si le contaba. Terminé con rapidez y seguí en otro lado.
—Hey ¿Me estás ignorando? Estoy seguro que me escuchaste, qué estás hacien... ¡¿Estás recogiendo piedras de maná?! ¡¿De verdad, ahora?!
—Shhhh.— llevé mi dedo índice a mis labios y lo insté a bajar la voz. —No hagas escándalo.
—No puedo creerlo ¡¿Te pones a recoger esas cosas ahora?!
Si bien me hizo caso al bajar la voz, no dejó de regañarme.
Qué podía hacer ¡No pude evitarlo! Debía recogerlas todas ¡Puse mucho esfuerzo para que no me las robaran! ¡No las podía dejar allí, ¿verdad?!
No sabía por qué el niño estaba haciendo tanto escándalo, apenas tenían el tamaño de un cheto.
—Sabes muy bien que esas piedras los atraen ¿Qué piensas hacer con ellas?
Me congelé ante esa pregunta.
Obviamente me las iba comer, pero no podía decir eso.
—Te las ibas a comer...
“¡Mierda ya sabía!”
—...
Mantuve la boca cerrada para evitar provocarlo.
—...
Suspiró frustrado.
A decir verdad me daba pena Lex, llegaría a los veinte con la frente marcada de arrugas de tanto preocuparse.
—Hablaremos de ésto después, parece que ahora siguen los calamares azules.
Me tomó por sorpresa, yo podía saber que algo se acercaba, pero no con exactitud y cómo que azules.
—¿Cómo sabes que son calamares azules?
Esta vez fue su turno de mirarme con sorpresa.
—¿Qué, no los ves?
—¿Puedes ver?
—¿Tú no?
Oh vaya eso era una sorpresa, yo tuve que ajustar mis sentidos para guiarme y el muchachito solo tiene que “ver”. Señor sistema no es eso trato diferencial.
—Puse maná en mis ojos y obtuve “Vista nocturna”.
—Oh, así que eso era.
Nop, no me sentí mejor. Me hubiera ahorrado muchos problemas si lo hubiera descubierto. Sin embargo, no iba a quejarme, claro que no.
Haaaa... yo también quería ver.
—Hermana, ¿cómo lo hiciste si no puedes ver?— preguntaba mientras apuntaba a la pila de cadáveres que amontoné para sacarles la piedrita esa.
Me preguntaba qué opinaría de la salvajada de mi método. Sería algo así como... Para calmar el dolor de cabeza debes golpearte el pie con fuerza, así se te olvida el dolor de cabeza porque ahora el del pie es más fuerte.
—Por el olor y el sonido, también siento cuando tienen hostilidad.— en otra ocasión habría mantenido el pico cerrado, pero esta vez se lo conté por puro morbo.
Ya ven, tuve razón. El peladito me está mirando como mamá cuando le dije que dejaría la escuela.
Un entre “¿Qué está diciendo esta idiota?” y una mueca de pena.
¿Saben? Toda esta situación es muy hilarante, quiero reírme. El mundo se fue a la verga, hay un montón de chucherías que quieren matarnos, debo cuidar del genio de mi hermano... Sí... ya sé, antes lo era, estoy acostumbrada, pero ahora súmale el glow up de magia y mariconadas de un mundo de fantasía.
Esto me supera.
—Ja... Jajaja... Jaja
No puede ser, de verdad me reí, mis niveles de estrés debieron haber alcanzado la valla de seguridad.
Bueno, ya que.
Me levanté rápido y fijé mi vista a donde venía la energía, gracias a los flashes de luz esporádicos, esta vez los voy por mi misma, eran azules... Eran jodidamente azules.
No sé por qué, pero ni bien los miré quise hacerlos mierda.
“¡Por qué puñetas son hijo de putas azules! Parecen mierda de pitufo, pero con tentáculos”
Oh joder, eso me dio una fea imagen mental. Ahora que lo pienso los tentáculos son un clásico de las animaciones pornográficas. También tuve un compañero del que aprendí la Regla 34 accidentalmente, ese bastardo enfermo dónde estará... sus fetiches con furros y caricaturas para niños me quemaron la retina, yo pensé que ya había visto el lado más bizarro de la humanidad, adivinen qué.
Jodidos pitufos...
Jodidos pitufos azules...
Así es, definitivamente debo cargarme a todos ellos.
—Lex, escúchame, tú los atacarás a distancia porque yo solo me doy cuenta cuando ya quieren matarme ¿Alguna duda?
—No ninguna, pero Yo- Yoshira... ¿Estás bien?
—Por qué lo dice.
—¡No, por nada! Solo se siente... Te ves diferente.
Parece que mi hermano notó mis cambios de ánimo porque empezó a verme con cautela.
No me gusta esa mirada, tal vez debería...
—Creo que esa habilidad tuya anterior está volviendo.
“¿Qué quiere decir?”
Observe mi cuerpo y era cierto, la energía roja se fue extendiendo, aún era muy imperceptible, pero con los sentidos súper desarrollados de Lex fue posible.
No quería usar esa habilidad mucho, la resaca era horrible.
—No tienes que exagerar hermana, yo también he mejorado.— añadió Lex confiado y para confirmarlo el aire que lanzó como cuchillas barrieron a los nuevos invitados.
Cierto, tenía a Lex conmigo, yo solo luche con los que se escapaban y pidieran ser una amenaza.
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N/A:
¡He vuelto! Sin cursos desaprobados y también estoy de vacaciones.
¿Saben que significa?
Así es, escribir capítulos más rápido muajajajaja.
Comentario ramdon, me he estado viendo a JuanDa y debo expresar algo, marica el acento de los colombianos es una chimba, aquí donde vivo no tenemos acento marcado.
Así que si usted es de Colombia, sepa que ya lo quiero, podría estar insultándome gonorrea hija'e puta Malparida y yo te voy a dar la razón (◍•ᴗ•◍)❤
De hecho cualquier acento memorable, ya van a tenerme a mí escuchándolo. El de Argentina, México, Venezuela, Nicaragua y si usted tiene acento bonito y aún no lo he escuchado solo aguarde, lo voy a encontrar.
Por cierto¿Qué les pareció el capítulo? Yoshira se está poniendo rara y es solo el principio.
¡Gracias por la lectura! Y tengan una excelente semana, no se olviden de tomar agüita y si van a protestas lleven un paño con agua húmeda para las bombas lacrimógenas.
Los quiere la autora.
Bye-bye~
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