500
Las bestias corrieron enloquecidos hacia nosotros, no me molesté en observarlos, sujeté con más fuerza la mano de mi hermano y corrimos en dirección contraria a los monstruos.
Mamá también había corrido con Nicol en la misma dirección.
“Bien hecho”.
Pensé mientras miraba a mis alrededores en busca de una salida para alejarnos de la horda.
Las personas a mi alrededor trataban de huir a como de lugar, uno de ellos tropezó y un lobo se abalanzó sobre él para devorarlo, a lo lejos podía escuchar sus gritos desesperados.
—¡AYUDA! ¡AYUDA, PORFAVOR!— Aparté la vista de la víctima e ignore sus súplicas, luego sus palabras terminaron con un doloroso grito.
ARGHHHHHHH
Varias personas eran atacadas por las bestias y poco a poco el gran número de personas iba disminuyendo, sorprendentemente fueron los padres y sus hijos quienes tuvieron más suerte, tal vez sea por el amor a ellos que corrían y esquivaban mejor, aunque claro no todos eran así.
—Mamá... mamá
También pasé de largo cuando una madre y una niña habían sido arrinconadas por un tipo de lagartos de escamas azules y fingí no verlas con el corazón pesado, pero sin ningún rastro de duda respecto a detenerme a ayudarlas.
Tenía miedo. No hice nada porque tenía miedo, incluso si mi mente hacía el intento de asimilar la realidad lo más rápido que podía, mi cuerpo aún no me respondía o, tal vez era solo una excusa para aliviar mi conciencia y al final todo se resumía en que yo era una cobarde.
No quería morir y si yo quería jugar al héroe, lo más probable era que fracasara y muriera miserablemente. No soy un héroe ni tengo el mínimo interés en serlo, tampoco soy una buena persona, si lo fuera no las habría dejado morir.
Sentí culpa y me avergonzaba de mí misma, pero no podía hacer nada, me mordí los labios para tranquilizar el caos que se arremolinaba en mi cabeza y solo corrí hacia adelante, mi hermano apenas seguía mi ritmo mientras jadeaba de cansancio.
Él a veces me daba miradas de reojo, seguro tratando de descifrar mis pensamientos.
Un goblin con un arma oxidada apareció por el lado derecho y se abalanzó sobre mi hermano, podía ver casi como esa rudimentaria arma golpearía su delgado cuello dejándolo fatalmente herido en cámara lenta.
[Habilidad activada: Predicción Nv. 1
Debido al bajo nivel de dominio, la habilidad está limitada a 5 segundos]
De inmediato me di cuenta que si no lo movía de prisa, la daga lo golpearía así que no podía permitirlo, mi corazón se aceleró y mi cuerpo reaccionó antes que mi cabeza, los movimientos que hice fueron tan naturales que me sorprendieron, me aferré de su ropa antes que diera un solo paso hacia adelante y lo empujé hacia atrás.
La hoja del cuchillo paso muy cerca de su cuello y él cayó sentado.
Escuché un leve quejido, me extrañé porque no lo había empujado con tanta fuerza, él cayó sobre su trasero con una mueca de dolor, recordé algo al instante.
“Fuerza 12, así que son buenas estadísticas”.
Debí agradecer a mi trabajo y a la vida que llevaba, pero no hubo tiempo para pensar en eso, saqué del inventario el arma que había visto antes.
[Espada corta para principiantes ha sido equipada]
[Habilidad activada: Manejo de armas Nv. 1]
Incluso si mi hermano había esquivado el ataque, el goblin todavía se había lanzado sobre él, estaba muy enojado porque la presa se le había escapado, gran error. Nunca te atrevas a darle la espalda al oponente, al parecer los goblins de esta novela no eran muy listos.
Sostuve la espada corta con la mano derecha, aunque parecía una daga, era mucho más larga y además recta, fue la primera vez que veía una así, no tenía experiencia manejando ese tipo de armas así que solo la sostuve como si fuera una daga, empuñé el mango con la punta de la hoja dirigida a mi codo, levanté el brazo a la altura de mi rostro y clavé con fuerza la hoja en el cuello del goblin antes que éste se acercará por completo a mi hermano.
La enterré justo en la base del cráneo, empleé toda mi fuerza que el metal atravesó por completo su garganta y unas cuantas gotas de sangre cayeron sobre el rostro asustado de mi hermano y al instante el monstruo se dejó de mover.
Volvió a sonar la notificación del sistema.
[Haz realizado un golpe crítico]
[¡Felicidades!
Haz sido la primera en derrotar un goblin en tu área.
Recompensa: +10 puntos, todas las estadísticas +1]
Arrojé el cuerpo del goblin lejos, y le tendí la mano a mi hermano, sus ojos se cruzaron con los míos y vislumbre un atisbo de miedo en ellos.
Aparté la mirada y solo lo cogí de la muñeca para levantarlo y seguir corriendo.
Al parecer los monstruos no eran los únicos aterradores, me pregunto si yo también estaba en esa categoría.
“Ah... ya recuerdo porque no pasa mucho tiempo en casa, no quería mostrarle ese lado de mí”.
Chasqueé la lengua y guarde mis pensamientos solo para mí.
* * *
Corrimos sin parar por un buen tiempo, hasta que el sonido del bullicio se volvía cada vez más lejano, pero incluso así no podía relajarme, a menudo miraba de un lado a otro por si aparecían de sorpresa, desde el último encuentro mis sentidos estaba en alerta máxima.
Volvimos a pasar a la sección de juegos de agua, había visto a mamá y Nicol seguir ese camino junto a otro grupo de personas
—Herma...na ha... ha... espera un minuto, no puedo más.
De inmediato detuve mis pasos, su rostro estaba rojo y sin aliento, me metí al lugar donde se registraban los pases para entrar a uno de los juegos que era como un recorrido en un bote con forma de tronco.
Busqué un lugar cerrado porque detenerse en un lugar abierto era un suicidio y encontré los servicios higiénicos, arrastré a mi hermano conmigo, al llegar de inmediato cerré la puerta tras nosotros y finalmente solté su muñeca.
Volví a sostener la espada corta y me dirigí hacia los cubículos, abrí uno por uno para cerciorarme que no había nadie, ni monstruos ni personas, a menudo en las novelas y películas los baños son los lugares favoritos para que aparezcan de sorpresa, no puedes relajarte ni cuando estés cagando, qué triste... porque siempre están al acecho ya estén escondidos o aparezcan del techo...
De inmediato volví mi mirada hacia allí con los nervios de punta, no había nada felizmente, aunque había la posibilidad que rompiera el techo.
Mis nervios aún estaban tensos y respiré hondo tratando de calmarme. Solo después de chequear todos los lugares donde podrían ser peligrosos, volví mi mirada hacia mi hermano.
No sabía cómo enfrentarlo y me sentí culpable por él, lo había estado arrastrando de un lado para otro sin decirle una sola palabra, observé su muñeca por un instante, estaba roja.
Lo había agarrado con demasiada fuerza, las marcas de mis dedos todavía estaban allí.
—Lo siento... yo...
—Está bien.— replicó bajando las mangas de su abrigo.— menos mal pudimos escapar ilesos...
—Si...
Se hizo un silencio incómodo, aunque era mi hermano y sabía que yo era una friki de las novelas ligeras.
“¿Cómo le voy a explicar que actúe porque era algo que había visto mucho en esas novelas”.
—Hermana, hmm... cómo fue que hmm...
—Debemos encontrar a mamá, estoy segura que todo se pondrá más peligroso desde ahora.
No quería hablar sobre eso, así que evadí esa conversación deliberadamente.
—... Si, tienes razón, ¿deberíamos salir?
Para mí sorpresa él prefirió no presionarme e incluso me siguió el juego, me sentí complacida, siempre ha sido un chico listo.
—No, espera un momento, ¿terminaste de leer toda tu ventana de estado?
Sería mejor estar un poco más preparado, además yo no terminé de leer las descripciones de las habilidades, solo sé sus nombres. Debería saber un poco más porque tal como "Predicción" puede ser útil incluso si solo son 5 segundos.
—¿Eh?... No... habían muchas cosas y no entendí del todo.
“¿Muchas cosas?”.
Me intrigó que dijera eso.
—¿Puedes decirme? Tal vez le entienda un poco mejor.
—¡Si, hermana!—su repentina efusividad me tomo por sorpresa nuevamente. Hasta hace un segundo su cara era ansiosa y ahora parecía feliz que le prestara atención, solté un bufido y le pedí que me contara.
—Hmm... Está mi nombre, el título aún está vacío, mi edad... Nivel 1... Hay algunos números que dicen estadísticas.
“Hasta ahí al parecer todos estábamos igual”.
—¿Cuáles son?
Su expresión se puso un poco oscura.
—Fuerza: 3, Agilidad: 5, Resistencia: 4...
Cuando mencionó esos números por mi mente pasaba que quizá el estilo de vida que llevábamos influye en las cifras, mi hermano odiaba el ejercicio. Mi rostro estaba un poco sombrío, tendría que hacerlo correr y cazar monstruos, esos números estaban horribles.
—Hmmm... ¡pero dónde dice maná tengo un número muy alto a comparación a los demás!— se agarró de mi brazo sin querer soltarme.
“Sigue ansioso, pero por qué cree que lo voy a dejar”.
—Oye, incluso si no tuvieras nada, yo encontraría la forma de salirnos con la nuestra.— le sonreí y le acaricie la cabeza.
Él bajo la cabeza avergonzado.
“Sigue siendo lindo”.
—Bueno cuánto tienes de maná, yo solo tengo 4.— le dije para tranquilizarlo.
—...500
—...
“¿Qué?”
Mi mente se quedó en blanco.
“¿Dijo 500?”
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