CAPÍTULO 36
Capítulo dedicado a YazminPereyra0
MIA
Luego del desayuno que compartimos todos, Alina y Anna nos llevaron a Elena y a mí literalmente empujándonos a la habitación de la primera para comenzar a alistarnos para el aniversario del viñedo en el pueblo. Alina era la más emocionada ya que será su primera aparición en público después de haber estado viviendo en el extranjero por años junto con Cedric. Quiere lucir radiante y ansía ver el impacto que tendrá en las personas, sobre todo en Paul. He conversado con ella del tema y, al igual que su hermano y yo, ambos han acordado ir lento antes de hacer la marca.
No he visto a Hillary después del desayuno, tampoco a Ethan y Paul. Mi amigo me dijo que tendrían una reunión importante y que se unirían a nosotros para ir al pueblo. Tengo curiosidad de saber de qué se trata su reunión. ¿Será sobre mis poderes? Últimamente soy el centro de atención y no me gusta. Quiero que todos sigan sus vidas sin preocuparse por tener que asegurar mi seguridad cada vez que desee salir a caminar.
—¿Estás nerviosa por tu cita con la médium? —pregunta, curiosa Alina mientras se pone rímel en sus pestañas.
Hablé con Delina esta mañana antes del desayuno para reservar una cita. Conseguí su número gracias a Rupert. Además de brindarme su contacto, apoyó la idea de que es una de las médiums más visitadas del pueblo, sus visiones y su capacidad de hablar con los muertos ha llamado la atención de todos e incluso los turistas se animan a visitarla desde distintas partes del mundo. Voy aprovechar ese tiempo con ella no solo para descubrir qué fenómeno soy, sino también para encontrar a Tessa y Dominic. He dejado pasar mucho tiempo y no quiero perderlo más, tengo poderes y aunque no sé controlarlos aún, los utilizaré para rescatarlos y protegerlos.
—Bastante. —admito pasando la plancha por mi cabello. Me cansé de mi cabello ondulado.
—Todo va a estar bien. Además, Ethan estará a tu lado. —me anima sonriéndome en el espejo.
Le devuelvo la sonrisa.
—Lo sé, gracias. —sigo planchando mi cabello, pero noto su mirada aún en mí. Me giro hacia ella dejando la plancha en el tocador. —¿Hay algo que quieras decirme?
Se relame los labios, dudosa y al final chasquea la lengua antes de hablar.
—Paul me pidió que no dijera nada, pero creo que es tu derecho saberlo. —giro por completo mi cuerpo sin romper el contacto visual. Le hago un gesto para que continúe. —Cuando llegó al pueblo, se puso en contacto con sus padres para decirle que iba a viajar con unos amigos antes de entrar a la universidad, y también intentó llamar a Lena, pero... —hace una pausa. —no contesta las llamadas. Y su novio tampoco.
La confusión me invade. Lena y Landon son esa clase chicos que nunca dejan el celular, siempre están al pendiente de las redes sociales, mensajes y llamadas. No importa la hora o lugar en el que se encuentren, siempre atienden.
Lo primero que hice cuando Sophie me entregó mi celular fue encenderlo para intentar contactarme con ella. Me encontré con quinientas llamadas y mil mensajes en todas mis redes enviadas por Lena. Le respondí los mensajes y traté de llamarla para tranquilizarla, pero hasta ahora no he recibido respuesta, ni tampoco de Landon.
Eso no está bien.
La alarma se activa en mi cabeza y una extraña sensación se instala en mi pecho, un mal presentimiento de que algo ha pasado. ¿Será que están ocupados con la mudanza en Columbia? Las clases están próximas a empezar. Puede ser por eso, ¿verdad?
Observo a Alina y le sonríe forzadamente.
—Gracias por decírmelo.
Tomo mi celular para cerciorarme si tengo un nuevo mensaje. Nada. Ni siquiera han visto los mensajes. La última vez que se conectaron fue hace días. Suelto un suspiro, quiero creer de verdad que se trata de la universidad y no porque les haya pasado algo.
—Oye tú. —interrumpe Anna saliendo de la ducha envuelta en una toalla mirándome. —Quita esa cara y sonríe que hoy es día de comida, baile y mucho alcohol.
—Aún no tengo veintiuno.
—Bueno, bueno. Piña colada sin alcohol para ti y Alina entonces.
Toma su celular y lo conecta a unos pequeños parlantes. Cuando la música empieza a sonar, suelta un gritito emocionada y baila sobre la cama meneando las caderas de un lado a otro dejando caer la toalla y poniéndose las bragas. Nadie se incomoda o hace un comentario al respecto. Después de todo, todas hemos vivido juntas y ya la conocemos.
La canción que se reproduce no está en inglés, reconozco de inmediato que es español. No comprendo todas las palabras, pero sí algunas básicas que me enseñaron en el instituto. En el caso de Anna, su español es muy fluido mientras canta.
—Anna, baja el volumen. —grita Elena. Es en vano, su voz se pierde y la música suena a todo volumen.
—Gózala. Que la vida es una mami, gózala... —canta la rubia mirándola y utilizando su cepillo de cabello como micrófono. — Mira que este mundo da mil vueltas...
—Ojalá y no llegues a mi puerta porque no te abriré. —continúa Alina. La miro alzando las cejas y me sonríe. —En la comunidad donde viví, conocí a un licántropo que era de Venezuela y se ofreció a enseñarme español. —explica.
—¡Uf, latinos! —exclama Anna abanicándose el rostro con sus manos. —Tienen esa alegría y diversión que les falta a los chicos de acá. En fin, ¡Viva Lationamérica!
Río negando y las escucho cantar olvidando por un momento mis preocupaciones.
Una vez que estoy satisfecha por cómo quedó mi cabello, agarro un vestido blanco que va acorde con las festividades. La tela es delgada y el diseño sencillo, perfecta para el clima soleado del pueblo, me llega hasta la altura de mis tobillos, ciñiéndose a mi figura hasta la altura de la cintura y sujetándose la parte de arriba con un broche detrás del cuello. Me abrocho mis sandalias gladiadoras y comienzo con mi maquillaje, optando por algo natural y ligero.
Me observo en el espejo y, por unos segundos, me parece ver a mi antiguo yo. No la parte débil, sino la Mia que se mostraba ante las personas. Vivaz, alegre y preocupada por verse bien y perfecta. En Chicago no me sentía capaz de ser esa versión. Eso podría cambiar en New Mystery, tal vez podría ser una nueva versión uniendo la mejor parte de mis antiguos yo.
Por el espejo veo a Hillary entrar. Frunzo el ceño de inmediato al verla alterada y no soy la única en darse cuenta. El karaoke ha pausado y todas miramos a la pelinegra intrigadas.
Anna apaga la música y alza una ceja.
—¿Estás bien?
Hillary nos observa, con su mirada deteniéndose más en mí, siento como un nudo se forma en mi estómago ante su mirada y me preparo mentalmente para lo que vaya a decir.
¿Qué sucedió en esa reunión?
—¿Hillary? —pregunta Alina levantándose.
Esta parpadea negando con la cabeza ligeramente apartando la mirada de mí.
—No me siento muy bien, uh... —se toca la frente cerrando los ojos. —Si Aiden pregunta por mí, estoy en mi habitación. Diviértanse en el pueblo.
Y así como vino, se fue cerrando la puerta. Miro a las demás que están igual de atónitas que yo más no intentan ir detrás de ella. Me levanto para seguirla, su comportamiento no es normal. Antes de ir a la reunión estaba muy emocionada de ir al pueblo, hasta había propuesto algunas actividades. siguiendo a Hillary, troto hasta llegar a ella y toco su hombro deteniéndola.
—Hillary, oye —cuando la alcanzo, toco su hombro. Voltea ligeramente a verme, pero sin darme la cara por completo— ¿Qué sucede? ¿De qué hablaron? De mí, ¿cierto?
Sus hombros tiesos bajo mi tacto son mi respuesta.
—Si pudiera decírtelo, lo haría —me mira de reojo alejándose de mí. — pero hice una promesa al alfa y debo cumplirla.
Respiro hondo tratando de calmarme, tantas cosas que están pasando me van a provocar un colapso mental. ¿Van ocultarme secretos también? Es ridículo. Tengo ganas de ir a la habitación de Ethan para reclamarle, pero no tengo la fuerza mental para hacerlo. Necesito un descanso.
Bajo hasta la cocina y me encuentro a Aiden tomando un jugo.
—Acabamos de comer, glotón. —río acercándome a besar su mejilla.
Se encoge de hombros.
—Siempre tengo hambre y lo sabes.
Asiento sonriendo. Cuando era niña recuerdo haberlo visto escabullirse a la cocina a robar algún bocadillo o refresco. Nunca lo delaté porque siempre me daba parte de su motín y compartíamos mientras me ayudaba con mis tareas o veíamos una película.
—Supongo que algunas cosas no cambian.
Sonríe bebiendo su jugo y mirándome de arriba abajo.
—Estás hermosa.
—Gracias, tú también estás guapo. —le guiño un ojo.
Lleva unos zapatos de color café, su pantalón y su camisa desabrochada hasta la mitad del pecho son de color blanco. Su cabello está perfectamente peinado con un poco de gel encima, y no olvidemos su colonia varonil.
—Oh, por cierto. —Recuerdo apoyando mis codos en la isleta. —Hillary pidió que se te informara que se quedaría en su habitación, creo que no irá al pueblo.
Frunce el ceño de inmediato.
—¿Está bien?
Me encojo de hombros.
—La vi alterada. No quiso decirme la razón. —me relamo los labios —Tuvo una reunión con Ethan.
—Qué extraño que no me haya convocado. —murmura. Se queda unos segundos en silencio y rueda los ojos bufando. —Ella y sus secretos. No quiere que vaya a verla.
Lo miro extrañada hasta que caigo en cuenta.
No puede ser.
—Espera, ¿Ella y tú...? —Lo apunto con mi dedo abriendo la boca ligeramente. La abro aún más cuando asiente. —¡Claro! Ahora tiene sentido esas miradas cómplices en el desayuno y lo que pasó en la enfermería. ¿Por qué no me lo dijeron? Exijo una explicación. —finjo estar ofendida cruzándome de brazos.
Suelta una suave risa ante mi reacción.
—Es complicado, Mia. No nos hemos visto en dos años hasta el día de ayer.
Intento preguntarle el por qué, pero una fuerte nalgada me hace chillar pegando un brinco. Volteo a ver a la responsable quien ríe a carcajadas.
—¡Anna, eso me dolió! —llevo mis manos a mi trasero para sobarlo.
La rubia tiene una mano dura y lo sabe. En Chicago solía hacernos eso a las demás.
—Como gritaste. —Apenas puede articular cada bien cada palabra. Está riéndose hasta el borde de las lágrimas y su cara se está poniendo roja mientras se sujeta al marco de la puerta.
—Yo también fui víctima de su mano de titanio. —dice Alina haciendo puchero con Paul abrazándola por detrás.
Es la primera vez que los veo tan cerca y debo decir que son preciosos juntos, parecen esas parejas de portada por las que los paparazzi matarían por tomar una foto.
«Nosotros también lo somos.»
Detrás de mi amigo y su compañera, se acerca el mío sacudiendo su cabello antes de peinarlo con sus manos.
Santa. Virgen. De. Los. Licántropos.
Estoy literalmente babeando al verlo. Zapatos café de cuero perfectamente lustrados, pantalón blanco que cuelgan en sus caderas y camisa blanca perfectamente planchada con los primeros botones desabotonados revelando su piel bronceada. Está tan perfecto para un sueño húmedo.
Me sonrojo de inmediato ante ese pensamiento y no hace más que empeorar cuando Ethan se ríe a carcajadas.
«¡No leas mis pensamientos!» Exclamo en mi mente y sonrío nerviosa mirando a los demás que nos miran intrigados. ¿Tan evidentes somos?
«Lo siento, no puedo evitarlo a veces. Y más si piensas esas cosas.»
Me muerdo el labio para evitar sonreír. Esta mañana descubrí que puedo hablar con él en nuestros pensamientos, aún no puedo leer los suyos sin antes iniciar una conversación, pero ya es un avance. Y si soy sincera, lo disfruto. Es divertido y privado, algo que nos pertenece solo a nosotros.
Él se acerca a mí con una sonrisa ladeada. Me olvido cómo respirar y me siento hipnotizada. Estoy segura que es por el lazo, el cual se está haciendo más fuerte. ¿Qué sucederá cuando no haya ninguna barrera entre nosotros? Me he descubierto a mí misma esperando ese momento con ansias.
—Estoy seguro que ya te lo han dicho, pero te lo digo yo. —se detiene a escasos centímetros de mí con nuestros cuerpos rozándose. Se inclina agachándose un poco para acercar sus labios a mi oreja y su barba me hace cosquillas en la mejilla. —Estás preciosa.
Mis piernas flaquean en ese momento al oír su voz ronca, me envía una descarga eléctrica por todo mi cuerpo. Nuestros labios están tan cerca que todo lo que deseo en ese momento es volver a besarlo como en el viñedo y perderme en sus brazos. Maldita sea, actúo como una chica controlada por sus hormonas.
—Chicos, en serio, si por mí fuera pueden coger aquí sin problemas. —la voz de Anna nos hace girar hacia ella. —Pero el pobre Aiden está por sufrir un infarto.
Ni siquiera intento girar para ver a mi hermano. Él siempre fue protector y celoso conmigo, me sorprende que no haya hecho nada cuando nos vio a Ethan y a mí besarnos en sus narices de esa forma.
—No seas aguafiestas. —dice Ethan abrazándome por la cintura, pegándome a él.
—El que esté aceptando su relación no quiere decir que voy andar viendo cómo te la comes, imbécil. —espeta, atravesándose en el medio y poniéndome detrás de él. —Esas manos quietecitas y solo cintura.
Paul suelta una risita divertida escondiendo su rostro en el hombro de Alina.
—Tú no te rías. —espeta Ethan en su contra, señalándolo con el dedo. —Te voy a tener vigilado.
Alina rueda los ojos.
—El burro hablando de orejas.
—Sigues siendo la bebé de la familia. —habla mi compañero ignorando su comentario.
—¿Y si mejor nos vamos? —interviene Anna.
—Me parece una buena idea. —sonrío tomando la mano de Ethan.
Mejor lo saco de la cocina antes de que empiece un juego de quién intimida más a quien con Paul y Aiden. Mi amigo jamás podría ganar contra esos dos licántropos.
***
El viaje hasta el pueblo nos toma menos de media hora. En todo el camino, Ethan y yo hemos permanecido en silencio, silencio que he agradecido ya que me ha permitido disminuir los nervios de mi cita con Delina y tomar más valentía y fuerza. Me pone nerviosa descubrir qué soy, pero tengo la determinación de que aprenderé a controlarlo a mi favor. No me importa si me tomará meses o años, pondré todo de mí para tener el control de mis poderes y mi vida.
Voy hacer que mamá se sienta orgullosa de mí desde el cielo. Todos estarán orgullosos de mí y el responsable de mi sufrimiento pagará las consecuencias de sus actos. Va a sentir lo mismo que yo sentí. Me encargaré de eso. Seré su verdugo, su pesadilla y la que termine con su vida.
Cuando llegamos, el pueblo está en su máximo apogeo, casi todas las personas están vestidas de blanco a excepción de algunos turistas y por supuesto los que están presentando shows artísticos en las calles.
Caminamos entre las personas con algunos posando sus ojos en nosotros, sobre todo en mí. Algunos saludan a Ethan con familiaridad, así que supongo que se preguntarán quién soy. No les presto atención y miro todo con curiosidad, haciendo notas mentales de lo que me llama la atención para volver después. Ahora las prioridades son otras.
Quiero ver de una vez a Delina. Necesito respuestas para iniciar mi plan de rescate paraTessa y Dominic, después de eso estaré más tranquila y me tomaré el resto del día para divertirme con Ethan y mis amigos. En la noche planeo practicar mis poderes con Astartea, se lo pedí esta mañana y no se negó en ser mi maestra.
—¿Cómo te sientes? —me pregunta Ethan guiándome por las calles.
—Intrigada. Tengo una sensación de cosquilleo en mi estómago por los nervios. —comento riéndome bajo.
Asiente con una sonrisa.
—¿Qué fue lo que dijo Astartea ayer? —pregunta, curioso.
—Cree que mis poderes no se han manifestado hasta ahora porque tengo un hechizo de bloqueo. —lo miro —¿Tú qué opinas?
—Es una teoría muy razonable, he visto un caso hace mucho tiempo con un miembro de la manada. —doblamos en una esquina. —La madre era mortal y se separó de su esposo que pertenecía a nuestra manada. Tuvieron un hijo que heredó el gen licántropo. Cuando entró al proceso de transformación le costaba mucho controlarlo, y como no quiso entregárselo a su padre, acudió a una bruja para que bloqueara sus poderes hasta que fuera adulto.
Dioses, qué horrible. Me entristece por el niño que solo es una víctima en la situación de sus padres. La mujer hizo eso con su hijo por no saber lidiar con sus poderes. ¿Cuál fue el motivo de hacerme eso a mí? ¿Fue por miedo? ¿O ponerme en un estado vulnerable? No pensaron en las consecuencias a futuro o que algún día ese hechizo desaparecería. Un grave error que estoy lidiando porque ahora esos poderes oprimidos por tantos años, están liberándose a una escala de nivel destructivo.
—Hey... —Ethan sacude mi manto interrumpiendo mis pensamientos. Me detiene para que lo mire a los ojos.
—¿Qué?
—Ya llegamos.
Nos encontramos en el centro de un pasaje donde hay varios centros que ofrecen lecturas de mano, de hierbas de té, curas con plantas medicinales, visiones y contacto con los muertos. Tiene un aspecto misterioso a pesar de lo colorido que es el lugar, hay una mezcla de inciensos rodeando el lugar.
Enfoco mi vista en el lugar donde nos hemos detenido. No tiene anuncios, solo lleva un discreto letrero que dice "GUARIDA DE DELINA – Médium y Vidente".
Bueno, allá vamos.
Me acerco a tocar la puerta y espero a que la mujer abra la puerta. Lo hace en menos de un minuto, asomándose. Es una señora alrededor de los treinta años, su cabello está lleno de rizos recogidos en una cinta roja, su piel es morena, sus ojos color café y sus labios son rosados. Lleva un vestido de verano bastante colorido, sus brazos están llenos de pulseras que tintinean con el movimiento.
—Imagino eres Mia Walker. —Su acento es raro, casi como si estuviera cantando.
Asiento sonriendo ligeramente.
—Soy Delina Espinoza, te estaba esperando. —ingresa abriendo la puerta permitiéndonos el pase a ambos. Le sonríe a Ethan. —Un gusto verte, O'Pry.
—Lo mismo digo, Delina. —sonríe amable Ethan entrando detrás de mí.
Observo el lugar. Las paredes están pintadas de un vino tinto con varias decoraciones exóticas como calaveras, animales disecados, amuletos, cuarzos y talismanes; también hay velas e imágenes de santos que no reconozco. Lo único que se diferencia de entre todo es una pequeña bandera de color amarillo, azul y rojo con un letrero de madera que dice Colombia. Ah, Delina es colombiana.
—Antes de empezar, —musito haciendo que gire hacia mí. —quería agradecerle por aceptar recibirme y ayudarme.
Me dedica una sonrisa amable y se acerca tomando mis manos con las suyas.
—Todo sea por ayudar a personas tan puras como tú. Son pocas las veces que me encuentro con una aura tan blanca como la tuya. —acaricia mi mejilla antes de alejarse —Por favor tomen asiento.
Hay una pequeña mesa redonda en el centro del lugar con dos sillas formando un triángulo alrededor de este. Ethan no suelta mi mano en ningún momento mientras tomamos asiento con Delina en el centro.
—Entonces, Mia, ¿En qué puedo ayudarte?
Me acomodo en mi sitio antes de hablar.
Comienzo a explicarle con detalle lo que sucedió ayer, cómo me enteré que mi madre fue una druida, mis poderes curativos y el tema de mis ojos. Ella me presta atención en silencio, permitiendo que hable sin hacer interrupciones. Sus ojos nunca me pierden de vista, puedo ver el interés como también el estudio que me está haciendo.
—Entiendo —murmura después de que termino de hablar. Apoya sus codos en la mesa y estira sus manos —.Dame tus manos.
Separo mi mano de Ethan y estiro ambas hacia ella, las envuelve con las suyas y cierra los ojos respirando hondo. Permanecemos en silencio por mucho tiempo.
No despego mi vista de Delina, esperando una reacción alterada, pero todo permanece tranquilo hasta que finalmente entreabre los labios.
—Veo a un hombre, es alto, de cabello negro y lleva un abrigo negro. Luego te veo a ti de niña. —murmura en voz baja sin abrir los ojos. —Te levantas a buscar algo en la cocina, y él estaba ahí... —respiro hondo. —saca un frasco de su bolsillo y vierte el contenido en tu vaso. —abre los ojos de inmediato y bota el aire retenido. —Así es como bloquearon tus poderes. Te lo daban en tu bebida o alimentos.
Solo una menta retorcida haría eso.
—Entonces sí tengo un hechizo de bloqueo.
Ella asiente sobándose las manos.
—Y uno muy fuerte, pude ver pequeños flashes antes de llegar a ese escenario. Lo ha hecho desde que eras una bebé cada dos veces al mes. —Mis hombros se siente decaídos. Lo hizo todo este tiempo y nunca me di cuenta, estuve prácticamente drogada toda mi vida. —La buena noticia es que como ya se están desvaneciendo los efectos, todos tus poderes saldrán a la luz pronto.
Frunzo el ceño ante lo que dice.
—¿Todos mis poderes?
—Así es, no eres una druida común y corriente, Mia Walker. —se levanta dirigiéndose a agarrar una regadera de jardín. —Eres muy poderosa y aunque eres considerada una aberración, en realidad eres un milagro de la naturaleza. Nunca se ha visto a alguien de tu clase hasta ahora. Es más, el cambio de tus ojos es ocasionado por la clase de poder que utilizas y luego regresan a la normalidad cuando dejas de utilizarlos.
Esta vez, Ethan interviene.
—Señora, ¿Cree que podría decirnos cuáles son sus poderes?
Delina camina hacia sus macetas y deja caer un poco de agua en ellas.
—Por supuesto. —acepta dejando la regadera.
Camina hacia mí y me inclina la cabeza hacia arriba. Posa ambas manos en la parte superior e inferior y vuelve a cerrar los ojos, su sombra me oculta la luz del foco que está encima de nosotras.
—Azul, blanco, morado, rojo y negro. —pronuncia repitiéndolo varias veces, dejándonos desconcertados a Ethan y a mí. Frunce los labios murmurando algo inaudible. —Licántropo, druida, bruja...
De pronto su agarre se vuelve tembloroso, todo su cuerpo tiembla. El ambiente se llena de tensión mientras hace presión en su agarre, sus párpados se mueven veloces a pesar de estar cerrados, Delina murmura cosas inaudibles y su nariz empieza a sangrar.
Mierda.
—N-no... —murmura con la voz temblorosa y llena de miedo. —Ni.. Nib...
¿Qué?
—¿Delina? —pregunto con cautela.
Sus ojos se abren abruptamente y vocifera un grito de horror mirándome. Me llevo las manos de inmediato a las orejas mientras escucho a Ethan maldecir, levantarse y tomarme de la cintura para levantarme, alejándome de Delina quien no para de gritar alejándose de mí.
La miro consternada con las piernas temblando.
—¡Nighean an dorchadais! ¡ Nighean an dorchadais! ¡ Nighean an dorchadais! —grita.
¿Qué significa eso?
ETHAN
Delina no deja de repetir lo mismo en los próximos minutos. No deja que me acerque o grita aún peor, me sorprende que nadie haya venido a ver qué pasa. Los gritos de la mujer llamarían la atención de cualquiera.
Reconozco las palabras que dice. Lo dijo la vampiro y ahora ella, pero no entiendo qué tiene que ver Mia.
Niña de la oscuridad. Esa es la traducción en español de lo que dijeron.
Mia está asustada detrás de mí. Quiere ayudar a la mujer, pero le conmociona el horror con el que la mira Delina, como si fuera el mismo diablo quien está en su casa.
—Delina, cálmate. —le exijo.
Mia respira agitada.
—Creo que debemos irnos. —toma mi mano e intenta alejarse de ahí pidiendo disculpas.
—¡Váyanse! ¡Váyanse y no vuelvas aquí nunca más! —exclama la mujer en respuesta, completamente fuera de sí.
Está muy equivocada si mi iré sin respuestas. No le daré ese gusto.
Observo a Mia.
—Espérame afuera.
Me mira preocupada y niega.
—No te dejaré. Ella quiere que nos vayamos los dos.
—Te veré en dos minutos. —prometo. —Dos minutos y salgo contigo.
Duda, pero al final acepta. Sale sin quejarse y pidiendo perdón nuevamente a Delina por perturbar su mente, aunque la mujer apenas y le hace caso.
—Muy bien, Delina. —giro hacia ella cuando Mia nos ha dejado solos. Apoyo mis manos en la silla donde estuve sentado hace menos de cinco minutos. —Ella ya se fue, así que ahora hablarás conmigo.
La morena se calma, respirando hondo y llevándose las manos al pecho.
—Ethan, ya dije suficiente. Por favor, retírate. —suplica.
¿En serio cree que haré eso? Fueran otras las circunstancias, lo haría. Pero cuando se trata de Mia no me rindo nunca.
—No hasta que me digas todo lo que sabes. ¿Quieres que me vaya? Bien, lo haré cuando me digas todo lo que viste.
Suspira rendida.
—Hay algo oscuro en ella, Ethan, muy oscuro. Es maldad pura. —se soba los brazos. —Es poseedora de cinco poderes.
—Dijiste tres. ¿Cuáles son los dos restantes? —exijo saber.
Niega con la cabeza.
—Lo siento, no puedo.
—Maldita sea, Delina, dilo ya. —espeto furioso cansado de su juego.
No le teme a los muertos, ¿pero sí a una joven menor que ella? Jódanme.
Me mira bastante perturbada, puedo oler el miedo salir desprendido de su cuerpo, empeorando la situación en el lugar.
—Es una darach y una demonio. —cuando las palabras abandonan su boca, su cuerpo tiembla y se encoge en su lugar. —Los ojos rojos son por ser darach y los negros por demonio.
Mi cuerpo se congela en ese momento. ¿He oído bien?
—¿Estás segura de eso?
Asiente rápidamente.
—Ya te lo dije, ahora vete. —se levanta, pero la detengo.
—Dijiste que su aura es blanca, ¿Cómo puede serlo si tiene poderes oscuros?
Conozco mucho del tema de los médium porque la misma Delina me enseñó de este tema. Las auras de las personas normalmente son de distintos colores, ya que todos tienen pecados y defectos, ninguno es santo e inocente, ni siquiera yo. Pero dijo que Mia tenía aura blanca, eso significa un ser puro. ¿Cómo podría tener poderes demoniacos?
—Es difícil de explicar, Ethan.
—Si no lo dices ahora, volveremos una y otra vez hasta que tengas que decirlo.
Jadea por la boca llorando en silencio. Me siento mal por forzarla hablar, pero soy un hombre desesperado y preocupado por su chica. Si no sabemos a lo que nos enfrentamos, nunca podré ayudarla.
—Está vinculada a la niña de la oscuridad. Cómo no tengo ni idea, pero lo está. De ahí esos poderes. Vi imágenes muy aterradoras, cosas que causarían las peores pesadillas... Y todo se pondrá aún peor cuando ella cumpla años.
Noto su sinceridad. Le creo a pesar de suena una locura.
—¿Qué tan poderosa es? —aflojo mi agarre.
—Demasiado. Mucho más que esos príncipes especiales que son amigos tuyos.
Mi ceño se frunce aún más. Debe estar bromeando.
—Creí que ellos eran los únicos más poderosos en este mundo.
La mujer niega con la vista ausente abrazándose a sí misma.
—Lo son. Bueno, lo eran. Dejarán de serlo cuando Mia conozca su potencial.
Aprieto mi mandíbula, me cuesta creer lo que ha dicho. Básicamente ha dicho que Mia es un ser superior a cualquier otra criatura que puede doblegarnos a todos a su voluntad. Joder, no puede ser posible que sea mucho más poderosa que los gemelos Dragomir.
No quiero escuchar más. Ya he oído lo suficiente.
Lanzo unos billetes a la mesa y camino a la salida.
—Ethan. —me llama antes de que abra la puerta. —No dejes que tu amor por ella te ciegue. Una vez que la cuenta regresiva culmine, el caos se desatará en su interior y todos a su alrededor estarán en peligro.
Disfruté un montón escribir este capítulo. Ansiaba que supieran la verdadera identidad de Mia. Este capítulo iba a ser más largo pero decidí dividirlo jeje.
PREGUNTAS
Manos arriba y emoji de la bandera de su país si apoyan a Anna con su opinión de los latinos.
¿Quién les parece más protector con su hermana? ¿Aiden o Ethan?
¿Qué opinan de Delina? ¿Creen que será un personaje de importancia?
¿Se esperaban ese poder de Mia?
¿Teorías sobre "La niña de la oscuridad"?
¿Creen que Delina esté en los correcto diciendo que el cumpleaños de Mia es mal augurio?
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